Dicen que en la vida solo tendremos tres amores.

El primero es el de la adolescencia; te enseña a querer, te llena de ilusiones y parece sacado del guion de una película. El segundo es el amor de tu vida; el que te enseña el dolor y te aferras a él aunque sabes que no es para ti, el que deseas que hubiera sido para siempre pero te ayudó a madurar. Y el tercero es el que no esperas que ocurra, pero dejas que fluya sin expectativas, solo esperas que te sorprenda y cure tus heridas del pasado; ese es el amor verdadero.

Mackenzie Elder es una chica inmadura, pero con ideas fijas. Ha dedicado la mayor parte de su adolescencia a culparse por la muerte de sus padres y abuelo, y a mantener una relación amorosa con Eddie Johnson, el capitán del equipo de fútbol de la preparatoria. Cuando ella cree que no hará más que seguir cayendo en la oscuridad, aparece Aser Dylan, quién pareciera ser una puerta de salida para sus problemas.

Aser, el chico con buen sentido del humor, entra a la vida de McKenzie decidido a cambiarla y darle un giro inesperado a la química que brota entre ellos más rápido de lo que esperan. Él la hizo sentir viva de nuevo. Ella solo pudo hacer que su corazón lo llore a él.

Aser va a ser el amor de su vida, la ayudará a madurar y aprender lo que deba enseñarle sobre el dolor.

"El amor puede ser más destructivo y enfermo que el odio, por eso es más peligroso..."

"No quiero perderte ahora que te tengo a mi alcance. A veces me asusta pensar eso... bueno, supongo que así es enamorarse".