Capitulo 31: Su felicidad
-Tienes que ser fuerte -coloco un paño mojado en su frente y se quedo mirándola -Ahora tienes una razón muy fuerte por la que luchar -se inclino hacia ella y le susurro al oído -Tu hijo está bien, es fuerte como su madre. Pero tienes que luchar por él. Aférrate a la vida, no lo pierdas.
El sonido de la puerta al abrirse la hizo girarse hacia ella.
-Señora -una de las criadas se adentro con un cuenco -Lo que ordeno
-Trae -Niara extendió el brazo y tomo el cuenco. Lo dejo en la mesilla y tiro de las sabanas destapándola -Ayudadme a quitarle las vendas.
-El... el Laird nos ha preguntado por ella -la mujer se situó al otro lado de la cama y comenzó a retirar las vendas con cuidado.
-No comentareis nada de su estado. -Niara miro su rostro y después a la criada -Yo personalmente hablare con el Laird sobre su recuperación. Pero lo que sabemos, quedara solo entre nosotras.
-Si señora -la mujer asintió, termino de quitar las vendas y se quedo mirando la herida -Parece que se está curando bien.
-La fiebre a bajado, pero aun no ha desaparecido -Niara tomo el cuenco y rodeo la cama hasta pararse junto a la mujer. Se lavo las manos y tras secarla, procedió a limpiar la herida -Aun hay riesgo de infección.
-¿Y el bebe? -ella sostuvo el cuenco
-¿Cual es tu nombre? -Niara giro el rostro para mirarla
-Zara señora -ella inclino el rostro levemente
-El bebe está bien Zara -tomo un poco de ungüento del cuenco y lo aplico en la herida, retiro sus manos y la observo. -Y espero que siga así. -se limpio las manos y tomo vendas nuevas -Tenemos que alimentarla. Forzarla a tomar sopa y te. Debe tener fuerzas, para que el niño resista.
-Me preguntaba donde estarías -se adentro en el despacho y observo el liquido ámbar en la copa que el sostenía -Ayuda a ahogar las penas, pero no desaparecen.
-Nunca desaparecen -alzo la vista hacia ella -¿no viene vigilándote tu marido?
-¿La verdad? Me escape -se encogió de hombros, se acerco a la mesa y se sentó en la silla -¿no quieres ir a verla?
-¿Me dejaras ahora? -el bebió despacio
-Nunca pensé que acataras las ordenes tan rápidamente -sonrió, apoyándose en el respaldo -Temes verla, ver que ha empeorado. Tienes miedo.
-Pensé que nunca volvería a tenerlo -tenia la vista fija en la mesa -Pensé que nunca volvería a sentir esta impotencia.
-¿Cual es su historia? -lo miro a los ojos -Vuestra historia
Aclair alzo la mirada, observándola en silencio.
-Es la hija del Laird MacGabe -vio la reacción en ella y asintió -Mi hermano destruyo ese clan, arraso con todo.
-¿Como la encontraste? -frunció el ceño
-Ella me encontró a mi -sonrió -Intento matarme y casi lo consigue.
-Entiendo -Niara se quedo pensativa
-Me odiaba -cerro los ojos con fuerza -Y yo la obligue a quedarse a mi lado, la amenace, la encerré. -suspiro, abrió los ojos y en ellos se reflejo la culpa, el miedo .
-Y temes que aun te odie -se levanto de la silla y sonrió levemente -Pero tú la amas.
El no respondió, se quedo mirándola fijamente.
-La fiebre ha disminuido, he cambiado las vendas y hecho una cura. La estamos obligando a alimentarse, para que recupere fuerzas. -se giro y camino hacia la puerta -Seguirá durmiendo, por lo menos unos días más. -se paro con la mano en el pomo -Voy a darme un baño y a descansar un poco. Ve con ella, porque a la noche, volveré a quedarme vigilándola -giro el rostro y le sonrió -Y no quiero molestias. -salió cerrando tras ella.
Se paro ante la puerta y se quedo allí, mirándola, segundos, minutos. Hasta que finalmente apoyo la mano en la madera y empujo, abriéndola. Se paro en el umbral, observando la inmensa cama, con ella recostada en el centro, tapada con la sabana, con sus ojos cerrados.
-Señor -la criada se levanto de la silla mirándolo.
-Ve a descansar -el hablo sin mirarla, caminando hacia la cama, con la vista fija en sus ojos -Yo me quedare con ella hasta que Niara regrese.
-Como ordenéis -la mujer asintió y salió de la habitación, cerrando la puerta con delicadeza.
Se paro junto a la cama y alargo la mano, para acariciar su mejilla despacio, cerrando los ojos ante la maravillosa sensación del calor de su piel.
Se subió al colchón, junto a ella y se recostó sobre la almohada, girado hacia su cuerpo, observándola.
-Nos llaman el clan del Hielo -hablo en voz baja, susurrando -Mi corazón era hielo, pero tú has hecho que todo cambie. No te rindas.
Allan se mantuvo en silencio, sosteniendo la puerta entreabierta y escuchando. Cerró los ojos con fuerza y respiro profundamente. Empujo la pesada madera y se adentro en la estancia, cerrando tras él.
-Me han dicho que esta mejor -hablo con la vista fija en ellos.
Aclair no respondió, permaneció observándola, acariciando su rostro.
-¿Estas dispuesto a dejarla que se case con Ethan? -Allan lo miro con atención
-Si es lo que ella quiere -no paso desapercibida la tensión en su cuerpo.
-Yo también estoy dispuesto a que sea feliz -Allan miro el rostro de la mujer a la que quería como una hija y después al Invencible. -A lo que ella quiere.
-¿Donde estabas? -Duncan entro en la habitación y frunció el ceño mirando a su esposa -Te busque por todo el maldito castillo.
-Es un castillo muy grande ¿Cierto? -Niara se giro dándole la espalda, acercándose a la bañera.
-No me has contestado -el cerro la puerta y dio varios pasos hasta pararse en el centro de la habitación.
-No tienes por qué perseguirme por todos lados esposo -Niara sumergió la mano en el agua y cerró los ojos ante la maravillosa sensación.
-Sigues sin contestarme -el se cruzo de brazos, su rostro era un dura roca.
-Y no tengo porque hacerlo -se giro hacia él y le miro desafiándole -Necesitaba hablar con Aclair, así que fui a su despacho.
-Te habría acompañado -se tenso
-Pero no era necesario -sonrió -¿Sabes? Me gusta verte celoso
-Yo no estoy celoso -frunció el ceño
-¿Ah no? -rio -Pues deja de comportarte como un niño -alzo ambas cejas -No olvides que estás hablando con la Guerrera.
-Y tú con el Diablo -dio un paso hacia ella
-Lo sé -paso la lengua por sus labios -Yo te reclame ¿recuerdas?
-No me gusta que estés a solas con el -evito mirar sus labios.
-La ama -sonrió feliz -Aclair la ama y algo me dice que ella a él.
-¿Como estas tan segura? -sus brazos se relajaron a ambos lados de su cuerpo.
-Lo sé -inclino el rostro observándole divertida -Ahora deja de hacer el tonto -alzo una mano y le hizo un gesto para que se acercara -Voy a darme un baño - y deslizo la bata por su cuerpo, quedando totalmente desnuda. -¿Me acompañas Diablo?
No hubo respuesta, el simplemente se abalanzo sobre ella, apoderándose de su boca y de su cuerpo. Besándola con una pasión abrasadora, la misma que cuando se conocieron.
CAPITULO CORTITO, LO SE. PERO NO TENIA TIEMPO DE ESCRIBIR MAS Y NO QUERIA SER MALA, AL MENOS YA SABEIS QUE EL NIÑO ESTA BIEN
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