Capítulo 3 - Una investidura explosiva
5 de octubre de 2364
Terra Nova, Montevideo, avenida 18 de julio
El desfile avanza por la avenida principal de la ciudad de Montevideo. Se observan vehículos de trasporte de tropas, tanques y vehículos ligeros. También caminan exoesqueletos motorizados o mechas de combate con una altura de más de cinco metros de altura y armados con una ametralladora rotativa de 20 mm en un brazo y un lanzacohetes en el otro brazo. También le siguen los miembros de la Fuerza de Defensa Imperial marchando con sus uniformes mientras caminan con orgullo y haciendo el saludo militar.
Pero más importante es el carro dorado, adornado con imágenes de águilas sobre soles. Y en ese carro se encuentra Leonardo sentado en su trono dorado, vestido con su traje negro y capa roja, con una corona de laurel de oro sobre su cabeza.
A baja altura vuela la Flota de la Guardia Imperial, una flotilla compuesta por un acorazado y tres destructores, que actúan como la Flota personal del Emperador. Entre ellos esta el acorazado José Artigas, una enorme nave de más de setecientos metros de eslora, y armado con cañones de riel, baterías de misiles y cañones rotativos para defensa de proximidad.
-¡Ciudadanos del Imperio! ¡Su nuevo Emperador ha llegado! -Anunció el presentador a través de los altavoces instalados a lo largo de la avenida principal.
El acorazado y los destructores disparaban confeti mientras sobrevolaban la ciudad.
-¡Todos saluden al emperador Leonardo Martínez!
Los espectadores saludan levantando las manos y otros con flores en ellas. Incluso Leonardo saluda a la multitud desde su trono.
-¿De verdad creen que ese joven se hará cargo del Imperio?
Entre los espectadores aún había gente que se mantenía escéptica sobre el rendimiento del liderazgo de Leonardo.
El carro alegórico se detiene ante el Edificio del Senado Imperial. Una enorme estructura de cristal y mármol de estilo renacentista y barroco. El exterior del edificio está adornado con estatuas de figuras famosas como Victor Martínez y de Rafael Martínez.
Leonardo se levanta del trono y camina en dirección al podio frente al edificio del Senado mientras saluda a los espectadores.
Ya en el podio, Leonardo se acerca al micrófono para pronunciar su discurso.
-Ciudadanos del Imperio. Les seré sincero. Cuando desperté, al principio no quería ser su Emperador. Ese no era mi oficio. Pero lo que quiero es ayudar a todos si fuera posible, independientemente de su religión, color de piel o sexualidad. Todos nos queremos ayudar mutuamente. Los seres humanos somos así. Queremos vivir en la felicidad de todos, no en la miseria de todos. No queremos odiar ni despreciar a nadie. Y estoy al tanto de la situación en el sistema Helios. El camino de la vida puede ser libre y hermoso. Pero lo hemos perdido en el camino. La codiciada ha envenenado el alma del ser humano y nos ha llevado a muerte y miseria. A los que pueden oírme, les digo que no desesperen. Porque ustedes son la fuerza del Imperio, una fuerza que hace realidad la felicidad. En nombre del Imperio, usemos esa fuerza para crear un Imperio nuevo, digno y noble. ¡En nombre del Imperio debemos unirnos todos!
Luego de terminar su discurso, Leonardo hace un saludo al público, cosa que ellos responden de la misma forma.
Un escuadrón de cazas sobrevuelan sobre el edificio del Senado dejando tras de sí chorros de humo de color rojo y amarillo, los colores de la bandera del Imperio Terra.
-¡Emperador! ¡¡Por aquí!!
Entre la multitud había una joven que apenas parecía haber cumplido los dieciocho, piel clara y cabello rojo.
-¡Hice un cartel para vos!
La joven levanta un cartel que dice "Amo al emperador" con corazones. Esa joven era una fangirl.
La investidura fue un rotundo éxito.
* * *
Horas más tarde...
Palacio Imperial
En el jardín interior del Palacio Imperial se está llevando a cabo una fiesta entre los oligarcas y políticos del Imperio para celebrar la investidura de Leonardo como emperador.
-Espero que este disfrutando de la fiesta, su Majestad. No solo los políticos, sino también la oligarquía está aquí para conocerte.
-Si.
Bruno y Leonardo conversando mientras sostienen copas de vino. No muy lejos de allí, está Sofia vigilando los alrededores para comprobar que todo es seguro.
-¿Me los presentarias?
-Con mucho gusto. Deberíamos empezar con...
Pero Bruno es interrumpido cuando su holoherramienta sonó indicando que tiene un mensaje.
-Disculpe su Majestad. Pero acabo de recibir un mensaje importante que requiere mi presencia. ¿Porque no va y se mezcla?
Sin decir más, deja la fiesta.
Leonardo solo, bebe hasta el fundó su copa de vino para armarse de valor y deja la copa sobre la mesa para mezclarse con la gente.
* * *
-Es una deferencia postrada a los dictados draconianos de los gringos de Hesperides precipitó a este glorioso Imperio en una abyecta servidumbre. Ciertamente una lástima.
-Si. Definitivamente entendí eso.
Leonardo escuchaba las cosas sin sentido que decía un oligarca gordo, mayor y con un gran bigote.
-No entendí un carajo.
-Y nuestros legisladores no han hecho lo suficiente para detener el azote de los gringos en Terra Nova.
-Ajá.
Leonardo asiente mientras finge escuchar la aburrida conversación. Lo único que tiene en su mente es a Jazmín mientras mira a Sofía a lo lejos.
-Esa gente está corrompiendo nuestra cultura cada día que pasa.
-Si.
-¿Qué dice usted, su Majestad? ¡¿Su Majestad?!
Leonardo vuelve a la realidad cuando el oligarca lo llama.
-¡Ah, sí!... gringo malo.
-Bien dicho. Exactamente lo que pienso.
* * *
Media hora después...
Después de escuchar los aburridos comentarios de los oligarcas. Un cansado Leonardo por fin logra alejarse del tumulto de gente.
Leonardo suspira mientras arrastra sus pies hasta llegar a una fuente con una estatua de Rafael Martínez en el centro.
-¡Uf! ¡Tratar con la clase alta es difícil!
Se sienta en el borde de la fuente.
-Su Majestad Imperial.
Leonardo levanta la mirada y ve a un hombre de mediana edad con bigote y barbilla.
-Si, ¿nos conocemos?
-Soy Pablo Rojas, jefe de redacción "El Faro".
-Oh, de la prensa privada.
El Faro es un programa de noticias y chismes que se transmite al Imperio Terra y la Confederación de Hesperides. Incluso más popular que los programas de noticias imperiales. Y uno de los muy pocos que no son censurados por el Ministerio de Propaganda.
-Me gustaría tener una reunión con usted, su Majestad Imperial. Discutir sus ideas y agenda para el futuro.
-Claro. Me gustaría hacerlo.
Leonardo y Pablo se estrechan la mano cuando son interrumpidos por Sofia que se acerca para separarlos.
-La prensa no está permitida en este evento privado, señor Rojas. Por favor abandone el palacio o llamare a seguridad.
-Tengo el consentimiento de su Majestad Imperial. -Luego mira a Leonardo. -Nos vemos.
-Deberías tener más cuidado, Leonardo. Los periodistas del sector privado no son de fiar.
-¡¡Cuidado!! ¡¡Hay una bomba!!
BOOM
Cuando Leonardo y Sofia se voltearon para ver de donde venía el grito. La estatua de Rafael explota. Leonardo cierra los ojos para protegerse de los inmigrantes fragmentos de piedra de la estatua y de la onda de choque. Pero extrañamente un aura azul cubre el cuerpo de Leonardo formando un campo de fuerza que detiene los fragmentos a pocos centímetros de su cuerpo. Aunque la misteriosa aura amortigua la mayor parte de la onda de choque, esta fue lo suficientemente fuerte como para volar a Leonardo y Sofia algunos metros.
Tan pronto toco el suelo, el aura azul sobre su cuerpo desapareció.
-... ugh...
Leonardo yace en el suelo tosiendo sin poder ver por la gran nube de polvo provocada por la explosión.
-¿Leonardo?... ¡Te encontré!
-¿Ughh...?
-¿Leonardo, estas bien?
Sofia, que había sufrido algunos daños leves gracias a su resistencia como androide, pudo reponerse rápidamente de la explosión. Una vez que llega a Leonardo, pone sus manos sobre el cuello y frente para medir sus signos vitales.
ANALIZANDO...
PRESION SANGUÍNEA ESTABLE
POSIBLE CONMOSION CEREBRAL
ALERTA
ANOMALIAS SINAPTICAS EN EL SISTEMA NERVIOSO
ANALIZANDO...
ENERGIA DESCONOCIDA
AVISO
PROTOCOLO LEGION
BUSCANDO DATOS...
DESBLOQUEO DE MENORIA
¿DESEA ACCEDER A DATOS?
Sofia no tenía tiempo de acceder a datos, por lo que lo dejo para más tarde. Y centrarse en atender a Leonardo.
-Jazmín... ¿sos vos...?
ANALIZANDO ESTADO...
ESTADO EMOCIONAL GRAVE
APLICANDO PSICOLOGÍA
-Si, soy yo, Jazmín. -Dijo Sofia imitando a la perfección la voz de Jazmín para tranquilizar a Leonardo.
-... volviste... te extrañe mucho...
-Primero voy a llevarte al hospital.
Inmediatamente Sofia levanta a un Leonardo de ochenta kilogramos con extrema facilidad y se lo lleva a un lugar seguro.
Leonardo pierde el conocimiento mientras es cargado por Sofía.
* * *
Horas después...
Ministerio de Ciencias, sección médica.
Leonardo abre los ojos y ve que está acostado en una cama de hospital mientras es observado por Sofía y Hugo.
-Ay... ¿Qué?
-Por fin despertó.
-Ugh... ¿dónde estoy?
-En el Ministerio de Ciencias, su Majestad.
-¿Qué? ¿Qué pasó?
-Sufrió un atentado. Al parecer colocaron una bomba en el Palacio.
-Lo último que recuerdo era Sofía...
-Sofía, ¿estas bien?
-No te preocupes. Solo fueron unos daños leves y no siento dolor. Por lo que estoy bien.
-Supongo que nada que unas refacciones no arregle.
-¿Yo... no tengo nada? -Pregunta mientras intenta levantarse de la cama.
-Su cuerpo sufrió daños mínimos. Pero afortunadamente sus implantes están bien. -Explicó Hugo mientras leía el informe médico en su holoherramienta.
-¿Implantes?
-¿Nonle dijeron? Tuvimos que hacer varias intervenciones en su cuerpo cuando lo descongelamos.
-Solo me dijeron que me reconstruyeron. Pero no me dieron ningún detalle.
-Bueno... En realidad solo pudimos recuperar el 20% de su cuerpo original, principalmente el cerebro y sistema nervioso central. El 70% de huesos, músculos, piel, terminaciones nerviosas y órganos los obtuvimos de clones. Y el 10% restante son implantes bonitos y ciberneticos que refuerzan tu sistema músculos-esquelético y órganos sensoriales. Y finalmente te inplantamos células madre modificadas como medio de terapia genética para alterar tu ADN lo suficiente para prevenir de nuevo cáncer de pulmón o cualquier otra enfermedad o trastorno genético.
-¿Cómo que clones? ¿No me digan que mataron a un clon mio como en La Isla? -Pregunto nervioso.
-No se que eso de "La Isla". Pero en el Imperio es ilegal la clonación de individuos. Por lo que clonamos los órganos por separado en un ambiente controlado. Es una forma de prevenir el rechazo de órganos trasplantados.
-Eso es un alivio. ¿Pero que otra mierda me metieron?
Leonardo empezó a presionar su cara y torso para encontrar algo raro.
-No se preocupe, su Majestad. No le pusimos nada raro. Solo lo esencial para mantenerlo vivo y mejorar su calidad de vida.
-¿También me pusieron chips en el cerebro?
-Si, lo hice. Es para enlazar su cerebro con sus nuevos ojos y oídos bionicos.
Hugo le enseña una imagen de su cerebro lleno de chips y otros implantes.
-¡Vaya! ¡Eso es sorprendente! ¿Y pueden esos... chips... eh, leer mentes?
Gotas de sudor se formaban en la frente de Leonardo.
-No, no pueden.
-¡Uff!
-Sabe, el Ministerio de Seguridad Pública no para de molestarme sobre la implementación de un chip lee mentes.
-Ya me imagino para que.
-Ya le dieron de alta. El primer ministro quiere verlo en la Sala de Ministros en el Palacio.
* * *
Palacio Imperial, Sala de Ministros.
Media hora después...
En una de las habitaciones del palacio, hay una en particular que tanto el emperador, el primer ministro y los demás ministros usan para sus reuniones importantes. En el sentido de la sala hay una larga mesa donde Leonardo está sentado en un extremo y Bruno en el otro, en el medio se encuentran los demás ministros.
-Bienvenidos. -Bruno da inicio a la reunión. -He decidido convocar una reunión de emergencia para abordar esta crisis. Aunque no tenemos pruebas sólidas, es posible que fueron agentes de la Confederación los responsables del atentado de hoy.
-¡No podemos permitir que los gringos sigan con estos actos atroces! ¡Hay se ser más duros! Acorralar a cualquier ciudadano con la más mínima sospecha de simpatizar con los gringos... ¡y enviarlos a campos de trabajo! -Finaliza Lucía golpeando la mesa.
-Interesante sugerencia. Pero... -Mario se une a la conversación. -Creo que una política más blanda sería lo mejor. Convencer a las masas de que quieran al emperador. Y por eso estoy planeando iniciar una campaña publicitaria para hacer al emperador más cercano.
-¡No! ¡Tenemos que enviar a esos matones a campos de trabajo!
-¡No! ¡Propaganda!
-¡Campo de trabajo!
-¡Propaganda!
-Mierda. La política nunca cambia.
Leonardo suspira en frustración por el comportamiento de los ministros. Por lo que decide ponerse de pie.
-Voy a salir a tomar aire fresco. Cuando decidan terminar de matarse a golpes, volveré.
Leonardo se retira de la sala e ignorando las llamadas de Bruno.
* * *
Más tarde en la noche...
Leonardo contempla el cielo estrellado desde el balcón del Palacio Imperial. Detrás de él se encuentra Sofia vigilandolo.
-¿Cuál de todas estas estrellas es el Sol?
-Ninguna. No se puede ver a través del Núcleo Galáctico.
-Ya veo.
Leonardo sigue contemplando el cielo nocturno.
-Y pensar que ahora es mi deber proteger un sistema planetario. Una responsabilidad que nunca espere tener.
-Medio sistema en realidad.
-Uy. Igual que como que corregía Jazmín. Me pregunto si no le pusieron su cerebro en un robot.
-Y encima de todo, el Imperio cree que fui un soldado que luchó en Ucrania, cuando en realidad nunca salí del país ni tampoco he usado un arma que no sea una chumbera (rifle de aire).
Luego mira la medalla de estrella y cinta roja con detalles purpuras que es una Orden al Mérito de Ucrania.
-Y supuestamente me la dio el mismo presidente Zelenski. No tengo idea de donde sacaron esto, ya venia con el traje que me dieron.
-La familia imperial tiene una fuerte tradición militar. Por lo que es lógico que cambien la historia para legitimar su posición en el Imperio. Usted es técnicamente un prócer viviente.
-Supongo que eso pensaron Santos y Blanes al convertir a Artigas de un gaucho revolucionario a un Libertador.
-Ya estoy cansado.
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