Capítulo 25: Festival
Que Jimin decidiera asistir a la fiesta del té, debería de ser un alivio, pero para los presentes era todo lo contrario. Para el pequeño de ojos dorados solo era miedo a equivocarse, a no ser lo suficiente para las personas que lo rodeaban y la emperatriz, esta última con cierto desagrado. Pero para las personas cercanas a él, era un miedo más intenso de que el pasado se repitiera y qué una herida en Jimin fuera abierta sin reparo alguno. Todo giraba en que era su deber, y que para su lugar en Romanoff, asistir aquella fiesta era una necesidad.
De manera oportuna, los caballeros fuera de la carpa anunciaron la llegada de una visita, Namjoon estaba preparado para rechazar cualquier saludo amigable de cualquier marqués o barón interesado en crear una amistad. Incluso pensó en reprochar el hecho de que aquellos caballeros no rechazaran por sí mismos la invitación, pero para sorpresa de todos, los invitados venían exclusivamente en busca del joven Kim. Y solo había dos personas en todo Romanoff capaces de realizar tal hazaña con tanta confianza.
Jimin salió y pronto su corazón brincó con un sentimiento que no pudo nombrar. Jungkook y Taehyung se encontraban ahí, esperándolo. Ambos se giraron al escucharlo salir, sonriéndole como si fueran viejos amigos.
Al igual que Jimin, ninguno de los dos podía participar en la caza por su edad, pero ambos venían vestidos con atuendos de cazaría, siempre haciendo alusión a sus respectivas familias. Incluso Jimin notó y sonrió al ver que Jungkook poseía un arete similar al suyo, pero con un reluciente zafiro morado.
— Todos aquí están hablando de un niño de ojos dorados, asumimos que hablaban de ti. — bromeó Taehyung, sonriendo y dejando ver un colmillo que enfatizaba aun más su aura altanera.
— Bienvenido al festival anual de caza Jimin. — le dijo Jungkook sin mucho afán. — Pensamos que te gustaría venir con nosotros. —
Después de recordarle a Jimin que debía de estar en la carpa una hora antes de la fiesta del té y que Namjoon viera de reojo a los pequeños malcriados de la fuente, lo dejaron ir libremente, aunque escoltado por Yongguk.
No fue necesario decirlo para que los tres niños caminaran lejos del resto de personas del festival, aunque era inevitable no observar a los tres hijos de cada pilar de Romanoff caminar juntos tan tranquilamente, con una compostura digna de sus posiciones y emanando la importancia que los tres poseían en cada paso, incluso para las personas ajenas y respetuosas era imposible no prestarles atención.
— ¿Va ser la primera vez que participas en una reunión social? — preguntó Taehyung.
— Sí. —
— ¿Estás emocionado? — volvió a preguntar. — No me gusta el té. — agregó, haciendo una mueca de asco.
— En realidad, no lo estoy. Pero quiero conocer a miembros de otras familias... —
— No esperes mucho. — le dijo Jungkook.
Jimin le volvió a ver dudoso. — ¿Por qué? —
— Las personas que se mueven en círculos sociales son siempre iguales, incluso a nuestra edad. La persona con mayor rango en esa mesa serás tú, pero el resto se sentirá superior solo por encontrarse ahí también y buscaran hablar a su conveniencia. —
— No hay nada que puedan obtener de mi... — dijo Jimin, dudoso de que tanto podían estar interesados en él, aun inocente de su propio nombre.
Taehyung rio y Jungkook hizo hincapié de detenerse, intentando tener la atención de Jimin. — No seas inocente, si le dices hola a uno de ellos, ira corriendo hacía sus padres diciendo que los Kim y el futuro emperador los favorece. —
Jimin dudo. — ¿No debo de saludar a nadie? —
Jungkook suspiró, mientras Taehyung reía aun más. Por otro lado, a cierta distancia, Yongguk pensó seriamente en que Jimin era un niño muy ajeno a la vida real a pesar de sus clases, quizá iba a mencionar que debían de dejar la absurda etiqueta y empezar a enseñarle como funcionaba los sucios círculos sociales de la alta sociedad, donde claramente él estaba involucrado.
De una manera repentina y sacando a Jimin de sus pensamientos, Taehyung lo jaló de los hombros y lo acercó a él para quedar uno frente al otro.
— No intentes ocultar si algo te molesta, trátalos como te hagan sentir. — Taehyung no era un niño que se preocupara por la posición de su familia, su interés no estaba puesto en ser un noble a pesar de qué sabía actuar como uno. Pero podía entender la situación en la que se encontraba el niño de ojos dorados. — Tíralos al agua. — aconsejó con una sonrisa traviesa.
Las palabras del heredero Wang fueron justo las necesarias para que Jimin entendiera completamente la situación en la que se enfrentaba y que ambos niños querían prever. Taehyung fue malo con él en un principio y Jimin respondió conforme su actitud, era contrario a lo que Madan Ruth le enseñaba, pero no podía desconfiar de las palabras de Jungkook y Taehyung. Así qué, asintió sonriente.
— ¿Ustedes no van asistir? — Jimin preguntó con algo de esperanza, dedicando su mirada a Jungkook al final.
— Tenemos un comprimo previo, una cabalgata orilla abajo. — Jungkook se disculpó con la mirada, tanto él como Taehyung también habían recibido una invitación, pero la cabalgata ya organizada había sido su excusa perfecta, además no solían participar en reuniones así, a no ser una obligación completamente necesaria.
Para Jimin tenía sentido, incluso se encaminaban a ver el caballo de Taehyung, ubicado en las carpas preparadas para los animales de Solaris.
— Pero podemos acompañarte todo el día de mañana. — mencionó Taehyung.
— Es un secreto, pero Taehyung y yo vamos de caza al otro lado del río. — le contó Jungkook, acercándose desinteresadamente para no ser escuchado por Yongguk.
Normalmente el segundo día se trataba de más reuniones en espera de los concursantes y cuando ambos tuvieron cierta edad, exploraron lejos de la vista de todos y encontraron la zona ideal para pulir sus habilidades.
Jimin los miró asombrados, esperaba algo así de parte de Taehyung, pero no de Jungkook, a quién tenía una imagen diferente. — ¿Jungkook sabes usar la espada? —
El de ojos lilas negó tranquilo. — Usamos arcos. —
Era increíble para él con solo imaginarlo, Jimin sentía cierta envidia, por segunda vez sintió que su mundo era completamente diferente, porque ambos eran hijos de grandes duques como él, pero, aun así, su vida era el contraste perfecto de ambos. Creyó poder ser cercano a Jungkook porque le gustaba leer, pero ahora, no podía pensar en como encajar sin que fuera evidente de que no tenía experiencia en nada. Los estaba conociendo y podía darse cuenta que no tenía mucho que ofrecer.
Pero aun así Jungkook y Taehyung lo habían ido a buscar.
— Me gustaría ir, pero posiblemente voy a estorbar. — dijo sincero.
Jungkook tomó su mano, dándole confianza. — Podemos hacer otra cosa, no te preocupes. —
— Solo no me gusta el té. — agregó Taehyung, completamente desinteresado si no iban a cazar como habían acostumbrado los últimos dos años.
A pesar de que el día estaba lejos de terminar, sobre todo por la fiesta de té, Jimin no pudo evitar contar las horas para que el día terminará, emocionado por lo que le esperaba el día siguiente. Tuvo una sensación que sus días eran diferentes. Pero Jimin no sabía que aquella sensación estaba ligada al libro que una vez intentó alcanzar.
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