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Capítulo 20


Hacían unas horas que habíamos llegado a la ciudad, incluso ya estábamos instalados. Los reclutas que se supone eran lo mejor de lo mejor, eran apenas promedio, al menos en nuestro pelotón. Pues a los demás se les notaba esa experiencia. Necesitábamos ganar, al menos en cuerpo a cuerpo masculino, femenino y tiro.

-Más te vale ganar Yoori- era mi forma de desearle suerte. Mi hermana puso los ojos en blanco antes de erguirse para comenzar a prepararse.

-La tiene fácil, no está Suran, ni Kim y Jiun se dió un tiempo.

-Esa es la otra Kim ¿no?

-Volvió a ser Park, era la esposa de Namjoon.- especificó.

-¿Está disponible?- pregunté burlón, negó entre rizas.

-¡Esa es mi chica!- mi hermana había acertado y Park no se contuvo a gritar.

-Deja los gritos porrista.- me quejé.

Tendríamos un receso de una hora hasta nuestros encuentros, se supone que el cuerpo a cuerpo se dividirá por géneros pero se llevarán a cabo en la misma cancha y a la misma hora. Así que no alcanzaría a ver directamente a la castaña. Quería ver de que tanto era capaz.

-No compites Jeon, ¿que haces aquí?

-Observo- puse los ojos en blanco ante lo dicho.

-¿Como les va en su nuevo pelotón?

-Bien, los niños aún andan algo desorientados en la nueva casa. También están muy lejos de sus primos y tíos. Así que se quejan por eso. No todos somos como uno que conozco- señaló a mi hermana y me encogí de hombros. Me gusta mantener un ojo en ella, cuidarla.

...

-No lo mates Min- alentó mi hermana con mi primer encuentro, lo dejé contra el suelo con solo un movimiento, con dos más ya tenía una llave sobre el y acabó rindiéndose.

Sonreí burlón cuando noté a la comandante mirarme mientras se preparaba. Ella también ganó. Con solo dos patadas noqueó a su oponente.

Con la terminación de cada pelea nuestros ojos se encontraban y nos manteníamos fijos el uno en el otro, como un imán. No logré aguantarlo y me acerqué -Supongo que debes estar ansiosa por usar tu regalo cuando termines.- fui llamado luego de dejar aquello contra su oído.

Llevé la vista a las gradas antes de acercarme, Park reía a carcajadas y mi hermana me miraba con el ceño fruncido. Acabé recibiendo un puñetazo por el descuido, luego una patada y cuando planeaba repetir lo levanté y arrojé contra el suelo dejando algunos golpes seguidos en su rostro y torso, lo dejé noqueado antes de notarlo y me levanté para buscarla con la mirada.

Tenía un corte en el labio y paseó su lengua por el labio, según mis cuentas sería nuestro último encuentro, moría por una ducha. Se acercó con una sonrisa coqueta en el rostro y me tensé cuando su aliento dió a mi oreja. -¿Qué se siente que el sí alcanzará a entrar en mí todas las veces que se me antoje?- antes de retirarse volvió a limpiar su labio con su lengua y mi cuerpo entero reaccionó ante ese hecho.

Recordé la nota Para que se te quite lo rígida.

El dildo que le compré en modo de broma

Es decir, no pensé que ella lo usaría. ¡Mierda!

-Min- giré ante el llamado, ardía en rabia, mi contrincante me sacaba al menos dos cabezas, lo conocía, era un puto costal de músculos.

-Si le ganas antes de los 5 minutos. Te dejo mirar- maldita sea. No puedo pelear con una erección y ella lo empeora mientras habla en mi oído.

Escuché su nombre ser llamado pero llevé mi vista al frente, vi rojo cuando lo noté mirarle el trasero mientras se alejaba, las mujeres luchaban con pantalones cortos en licra y sostén deportivo, lo hombres con unos pantalones cortos solamente por lo que el recorrido que le dió a su cuerpo me hizo arder en rabia.

Luego de eso solo recuerdo ser empujado lejos de su cuerpo y sostenido, sangraba en el suelo y ni siquiera era consiente de cuantas veces lo había golpeado.

-Contrólate Min- Jeon se acercó a mi lado, no parecía nada conforme con aquello, los paramédicos lo revisaban.

Mi vista fue a la cancha a mi lado, ya no estaban, divisaba a su contrincante pero no a ella, luego la noté a mi lado. -Ve a limpiarte- dijo severa y más de uno se tensó por el tono que usó, yo por el contrario la seguí hasta los baños porque...

¡Mierda que estaba muy duro!

-¡No juegues conmigo!- la adrenalina aún recorría todo mi cuerpo, sentía mi sangre moverse por todo este. Nuestras miradas fueron sobre el otro cuando cerré la puerta y se me fue encima enrollando sus piernas en mi cadera y empujándose contra mi erección.

Su espalda fue contra el concreto cuando nos empujé a la pared, nuestros labios luchaban uno contra el otro y nuestros cuerpos ardían con ganas por ser uno.

Mis manos se enterraron en la carne de su trasero y las suyas arañaron mi espalda.

Cuando posé mi mano entre ambos la humedad era palpable, nuestros cuerpos sudados nos daban más apego.

Apenas nos separamos un segundo antes de desvestirnos con rapidez, las cicatrices en su cuerpo la hacían ver más letal y peligrosa y esa mirada llena de lujuria generó en mi un frenesí que me hizo apretarla contra la pared robándonos el aliento a ambos.

-¡Yoongi, ¿estás ahí?!- mi mano cual dirigía mi hombría a la humedad de la castaña quedó suspendida en el aire cuando la voz de mi hermana se hizo escuchar.

-¡Fue a su cuarto!- gritó la otra y cuando los pasos de mi hermana se alejaron terminé lo que había iniciado. Empujé lentamente en su interior y se sintió glorioso. -No hay princesas aquí, hazlo bien o tomaré yo el control.- sentenció con dureza.

-Puedes ser mayor Noona- jugué mientras me retiraba de su interior -Pero mientras me tengas dentro- empujé con fuerza y gimió por lo alto -Soy quién manda.

Cuando con cada embestida que di su cuerpo parecía desmoronarse sentí mi erección crecer y mis energías renovarse.

Mordió mis labios mientras la besaba y arañaba mis hombros y espalda, apretaba y mordía, gemía y jadeaba. Pedía más duro cada tanto.

-Mira que obediente eres cuando te follo- detuve mis movimientos solo un momento antes de golpear con más ganas dentro de ella y acabó por apretarme tan bien que me dejé ir mientras mordía su hombro.










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