Final #2
Antes de que lean, me gustaría pedirles perdón si no es lo que esperaban ;-; realmente le puse empeño y amor, solo para ustedes. Recuerden que está en ustedes con cuál de los dos finales se quedarán, este es solo como agradecimiento por tanto apoyo que me han dado durante todo este tiempo. Lean la nota final, por favor, bbas.
...
Sabes cuando tienes un sueño, de esos que son tan hermosos que no quieres despertar. De esos que te dejan un mal sabor en la boca cuando, a la mañana siguiente, te das cuenta que solo fue un sueño y no poder esperar que se haga de noche para poder soñar lo mismo de nuevo.
Eso era, exactamente, lo que yo estaba pasando. O, al menos, lo que yo creía que estaba pasando.
Me encontraba en un lugar maravilloso, con flores de todo tipo y de todos los colores. Habían grandes árboles de cerezos , con hojas esparcidas por todos lados. Había también un lago. Un lago con el agua tan transparente que dejaba a la vista todo tipo de peces, de diversos colores que nunca había visto antes.
En medio del lago, flotando como un ángel, se encontraba Yoongi. Pese a que estaba en el agua, su ropa estaba seca y bien alisada. Sus ojos se encontraban cerrados y sus labios entreabiertos. Vestía una camisa blanca que ponía "YOUNG FOREVER" en letras grandes negras y un jean roto de las rodillas.
Emocionado por verlo ahí, me lancé al agua. Pataleando más y cada vez más para llegar hasta donde se encontraba él.
Cuando ya estaba un poco cerca, me percaté de algo más. Yoongi estaba llorando. Y no, me temía que aquello que caí de sus ojos no era agua cristalina proveniente del lago. Aquello eran sus lágrimas que se acompañaban de un quejido melifluo. Tan suave como el terciopelo.
Él no se había enterado que yo estaba ahí, junto a él. En cambio, seguía llorando desconsoladamente; así, como había llorado yo por él.
Nadé hasta su lado y me quedé un momento en silencio. Apreciando más de cerca su belleza. Incluso ahí, llorando y más pálido que nunca, me seguía pareciendo el ser más bonito del planeta.
Sin pensarlo más, lo halé de la camisa para que estuviese más cerca de mi. Él se asustó mucho al principio, pero al percatarse que era yo solo se dedicó a verme sorprendido. Con sus ojos pequeños mirándome asombrado.
Su llanto había parado por fin, pero seguíamos sin decir palabra alguna. Solo mirándonos en aquél cómodo silencio. Hasta que él por fin habló.
-Ji-Jimin, ¿qué haces aquí?- preguntó tartamudeando. Su voz era más hermosa de lo que yo había alguna vez soñado o imaginado. Era grave, pero suave. Dulce, pero rasposa. Era simplemente perfecta.
-No lo sé- respondí rascándome la cabeza nervioso-, ¿qué haces tú aquí?
Él me miró incrédulo un momento. Bufó molesto y se alejó de mi quejándose en susurros.
-¿Cómo que qué hago aquí?- contestó molesto-, ¡Estoy muerto, Jimin!
Lo miré expectante, pero en realidad estaba confundido. Mentiría si digo que ya había captado la situación, pero lo cierto es que no lo había hecho y necesitaba que Yoongi me lo dijese.
-¿A qué te refieres, Yoongi?- cuestioné mientras me acercaba a él de nuevo, que ya se encontraba en la orilla del lago, sentado-, este es mi sueño. En mis sueños tú no estás muerto.
Él volvió a bufar.
-Te equivocas- dijo fríamente-, este es mi sueño.
Me quedé callado un momento. Tenía miles de preguntas volando por mi cabeza. Primero, porque era yo quien siempre soñaba con Yoongi. Segundo, en mis sueños Yoongi nunca estaba muerto. Tercero, este no era el Yoongi de mis sueños. El Yoongi de mis sueños no bufaba, no gruñía ni lloraba, mucho menos. El Yoongi de mis sueños era, más bien, tierno, dulce y muy cariñoso. Tampoco hablaba.
-Lo que quieres decir es que... yo estoy en tu sueño y tú estás muerto, eh- dije, casi irónicamente, solo casi.
Él me miró serio y asintió. Sin saber lo tonto que se escuchaba eso. Reprimí una risa y miré hacia otro lugar que no fuera él.
-¿No me crees, cierto?- preguntó desilusionado.
Lo miré de nuevo en silencio y me encogí de hombros. Cuando abrí la boca para hablar él me paró con la mano.
-Olvídalo, no importa. Solo es un sueño de todas maneras. Mañana tú volverás a estar del otro lado del lago viéndome fijamente como siempre has hecho desde que morí- él parecía decirlo más para él que para mi, pero no presté mucha atención.
-¿Por qué sigues insistiendo en que este es tu sueño, que tú estás muerto y todas esas cosas?- pregunté-, ¡Este es mi sueño, se supone que tú nunca hablas y tampoco lloras, no dices esas cosas raras y me besas hasta más no poder!
Él me miró raro, pero no contestó. Me daba igual, era mi sueño y yo hacía lo que quería.
Así nos quedamos un momento. Ambos teníamos muchas cosas en la cabeza como para entablar una conversación en esos momentos. Justo en el momento en el que yo estaba pensando cómo volver a hablarle, él lo hizo.
-Dime, Jimin, ¿acaso has muerto?- su ceño estaba fruncido ligeramente. Sin poder evitarlo dirigí mi mano hasta donde las arrugas se formaban y las acaricié, en un intento de borrarlas. Él no pareció incómodo con la situación, así que no me preocupé.
-No lo sé, dímelo tú.
Él volvió a quedarse en silencio de nuevo y, antes que yo pudiese darme cuenta las lágrimas caían descontroladamente por sus mejillas. Bañando sus propias prendas de gotas que, a diferencia de las gotas del lago, sí mojaron su ropa.
No sabía qué hacer en ese momento. Como había dicho antes, esta era la primera vez que Yoongi lloraba en alguno de mis sueños. Era la primera vez que lo miraba llorar en toda la vida. Comencé a entrar en pánico. Mi manos comenzaron a sudar y mis latidos se alteraron a 1000 por segundo. Verlo ahí, con su nariz y sus mejillas rojas, sus ojos hinchándose de a poco. Su pecho subía y bajaba conforme soltaba suspiros de llanto.
Me sentí mal por pensar que era muy bonito verlo de esa manera, pero en serio, Yoongi se veía precioso estando así, tan real e irreal al mismo tiempo. Todo era muy loco.
-Yoongi- le hablé. Toqué su muñeca, intentando llamar su atención para que dejara de llorar-. Yoongi, mírame, ¿quieres contarme por qué lloras?- mi voz salió dulce y calmada, quería transmitirle que yo estaba con él y que nada malo nos pasaría si estábamos juntos.
-Jimin- Moqueó entre lágrimas-, Jimin, por favor, ayúdame a despertar de este sueño.
Y el sueño se esfumó.
Justo en ese momento mi cuerpo salió empujado de la tina. Como si una fuerza sobrenatural me estuviese intentando sacar de ese lugar. A mi alrededor todo era un desastre. El agua se había expandido por todo el baño, mojando el suelo de manera exagerada. El grifo aún seguía encendido y el agua se seguía saliendo descontroladamente de la tina.
Mi cuerpo tiritaba del frío, no sentía la mayoría de mis extremidades; contando la boca, las manos y las piernas. A duras penas logré estirarme para llegar a tocar la llave que controlaba el agua. Ni siquiera sentí cuando la moví para apagarla, pero el agua dejó de salir.
No entendía nada. Ni como. Ni por qué o cuánto tiempo había estado yo metido debajo del agua. Aunque yo lo hubiese sentido como una eternidad, parecían haber sido unos cuantos minutos.
A lo lejos escuchaba el repiqueteo del agua contra la cerámica del suelo. Pero todo lo demás era puro silencio.
Salí de la ducha con un insufrible dolor en mis piernas gracias a el agua helada. Tomé una toalla seca y la coloqué sobre mis hombros. Me dirigí hacia mi habitación y me despojé de toda la ropa mojada, colocándome algo tibio y que me hiciera entrar en calor. También regulé la calefacción para que me ayudara a retomar mi estado normal de temperatura.
Me volví a sentar en aquella silla desgastada. Aquella que me había acompañado todos estos meses mientras miraba hacia la casa de aquél bello chico. Ni siquiera tenía ánimos de volver a asomar la cabeza para ver si estaba allí. Sabía que no lo estaba, ni estaría nunca más.
Me acerqué hasta mi escritorio en donde guardaba la foto de él que había recortado del periódico una semana antes. Abrí el cajón pero no la encontré ahí. Removí las cosas el los otros cajones, pero tampoco tuve éxito. Seguí buscando por toda la casa; en el baño, sobre mi cama, debajo de esta, en la cocina, el salón debajo de los sillones, entre los papeles de mi trabajo. Y seguí sin encontrarla.
Con lágrimas en los ojos y completamente exhausto, me tiré sobre mi silla de nuevo. Lloré en silencio mientras me tapaba el rostro. Repitiéndome a mí mismo lo mucho que me odiaba por haber perdido algo tan importante para mi, algo tan inconmensurable. Deseaba no haber despertado de aquél sueño, deseaba haberme ahogado en la tina.
Con necesidad de lastimarme a mí mismo, comencé a arañarme los brazos con las escasas uñas que tenías. Repetí la acción varias veces más, gruñendo cuando mis uñas no podían ir más al fondo.
Entonces, escuché algo que captó mi atención. Como si mi nombre fuese llamado desde afuera de la ventana. Algo pidiéndome a gritos que mirase hacia aquél lugar que tal bonitos recuerdos me traía. Dejándome llevar por mi instinto me acerqué al gran ventanal de mi habitación. Limpié mis lágrimas con el dorso de mi mano y retiré la cortina de su lugar.
El sol del medio día me cegó por completo, pero no lo suficiente como para no ver aquello que mi corazón pidió con tanto anhelo.
Como si mi mente ordenara a mis piernas, estas comenzaron a moverse rápidamente hasta la salida de mi casa. Abrí la puerta de madera y seguí corriendo hasta la acera, en donde me vi obligado a parar por los autos que pasaban. Casi me atropella uno en el intento, pero realmente eso no me importó.
Cuando los carros que circulaban desaparecieron, mi mirada se encontró con la de ese hermoso chico. Él me miraba curioso, considerando que yo estaba descalzo en la calle y corriendo como loco. él sostenía una manguera con una mano, mientras que con la otra intentaba cubrir sus ojos del sol para poder verme más claramente, supuse.
Volví a correr hasta él, sin detenerme esta vez. Vi una sonrisa asomarse por sus labios mientras me acercaba a aquél hermoso jardín. Sin darme cuenta muy bien de que la tierra era más bien lodo, resbalé hasta dar de cara contra sus pies, manchándome toda la ropa y la cara. Pero, ¿A quién carajos le importaba?, Yoongi estaba ahí. Vivo. Y su Jardín estaba bien. Y todo había sido un sueño, o una pesadilla.
-Oh Dios, Jimin, ¿te encuentras bien?- exclamó él, hincándose frente a mi, sin importarle si se manchaba su ropa. La misma ropa que tenía en aquél sueño que recién acababa de tener. Pero lo que más me sorprendió no fue su ropa, si no que él supiera mi nombre.
Maldición, ¡Él sabía mi nombre!
-¿Có-cómo sabes mi nombre?- pregunté incrédulo, aún sin creérmelo.
Él sonrió tiernamente mientras llevaba sus manos hasta mis mejillas. Limpió el lodo que había caído en mi rostro. Sus ojos tenían un brillo que los hacía lucir más hermosos aún.
-Jimin, tú me gustas muchísimo, ¿aún no te enterabas?- él tenía una sonrisa divertida en su rostro. Como burlándose de mi. Apostaba que mis mejillas regordetas brillaban de lo rosadas que estabas. Quería llorar.
-No-o bromees con eso- murmuré apenado.
-No bromeo, Jimin, ¿acaso nunca te llegaron mis flores?- cuestionó él- uh... tendré que dártelas personalmente, si ese es el caso.
Él me tomo de la cintura mientras me ayudaba a pararme. En ese momento me dio muchísima pena mi peso. También haberme caído frente al amor de mi vida.
-Oh Dios, mírate cómo te has hecho, ¿qué haremos ahora, Jiminie?- él tenía un puchero mientras decía esto con voz extremadamente tierna. Yo me estaba derritiendo a más no poder en ese lugar y no, no me refería a derretirme por el fuerte sol de medio día. Saben a lo que me refiero.
Al ver que yo no respondía él me miró y sonrió abiertamente. Yo no pude devolverle la sonrisa.
Pero aquello, más que un sueño, más que una pesadilla o más que una ilusión. Aquello era la realidad. Yoongi estaba ahí. Y yo le gustaba. Si estábamos juntos todo estaría bien.
{...}
Perdóname por hacerte esperar tanto tiempo, Jimin.
Prometo recompensarte todos los momentos perdidos.
Atentamente: Min Yoongi.
{...}
HEEEEEELLLOOOOOOOO.
SOY YO, ABRIL.
Bueno, si llegaste hasta aquí déjame decirte que te amo. Sí a ti, a la quien lee esto. Ahr, bueno no. Pero en serio, si leyeron hasta aquí puede significar solo dos cosas. Que les gustó y están conformes con el final, o que creen que fue una basura y es mejor el final anterior. Respeto ambas elecciones porque, como dije al principio, esto solo es un final alternativo.
En sí, el capítulo me gustó, pero como la autora prefiero y preferiré siempre el final anterior. Así que no se preocupen en dejar acá abajo cuál de los dos les gusta más o con cual se quedan, yo estoy feliz con el hecho de que me hayan apoyado hasta el final de esta historia. De verdad, las amo.
Cada día, en mis notificaciones, me encuentro con que me personas encuentran mi historia, la leen y favean o comentan. No saben la alegría que me da cuando veo que alguna de ustedes agrega esta historia a alguna lista de lectura que dice "favoritas" o "las mejores" o algo similar. Para todas aquella que me han leído desde hace un tiempo y que han leído alguna otra de mis historias, deben saber que siempre las llevo en mi kora, igual a todas las que apenas encontraron mi historia (también a ustedes, lectoras fantasmas, besos)
Bueno, bye.
Besos a todas las que leyeron hasta el final:)
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