CAPITULO IV
—Bien ya estoy adentro del sistema—dice Gabe tecleando los botones de su laptop— ¿Qué deseas saber?
Me daba mucha curiosidad saber la ubicación de esa enigmática isla, algo me decía que aquel lugar no era como para ir de vacaciones.
— ¿Dice en dónde queda?— inquirí sobándome la barbilla con la frente fruncida, suenan las teclas y el clic del mouse —Mmm...—sigue tecleando—Aquí dice que se le conocía como Sentinel del Norte, queda en la Bahía de Bengala, cerca de Malasia y le pertenece a la soberanía de la India—. Interesante, una isla que poco se sabe de su existencia ¿Por qué la Abomology se interesaría en un lugar tan remoto?
— ¿Hay algún numero donde pueda llamarlos?—dije— O ¿tal vez algún correo?
—Mmm...—sigue sonando los chasquidos de los botones—Un número pero no creo que te sirva. Solamente los oficiales o los directores a cargo tienen permiso de usarlo.
— ¡Solo dime cual es!— exclamé impaciente
—+60 119 001 035 010
— ¿Solo ese?— inquirí anotándolo en una hoja— Es eso o al menos que quieras enviarle algún fax—vuelve Gabe un tanto impaciente. Debo reconocer porque aquel pobre hombre esta tan nervioso, arriesgar su trabajo o incluso su vida por alguien que conoció hace un año, es de entender que no es de comparación pero quería saber más. Cuando Sandra me mostró la carta de invitación, en el título decía "Proyecto El nuevo ojo" aquel nombre se me saboreaba algo que iba más haya que una simple fabricación de un fármaco o la cura del cáncer. No soy experto en química o proyecto de corporaciones pero por sentido común en lo que intuía por ese título es que hay algo malo envuelto, me puyaba con la idea de que era un proyecto que tenía mil y unas razones para ser secreto, de lo contrario ¿Por qué se darían la molestia de aislar a Sandra? ¿A caso Gabe tenía razón después de todo? ¿A caso la moralidad de una persona se limitaba al precio que se le imponga? Me daba mucha curiosidad saber más de estos secretos pero al mismo tiempo temor de enterarme en lo que se ha envuelto mi prometida.
— ¿De qué trata el proyecto?— dije al fin humedeciendo mis labios, Gabe abre bien sus ojos como si deseara no seguir indagando en los archivos, por unos segundos se me queda viendo esperando que decline en mi curiosidad pero con firmeza en mi mirada insistí. Voltea a ver la pantalla de su laptop y escribiendo varios códigos verdes, dice con aire incomodo— Eeehh... aquí dice que es una campaña de vacunación
— ¡Eso no puede ser!—exclamé poco complacido— Ella ha hecho esos tipos de viajes al amazona y en tres semanas está de regreso ¿Hay algo más?
Sigue revisando con los dedos temblorosos—Es todo lo que tengo—suspira— salvo el perfil de un hombre llamado Roth Schell, parece que es un ingeniero bioquímico y genetista de Alemania, está a cargo de la campaña.
— ¿Eso es todo?
—Eehhh... más abajo hay una carta pero en Ruso y más nada.
—Está bien, gracias—baje la mirada. La Abominology hace bien su trabajo en esconder sus secretos, hace tiempo había escuchado rumores de que fuerzas armadas se han estado involucrando en sus instalaciones más recónditas pues en algunos de mis viajes he llevado a miembros de la armada Americana y unos que otros de fuerzas especiales. Pero si esta es la red principal de la industria porque siguen resguardando su información si se supone que pocos acceden a este sistema al menos que Gabe no me este brindado el resto de la información que necesito pero sería tonto desconfiar de un buen amigo que con todo el riesgo de su trabajo me está haciendo un favor, no me quedaba de otra que descifrarlas por mí mismo.
Media hora después de tanto rebuscar en sus archivos no conseguimos más nada. Más tarde en mi casa, me recuesto sobre la cama, frustrado y derrotado, como resignado. La idea de no saber nada me era un dolor en la frente, aún podía sentir el aroma de su cabello en la suavidad de mi almohada como si acariciara el calor de su cabello Oh Sandra ¡Como te extraño! ¡Porque dejé que te fueras! ¿A caso fui un egoísta por darte una razón para que me ames más? De repente suena que mi teléfono vibra, es un mensaje. Reviso y al parecer es un correo y es de— ¡SANDRA!— exclamo mientras me levanto de un salto de la cama. De golpe enciendo la laptop pues mi teléfono anda lento y tarda en abrirlo.
Para: [email protected]
Asunto: URGENTE...
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