Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17: Pelirrojo




Pelirrojo

Jimin despertó sobresaltado cuando su profesor de literatura dio tres fuertes aplausos para despertarlo, dejo caer su pluma por la sorpresa, junto con la tinta que se encontraba en una esquina de su escritorio, provocando que esta se derramara y manchara todo a su paso. Sus mejillas se sonrojaron al ser regañado, se sintió avergonzado, pero al mismo tiempo aliviado cuando su maestro terminó su represaría al decir que era mejor dejar las clases hasta ahí, despidiéndolo y dejándole en claro que debía de reflexionar sobre su error.

Cerró las puertas detrás suyo, apoyándose un momento en ellas y abultando sus labios, se había dormido, lo habían regañado y despedido, no era algo bueno y le disgustaba saber que su padre iba saber al respecto.

Namjoon podía incluso no encontrarse en la mansión por unos cuantos días, que él igualmente iba a estar al tanto de lo que sucedía en el ducado y en especial lo que sucedía con Jimin.

— ¿Todo está bien pequeño? —

Por segunda vez, Jimin había sido sorprendido, pero esta vez había sido por Junhong, quien se había vuelto más cercano a él desde que lo escoltó en el palacio.

— ¡Sir. Junhong! — Jimin había encontrado que era muy divertido estar al lado del joven caballero.

Yongguk era alguien silencioso y siniestro, muchos caballeros le temían y mantenían su distancia de él, incluso sus entrenamientos llegaban a ser más crueles que los de Namjoon. Pero Jimin lo admiraba, en sus recuerdos Yongguk siempre había estado ahí para él y estaba muy acostumbrado a su presencia.

Cualquiera podía decir que era algo indiferente con el pequeño Kim, pero era simplemente su personalidad, el caballero estaba dispuesto a dar la vida por el pequeño niño que había visto crecer y qué, aunque no lo admitiera, apreciaba de más.

Pero ahora Jimin también disfrutaba de la presencia de Junhong, quien era totalmente opuesto a lo que ya estaba acostumbrado, al parecer ahora él también era parte de su escolta por órdenes de su padre. Dentro de la mansión Kim, Jimin se preguntaba porque necesitaba de alguien cuidándolo de esa manera, dándose cuenta que ahora era más vigilado y protegido.

Antes simplemente era escoltado por Yongguk si salía al jardín, pero ahora incluso él se turnaba con Junhong para acompañarlo durante su día.

Era raro, pero no le molestaba en lo absoluto, no ahora que también tenía al joven caballero a su lado. Junhong le contaba muchas historias divertidas, lo hacía reír y respondía a todas sus dudas, lo llevaba y le ofrecía hacer paseos por el jardín, e incluso había jugado con él un par de veces, algo que Jimin no hacía mucho.

Junhong era el hermano mayor en una humilde familia de seis hijos, tenía tres hermanos y dos hermanas menores, si había alguien acostumbrado a convivir con niños era él. Aunque Jimin parecía ser un pequeño adulto a sus ojos, no debía de preocuparse de terminar bañado de barro o con la mitad de sus pertenencias destruidas.

— ¿Me estás esperando? — preguntó Jimin.

Junhong sonrió. — Así es. Yongguk tiene prácticas que realizar, así que normalmente cuando estás en clases, soy yo quien está al tanto. —

Jimin no sabía aquello, creía que cuando estaba en clases ellos se iban a realizar otras obligaciones.

— ¿No es aburrido...? — preguntó ahora, algo preocupado.

— Es nuestro trabajo, no tienes por qué preocuparte. — realmente, Junhong se consideraba afortunado de poder ser la escolta del hijo del general Kim. — Ahora dime, ¿por qué tienes esa cara? —

Apartando la mirada, Jimin dudó en responder. — Me he quedado dormido... —

— Ya veo... — Junhong no pudo evitar sentirse preocupado, lo cierto era que el pequeño peli plateado tenía un semblante realmente agotado. Era cierto que Jimin no se comportaba como un niño cualquiera, pero también su falta de energía tenía mucho que ver en ello. — ¿Quieres ir a descansar un poco? —

Jimin pensó en lo que ir a descansar implicaba, pensó en su habitación y recordó que había despertado en la madrugada sintiendo que le faltaba el aire, había sido capaz de controlarse, pero no pudo volver a conciliar el sueño. Para él, el tiempo de dormir era algo difícil, algo que no le gustaba hacer.

Ya no podía ni siquiera intentar ir a dormir como antes, ahora incluso aquello era una tarea desagradable. Así que negó con solo escuchar la idea.

Junhong se decepcionó un poco, para él era fácil ver que Jimin solo iba a necesitar unos cuantos minutos tranquilos para caer totalmente dormido. — ¿Qué te gustaría hacer? —

— No lo sé... — nunca tenía mucho tiempo libre, tenía todos los lujos y todo lo que quisiera a su alcance, pero su mente parecía apagada cuando no tenía una actividad en concreto que le indicaran realizar.

— Tengo una idea. — dijo emocionado Junhong, provocando que los curiosos ojos dorados voltearan a verlo con cierta incertidumbre, contagiándole un poco su energía. — ¿Te gustaría ir al campo de entrenamiento? Podemos quedarnos un rato ahí, hasta que decidas volver. —

Aquella idea sin duda alguna había cumplido su propósito, ver a los caballeros entrenar era algo que le encantaba hacer, no iba muy seguido y las veces que iba solo era para buscar a su padre y regresar a la mansión.

Junhong no necesitó una respuesta para saber que había acertado con su plan.

Jimin bostezó, talló sus ojos y con su instinto confiando completamente en su nuevo caballero, extendió sus brazos hacía él. Junhong no tardo en alzarlo y llevarlo hasta el campo de entrenamiento de Avalon.

Algunos caballeros entrenaban en el exterior, pero Junhong le mencionó que quizá iba a disfrutar más el entrenamiento a puerta cerrada de esa hora.

El uniforme de los aprendices era diferente durante las prácticas, menos formal, pero tanto Namjoon como Yongguk llevaban sus uniformes completo, destacando entre todos los jóvenes hombres y mujeres que se encontraban dentro.

Se sentaron en una de las bancas más alejadas y se prepararon para ver los enfrentamientos uno contra uno de esa tarde. En medio de todos los aprendices, Namjoon y Yongguk fueron los primeros en dar un paso al frente, siendo rodeados en cuestión de segundos. Todos ahí estaban emocionados por ver lo que se venía a continuación.

— ¿Papá va a pelear contra Yongguk...? — preguntó Jimin, incapaz de imaginarse un enfrentamiento entre ambos.

— Oh sí, lo hará. — Junhong disfrutaba ver esas peleas, a diferencia de muchos otros recién nombrados, él ya se había enfrentado a los dos unas cuantas veces. Contra Namjoon no había tenido ninguna posibilidad de desarmarlo aún, y contra Yongguk, con quien más se había enfrentado, había estado cerca de conseguirlo. Así que era emocionante para él también ver a ambos combatir.

— Pero... ¿Qué pasa si se lastiman? —

Era un entrenamiento, un combate rutinario, pero todos ahí tenían una espada a sus costados y su padre, al igual Yongguk, ya habían desvainado la suya, Jimin era capaz de ver el filo de ambas espadas de hierro desde su lugar.

— No te preocupes. — le tranquilizó Junhong. — No van a luchar para matar. — sonrió, girando su atención una vez más hacía el centro del gimnasio.

Jimin no sabía si aquello era realmente alentador.

Pronto el combate comenzó, el pequeño Kim reconoció el sonido de ambos filos chocar entre sí, pero no fue suficiente para poder perder su atención de cada ataque que realizaban.

Nunca había visto aquella mirada en su padre e incluso el semblante de Yongguk era diferente, el ambiente parecía pesado a su alrededor, parecía peligroso, al punto de poder erizarte la piel.

Junhong le había dicho que no iban con la intención de matar, pero la fuerza de cada golpe y la velocidad de cada desplante parecía decir todo lo contrario.

Sus ojos apenas y podían seguir el hilo de los ataques.

Un fuerte bloqueo entre ambas espadas dio fin a la pelea después de varios minutos en los que ninguno de los dos cedió. Por la sonrisa de Namjoon, todos intuyeron que había sido el ganador de ese enfrentamiento, aun cuando ninguno de los dos perdió su espada.

Olvidando sus clases, olvidando lo mal que se sentía minutos atrás e incluso olvidando el sueño que parecía lo iba a dominar en cualquier momento, Jimin se encontraba realmente impresionado. Fue capaz de hacerse una idea más cercana de lo fuerte e increíble que era su padre y solo pudo admirarlo aún más de lo que ya lo hacía.

— Papá es increíble... — murmuró, viéndolo hablar con Yongguk antes de que ambos dividieran a todos los aprendices y dieran inicio al resto de combates.

— Supongo que es lo que realmente significa ser un Kim. —

— ¿A qué te refieres? — preguntó Jimin.

— Bueno, al igual que los Wang, los Kim siempre han sido grandes guerreros, son entrenados desde muy jóvenes para eso. Y estoy seguro que el Duque Kim no fue la excepción. — contó, para luego mirar a Jimin. — Tu padre es uno de los hombres más fuertes de todo Romanoff. —

Jimin siempre estuvo rodeado de caballeros, sabía que su padre era quien dirigía una de las tres grandes divisiones del imperio y que toda la región del Norte estaba bajo su protección. Pero todo era aún más claro a sus ojos ahora, él realmente esperaba algún día llegar a ser como su padre.

Pensó en ello cientos de veces mientras veía con emoción el entrenamiento y todos los combates que se empezaron a llevar a cabo.

Un destelló brillo en sus ojos, pero pronto ese brillo fue apagado.

Junhong fue responsable de explicar la presencia de Jimin en el campo de entrenamiento a esas horas, aunque Jimin luchó por ver al resto de combatientes enfrentarse, después de media hora, su cabeza había caído, cerrando sus ojos varias veces, mientras se quedaba dormido. Aunque Namjoon se percató de la presencia de su hijo desde que ambos entraron, no fue a verlo hasta que el entrenamiento finalizó.

Y aun que Jimin estaba preocupado respecto a lo sucedido en su clase, Junhong no tuvo reparos en contarle al duque Kim lo que había sucedido. Era la primera vez que algo así sucedía, a pesar de que Jimin llevaba dos años sufriendo de sus ataques al dormir.

Namjoon tomó en cuenta que posiblemente su pequeño hijo ya había sido sermoneado al respecto, así que sólo ordenó que lo llevaran a su habitación para que descansara, pidiéndole a Junhong que le indicara a Clara que no lo despertaran hasta la hora de la cena.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro