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CAPITULO VI

Después del accidente...

Aquel lugar era como viajar en el tiempo, la neblina espesa y profunda se estaba disipando revelando la silueta de sus secretos, era como ver un espíritu resurgiendo de la nada, un fantasma de montañas, árboles y playas tan claras como un espejo. Seguía escudriñando los alrededores, era toda una jungla de secretos con un cielo plomizo. A pesar de sus historias que te hacían imaginar un pedazo del infierno como los de Dante's no eras más y nada menos que un trozo de tierra y rocas arboladas como todo lo típico de este planeta. Quizás el horror no sea la isla en realidad, es como cualquier otra que presume de su belleza, si no lo que merodea en sus interiores y quizás sus aguas como aquella trampa que nos mordió con su bienvenida.

Muchos de nosotros quedamos intranquilamente sorprendidos, por dentro me sentía ansioso pues estoy a pocos pasos de encontrar a mi amada pero a la vez nervioso por todos los obstáculos que debo enfrentar. Aquella odisea pudiera ser suicida si es que el capitán hubiera sabido la otra razón por la cual debo rescatarla. Oh Sandra, quienes serán esos demonios que te tienen encerrada en una cárcel de belleza sin igual, Oh mi amor ¿En dónde estás en estos momentos? ¿A casos el horror te persigue hasta asirte con sus garras? Espero no llegar muy tarde.

Nuestro barco estaba atascado, aquel arrecife mordía muy bien de la quilla, con todo el esfuerzo del motor, la labor era en vano. A pesar de la tormenta y el fuerte oleaje que nos arrastró hacia acá, en cuestión de nada el mar se quedó quieto como si fuera un lago. El capitán se estaba impacientando, se sentía muy incómodo y me acusaba de culpable como si fuera su mal presagio, todo hombre de alta mar tienden a caer en supersticiones. Pero el optimista Gabe lo tranquilizaba con algún motivo racional de que si la Industria tiene una enorme base, eso significa que no deben andar muy lejos, aquello se oía tan racional que tranquilizó aquel turbado hombre y eso que pensaba que estaba tratando con una especie de impasible pirata o tal vez... sepa lo que se esconde bajo esta neblina, razones suficiente como para alterarse de los nervios. Efectivamente se dio la razón de sus argumentos, la tela blanca con remolinos humeantes dejó que se asomara la silueta de un muelle largo pero sin barcos. Por fin se pudo leer en un letrero metálico y pintado de rojo carmesí "Abominology base especial"

Gabe silbó esperando a que alguien le respondiera pero ni la brisa misma le daba respuesta, sin ninguna razón me dio un escalofrió, malas sensaciones invadía mi cuerpo como si un fantasma poseyera mi alma, a lo mejor debe ser el recuerdo pasajero de tantas historias locas que sostiene su leyenda que entretienen a los turista y le causa pesadillas a los pequeños. Gabe seguía gritando hasta sentir el eco desvaneciéndose a la distancia pero ni el sonido de las gaviotas nos susurrabas los oídos. Silencio, si, solo un funesto silencio sin ninguna explicación como si el volumen de la playa haya cesado con la advertencia de nuestra llegada.

El capitán sugiere que debemos llegar hacia la torre de ese muelle, el primer plan del día, a pesar de la situación que nos embarga seguía al mando, es lo menos que me merezco por todo lo que ando invirtiendo. En lo más profundo de mi, se convencía que la única salida no la vamos a encontrar en ese muelle, un susurro mental me advertía que este barco es toda la esperanza que nos queda pero no está demás encontrar algo que nos pueda ayudar a liberar nuestra única salida. Si expongo mis pensamientos creo que hasta el mismo Gabe me tacharía de paranoico pero soy el único que sabe que este lugar esconde el horror que sobrecarga a mi amada.

Después de un rato remamos hacia la orilla, me sorprende que este barco viejo tenga un bote salvavidas—El día en que compre este barco mi ex esposa me presionaba en comprar un botecillo como este—cuchichea el capitán en un aire nervioso— siempre pensé que era una pérdida de dinero pero era mejor gastarlo que cobrarlo a base de regaños días tras días de una histérica mujer como ella, ahora me doy cuenta que tenía razón esa vieja loca, es mejor esto que brasear como unos estúpidos—unos minutos después pon fin llegamos. Mi corazón se sentía como si algo le puyara con un alfiler al pisar tierra firme, algo me decía que era mejor seguir en el barco, la sensación de ser observado me sobrecogía sin ninguna explicación, por el rabillo de mi ojo percibía una sombra que se asomaba al otro extremo de la orilla pero cuando volvía a su encuentro no había nada, solo un manto blanco que deambulaba por el bosque. Gabe me miraba con cierto nerviosismo, nuestras miradas se cruzan y curvea sus cejas ignorando mi expresión, sigue pasando su revisión que dejaba insinuar la espesa neblina, lo curioso es que el frío no es tan intenso a como se aparenta a simple vista, la humedad se siente seca como si no hubiera niebla—Mike—dice mi amigo cuando le di la espalda— ¿Si?— ¿Vistes algo?— por lo visto no era el único con esa incomoda sensación, al parecer el miedo colectivo que no queríamos desenterrar estaba jugando con nosotros, para seguir manteniendo el tono sereno de nuestra llegada dije—No, no he visto nada y ¿Tú?—se queda pensando, al parecer creyó a ver visto lo que vi pero niega con la cabeza para no parecer un mísero miedoso, el título que hasta ahora nadie quiere poseer, su gesto se hace más tranquilo, aquella respuesta le calmo y siguió adelante.

Éramos un grupo de siente personas, en la marcha el capitán estaba en la cabecilla como si fuera el guía de nuestro viaje, seguía discurriendo con mis ojos los alrededores y solo pura tranquilidad era lo que se apreciaba, la brisa no se asomaba, las aves no alentaban, el sonido de las olas era tenue casi nada. Aquella tranquilidad era ofensiva, me pulsaba malas intuiciones, no es normal una paz tan profunda como esta, la neblina comienza a disiparse, cada vez el camino era más claro, la torre de nuestro destino se asomaba más a la vista. El capitán acelera más sus pasos, descubro que detrás de su cintura sostenía una pistola calibre 22, quizás, muchos de sus hombres llevaban una igual. Por un momento me puse a pensar en la carga secreta de ese hombre ¿Por qué lleva consigo tantas armas como para surtir a un batallón de asalto?

—Oye Mike— me despierta Gabe de mis pensamientos y me detengo, me hace un gesto para tener más intimidad— ¿Qué sucede?

—No significa que tenga miedo—extiende su palma con una sonrisa temblorosa—Pero me he sentido extraño desde que pisé este lugar ¿No te ha sentido igual?— volteo por ambo lados de mis hombros hasta que veo sus ojos que me señalaban otra cosa —Si—asiento—Pero no ha pasado nada—sonrío fingiendo estar relajado—Recuperaré a Sandra y saldremos de aquí, todo va a salir bien— después de que termino mi frase escucho a uno de esos hombres gritar —SANTO JESÚS— Gabe y yo nos lanzamos a su encuentro y vemos al hombre con la palma pegada en su boca, sus ojos rojos y tan abiertos que pareciera salirse de su cara—¿Qué sucede?— interviene el capitán hasta ver el horror que le impresiona—¡Santo Dios!—el velo de la neblina dejó mostrar su primera advertencia colgar de los árboles. Al principio pensaba que eran unos animales pero eran dos hombres colgados de cabezas; abiertos en dos, desde los genitales hasta su pecho, replegando un portafolio de órganos abiertos quirúrgicamente, aun seguía brillando la sangre fresca que les bañaba y se deslizaba sobre el cuello hasta caer en gota sobre la punta de su pelo, sus lenguas salían de sus bocas y los ojos eran tan blancos como la neblina que les abrazaba.

— ¿Qué clase de animal hace este tipo de abominación?— inquiere con amargo asombro unos de los hombres que nos acompañaba mientras que el otro, el primero que los vio lloraba de los nervios en el pecho de su compañero.

— ¡No lo sé!—exclama el capitán manteniendo su impasible carácter como si aquello no lo impresionara—Pero no quiero quedarme en averiguarlo ¡Esta decidido! Nos vamos de aquí— sigue adelante acelerando el paso. Su repuesta no me gustó para nada, fui tras él hasta que lo detuve— ¡Espera!— nos cruzamos las miradas cara a cara chocando el soplido de nuestros alientos—Le pagué para que me acompañara a buscar a mi novia, aunque sea esperará hasta que la traiga—señalé con voz más alta hasta ver fruncir su cejo—¡Pues, sabes una cosa!—presiona su indicie sobre mi pecho—Vete al carajo tú y tú mujer, yo me largo de aquí—chocamos de hombros pero le agarro del codo con fuerza, él se voltea cerrando su puño listo para un derechazo, apuntándome con su fiera mirada llena de miedo—Por favor— trataba de mantenerme tranquilo y no caer en una riña aunque se lo mereciera—Usted prometió cumplir su trabajo—dije— que no había que temerle a una leyenda para pequeñuelos—aquel hombre baja sus hombros y resopla con la nariz diciendo—Bueno—extiende sus manos con mucha seriedad—¿Está satisfecho?— sigue adelante y voy tras él hasta que Gabe me detiene—Déjalo—dice tratando de tranquilizarme—Tiene miedo, eso es todo. Ya encontraremos a Sandra— aquella repuesta calma mi calentura, por lo menos tengo a alguien que me apoya.

De repente suena una explosión — ¿Qué fue eso?— inquiere uno de los marineros, se escuchaba de la playa, los ojos del capitán se abrieron más de lo debido, se devuelve corriendo desde donde vinimos, todo los demás fuimos tras él, algo me decía que ya saben que estamos acá. Cuando llegamos a la playa vimos el barco envuelto en llamas hundiéndose en dos pedazos —NOOOOOOOOO...—se echa al agua al capitán, intenta nadar y uno de sus hombres lo detiene. Con sufrimiento en su rustro dice varias vulgaridades maldiciendo a todo el mundo incluso hasta el mismo Dios.

—Los explosivos— balbucea uno de los hombres conasombro—Hay alguien que no quiere que nos vayamos— era el pensamiento queinvadía mi mente. Gabe y yo estaba tan impresionado como el capitán, ahora elrescate se volvió complicado—Mike—dice mi amigo tratando de mantenersetranquilo—Dime— balbucee con la respiración acelerada— ¿Qué carajo estápasando?— se pone sus manos sobre su cabeza y los ojos tan abiertos como los deun búho— No lo sé— fue lo único que pude decirle a pocos pasos de caer en elpánico.    

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