El inminente regreso de Lavinia Moriarte
"Quiero cambiar al mundo y para eso debo de vencer al Reino de Soleon, si me das lo que quiero, el poder que deseo...juro destruir el Reino de Soleon. La atacare hasta que la última piedra en pie caiga" Esas fueron mis palabras ante el señor de las tinieblas para que me diera su poder, el poder de ser la representante de la oscuridad y la destrucción. Desde entonces comandé por ya casi mil años una guerra interminable contra la humanidad pero... nueve veces he levantado mi ejército oscuro y nueve veces he sido vencida.
Recuerdo el último enfrentamiento como si fuera ayer. El héroe, el noveno espadachín que portaba la espada de los cielos, "Filo Celeste". Filo Celeste es na espada tan especial que solo lo puede portar el más justo y noble de todos los seres en la tierra, pero aun así, eso solo me puede posponer, esa espada es con la que una y otra vez, héroe tras héroe me han derrotado. Gracias al poder del señor de las tinieblas mi alma solo se va al éter, mientras mi cuerpo se regenera, y una vez que mi alma llega a esta cámara de la inmortalidad en mi palacio Carmesí, mi regeneración comienza y mi regreso es inminente.
Usualmente tardo cien años en regenerar mi cuerpo, pero son cien años en los que mi magia se fortalece, cien años donde mi ejército solo crece bajo el comando de mi mano derecha, el más grande caballero infernal de todos los círculos malditos, El General Masacre. En estos momentos debe de estar reuniendo a mis cinco generales espectrales y a sus ejércitos para que continúe nuestra guerra.
Escucho los engranes de la maquina abriéndose, lo primero que siento es mi sonrisa y poco a poco siento todo. Mis manos, mis piernas, siento que abro los ojos y veo la luz de la puerta de la cámara de la inmortalidad abriéndose. Del otro lado se encuentra mi palacio, mi ejército y mi venganza.
Al abrirse las puertas de la cámara de regeneración el vapor no me permite ver nada pero puedo escuchar el clamor de mi ejército, al salir solo puedo escuchar:
— ¡Bienvenida!
¿Bienvenida? Nunca me habían recibido así de festivos... ¿es música? El humo de la cámara de regeneracion no me deja ver. Al disiparse un poco puedo ver una muchedumbre de... ¿humanos?
— ¡Señores y señoras, denle la bienvenida a nuestra ciudad a la legendaria Lavinia Moriarte, la emperatriz de la oscuridad!
Un hombre adulto y pequeño con un traje que se ve muy caro conduce a una multitud que aplaude y ovacionan. De momento la multitud enmudece al momento que se disipa el humo y se me quedan viendo.
— ¡Basura mortal! — empiezo a invocar magia oscura para darles una lección a estos intrusos, mi energía corre de entre mis venas a mi mano derecha. — No sé cómo entraron a mi palacio pero se arrepentirán de...
El hombre que se dirigía al público se acerca y me dice en voz baja.
— Eh... señorita Lavinia, creo que no se ha dado cuenta que está un poco indispuesta...
— ¿A qué te refieres con eso mortal?
Me señala con su mirada a que vea debajo de mí y... volví a olvidar que mi cuerpo se regenera sin ropa. No puedo evitar apenarme, volteo con el público.
— ¡Denme un segundo basura mortal, ahora vuelvo enseguida!
No puede ser, no puede ser, no puede ser. Vuelvo a paso rápido a la cámara de regeneración. Tranquila, recuerda los hechizos de alta transmutación.
— La materia cambia y mi voluntad cambia a la materia— susurro— ¡Trasmutación!
Dentro de la cámara hago las invocaciones de alta transmutación para convertir la materia de adentro de la cámara en telas, joyas y metales. Les doy la forma de un vestido entallado rojo y negro, joyas y oro para acompañar y una corona dorada con cuernos, el emblema del ejército oscuro; y porque no, un poco de maquillaje. Por fin, Después de un poco de brujería por fin estoy lista, hermosa y preparada para atormentar mortales.
— ¡Tormenta oscura, yo te llamo!
Invoco nubes de tormenta, truenos y relámpagos antes de salir de nuevo en medio de la niebla. Con magia le doy mi voz para que hasta el último mortal que esté presente escuche, salgo mientras y amenazo a los mortales.
— Mi nombre es Lavinia Moriarte, emperatriz del mal. ¿Quién se atreve a estar presente en mi regreso?
Con este paisaje que he creado hasta los más valientes escaparían... pero la reacción de las personas es un poco distinta a la que esperaba. De entre el público escucho distintas cosas:
— ¡Wow!
— ¡Asombroso!
— ¡Otra, otra, otra!
— Realmente es tan Bella como dicen.
Son ovaciones para mi... no entiendo.
— Hay gracias... un momento.
— Excelente demonstración señorita Lavinia. — se acerca el que creo que es el líder de todas estas personas. — Realmente tiene a su público emocionado— me dice mientras baja la voz.
— Antes que nada, para ti, señora; y esta "demostración" como usted le llama es un sutil: Fuera de mi patio. A todo esto ¿quién es usted y quienes son ellos? —Señalo al mar de público que se encuentran frente a mí.
Me doy cuenta que este ya no es el jardín de mi palacio. Apunto con mi mano, lista para dejar caer un relámpago de energía a mi comando.
— ¿Dónde estoy y quienes son ustedes?
— Bueno, mucho gusto— contesta algo nervioso— mi nombre es Dandod Silver y soy el alcalde de esta ciudad llamada Nuevo Amanecer, bienvenida sea.
— ¿Ciudad? — Por lo que veo, este lugar ya no es mi palacio.
— ¿Qué diantres le hicieron a mi palacio?—tomo al supuesto alcalde de su ropa, envuelvo mi mano de energía oscura, lista para atacar.
— Me... me encantaría decírselo durante el almuerzo.
— ¡¿Almuerzo, crees que el almuerzo me va a disuadir de eliminarte?!— Empiezo a invocar mi hechizo de relámpago oscuro en mi mano libre pero empiezo a sentir un aroma conocido.
— ¿Eso es...puerco ahumado? —
— Así es. —
— ¿Y ese otro olor es tarta de manzana?—
— Claro, de hecho en el festival de hoy hay toda clase de delicias y comida de las cuatro esquinas del mundo.
— Hace cuatrocientos años que no pruebo una tarta de manzana— Se me hace agua la boca y me gruñe el estómago, después de todo, tengo cien años sin comer nada.
— De acuerdo... alcalde, pongamos una "pausa" momentánea en lo que almorzamos y me explica... lo que sea que está pasando.
— De acuerdo señori...— volteo a ver al alcalde con mi mirada de la muerte — ¡señora!
El hombre me lleva a través de las calles de esta ciudad. Antiguamente estaba llena de mis soldados y ahora es tan colorida y llena de personas. Música, juegos y mucha gente, esto es distinto. Cuando observo bien en los edificios, son muy distintos, más grandes y se ven más fuertes, ¿Cambiaron los materiales de construcción? Cuando invadí el castillo del rey de Soleon hace trescientos años no eran así de grandes y no eran tan adornados.
El alcalde me lleva a una posada con un jardín abierto, donde me sirven toda clase de manjares, al principio los pruebo con duda pero saben sumamente deliciosos, nunca en mis mil años de vida había probado algo así.
— Deliciosos, ¿verdad? — Me pregunta el alcalde.
— Si, un poco. — Mentira, es riquísimos, quiero apoderarme de este lugar y secuestrar al chef.
— En esta época con los avances en comunicación y transporte podemos intercambiar comida y especias de todos lados del mundo. De esa forma podemos tener asados del este, tarta élfica, la carne de las montañas de los enanos y también Tallarines del este e incluso algo de helado del norte.
— Parece que han avanzado mucho en cien años, señor alcalde. ¿Pero le puedo hacer una pregunta?
— Adelante señora.
— ¿Tienen que estar todas estas personas en nuestro alrededor?
Alrededor de nosotros se encontraban una muchedumbre de personas, viéndome comer y platicar con este hombre, parecían al tanto de mí, no se veía ninguno con intención de atacarme, más bien con cierta devoción lo cual es extraño viniendo de unos mortales.
— Vera... señora Lavinia, todas estas personas están aquí porque estamos en la antesala de nuestro festival anual y queríamos que usted fuera una de nuestras invitadas.
— ¿Enserio? — No es de extrañar, cuando era una mortal siempre fui popular. — ¿Y cómo de que es este festival? Porque ya es tarde para celebrar el festival de cosechas de manzanas si no me equivoco.
— De la derrota del mal, por supuesto, y siendo nuestro centésimo aniversario es una ocasión especial porque sabríamos que usted llegaría.
— Centésimo aniversario... ¡Ósea que hacen una fiesta para conmemorar mi derrota!
— No solo la última, también hacemos remembranzas, representaciones y lecturas de las ocho batallas anteriores.
— ¿Ósea que es todo un festival para conmemorar todas las batallas en las que he participado?
— Es una forma muy fea de ponerlo señora Lavinia, yo diría que es una ocasión para festejar nuestra cultura que se ha fortalecido...— Baja su voz y se pone algo nervioso— con las victorias ante su ejército... y usted.
No puedo creerlo, esta basura mortal realizan festejos cada año burlándose de mis derrotas. Pongo me subo a la mesa para que todo mundo me vea y me dirijo a los presentes.
— ¡Déjenme les recuerdo que yo, Lavinia Moriarte no descansare hasta el Reino de Soleon haya desaparecido!
— Eh, señora...—el alcalde me interrumpe en voz baja — era de lo que le quería platicar, el Reino de Soleon dejo de existir hace unos años.
— ¿Qué... que dices?
— Así es... nosotros ahora somos la Republica Libre y Democrática de Soleon. Tuvimos una transición pacífica a la democracia hace noventa años.
— ¿Qué?... bueno, no importa, no estaré en paz hasta que la tierra sea de aquellos que la trabajan.
— ¡Señorita! — escucho desde el público — la repartición de tierras se hizo hace ochenta años.
— ¡¿Qué?!... eso es bueno... Pero jamás podría estar en paz sabiendo que esta República no apoya el amor verdadero entre...
— Señorita maldad, —me dice un niño del público— yo tengo dos papás que me quieren mucho.
— Eh... eso está de maravilla pequeño, me alegro mucho por ti y tus papás.
¿Qué diantres ha pasado en este lugar? Volteo con duda a ver al alcalde buscando una después pero el cual solo sonríe nerviosamente.
— Uf, puede que hicieran cambios positivos pero ustedes aun no me han explicado, ¿qué le paso a mi ejército? — alzo la voz para que me puedas oír — ¡¿Dónde está mi general?!
Los vientos cambian, sabía que me escucharías. Una gran sombra se proyecta sobre el piso cubriendo a todos los espectadores. Aunque el mundo esté de cabeza sabía que podía contar contigo, siempre estas a mi lado, querido general.
— Por sus rostros creo que ya saben quién acaba de llegar. Dejen me les presento al más grande caballero infernal de todos los círculos malditos, ¡el gran y poderoso General Masacre!
Siento como cae de golpe a mis espaldas, su presencia es fuerte, la sombra de sus alas draconianas me cubre por completo y su aliento de fuego es incandescente, sé que mi viejo amigo esta aquí. Volteo para ver de frente a mi más leal soldado y lo veo... ¿un tanto gordito?
— ¡Hermana Lavinia, bienvenida! — Recibo un fuerte abrazo del General Masacre, es tan fuerte que saca todo el aire que hay adentro de mi— me da mucho gusto que este de regreso con nosotros.
— ¡Masacre, compórtate!
— Lo siento, señora— de inmediato Masacre me suelta, pero caigo al piso.
Lo veo pero ya no porta su armadura negra, ni su casco de hueso de dragón, trae consigo una camisa blanca con corbata y unos pantalones cafés y...
— ¿Usas lentes?
— Así es señora, es que ya se me cansaba la vista al leer en la noche. Disculpe la demora, estaba cuidando de los niños.
— ¡¿Tienes hijos?!— pregunto sorprendida
— No, no, no; son del orfanato donde ayudo, pero les llamo mis niños y en retorno, ellos me llaman "tío Masacre".
Uso magia de levitación para ponerme de pie y me acerco a masacre, para susurrarle al oído.
— Oye, ayúdame a darle sentido a todo esto, Masacre ¿realmente qué diablos está pasando aquí? ¿Qué te pasó a ti?
— Mire, señora Lavinia, ¿Recuerda la última vez que fuimos derrotados?
— Puf, para mí fue como si fuera ayer.
— Bueno señora, después de la novena derrota, la princesa de Soleon me ayudo a ver que por casi mil años había estado peleando y perdiendo... y es porque estaba peleando por algo en lo que no creía, me acerco a la iglesia del señor de la luz donde fueron muy amables conmigo. Después de años consulte con los doctores, y gracias a una nueva rama de la ciencia llamada psicología y me di cuenta que estaba peleando contra mí mismo y no contra los héroes todo este tiempo, el ser el teniente y mandamás de los ejércitos oscuros era el sueño de mi padre, el señor Masacre, no el mío.
— Aja, aja, aja... ¿Qué me quieres decir?
— Bueno, realmente yo siempre quise ser un arquitecto y construir casas que enorgullezcan a sus dueños y eso es lo que me hace feliz.
Empiezo a reír.
— Muy buena teniente, pero enserio ¿Por qué andas disfrazado así?
— En enserio señora. — Veo los ojos de Masacre, está diciendo la verdad.
— ¿Es enserio?
— Así es señora. — me contesta Masacre.
— ¿Y qué le paso a mi ejército y a mis cinco generales espectros? ¿Dónde está Gosh, El general fantasma?
— Por fin encontró sus huesos y descanso en paz
— ¿La generala Urzalia, la ira perpetua?
— Después de la terapia está expandiendo su mensaje de paz por el mundo.
— ¿Y el general Rampage, el rompe huesos?
— Se torció la cadera y está en rehabilitación.
— ¿Y Krina, la generala Selenita?
— Su planeta lo necesitaba y volvió a casa
— ¿El general Barik, el acosador?
— Está en cárcel porque hizo algo muy malo.
— Somos seres del mal, se supone que es lo que debemos de hacer.
— Acosó a un adolecente.
— A no... eso sí es muy malo.
No puedo creerlo, todos ellos se fueron, en otras ocasiones ellos estaban aquí justo este día.
— ¿Y mi palacio? — Volteo, no quiero que vean mis ojos.
— Decidimos construir una la nueva Capital de Soleon, Ciudad Nuevo Amanecer en este lugar. — Interrumpe el alcalde
— ¡¿Qué dices?!— Relámpagos salen de mis manos y mis ojos se tornan de un rojo demoniaco.
— ¡Por favor, no se enoje!
— ¿Convirtieron mi palacio en la capital de Soleon?
— Por favor, calme su ira señora...— Masacre trata de disuadirme.
— Masacre, ¿Cómo me voy a calmar si estoy en medio de la capital de Soleon?— espera...
Estoy en medio de la capital de Soleon... solo he podido invadir la capital de Soleon dos veces y usualmente me ocupa más de la mitad de mi ejercito el tan solo acércame a sus murallas, pero esta vez... solo desperté aquí adentro.
— Oye, señor alcalde— cambio mi todo al de una dulce doncella.
— ¡No me destruyas, por favor!— Me dice aun intimidad.
— ¿Entonces, soy invitada de honor?
— Ehh... así es señora Lavinia, usted será la invitada de honor para nuestro festival.
— ¡Perfecto, wa,ja,ja! — no espera, no rías en ese tono— digo, ji,ji,.
Masacre y el tonto de Dandod, me ven con desconfianza, les guiño el ojo. Vamos, si sexta heroína no se pudo resistir a estos ojos menos ustedes.
— Y dígame, ¿Qué tendría que hacer?
— Realmente no mucho, presentarse con los fans, la llevaríamos a hacer firmas de autógrafos y sesión de fotos con el décimo héroe.
— ¡El décimo héroe! ¿Ya está aquí?— salto de miedo.
— No tema mi señora. — me dice Masacre tratando de calmarme
— No... yo no estoy asustada. — Estoy aterrada.
Usualmente tengo algo de información del héroe antes de enfrentarlo: sus miedos, sus debilidades, a quien ama o a quien odia, cuantas mascotas tiene y a cual extrañaría más... pero esta vez no tengo nada en su contra.
— No se preocupe señora Lavinia— Dice el alcalde— Si usted gusta podemos firmar este pacto de tregua.
De su portafolio de piel saca unos papeles, son hojas blancas con letras doradas pero ¡conozco esos símbolos!
— ¿Es acaso un contrato de Leximancia?— señalo las hojas.
— ¿Esta familiarizada con la magia de las reglas y contratos?
— Así es, una vez que se sea firmado ambas partes se verán obligadas a cumplir los estatutos pactados o serán castigados. — claro que los conozco, después de todo es la misma magia con la que pacte con el señor oscuro.
— Muy, bien. — Dandod hojea un poco el contrato—Con este contrato le ofrecemos a usted por parte del pueblo de la Republica Libre y Democrática de Soleon una tregua durante los días del festival. Ni el gobierno ni nuestro icono cultura, el héroe, podrán lastimarla a usted ni a su ejecito a cambio de que usted...
— Si, si, si, lo que digas. — le arrebato los papeles.
Es todo lo que necesitaba oír. Le arrebato el contrato antes que se dé cuenta que me está permitiendo estar a salvo del héroe mientras preparo mi asalto.
— Firma, firma, gotita de sangre, inicial y ¡Listo!— término de firmar y entrego el documento al Alcalde.
— Bueno, parece que todo está en orden. —Lo dice mientras revisa el documento.
Dandod, revisa el documento y las letras doradas del contrato entran en nuestros brazos y se incrustan en ellos como elegantes tatuajes. Después de eso el Alcalde se sube a la mesa emocionada y lanza un grito al público.
— ¡Tenemos Tregua!
Las personas festejan junto con Dandod mientras yo me tranquilizo. Tendré tiempo para pensar, analizar y planear mis siguientes movimientos.
— No se preocupe señora, yo la acompañare a lo largo del festival.
— ¿Es enserio, Masacre?
— Así es.
— Masacre, tu si eres mi hombre más fiel. —le doy un abrazo sincero a masacre.
— Y aprovechare el tiempo para leerle el libro del señor de la luz.
— Nah, paso.
Después de firmar el documento, el alcalde me dio una canasta de frutas y unas pantuflas de bienvenida junto con las llaves de una suite de hotel cinco estrellas. Masacre se ofreció a llevarme al lugar.
Durante el camino no podía creer como habían cambiado las cosas, como la gente se ve y viste distinto, incluso hay elfos, enanos y otras razas exóticas en esta ciudad, usualmente solo durante las guerras se juntaban estos reinos. Supongo que las cosas si han cambiado.
— Señora, esta consiente que con el contrato no podrá hacer nada en contra de Soleon, ¿verdad?
— Si, el alcalde fue muy claro al respecto.
— Eso también incluye a cualquiera de sus soldados. — aclara Masacre.
— Lo sé. — diantres, ahí va el plan "A".
— Y contratar asesinos y mercenarios que pueda contratar.
— Eh... lo supuse. — opción "B" descartada.
— Y sus maquinaciones.
— ¡Mis maquinaciones!, Las había olvidado.
— No se preocupe señora, yo no las olvide. pensé que eso pasaría y me encargue de eso. — me comenta mientras sonríe.
— ¿Enserio? — ¡Diantres! — ¿Entonces borraste los círculos de aniquilación?
— Les puse cemento y ahora hay juegos infantiles sobre ella. — Opción "C" fuera.
— ¿Te desististe de la bestia come hombres?
— Ahora son las amables "Bestias" veganas. — Pobrecitas, la opción "D" queda fuera.
— ¿Apagaste el cargador del robot del apocalipsis, El Caballero trece?
— Así es, gire la perilla que estaba en la habitación junto a la cocina.
— Espera — detengo mi caminata— ¿La perilla junto a la concina y no el interruptor?
— Sí... ¿porque? — Masacre me contesta de forma sospechosa.
— ¡Ja! esa no era la llave para desconectar al robot del apocalipsis, ¡era el boiler! El plan "E" Sigue en pie y en cualquier minuto la maquina desper...
En ese momento se siente temblar y la tierra se parte en dos en medio de la ciudad, justo a tiempo creación mía. Desde los calabozos más profundos de mi palacio sale creando un terremoto que rompe la tierra y emerge, de metal oscuro y quince metros de alto, armado hasta los dientes y reforzado con placas de oricalcos.
La máquina del apocalipsis, El Caballero Trece, un mecha hecho hace más de cien años con el propicio de destruir al Héroe, la destrucción de Soleon es inminente. La gente corre y grita refugiándose del robot gigante. Ah, como los viejos tiempos.
El Caballero Trece acumula energía y lo lanza con un rayo partiendo en dos a los edificios de la ciudad.
— Genial, el Rayo de Aniquilación trabaja perfectamente. ¡ese es mi hijo!
El caballero Trece voltea hacia la dirección donde yo y Masacre estamos. El Caballero Trece voltea hacia mí, me reconoce, mi creación me reconoce.
— Ma...ma...—La voz robótica del caballero trece se escucha en sus bocinas.
— Me está diciendo Mamá, me reconoce — que orgullosa estoy.
— No, está diciendo Masacre, me reconoce, reconoce a su tío Masacre. ¡Hijo, no tienes que ser malvado! — Cállate masacre.
— ¡Matar a todos!— El caballero trece grita con voz robótica.
Empieza a cargar por segunda vez su Rayo de Aniquilación. Genial, no hay pasado ni cinco minutos y ya se quiere revelar contra su creadora. Preparo mi hechizo de defensa más fuerte.
— Invoco el escudo de acero rojo, ¡Escudo Escarlata!—
El rayo impacta en mi escudo, y penas sostiene el golpe. Pero siento algo en mi mano que no permite mantener el hechizo. Veo como las letras y símbolos se empiezan a petrificar, el contrato está muy bien hecho.
— ¿Qué está pasando?
— El contrato, la está deteniendo — Masacre me dice mientras señala mi brazo.
Los símbolos del contrato empiezan a petrificar mi mano, ¿de esto se trata la violación del contrato? Convertirme en piedra, que cruel, casi puedo envidiar la idea. El contrato reacciono a partir del Caballero Trece, entonces la maldición reacciona a mi conciencia y el mecha al estar atacando la ciudad, entonces la respuesta es sencilla.
— Masacre, sostén mi canasta de frutas y mis pantuflas. ¡Mamá se encargara de esto!— Respiro hondo.
— Si, señora. — me dice con temor en su voz.
— Lo siento, hijo. — empiezo mi hechizo —Por las mismas tinieblas te llamo, relámpago oscuro, macabro castigo para mis enemigos.
Mientras ondeo mis manos rayos oscuros salen del suelo y empiezan a rodear mis manos. Las sombras ondean a mí alrededor y a lo largo de toda la calle se ve el relámpago oscuro que se reúne en mis manos.
— ¡Ve, Descarga de Destrucción! — lanzo mi hechizo y mi voz se escucha en ecos en todo el centro de la ciudad.
El golpe impacta pero una barrera anti magia cubre al soldado trece.
— ¡Genial! los escudos anti magia funcionan a la perfección— No puedo evitar sonreír.
— Señora...— escucho la voz de Masacre detrás de mí.
— Digo, maldita sea, sus escudos anti-magia funcionan a la perfección.
— ¿Tiene algún plan? — pregunta masacre.
— ¡Utiliza tu espada del crepúsculo lunar para atacarlo!
— No puedo.
— ¿Cómo que no puedes?
— La empeñe para llevar de vacaciones a los niños del orfanato.
— Oh... bueno tengo otro plan
— ¿Cuál es?
— ¡Corre, mi escudo no aguantara un segundo golpe!
El Caballero Trece empieza a cargar su Rayo de Aniquilación. De la nada, un eco se escucha en la ciudad.
— ¡Corte Celestial!— ese nombre, lo conozco.
Una luz atraviesa el cielo impactando directamente contra los cañones del Caballero Trece con una fuerza descomunal, tanto que lo logra tumbar, pero esa técnica, esa luz la conozco. Del polvo y de los escombras sale él, El Héroe de esta generación, el décimo. Cabello corto y oscuro bien peinado, porte de caballero, maldita sea, este también tenía que acabar siendo guapo.
— ¡¿Héroe?! —lo digo mientras lo señalo.
— Ese solo es mi título, mi nombre es Dereck. Mucho gusto señora. — Lo dice mientras sonríe... espera, señora. Un momento, el tono con el que lo dijo... me dijo señora, pero no por mi señorío, ¿¡me dijo señora de viejita!?
— Ahora aparece, no es seguro. Yo me encargaré de esto. — Continúa diciendo el zopenco.
— Déjame decirte que tienes delante de ti, a una de las más grandes hechiceras y más bellas mujeres que el reino de Soleon ha visto jamás, mi nombre...
— ¿Reino? hay, señora, siéntese. Creo que si se pegó fuerte. — El héroe me interrumpe. Este maldito héroe, ni el primer héroe me ha llegado a hacer enfadar tanto y tan rápido.
De la nada un rayo sale dirigiéndose directo al héroe, Dereck le está dando la espalda y no lo ve, este puede ser su fin.
— ¡Escudo Escarlata! — invoco el hechizo de defensa más poderoso que tengo.
Un escudo gigantesco de color escarlata se manifiesta enfrente de nosotros para salvar la vida al héroe. Después de todo, si él muere, el contrato seria irreversible.
— Tú ya deberías de conocer mi nombre, yo soy Lavinia Moriarte.
El joven Dereck se pone en guardia al escuchar mi nombre, se da cuenta quien soy realmente.
— ¡Ese nombre! ¿Entonces usted es...
— Así es, soy la emperatriz del mal, enemiga jurada de los héroes de Soleon y te exijo que me hables de tu... — lo empiezo a regañar — dejes de ser grosero que le digas señora a una dama implicando que es una anciana. —El joven héroe se ve algo confundido.
— Entonces, ¡¿tu estas detrás de esta máquina?!
— ¡Sí!... pero no. — tomo algo de aire para explicarle. — Veras, El Caballero Trece es un plan rezagado de la guerra pasada y no tenía pensado activarlo porque había firmado el contrato de tregua — le enseño mi brazo petrificado — lo cual me está petrificando poco a poco. Así que...
— ¿Así que... — repite el héroe.
— ¿Me ayudas a detener esta amenaza que yo misma provoque?
— ¿Y porque debería de hacer equipo contigo? Si es cierto todo lo que dice la historia: Las hordas invasoras, las invocaciones de demonios escupe fuegos y los constantes ataques a lo largo de la historia son tu culpa.
— Si, y también el robot gigante es mi culpa, pero: uno, no quiero vivir por siempre en piedra. Dos, no se tu pero yo si que se debe de usar para detenerla.
El Caballero Trece se empieza a poner de pie y veo el apuro en los ojos del héroe.
— De acuerdo, dime que hacer ¡pero sin trucos!
— No los necesitare. El Caballero Trece es un ser pensado para anular la magia. Estaba pensando para atacar junto con él y que eliminara tu magia y sus cañones te mantuviera a distancia. Así que Necesito que con tu corte deshabilites el generador de escudo anti magia que se encuentra escondido detrás de la placa principal, yo te cubriré con mi escudo escarlata. Si lo haces...
— ¿Si lo hago?
— Puedo usar mi hechizo más poderoso para freírlo de un solo golpe.
— Por lo visto no hay otra opción, ¡Tendremos que hacer una alianza de luz y oscuridad para lograr derrotarlo! Una alianza grisácea. —el héroe lo dice con una sonrisa y suma confianza, por la oscuridad, si no fuera tan guapo sería muy ñoño.
— Solo ve y haz lo tuyo.
El héroe empieza a correr hacia el robot gigante.
— Masacre, cuida a las personas, que ninguno se acerque.
— Señora, ¿se preocupara por los civiles?
— No quiero que estorben, además, si el Caballero Trece lastima a alguno, no me podre deshacer de este contrato.
Masacre sonríe y le devuelvo la sonrisa, ambos nos entendemos, más que con las palabras, con nuestras miradas, después de todo, es mi más viejo y fiel compañero.
Empiezo a levitar para seguir al Héroe, es rápido pero no es de extrañarse, las técnicas de los héroes de Soleon usan la velocidad de los dioses, intente igualarla con el caño de destrucción del Cabalero Trece, pero apenas lo iguala.
— Poderes de las tinieblas, los invoco para que cubran a mi secuas— empiezo a invocar mis hechizos.
— ¡No soy tú secuas!— contesta mi secuas, el héroe.
Al momento que Dereck me contesta el Caballero Trece usa su Rayo para atacarlo.
— ¡Escudo Escarlata!— invoco el escudo para cubrir al espadachín y salvarlo nuevamente. — ¡Menos quejas, más cortes!
Gracias al primer golpe de Dereck el Rayo de Aniquilación se ha debilitado, pero un golpe directo sigue siendo mortal.
El Héroe vuelve a poner sus ojos en el objetivo. Realiza unas piruetas apoyándose en los edificios, corre al lado de ellos para agarrar altura y saltar por arriba del soldado trece.
— ¡Filo Celestial!— El héroe realiza su corte que impacta justo en el objetivo, su barrera anti magia ha caído. Perfecto, mi momento de brillar.
Me elevo para que los rayos se alimenten de las cargas de las nueves, hago un arco en forma de rayos y relámpagos para darle más precisión a mi hechizo.
— ¡Descarga de Destrucción!— Lanzo mi rayo más poderoso.
El golpe impacta directamente sobre el Caballero Trece provocando su destrucción, empieza a caer enfrente de mí, estaba preparada para su eventual destrucción, pero nunca había esperado que fueran mis mismos hechizos los que lo detuvieran.
La piedra que se formaba alrededor de las marcas del contrato se empieza a des hacer, por fin puedo sentir mi brazo izquierdo, que alivio, no acabé como la estatua más hermosa del mundo.
El humo se disipa y veo al Héroe caminar hacia mí.
— Bien hecho hechicera, cumpliste tu palabra.
— Tengo que hacerlo, ¿estamos en tregua, no?— le sonrío enseñando el contrato en mi mano.
Sonrió directamente con el héroe y este me regresa la sonrisa, es extraño, en mil años nunca me imaginé pelear al lado de uno de estos zopencos.
— Miren, es el héroe — Se escucha a lo lejos.
— Y la hechicera, estaban trabajando juntos
— Sí, yo los vi. ¡Ambos nos salvaron!
— Yo vi que La emperatriz le dio el golpe final.
Se empiezan a acercar el pueblo de Soleon y empiezan a rodearnos para felicitarnos. A lo lejos veo que masacre sonríe mientras carga mis cosas, se acerca con el resto de las personas, son un poco invasivos pero se siente bien ser alabada nuevamente.
— ¡Viva el héroe! ¡Viva Lavinia!
Escucho varias voces alabándome y me doy cuenta de algo, hay más gente alrededor mío que alrededor del héroe, ¡Soy más popular que el héroe! Tal vez si exista otra forma de conquistar a Soleon, no al conquistar la tierra si a las personas. Ya verás héroe, haré que todas estas personas se conviertan en mis seguidoras y para el final de este festival y de esta tregua, ellos me amaran a mí y todos te odiaran a ti. Mi guerra contra el héroe y la conquista de Soleon no ha parado, solo ha cambiado.
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Más tarde esa noche, Dereck volvía a su casa, una mansión a las afueras de la ciudad.
—Héroe, buen trabajo.
Dadod felicitaba a Dereck después de la batalla contra el soldado 13.
— Gracias, Papá... digo, Alcalde.
Dereck contesto un poco apenado al a verse equivocado.
—No te preocupes por las formalidades. Excelente idea el aliarse a la hechicera oscura.
—Si... la verdad no me imaginaba que fuera a pasar.
—Dereck, me da gusto poder llamar a mi hijo "héroe" y me da mucho gusto tu iniciativa pero recuerda el plan.
—Sí, papa...
Dandod pausa y vigila a sus alrededores antes de hablar.
—Si controlamos bien a la princesa del mal, será una imagen sumamente positiva para mi campaña política y mi camino a la presidencia de la Republica de Soleon.
— Si, padre...— Dereck contestaba con cierta renuencia.
— Así que hijo, hazlo por Soleon, hazlo por ti y hazlo por mí... por tu padre.
— Si, padre...
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