Tristan: La Lista De La Novia.
Lina me suplica para que se quede con la niña y que ella me la llevaría a Seraphine el día de mi cumpleaños. Ella quiere aprovechar los días que tiene libres por sus piernas inmovilizadas. Accedo a regañadientes y me despido de mi hermosa niña. Admito que cuando el guardia de Lina me encontró saliendo del capitolio para dirigirme hacia mi casa, y que ella me solicitaba lo más pronto posible; venía con toda la disposición a pelear por el hecho de haber dejado a nuestra hija por tres meses sola. Ya tenía toda la pelea en mi cabeza, pero la vi en la cama inmovilizada, con un gran dolor en su rostro; pero que era aplacado por estar con Seraphine. No quise ponerle más peso del que ya era obvio que poseía. Estuve lo suficiente, incluso Lina ordenó que me trajeran la cena. Comimos y me fui a mi casa a dormir.
Al día siguiente me dispongo a ponerme al día con mis labores, estuve dos meses fuera y pareciera que estuve un siglo. Había dejado a cargo al señor Barnes y a Cedric mientras que me ausentaba. Mi semana transcurre entre Cedric para ponerme al día y el señor Barnes diciéndome los avances en el planeta. Me llevé a Bernadette como ministra, protectora de mi guardia y consejera en el planeta. Ella posee conocimientos más avanzados y tiene un asunto pendiente con el hijo del gobernador de Ashira, ellos dos estuvieron juntos o tuvieron alguna especie de relación.
Las cosas en el planeta estuvieron un poco tensas el primer mes, el gobernador quería que expulsara a las sombras del planeta o mantenerlas lo más alejadas de sus ciudades. Y las sombras querían que se le respetaran sus derechos, como que no se les aumente los impuestos cada mes y a las personas no se les cobrara casi nada, querían más protección del estado y que al menos los dejaran permanecer en las ciudades. Estuve con las sombras, ellas y yo llegamos a un acuerdo para presentárselo al gobernador. Arturo Meyer estaba escéptico hasta el punto de no querer verme por una semana, él esperaba que usara mis poderes contra las mismas que me entregan sus vidas para que las guíe.
Su hijo y otros ministros convencieron al gobernador para que acepte el trato que las sombras les ofrecía. Los ministros aceptaron siempre y cuando las sombras aceptaran en no atacar ningún otro cargamento, que controlarían la delincuencia y que acataran a pagar un impuesto considerable, pero que solo lo pagarían una vez cada seis meses. Su líder sindical se presentó con otros representantes al capitolio para acordar el tratado. El cual todos firmaron, incluso yo firmé como mediador entre ambos bandos.
A una semana de mi cumpleaños, le envío una carta a mi padre para invitarlo a él y a mis abuelos a mi cena de cumpleaños. Invito también a la familia Barnes, a Victor, y a Bernadette. También invito a Luna y a Estrella, aunque dudo que venga. No pienso realizar una exuberante celebración como la que hizo Lina, no me gustan esos eventos y tampoco voy a gastar dinero en llenarle estómago a un montón de gente hipócrita. En total invité a quince personas, pero organizo en base de dieciocho por si acaso.
Como no caben todos en el comedor, les digo a las sirvientas que utilicen el salón de baile de la casa. Que acomoden la mesa allí y que dejen algo de espacio para poner unos muebles. Les digo que contraten como tres músicos para animar el ambiente.
Estoy terminando de acomodar mis cosas en mi oficina y tocan a la puerta.
—Adelante —digo ya levantado y guardando unos papeles en el cajón. La puerta se abre y veo como Seraphine se asoma por la puerta.
—¿Dónde está papá? —dice la voz de Lina un poco aniñada para simular que es Seraphine.
—Aquí —exclamo rodeando mi escritorio y siguiéndoles el juego. Seraphine se empieza a agitar y estira sus manitas hacia a mí. Lina me entrega a mi hija y Seraphine me abraza feliz—. ¿Quién es la bebé más hermosa del universo? —pregunto de la misma forma aniñada de Lina—. Pensé que vendrían en el día de mi cumpleaños.
—Cae el viernes y apenas es lunes —dice Lina sentándose en el mueble de mi oficina—. Vine antes porque no sé cómo has estado organizando tu cumpleaños. Y conociéndote, a lo mejor solo dijiste "vamos a hacer una cena y cada quien para su casa".
—Yo no dije eso —le recrimino, pero me mira cruzada de brazos y con una ceja arqueada.
—Sí dije lo de la cena, pero la organizaré en el salón de baile —me siento a su lado y Seraphine se quiere ir al suelo, pero la siento en mis piernas y la recuesto en mi pecho—. También invité a varias personas. Les dije a las sirvientas que contrataran unos músicos para animar las cosas.
—Confío en tus capacidades de organizar un banquete, pero reafirmo mi autoridad como tu novia y madre de tu hija en supervisar todo y cambiar lo que no me gusta —ella toma a Seraphine y se levanta—. Espero que comprendas, quiero que me hagas una lista de las personas que invitaste —la miro mal—. No está a discusión Tristan.
Me levanto a regañadientes y me voy a escribir la lista que me pidió. Al finalizarla se la entrego y ella la lee en voz alta.
—Me parece que está bien, pero falta más gente —dice volteando la hoja—. Más ministros, no solo es tu cena de cumpleaños, es un evento social de estado y dejar a ministros importantes de tu gabinete por fuera, les estás mostrando que no son importantes en tu vida. Cosa que te puede causar problemas a futuro.
—No lo había visto de esa forma —reconozco sorprendido.
—Dime los nombres de todos tus ministros y muéstrame cuantas personas pueden caber en el salón —ella me entrega a la niña, mientras que ella escribe los nombres de mis ministros—. En total tienes quince ministros ¿todos tienen familia como esposa e hijos?
—Creo que diez tienen esposas e hijos, pero no estoy muy seguro —confieso rascándome la cabeza por los nervios.
—Busca a Cedric y vienes —dice cruzada de brazos, salgo de mi oficina y recorro la casa con Seraphine en busca de Cedric. Lo encuentro en su habitación vistiéndose—. Te necesito en mi oficina —le digo a través de la puerta de madera.
—Voy —dice apresurado. Sale en un tiempo record y con el cabello mojado—. ¿Sucede algo? —pregunta preocupado.
—No, pero Lina quiere hablar contigo —digo cambiando a Seraphine de brazo. Cedric observa a mi hija y sonríe.
—Está grande —exclama bajando las escaleras, nos encontramos a Lina regresando del salón de baile.
—El salón tiene un buen tamaño, pero no lo suficiente —dice con los brazos en la espalda—. Tengo en mente que serían como unas sesenta personas, lo más sensato sería hacer la celebración en el jardín. Tiene un buen tamaño y lo mejor es que es plano. También se presta a la decoración que tengo en mente.
—Ya me perdieron —exclama Cedric confundido.
—Necesito que me digas los nombres de todos los ministros con sus esposas e hijos —dice Lina firme—. También voy a hablar con las criadas para que vayan comprando las cosas para la cena y preparar un menú. Tengo cuatro días y necesito esos nombres para hoy Cedric.
Él asiente confundido y se va a mi oficina para escribir los nombres de la lista de invitados. Lina se va a hablar con las criadas y sus damas la siguen.
¿De dónde aparecieron?
Seraphine se me queda viendo confundida.
—Yo también lo estoy hermosa —la beso en la frente. Sigo a Lina que se encuentra en la cocina acordando con las cocineras lo del viernes y las cosas que les había dicho. Lina desecha casi todo, entre ellas acuerdan todo lo referente a mi fiesta de cumpleaños. Tengo años que no hago una fiesta formal, por lo general es una fecha que no me gusta celebrar. Pero Lina está aquí y ya soy padre, y dije que quería un nuevo comienzo; así que creo que esto forma parte de eso.
Dejo la cocina y me voy a mi oficina a ver a Cedric. Él sigue escribiendo los nombres de los ministros y sus familias sentado en la silla de mi escritorio.
—¿Estás cómodo? —pregunto irónico.
—De hecho, sí —dice levantando la vista—. Debo admitir que Seraphine es el retrato mismo de tu padre. Parece más hija de él que tuya.
—Bueno, gracias por eso —respondo mal—. ¿Ya terminaste la lista? Lina la va a necesitar para mi fiesta de cumpleaños.
—¿Lina te va a organizar una fiesta de cumpleaños? ¿a ti, la persona más asocial y amargada del universo? —pregunta asombrado—. Eso sí lo querré ver.
—No soy amargado, solo que la interacción social no es de mi agrado —replico sentándome en el mueble con Seraphine, ella apoya su cabecita en mi hombro.
—Eso es lo que un amargado diría —dice riéndose, pero se detiene porque Lina entra en la habitación escoltada por su sequito de guardias y damas.
—¿Terminó la lista, señor Blackwood? —pregunta Lina con las manos en su regazo.
—Eh... si —él se levanta rápido de la silla—. Aquí está la lista —Lina se acerca a Cedric y observa las dos hojas completas por ambos lados con los nombres que Lina solicitó.
—Excelente —ella le entrega la lista a una de sus damas—. Estaré organizando la fiesta de Tristan. Querido, por favor cuida a la niña mientras que trabajo.
Dicho eso ella se va con su sequito y Cedric me mira confundido. Yo solo me limito a encogerme de hombros y salir de mi oficina para acostar a Seraphine. Me quedo lo que queda de la tarde organizando con Cedric los pendientes de la semana en mi oficina. Lina desapareció de la casa y por una extraña razón confío en ella ciegamente.
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