Capítulo 36
-Ah, que pervertido eres.- chilló cuando me vio entrar por su ventana. Resulta que mi madre no cree en mi y al apenas terminar de cenar me hizo ir al pelotón para que no le robara la virtud a La Reina.
Así que tuve que esperar a casi las dos de la madrugada para subir, moría de sueño pero quería dormir con ella. Estoy demasiado bobo por ella como para admitirlo.
Me despojé de mi camiseta y pantalón y metí a la cama. -Diles que vas a trabajar mañana y pasa el día en mi cama, conmigo.
-¿Y quién evita que los reclutas quemen el pelotón?
-Los capitanes, para algo deben servir. Di que sí.
-Mmm, pero debes alimentarme bien.
-Claro que si, te daré huevos, salchicha y leche pa...
-¡Maldito pervertido! No me refería a eso. Duérmete antes de que decida sacarte de aquí.
-Si noona- atrapé su cuerpo contra el mío en un apretado abrazo hasta que caímos dormidos.
Parecía que apenas había cerrado mis ojos cuando sentí mi cuerpo ser removido de manera insistente, era ella y me pedía levantarme, exigía más bien, recordé que había acordado con el mocoso llevarlo a la escuela para solucionar lo de la pelea.
Era preferible que su madre no fuera porque... si se le ve el rostro magullado dirán que aprendió de violencia en casa. Me metí al baño con ella y a pesar de que trató de echarme conseguí meterme bajo la ducha en su compañía.
Una vez listos salté por su ventana luego de dejar un beso en sus labios de manera juguetona, esto era como la adolescencia.
-Buenos Días- entré a la casa de la que había salido apenas. -¿Qué hay de desayunar?
-Huevos, tocino, panqueques. Jugo- enumeró el mocoso -Come deprisa, quiero estar desde la primera hora en la escuela.
Hice lo que pidió... más bien lo que exigió y tan pronto estuvimos sobre mi auto decidí preguntar. -¿Por qué lo golpeaste? No quiero escuchar esa mierda de estábamos jugando.
-Dijo que si siempre jugaba con Sussy sería una niña igual que ella. Entonces le dije que lo hacía porque ella era mi novia. Y el dijo que tener novia era asqueroso, entonces lo golpeé.
-Vaya, entonces lo tenía merecido la pequeña molestia.- agregué de manera segura.
Una vez llegamos las miradas de los padres y profesores fueron sobre ambos, más por el hecho de que hace una semana había irrumpido con mi arma en mano buscándolo.
Y al apenas este regresar luego de eso se pelea, al menos no pasó conmigo cerca y evité las malas miradas de su madre asegurándome que soy mala influencia para él.
Caminamos hasta la dirección del colegio a paso firme y todo estuvo resuelto con un par de miradas duras a la que dirige la escuela. Antes de lo pensado ya lo dejaba frente a la puerta de su curso para iniciar sus clases. -Gracias Mayor
-No hay de qué- alcancé a decir aquello antes de sentir su pequeño cuerpo abrazarse el mío de manera posesiva, acabé devolviéndole el abrazo poco después.
-Ve, vendré a recogerte para que comamos fuera. Así celebramos que tienes novia.
-¡Mayor!- se quejó con la cara roja llena de vergüenza.
...
-Mierda, no creí que me hicieras caso- había entrado a mi dormitorio para ponerme el uniforme y ahí estaba ella, perfectamente recostada sobre la cama en paños menores, solo con su camiseta militar y bragas.
Me apresuré a deshacerme de la mía. -¿Como es que te pones tan ansioso cuando me ves desnuda?
-No lo se. Creo que me hechizaste- tiré de su tobillo para ir sobre ella y besar sus labios.
-Alguno debe trabajar hoy.
-Debo ir por el mocoso más tarde, tendremos tarde de chicos.
-Sigues sin pedirme permiso para sacarlo.
-Ya te he dicho que tu nada pintas aquí. Eres algo como ...- fingí pensar, -Su madrastra.
-Idiota
-Puedes enojarte lo que quieras, a menos que tengas pito no irás.- sonreí ante ella -Hazme espacio, es mi cama pero me dejas fuera.
-¡Estás sobre mí!
-Prefiero estar dentro- levanté mi cuerpo hasta permitirme alejar esas molestas bragas. Luego fui por su camiseta -Sin... sosten...- tarareé con gusto, volví a alejarme esta vez para deshacerme de mi bóxers y esta tomó asiento sobre la cama mirándome con esos ojos fieros que tanto me gustan. -¿Vas a chupar noona?
-Voy a chupar- pronunció de manera juguetona.
Pasó su lengua por mi punta mientras sus ojos me miraban con fingida inocencia, aquello era demasiado para mí, acabé cerrando los ojos por apenas un segundo pero la succión abrupta de mis bolas me hizo abrirlos a la vez que me recargaba de sus hombros para contener mi cuerpo, había perdido las fuerzas en mis piernas con esa simple acción.
-¡Para! ¡Para o voy a... voy a...
-¿Recuerdas lo idiota que fuiste conmigo cuando llegaste a la frontera?
-No me disculparé por ello- la dejé sobre la cama y cerní sobre ella. -Dos alfas no pueden convivir.
-Estás sobre mi justo ahora.
-Es que resultaste ser omega. Te encanta que te folle.- alcé sus muslos desde atrás para hacerla abrirse para mí -Luego de esto vas a sentarte en mi cara, quiero que me asfixies.
-Pervertido
-Tuyo
-Mío
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