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Capítulo 24: Festival


Festival.


El mundo del joven Kim había cambiado repentinamente desde su primera salida al palacio después de tres largos años. Su presencia y su nombre en la alta sociedad fue como revivir a un muerto. Su divinidad como hijo de dios era tabú para muchos aún, solo rumores lo rodeaban, y aunque, se esperaba que su regreso calmara las malas voces, todo parecía empeorar. Todos quería comprobar con sus propios ojos quién era Kim Jimin.

Namjoon lo veía venir, era una de las grandes razones por las que ocultó a Jimin dentro de los muros del ducado tan celosamente. Pero ya no había marcha atrás, eso también lo sabía. La presencia o no, de Jimin, iba a ser fundamental en todo pequeño aspecto de ahora en adelante, todos seguirían sus pasos, a donde iba y a donde no, algunos con sencilla curiosidad y otros con una intensión.

La visita al ducado Wang dio mucho de que hablar, pronto el rumor del niño de cabello plateado y ojos dorados en Calisto llegó a oídos de la capital. Pero la nueva y gran noticia era la presencia de los Kim en el festival de caza anual, a pesar de ser siempre un evento exitoso, este año la asistencia había tenido un incremento lo suficiente vulgar como para no ser evidente la razón.

Algunos dudaban de la presencia del Duque Kim, quién se había ausentado los últimos años, sin saber que la emperatriz había enviado una carta con una orden sutilmente disfrazada en petición de que este año deseaba verlo ahí junto a Jimin.

Namjoon quemó la carta y tomó un gran trago de vino después de leerla.

Y a pesar de su disconformidad, unas cuantas horas después de dar inicio al festival, una elegante carroza, siendo escoltada por todos los caballeros de Avalon que participarían en la caza, junto con las banderas y el escudo de la familia Kim, dio paso a lo que tantos esperaban.

Jimin había estado observado la ventanilla absorto en el repentino bosque donde empezaron a adentrarse, pero se alejo cuando los arboles empezaron a ser menos, y pronto, grandes y coloridas carpas se dejaron ver.

Yongguk fue quien abrió la puerta a la carroza, una vez llegaron.

— ¿La carpa está lista? — la pregunta de Namjoon, bajando de la carroza, sonó sin la paciencia de escuchar algo contrario a lo que esperaba.

— Sí, todo esta conforme a sus órdenes. —

El festival tenía una duración de tres días, durante el primero, las familias y los participantes llegaban, se celebran pequeñas reuniones informales y uno que otro espectáculo. El segundo día se llevaba a cabo la casería y en la noche se realizaba una ceremonia al ganador. Para el último día, había más reuniones sociales durante la mañana y pronto todos se retiraban del lugar, siendo los empleados de los nobles los encargados de recoger.

Todos los años, la zona se preparaba exclusivamente para ese evento, era una llanura en medio del bosque donde se realizaba la caza, en una montaña cerca de la capital. La tradición empezó por la repentina invasión de cerdos salvajes, que destruyeron cultivos e incluso llegaron a causar heridos en los pobladores cercanos que intentaban mantenerlos lejos, sucedía en la misma época todos los años, y para mantener bajo control la especie, se creó el festival, no se podía dar caza a ningún otro animal. Fue una buena idea incluso para entretener a los de alta clase.

Era común ver participar a miembros de familias nobles, siendo acompaños incluso por los que no participan por el mismo hecho de que se había vuelto un evento casi para reforzar un estatus. Pero también participaban caballeros de los tres gremios, la gran mayoría no pertenecían a familias nobles, así que cada general era encargado de habilitar una carpa para los que iban a participar.

Namjoon había vuelto la participación de los caballeros de Avalon como una recompensa, solo los veinte más sobresalientes del año podían participar, por lo que todos los del escudo de la luna portaban sus uniformes y escoltaban con cierta presencia orgullosa. No era muy diferente con los caballeros de Solaris, incluso se había creado una competencia silenciosa entre Avalon, Solaris y los Caballeros Imperiales por ver cual gremio lograba cazar más.

Cada pequeño aspecto del festival era de desagrado para Namjoon, no resintió la ausencia en los últimos años. Pero lo que realmente le desagradaba era tener que convivir tan cerca de tantos personajes hipócritas y sin sentido de la nobleza, su primera orden fue buscar un lugar lo suficiente apartado del resto de carpas y asegurarse que nadie decidiera acercarse más de lo debido, fue explicito en la distancia y esperaba que se cumpliera.

Tan solo había puesto un pie sobre el césped que la mirada de varios ya estaba sobre ellos, cerró los ojos con desagrado y pronto se giró para tomar a Jimin entre brazos, sintiendo que todas las personas a su alrededor estaban consumiendo su poca paciencia. Pero si había algo que lo mantenía en raya, era ver los ojos sorprendidos de su pequeño hijo hacía todo el espectáculo que los rodeaba en medio de un bosque.

Por supuesto, Jimin no tenía edad para participar, ni algún conocimiento para llegar a formar parte de la casería, pero, aun así, su vestimenta era acorde a la celebración. Vestía un pantalón negro ceñido con botas de cuero negro que casi llegaban a sus rodillas, una camisa blanca de manga corta con el sutil detalle de olanes en sus hombros e incluso habían preparado unos pequeños guantes negros de caza para el siguiente día. Su cabello estaba recogido en un pequeño moño bajo, dejando relucir una cadena de plata que caía de un arete azul zafiro en su oreja derecha.

La adoración por Jimin era lo único que lo mantenía ahí. Sabía exactamente lo que sus acciones provocaría entre los nobles, había suficientes rumores ya de que se había vuelto débil por su único hijo, que su comportamiento era completamente ajeno a lo que los Kim están acostumbrados a demostrar, fríos e insensibles, incluso entre ellos mismos. Pero no le importaba, su intención no era confirmar un rumor, era aclarar la realidad, quizá la mitad de personas que los rodeaban podían desear poner sus manos sobre Jimin y tenía que asegurar que sus amenazas fueran claras desde el primer momento. Y si alguno tenía duda de él como duque y general de Romanoff, podía ir decírselo cara a cara.

Namjoon estuvo a gusto cuando se alejaron del resto de carpas y sus respectivas familias, incluso vio sensato de parte de Yongguk que la carpa de Avalon fuera la siguiente más cercana, pero incluso respetado la distancia que había dictado.

Una vez lejos del apogeo del festival, Namjoon bajó a Jimin, permitiéndolo admirar el bosque tan cerca de ellos. Pero sus ojos se perdieron en la inmensa carpa azul con detalles plateados, el escudo de los Kim se izaba en lo más alto, fuera se encuentra una mesa y sillas de bambú en caso de querer pasar el tiempo ahí, pero nada de eso le daba justicia cuando corrieron las grandes cortinas de la entrada para darles paso al interior de la carpa.

Era más espacioso de lo que Jimin podía creer y a pesar de encontrarse rodeados de naturaleza, no había ningún lujo del que estaba acostumbrado que no estuviera ahí, ni siquiera se había dado cuenta cuando dejó de pisar el césped. En el medio había un comedor, incluyendo un bar lleno de vinos y bocadillos, había espejos, alfombras y candelabros elegantes que hacían justicia al ambiente a su alrededor. Había dos extensiones de la carpa, una en cada extremo con una respectiva cama doble, Namjoon había pedido recoger las separaciones, volviéndose decorativas, debido a lo inseguro que sentía el hecho de que Jimin estuviera en una carpa lejos de la vista del resto y donde fácilmente alguien no deseado podía entrar.

— ¿Te gusta? — le preguntó Namjoon.

Recibiendo unos dorados ojos brillantes que asintieron totalmente de acuerdo. Para Jimin era una experiencia que hasta ahora nunca había imaginado, no lo demostraba tan fácilmente, pero estaba emocionado de todo lo nuevo que había conocido en tan poco tiempo.

Namjoon se sentó agotado por lo que significaba estar ahí tres días. — Puedes hacer lo que quieras, pero recuerda que mañana Yongguk y Junhong participarán de la caza y no estarán contigo. —

— De hecho, su señoría, el joven Jimin tiene una invitación a una fiesta del té de la hija mayor del Marqués Ross, al parecer solo estarán otros niños alrededor de su edad. — aparte de Clara, Yongguk y Junhong eran los únicos que tenían permitido estar dentro de la carpa, y aunque no estaba a gusto con anunciar aquello, el joven caballero debía de hacerlo.

Namjoon frunció el ceño. — ¿Por qué estás anunciado tal cosa? —

Anunciar algo como una invitación a una fiesta del té era algo que haría su mayordomo.

— Al parecer, es un evento organizado de manera indirecta por su majestad. — respondió.

Pero más allá de escoltar a Jimin, Junhong había recibido una misión más encubierta respecto a las intenciones de la emperatriz viuda con Jimin.

Jimin solo se mantuvo sentado, una parte de él anticipaba que iba a tener que participar a ese tipo de reuniones durante el festival, después de todo se preparaba a diario para mantener una imagen delante de otros. Aun así, se sintió disgustado.

Namjoon suspiró rendido. — Averigua las familias que van asistir. — ordenó.

— Tengo una lista hecha, su señoría. — Junhong se la entregó, previendo los deseos de Namjoon. – Hay dos familias del Este. —

— Por supuesto, ella piensa que involucrar a Jimin con personas del Este, es lo que se necesita para aliviar la tensión...— Namjoon vio de reojo a Jimin, reservando sus propias palabras.

La emperatriz había permitido muchos años de ausencia de parte del hijo de dios, ella creía que debía de resolver todas las repercusiones que había provocado esa decisión y todos las consecuencias que conllevaba la divinidad de Jimin y los incrédulos.

— Voy a permitir que decidas Jimin. No es un evento formal, pero será tu primera vez participando activamente en la sociedad solo. —

Jimin apretó sus manos sobre sus rodillas, realmente no se sentía seguro al respecto, escuchando a Junhong podía deducir que la emperatriz lo estaba poniendo aprueba y tampoco estaba muy seguro de seguir yendo en contra de sus deseos.

Debía hacerlo, sabía que debía hacerlo. — Asistiré... —

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