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Luna: La Celebración En La Playa.

Observo a Estrella salir del salón de baile, leo su mente para saber que le sucede y me tranquilizo. Sol y yo bailamos hasta cansarnos y nos vamos a la mesa de nuestra familia. Él me ayuda a sentarme y me sirve una copa de vino.

—Es usted un rey muy atento —le digo sosteniendo la copa, pero él hace una mueca.

—No lo suficiente —él se sienta y su rostro se entristece.

—Estás solucionando el problema y eso es bastante a comparación de otros —le tomo de la mano. La traición del ministro de obras lo ha tenido de mal humor—. Taurus te ha puesto las pruebas necesarias y tú has actuado de acuerdo a tu posición.

—Lo sé, pero no dejo de pensar el dinero que se perdió por no prestar la suficiente atención. Las personas de mi reino piensan que soy un ladrón y no es así —él se castiga dentro de su mente.

—Pero también ven que estás cumpliendo con la ley y que empezarás a supervisar a todos por igual —le acaricio el mentón—. Estás enviando el mensaje que, sin importar el rango o la clase social, todos están sujetos a la ley.

 Él asiente y mira hacia delante. Lina y Tristan están conversando con los invitados, Seraphine se encuentra dormida en la mesa larga. Me levanto a verla y ella me mira con lágrimas en el rostro.

—¿Qué sucede mi niña? —le pregunto arrodillándome ante ella.

—Me duele mucho la cabeza, hay mucho ruido —dice tapándose los oídos, aunque eso no ayuda.

—¿Quieres irte a descansar? —le pregunto limpiándole las lágrimas. Ella asiente y la cargo, Sol nos observa y se levanta—. Voy a dormir a Seraphine ¿vienes conmigo?

 Él nos sigue y de la nada aparece Atlas observándome con cuidado.

—¿A dónde van con Seraphine? —pregunta serio, él observa a Sol con cautela.

—La voy a acostar, le duele mucho la cabeza —le respondo firme. Él llama a la niñera de Seraphine y Salma aparece veloz.

—Seraphine se encuentra cansada —le dice el niño sin perder el tiempo—. Llévela a su habitación.

—Sí señor —Salma me pide a la niña y yo se la entrego a regañadientes. Atlas y Salma se van con Seraphine.

—¿Cuántos años tienes ese mocoso? —pregunta Sol asombrado por el carácter de ese niño.

—Tengo entendido que cumplió ocho años —le respondo sin dejar de verlos—. Acompáñame a decirle a los padres de nuestra sobrina que su hija se fue a dormir con su niñera.

 Sol accede y me guía entre la increíble cantidad de personas presentes. Tardamos en llegar con Lina y Tristan, despejo algunos invitados a través de mi mente; les planto algunas ideas como querer bailar o tener hambre. Sol les dice que Seraphine se fue con Atlas y su niñera por el dolor de cabeza que tiene.

—Voy a verla —dice Tristan apresurado y Lina lo sigue. Ellos dejan el salón para revisar que su hija se encuentre bien.

 Sol busca con la mirada a su hermano.

—Está hablando con Estrella —le digo y él se sorprende.

—¿Ya le confesó su amor? —pregunta intrigado. Lo guío por el salón y le cuento lo que alcancé a escuchar—. Es una pena, tú y yo batallamos con la distancia. Creo que ellos lo tienen más difícil.

—Sí, pero podemos apoyarlos —le digo tomándolo del brazo.

 El día siguió con el festín de los novios. El día siguiente fueron de torneos, Sol se puso tenso y me preguntó si mis soldados participarán, se alivió cuando le dije que no. El tercero fue de celebración en la playa y otros más aventureros se iban a mar abierto. Tristan por ser esposo de la reina, tuvo que irse a mar abierto con un increíble pavor. Las criaturas marinas no se la pusieron fácil y más el tiburón guardián de Lina. Sol y yo nos quedamos en la orilla de la playa, nos sentamos en la arena con los niños de Tristan y Lina. Mi padre le hizo un pequeño bloqueo a la mente de Seraphine para que pudiera pasar el día, pero Lina y Tristan le tienen que enseñar a controlarlo. Yo me ofrecí a la tarea de controlar sus poderes, es una forma de estar cerca de mi sobrina y de mi hermano.

 Él aceptó un poco desconfiado, Tristan me ha aceptado que esté en la vida de su hija como muestra de cesión. Él y yo hemos trabajado en nuestros conflictos internos y cómo afectan al otro, gracias también a Taurus; Taurus sería como una especie de mediador y guía en esto del perdón. Él se encuentra jugando con Seraphine y Atlas en la playa, también con la nutria guardián de Seraphine. Mientras que la señora Laila se encuentra sentada con su hijo en su regazo, el niño se emociona cada vez que viene una ola.

 Estrella y él llegaron a un acuerdo de relación un tanto triste. Por los momentos no oficializaron su relación, pero dejaron pactado que cuando sea el momento, ellos estarían juntos.

—Tía Luna —corre la niña hacia a mí mojada y con el cabello hecho un desastre—. Ven y juega con nosotros.

—Pero prométeme que no me mojarás —le digo cruzándome de piernas. Ella me mira y se dirige con la señora Laila y el hijo de la señora Amira, Seraphine es mayor que él solo por unos meses

—¿Ya el bebé jugará con nosotros? —le pregunta sentándose al frente de ellos.

—Puedes jugar con mi hijo, pero aquí sentados —le responde sujetando al niño con las manos, el bebé quiere irse con Seraphine y Callum—. Él es un bebé pequeño.

—De acuerdo —resopla la niña mientras que se levanta y busca sus juguetes con Callum. Entre los dos traen un caballo de madera, una espada de madera y una pelota.

—La espada no —le dice firme, la niña se devuelve a la carpa y solo viene con la pelota.

 Atlas sigue nadando con Taurus, mientras que Seraphine y Callum se pasan la pelota y Demian se ríe. La señora Laila carga al niño para que patee la pelota, pero él solo se ríe. El guardián de Seraphine se roba la pelota y los tres corretean por la playa. La señorita Salma va detrás de ellos. Tristan aparece en la playa todo mojado y cansado.

—¿Y mi hermana? —le pregunta Sol, Tristan se tumba a la arena a mi lado.

—Se fue nadando hasta una isla, algo de una competencia —él responde cansado, la camisa blanca se transparenta por el agua, como sus pantalones. El guardia de Tristan le tiende una toalla—. Gracias.

—¿Y no fuiste con ella? —le reprocha Sol—. Te recuerdo que está embarazada.

—Le hice saber de su estado, pero me dijo que un buen príncipe marino nada desde el vientre y se fue. Quise alcanzarla, pero a duras penas llegué a la orilla —dice llevándose la toalla a la cara. Seraphine se regresa hacia nosotros y se lanza al estómago de mi hermano provocando que le saque el aire—. Seraphine, ten más cuidado.

—Juega conmigo papi —exclama la niña sin importarle el dolor que le causó a su padre.

—Vamos a dormir —le propone mientras que se sienta—. Es mucho mejor.

—No quiero dormir, quiero jugar —ella se sienta en su regazo—. Vamos a jugar.

—¿Y Atlas? —pregunta mirando a todos lados.

—Me dejó para irse a nadar con el tío Taurus —exclama enojada—. Es malo.

—Seraphine, ven a vivir conmigo —le digo sonriente a la niña, pero ella me niega con la cabeza—. ¿Por qué no? Vivirás en un castillo de hielo y podrás jugar con la nieve y te daré muchos dulces.

—No puedo —ella se recuesta en el pecho de su padre—. Tengo que cuidar a mi papi.

—¿Cómo así? —pregunto confundida, Tristan ve a la niña extrañado.

—Se quedaría solo mi papi si me voy contigo —ella se acomoda su cabello—. Mi mami pasa mucho tiempo en su reino —señala el mar—, mi abuela Arya también. Mis tíos no nos visitan mucho. Atlas se va cuando llega mi abuela y mi abuelo Cosmo es el que más tiempo pasa con nosotros. Y es por eso que yo me quedo con mi papi porque siempre está solito.

 Todos nos quedamos estupefactos y Tristan la voltea y la abraza.

—En conclusión, hay que visitar más a Tristan —comenta Sol mirando al frente.

—Y es por eso que mi tío Taurus es mi favorito —dice la niña maliciosa, Sol la mira enojado—. Mi tío Taurus me quiere más que tú.

—Ya no hay respeto aquí —refunfuña Sol.

—Papi, quiero jugar en el mar —dice la niña y Tristan intenta persuadirla para que se queden sentados, pero la niña gana. Tristan se levanta maldiciendo y carga a su retoño y se van al mar. No se van tanto y Tristan se agacha para que Seraphine pueda nadar.

—Sabes, ante decía que quería llenar mi palacio con muchos niños, ahora solo tendré dos y si acaso —me dice Sol riéndose.

 Tristan juega con su hija hasta que se espantan cuando los asusta Lina por debajo del mar. La niña empieza a llorar y pide salir del agua.

—Mi niña perdóname —le suplica Lina estirando los brazos para que se vaya con ella.

—Eres mala mami —le recrimina la niña en llanto. Mi madre le pide a su nieta a mi hermano y ella acepta irse con su abuela.

—No lo hice con mala intención —le expresa honesta—. No te enojes conmigo mi amor.

 Miro a las mujeres y mi vista salta a la señora Liora que se acerca a su hermana. Me levanto y me acerco hacia a ellas.

—¿Qué sucede Luna? —me pregunta la señora Laila.

—Quería consultarle algo a la señora Liora —les digo, me miran confundidas, pero me invitan a sentarme.

—¿Qué quieres saber? —pregunta tomando a su sobrino y sentándolo en sus piernas.

—¿Es normal que nazcan dragones en el lado oscuro? —pregunto intrigada. Me conmocionó cuando me enteré del guardián de la hija de Arem. Me fui de El Páramo para el nacimiento de Demian y quise consultárselo, pero no me dio tiempo.

—Sí ha sucedido, pero no es lo más adecuado —responde jugando con el niño—. ¿Por qué lo preguntas?

—Es que en mi reino nació un dragón, y es el guardián de uno de los hijos del jefe de la tribu —respondo intrigada.

—¿Y cómo llegó un huevo de dragón a tu reino? —pregunta mirándome consternada. Le comen-to que Sol y yo tenemos tratos comerciales, y que una de las empresas que hace esa unión, se asentó en mi reino. Y que de allí vinieron los dragones.

—Comprendo, los Calores son una familia en ascenso por lo que tengo entendido —comenta la señora Liora un poco más aliviada—. Pueden nacer dragones en la oscuridad, pero intenta que esa niña y su guardián visiten Solaria o cualquier reino de la luz, para que el dragón conecte con sus raíces y tenga buenos cuidados. El reino de mi hermana no es un lugar para los dragones.

—Son bestias majestuosas y buenas para la defensa —comenta mi señora estirando sus piernas.

—Y son mías —le reprocha la señora Liora.

—Muchas gracias, les comentaré a los padres de la niña lo que me acaban de decir —me levanto y las dejo hablando o más bien discutiendo.

 Tristan lo dejan descansar, Lina está a su lado en la toalla sobre la arena. El vientre de Lina se empieza a notar. Tengo entendido que va a ser un varón su segundo hijo, también sé la insistencia de Lina que sus hijos sean centrales para que ella pueda darles herencia. Estamos al último día de la celebración matrimonial de mi hermano, espero que sean muy felices en esta etapa de su vida.

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