Epílogo
El viento que sopla desde el norte traía consigo la brisa del mar, que salía de las olas que golpeaban con fuerza el borde del acantilado sobre el cual estábamos. Las hojas del árbol nos proveían de sombra a Aria y a mí que estábamos sentados muy alejados del barranco, mirando como Gorith estaba mirando al precipicio, mientras Ahn estaba esperándolo a la distancia, jugando con un perro que nos encontramos de camino a este lugar. Tal vez lo niegue, pero se ve como una niña con su mascota. Algo tierno, a decir verdad.
Ya eran cinco semanas desde que llegamos a la isla de Belfast, pues si nos quedábamos en Fess corríamos el riesgo de ser buscados por todo el reino por parte del ejército a disposición del Rey, de igual forma podíamos poner en peligro a las familias de Aria y Ahn si descubrían que estábamos en sus casas, algo que no pensaba permitir bajo ninguna circunstancia.
–A todo esto... –Comentaba Aria–. ¿Qué es lo que hacemos aquí?
–Bueno, Gorith quiere venir a este lugar para deshacerse del espíritu del heraldo de Borac.
Algo que ciertamente es parte de nuestro estar aquí.
–Pero tú también tienes algo que hacer aquí, ¿no? Me lo comentaste antes de salir.
–Eso lo sabrás más adelante.
En lo que terminé de hablar, Gorith ya estaba regresando junto a Ahn, para sentarse a nuestro lado y disfrutar del agradable día.
–¿Aun no llegan la persona a la que esperas? –Pregunta Gorith.
–¿A quién? –interrogan las chicas.
–Aun no.
–Dime a quién esperas –insiste Aria.
–Ya lo sabrás.
–A todo esto –habla Gorith– ¿no has pensado en regresar a tu mundo? Digo, ¿no te ha pasado por la mente eso?
Con esa pregunta todos se me quedan viendo, a la espera de mi respuesta.
–Al principio, cuando llegué a este mundo, si lo pensaba muy seguido, presionaba a Donna y Aron para que me dijeran la forma para hacerlo. Pero conforme pasó el tiempo, fue descubriendo que esto es más interesante que lo que hacía allá. Así que preferí quedarme. A parte, aquí me siento más cómodo con ustedes, descubriendo y haciendo cosas que nunca me imaginé en un principio,
–Y ¿qué hacías en tu otro mundo? –Ahn estaba muy interesada en lo que decía.
–Pues...
En el momento que empecé a hablar, una sensación me hizo voltear hacia atrás, pues sentía una presencia cercana, lo que logró tomar mi atención, y un es para menos, pues era exactamente lo que estaba esperando, o mejor dicho, a quien estaba esperando.
–Es un gusto verte de nuevo –me comenta el hombre de cabello negro que se paró frente a sus amigos,
–Lo mismo digo –contesté a su saludo mientras me paraba.
Aria y Ahn también se pararon para saludar a los otros dos que se encontraban junto con mi invitado. Por su parte, Gorith se encontraba sentado, mirando un poco a la distancia como nos reencontramos con quienes nos atacaron y ayudaron cuando estuvimos dentro de la primera cueva que visitamos para encontrar la guarida de Borac.
–Entonces... ¿Cuándo iniciamos? –Me preguntó a quién saludé.
–Pues si quieres ahorita –dije mientras estiraba un poco los brazos.
–¿Qué es lo que harán? –La que me preguntó fue Aria.
–Solo entrenaremos un poco.
–¿Entrenar? –Se burlaba un poco mi contrincante–. Será una paliza lo que te daré.
–Eso quisieras –respondí con una carcajada.
Cada uno tomo su respectivo lugar, aguardando a que el otro estuviera preparado para comenzar.
–Esto me parece muy exagerado solo para que le digas tu nombre –le comenta su compañera a mi rival.
–Déjanos ser Luna –le responde–. Igual tu Argos, quiero ver que tan bueno es este niño –le comentó a su otro compañero.
Gorith, Luna, Aria Ahn y Argos se nos quedaron viendo mientras se sentaban bajo la sombra del árbol, con la intención de vernos pelear detenidamente.
–¿Estás listo para luchar? –de repente de sus manos salen dos bolas de fuego oscurecidas.
–Por supuesto –respondí haciendo lo mismo.
No nos ocultamos nada, desde el principio supimos que íbamos a soltar todo nuestro poder, pues no queríamos dejar espacio para que el otro reaccionara. Y fue así como, sin pensarlo mucho, nos lanzamos al ataque, logrando que nuestros puchos chocaran y la onda expansiva sacudirá nuestro alrededor.
Fue así como una nueva aventura se inicia para nosotros.
Notal del autor:
Gracias a todos los que me siguieron durante esta aventura, fue un placer escribir esta obra desde lo más profundo de mi ser. Y me sería muy maravilloso que, así como me entretuve creándola, ustedes lo hallan hecho leyéndola.
Por compartir este viaje conmigo, GRACIAS.
Leonardo Cuamba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro