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Parte II

[Antes que nada, quiero agradecer, de todo corazón, a BLASTERX0001 y Same_kichi123 por los reviews. Muchas gracias, amigos y sobre todo a Same. Espero que les guste esta segunda parte.].

Los rayos del Sol comenzaron a filtrarse por la ventana de aquella habitación, la cual estaba ubicada en la segunda planta del "Castillo de Moulinsart". Aquellas finas luces dejaban atrás la oscuridad de la noche pasada. Una cargada de mucha acción y una tensión reinante se respiraba esa mañana sobre aquella localidad de Bélgica. Souichirou fue el primero en levantarse, mientras que intentaba recordar cómo había llegado hasta allí. Tanteó y encontró sus lentes sobre una mesa de noche, los tomó y tras colocárselos, sintió que alguien dormía acurrucada contra su pecho. Se giró y allí vio a su esposa. Un sentimiento...sí, podía ser eso dentro de la personalidad gélida de aquel hombre, recorrió su espíritu y pasó su mano por los cabellos de Caster, a la cual le dedicó un tierno beso sobre su mejilla. 

- "Ahora lo recuerdo todo: La Momia de Rascar Cápac, el letargo sobre el Profesor Bergamotte y el secuestro de Tornasol. Además de que les revelamos a Tintin y sus amigos sobre la historia de Caster y los poderes que ambos llevamos".- Llevó su mano derecha hasta la frente y de ahí respiró hondo. Cerró los ojos un momento y tras quitarse los últimos restos de sueño que tenía encima, se levantó y fue rumbo al baño que tenían en la habitación, en donde se lavó la cara, los dientes y de ahí fue por sus ropas negras.

Por su parte, Caster permanecía profundamente dormida, abrazada a las almohadas de aquella cama que compartieron ambos, hablando entre sueños, mientras que su marido tomó asiento a su lado, a la espera de que se despertara. Cuando el Sol alcanzó las ventanas del dormitorio, éstos acariciaron el rostro de la chica peli lila, la cual se despertó y al primero que miró fue al peli negro.

- Buenos días, cariño.- Saludó ella, dándole un beso en los labios.- ¿Dormí mucho? ¿Es tarde?.- Quiso saber la joven pero él negó con la cabeza.

- No, descuida, no tan tarde. No he oído a los demás.- Respondió éste a las interrogantes de la joven.

Sin decir nada más, Caster salió de la cama y tras abrir las ventanas para que se ventilara el lugar, se vistió y ambos bajaron para desayunar. En el pasillo no había nadie hasta que bajaron las escaleras y fueron al comedor.

- Buenos días, Señor Kuzuki, Señorita Caster.- Oyeron la voz de Néstor, quien estaba terminando de preparar el café en la cocina y lo llevaba en una bandeja hasta su destino.- ¿Durmieron bien?.

- Buen día, Señor Néstor.- Saludó la peli lila.- Sí, dormimos muy bien.- Respondió y de ahí le siguieron el paso.- Disculpe.

- ¿Sí?.- Preguntó el británico, mientras que abría las puertas del comedor.

- ¿Hay alguna novedad del Profesor Tornasol?.- Quiso saber ella y el Mayordomo, tras dejar la bandeja con el café y las tazas, negó con la cabeza.

- Me temo que no y llegaron noticias del Hospital: El Profesor Bergamotte sigue dormido. No hay ningún avance.- Respondió con un tono cargado de lamentación.- Pobre de mi Señor, nunca lo vi tan callado...Es como si hubiera envejecido diez años.- 

- ¿El Capitán Haddock está bien?.- Fue la pregunta que hizo Souichirou.-

- Se encuentra muy preocupado por el paradero del Profesor Tornasol.- Les explicó Néstor, mientras que se veía al dueño del "Castillo" levantarse del sillón y dirigirse hacia la puerta.

- Buenos días, amigos.- Oyeron la voz de Tintin, quien venía acompañado de Milú.

- Ah, Tintín, ¿cómo haz estado?.- Devolvió Caster el saludo.

- Ocupado con los últimos detalles: Los Detectives se han ido para liderar la búsqueda del Profesor Tornasol junto a la Policía. Yo voy a salir dentro de un rato, iré al Hospital de Bruselas, en donde están internados los miembros de la "Expedición".- Les contó de los últimos detalles al respecto.

- Es increíble lo que puede hacer un descubrimiento de suma importancia.- Habló el marido de la Hechicera con seriedad, negando con la cabeza.- Caster detectó una presencia mágica, un rastro en el lugar donde estaba sentado el Profesor Tornasol y que conducía hacia la Momia del Inca. Ese brazalete formaba parte del difunto y fue el objetivo de esa gente. 

Su mujer no sabía qué decir al respecto, todo había cambiado de la noche a la mañana. De golpe, desde el "Salón de la Chimenea", el Capitán Haddock salió desde su interior y pasó a deambular por el lugar, saludando a los presentes, mientras que se sentaba a desayunar con ellos. Podía verse en su rostro el cansancio, ni siquiera se había ido a dormir, unas ojeras sobresalían en sus párpados pero, aún así, el hombre curtido en mil viajes por los Océanos y Mares del Mundo no se iba a dejar amedrentar por un grupo de "locos". 

- Antes que nada y nuevamente disculpen mi falta de educación, amigos. Pero les deseo unos muy buenos días a pesar de la situación en la que nos hallamos.- Saludó el peli negro, quien se servía una taza de café y le ofrecía a Néstor una para renovar las energías.- 

- Descuide, Capitán Haddock, no hay problema. Lo importante sería que usted se fuera a descansar. ¿No durmió en toda la noche?.- Le aconsejó Caster, cosa que su respuesta fue un ligero movimiento de cabeza, llevándose la taza de café a sus labios.

- Si se le dijera eso, estaría mintiendo, Señorita Medea pero no, no pegué el ojo en toda la noche. Los Detectives, tal y como Néstor les contó, han salido para llevar a cabo la búsqueda de Tornasol y esperaremos noticias más adelante.- Les contó de las últimas novedades, dándole un sorbo al café y sintiendo que su calor y fuerzas iban aumentando en su interior.

Mientras que ellos charlaban y desayunaban, Tintin había dirigido su rumbo hacia la puerta, en donde fue abriéndola. Llevaba su casco de motocicleta consigo y las llaves.

- ¿No se queda a desayunar, Señor Tintin?.- Preguntó Souichirou.

- Lo lamento pero debo ir al Hospital. Necesito averiguar qué saben los médicos sobre esto.- Respondió ante la invitación del marido de Caster, mientras que salía afuera.

- Ten cuidado y si pasa algo, iremos a ayudarte.- Le aconsejó Haddock, sintiéndose más renovado en fuerzas gracias al café.

- Descuide, Capitán, estaré bien. Milú, quédate aquí, volveré pronto y no te pelees con el gato.- Finalizó el periodista y se dirigió a su perro, dándole aquel aviso, llevando a que lo acatara.

Una vez fuera, el muchacho pelirrojo tomó su moto y salió con rumbo hacia la Ciudad.

Mientras tanto, en la Central de la Policía de Bruselas, el día había comenzado muy movido por el secuestro de aquel científico. Dentro del "Comando Radiofónico", donde varios operadores y Oficiales encargados de las Comunicaciones estaban llevando a cabo las labores de búsqueda y rescate.

- Atención: Buscar helicóptero con matrícula desconocida. Aseguren a bordo la presencia del célebre Profesor Tornasol, visto por última vez en los alrededores de Moulinsart. Repito, a todas las Unidades, busquen helicóptero con matrícula desconocida. Aseguren a bordo la presencia del célebre Profesor Tornasol.- Transmitió las órdenes el Comandante de la "Sala de Comunicaciones", mientras que las señales de radio iban para todas las estaciones de la Policía, incluyendo la de los pueblos. Desde el Cuartel General en Bruselas, las puertas de los estacionamientos se abrieron, saliendo cientos de patrulleros, camiones, la División Motorizada y los helicópteros que despegaban con rumbo hacia los Cielos para llevar a cabo la búsqueda vía aérea. 

Una verdadera "Horda" de policías se desplazaron a la caza de los secuestradores. Era como si se tratara de la mayor operación jamás registrada en Europa desde la Segunda Guerra Mundial o la captura de Frank William Abignale Jr. por las falsificaciones y estafa a los Bancos. Los caminos estaban vigilados por la Policía, el ulular de las sirenas que resonaban por todas partes, mientras que una de las camionetas se estacionaba cerca de un campo y dos helicópteros recorrían el lugar.

- "Oiga, aquí "Patrulla 22", estamos sobrevolando el "Sector 17" en estos momentos. No hemos detectado nada por ahora".- Informaron los agentes de una de las aeronaves.

- Bien, "Patrulla 22" continúen la búsqueda y sigan en contacto.- Habló Hernández desde la camioneta, recibiendo unos golpecitos del bastón de su gemelo.

- Yo diría más: Sigan en contacto y continúen la búsqueda.- Agregó Fernández, los cuales estaban a cargo del operativo.

De vuelta en Moulinsart, el Capitán Haddock estaba mirando la televisión y no podía creer que la prensa ya se estaba haciendo un "festín" por el secuestro de su amigo. Respiró hondo, quería maldecir a los "Cuatro Vientos" pero se contuvo. Tomó su pipa y le colocó tabaco en su interior, encendió un fósforo y se puso a fumar un buen rato, apagando el aparato.

- La prensa siempre va a necesitar de algo de qué hablar. Pasa todo el tiempo.- Notó la presencia de Souichirou, quien había estado leyendo uno de los libros de la Biblioteca.

- Y que lo digas, amigo. Están todos los canales con lo mismo. Mil rayos y centellas, parece como si se viniera la guerra.- Se lamentó el peli negro, quien lanzaba unos anillos de humo al aire y abría una ventana para que hubiera ventilación.- A propósito, ¿y su esposa?.- Preguntó y de ahí la vio a la joven que caminaba por los jardines, admirando las flores y en compañía de Milú.- Vaya, se nota que ese pequeñín se hizo muy amigo de ella.- Por cierto, Souichirou, muy buen golpe que le diste a ese "Pirata de Agua Dulce" ayer. 

- Gracias, es parte de mi poder. Caster lo activa mediante un hechizo y mis puños se convierten en, pleno sentido de la palabra, en armas mortales contra los adversarios. Incluso pueden destruir cualquier estructura como columnas.- Respondió el peli negro, mientras que guardaba el libro en uno de los estantes de la Biblioteca.- Por cierto, Caster me contó sobre la presencia mágica que halló en donde estaba sentado el Profesor Tornasol y puede que el motivo de su secuestro se debe a que tenía algún artefacto de suma importancia para esa gente.

- Ahora que lo mencionas...- Comenzó Haddock en recordar esos momentos previos al ataque contra el "Castillo".- Él dijo haber encontrado un brazalete de oro puro y que lo tenía en una de sus manos. Bergamotte dijo que formó parte de las joyas que tenía esa Momia Inca pero que ese objeto estuviera en el piso sonaba raro.

- Puede ser que lo que haya dicho sea correcto, Capitán.- Le respaldó el hombre de lentes, mientras que el otro colocaba su mano en los hombros de éste.

- Yo, lo único que espero, amigo, es que Tornasol esté bien y lo podamos ver de vuelta.- Habló y de ahí comenzó a caminar de un lado para el otro.- Esto no tiene sentido: Un helicóptero que desaparece y Tintin perdiendo el tiempo en el Hospital, queriendo saber qué demonios ha pasado con los arqueólogos. Todo esto es tan desconcertante.- Dijo con seriedad, sin parar de moverse cerca de otro biblioteca de menor tamaño, ubicada en la "Sala Principal".

Justo en ese momento, Caster volvió a entrar con Milú al "Castillo, encontrándose con Néstor, el cual estaba terminando de pasar el plumero por los muebles del último sector y pasaba al lugar donde se hallaban Haddock y su marido.

- Es un día muy hermoso afuera, ¿vamos?.- Le ofreció ella, con un tono dulce, al peli negro, quien le tomó de las manos.

- Por supuesto.- Respondió éste.- ¿No viene, Capitán?.- Preguntó el peli negro.

- No, vayan tranquilos afuera, yo me quedaré aquí por si hay novedades de la Policía.- Respondió el "Viejo Lobo de Mar".

Afuera, el Sol brillaba a más no poder, un bello día, en pleno sentido de la palabra. Los pájaros cantaban alegremente, revoloteando por las cercanías de los bosques. La pareja caminaba por allí, tomados de la mano, siendo observados por Haddock, el cual permanecía en esa sala, a la espera de algún resultado. En el fondo, aquel Capitán sentía una corazonada y con la ayuda de esas dos personas podrían hallar al amigo de ellos. Aún así, también esperaba poder descubrir por qué se lo habían llevado, conocer las causas y demás.

Por su parte, una moto avanzaba por las calles de Bruselas y cerca del Hospital se hallaba un chico vendiendo el periódico a la gente que pasaba por la calle, todo a viva voz.

- ¡El diario! ¡Lean el diario! ¡Edición especial con el rapto del célebre Profesor Tornasol!.- Exclamaba aquel muchacho a todo pulmón, mientras que la motocicleta de Tintin se detenía cerca del edificio, dejaba el casco, apagaba la misma y se dirigía hacia la entrada.

Un hombre de traje celeste, sombrero, cabello y bigote pelirrojo se detuvo y le compró un ejemplar al joven vendedor.

- Gracias.- Le agradeció éste tras recibir una moneda por el valor del periódico, guardándola con el dinero que juntaba, mientras que el sujeto se retiraba y lo leía. Acto seguido, tomó otro periódico y lo mostró ante el público.- ¡Con el rapto del Profesor Tornasol!.

- ¡Mil rayos y Centellas!.- Exclamó Haddock al ver que no había ninguna noticia de su amigo.- Esto es de locos y lo vuelvo a decir: Un helicóptero no puede haber desaparecido como si fuera por arte de Magia y Tintin en el Hospital queriendo saber qué rayos ha pasado.- Decía y caminaba de un lado para el otro hasta que sonó el teléfono que se hallaba oculto dentro de una pequeña puerta en la biblioteca de menor tamaño.

De vuelta en el Hospital de Bruselas, tras haber ingresado y preguntado a una de las Enfermeras de la entrada en dónde estaba la planta en la que se hallaban los arqueólogos, Tintin subió por las escaleras y allí se reunió con un médico calvo pero con una pequeña barba negra, además de llevar lentes y de que era de baja estatura. Ambos ingresaron en la gran sala donde tenían atendidos a los pacientes antes mencionados.

- Son síntomas descomunales: Los siete enfermos duermen como Ángeles durante todo el día hasta que...espera, ya casi es el momento.- Le explicó el médico, quien miró su reloj y comenzó con una cuenta regresiva, viéndose a los integrantes de la "Expedición Sanders-Hardmuth".- Cinco, cuatro, tres, dos, uno.

Una vez que terminó de contar, los siente integrantes se despertaron de golpe, moviéndose frenéticamente. Uno de ellos se agarraba el cuello, como si alguien lo estuviera sosteniendo con fuerza. Un segundo parecía querer escapa de su cama pero estaba detenido en la misma. Otros dos arqueólogos estaban arrodillados y pedían clemencia, mientras que Bergamotte rogaba a todos los Dioses para que terminara la tortura. Tintin no tenía palabra alguna que le ayudara a describir ese momento tan espeluznante y sobrenatural. 

Pronto, la alarma de la sala comenzó a sonar un grupo de médicos y enfermeras corrieron para atenderlos, en medio de los gritos de desesperación.

- ¡Es increíble, como si fuera Magia o un Encantamiento!.- Exclamó del asombro el periodista.

- Sí, pero esto solo dura unos minutos.- Respondió el médico y volvió a mirar su reloj.- Dormidos otras 12 horas.- Concluyó y pronto cesaron los gritos, la angustia, la desesperación y los ruegos por piedad.- Aún así, no hemos podido hallar la causa de todo este mal que les afecta y sus familias se han mostrado muy preocupadas al respecto.

- Lo comprendo. Yo estaría pasando por la misma situación que ellos. Aún así, me cuesta creer que ellos no puedan salir de ese "sueño".- Indagó el muchacho cuando la puerta volvió a abrirse.

- Señor Tintin, al teléfono.- Se acercó una enfermera, quien volvió a retirarse y el chico se dirigió hasta donde se hallaban los mencionados y de uso público.

Llegó hasta uno de ellos y lo tomó, llevándose el tubo hasta su oído derecho para hablar.

- ¿Diga?. Tintin al habla.- Comenzó con la charla, mientras que se cambiaba de escena.

De vuelta en Moulinsart, al oír el sonido del teléfono, Caster y su marido fueron hasta el interior de la Mansión para ver de qué se trataba el asunto. Llegaron hasta el "Salón Principal", el Capitán Haddock se lo veía sumamente animado, fumando su pipa y sosteniéndola con calma en su mano derecha mientras que con la izquierda tenía el tubo del teléfono en su oído en donde hablaba con su amigo periodista. Pronto, el matrimonio llegó hasta donde se encontraba y esperaron.

- Ya está, Tintin: Encontraron el helicóptero.- Le informó y, por un momento, se sintió el festejo interno pero todo cambió.- Vacío. A siete kilómetros del Puerto de Saint Nazaire.- Dio aquella información, mientras que Tintin lo escuchaba desde el Hospital.

- Perfecto. Voy para allá.- Finalizó el joven y colgó el teléfono.

Haddock también lo hizo y guardó su teléfono en el comportamiento de la Biblioteca, sintiéndose renovado, por lo que se acercó hasta el matrimonio. 

- Amigos míos, este es un momento crucial y les haré esta pregunta...- Iba a decirles el "Viejo Lobo de Mar" pero Souichirou le detuvo.

- ¿Si estamos dispuestos a correr el riesgo de una aventura?. No veo el por qué no. A pesar de que estábamos de vacaciones por Europa, no me molestaría compartir el tiempo de mi esposa y el mío con ustedes.- Se adelantó el hombre de cabello negro y lentes, viéndose el reflejo de la luz sobre el cristal.

Caster no tenía palabras que decir, la emoción le embargaba por lo que asintió con la cabeza y se le podía ver en su rostro. Quería decirlo, Haddock lo "descifró" y fue entonces que se aclaró la garganta.

- Entonces es un hecho: El "Círculo" se cierra.- Anunció.- ¡Vamos, Néstor, una copa siempre surte bien antes del abordaje!.- Pidió, mientras que su Mayordomo iba trayendo una bandeja de plata con una botella de Whisky y una vaso de cristal. 

- Permítame desearle, Mi Señor, una muy buena caza y que el Profesor Tornasol pueda volver a casa, sano y salvo.- Fue el deseo que pidió el británico pero cuando estaba por llegar, Milú iba a su lado y vio al gato con el cual tenía una dispuesta. Ambos comenzaron a pelearse y corrieron alrededor del Mayordomo, quien casi se caía pero empleó una buena resistencia, evitando que es desplomara la bandeja con el vaso y la botella, recibiendo los aplausos de Haddock.

- ¡Excelente, amigo!.- Le felicitó y de ahí ambos quedaron de pie frente al retrato de Tornasol, alzando el vaso.- Resiste, viejo Silvestre, que vamos por ti. No descansaré hasta que te traigamos a casa.- Prometió y le dio un profundo trago a su bebida.

- Permítame decirle: Un poco más al Oeste.- Salió el científico del retrato, siendo todo una alucinación causada por el alcohol, llevando a que Haddock se asustara.

- Oh vaya, se nota que sí era de una buena colección.- Indagó el peli negro y barba, mientras que terminaba el vaso y se dirigía a su habitación, en donde tomó su bolsón de la Marina y su gorra de plato, reuniéndose con Caster y su marido.- ¿Y su equipaje?.- Preguntó con asombro.

- Descuide, preferimos viajar sin él. Solo nuestros pasaportes y nada más.- Respondió el nipón a él, mientras que salían de allí y Milú volvía a pelearse con el gato, llevando a que se estrellara contra una Armadura que había en el Hall Central y el yelmo le cayera encima, corriendo hacia las escaleras que daban al exterior, por lo que Néstor se lo quitó de encima al pobre perro.

- Buen viaje, Mi Señor. El "Castillo" estará bien protegido por mí.- Le deseó el Mayordomo, llevando que Haddock le diera un fuerte abrazo.

- Tengo una profunda confianza en ti, amigo. Muchas gracias y pronto celebraremos junto a Tornasol aquí.- Prometió y tras ello, siendo despedidos por Néstor, quien estaba con aquel gato a su lado, el grupo del Capitán Haddock partía para reunirse con Tintin en Saint Nazaire, en donde también les esperaban los Detectives Hernández y Fernández.

La búsqueda del Profesor Silvestre Tornasol había comenzado. El inicio de una nueva aventura para ellos como para el matrimonio proveniente de Japón.

[Una pista sobre el paradero de Tornasol ha aparecido y Caster junto a su marido se han unido al viaje. ¿Qué pasará en Saint Nazaire?. Eso lo veremos en el capítulo que viene.

Saludos para todos ustedes, amigos. Nos vemos y buen Domingo de mi parte, Camaradas.].





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