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🌹Cap2: Mentalista

Sus palabras causan que algo se rompa dentro de mí. ¿Me lo afirmas, eres de verdad la persona que estuve buscando todo este tiempo? ¿Eres su hijo, mi sobrino?

Mi muro insensible logra aislar las lágrimas y el temblor de mi corazón en el interior de mi pecho. Mis labios se curvan de forma suave y uno de los guardias coloca una espada en su cuello bajo mi pedido visual.

—Levic, no admitiré otra afrenta como esta —comento mientras me levanto de mi asiento—. Valoraré vuestro plan, la respuesta será entregada mañana.

—Así será, su gracia —dice él sin inmutarse por la espada y sin apartar la mirada de mí.

Salgo de la habitación dejándole ahí con el resto, mientras, Rudolf camina a mi lado. Es solo cuando estamos lo suficientemente lejos del pasillo que me detiene fuera de la vista de todos y me atrapa en sus brazos.

—Su nombre, es el mismo del joven que me pediste que buscase, Vic —dice él mientras acaricia mis cabellos—. ¿Es él, tu sobrino?

—No, no puede ser, es una marioneta creada por Walker —susurro mientras correspondo su abrazo mirando hacia la pared.

—¿Podría estar mintiendo y no ser él? —dice Rudolf apartándome un segundo y mirando mis ojos—. Calma, incluso si llega a serlo, solo es una buena noticia. Si no lo es, quedará como un nombre que solo se repite de mal gusto.

—Es solo una tontería, pero me acaba de llamar tía. Tengo que hablar con él a solas —le comento a Rudolf mientras respiro profundo para calmarme.

Me pierdo en sus ojos iguales a los de nuestra hija menor y en su cuerpo qué se empeña siempre en entrenar en la vida que sea. Pensar que tendrías ahora cuarenta y ocho años de no ser por esa maldición que yace en tu lengua. Coloco la mano en su mejilla y junto nuestros labios mientras por la cintura me apresa hacia él en un cálido y asfixiante beso.

Nos separamos al sentir los pasos del otro lado del pasillo y seguimos nuestro camino. Una ligera sonrisa se posa en mis labios con una paz momentánea. Su magia, el poder que él ejerce sobre mí en este tipo de situaciones sigue sorprendiéndome. Es como un hechizo de tranquilidad y protección.

—Mi Vic, tranquila, sea lo que sea, estaré contigo —dice tomando mi mano.

Ibas a huir cuando viste mis colores reales, cuando masacré a todos los humanos del imperio Roosevelt. Nunca aprobaste mis métodos y aunque la maldición que cargas pueda ser un problema, fue mi salvación para poder seguir teniéndote a mi lado, aunque deba mentirte, Rudolf.

Regreso a trabajar a mi oficina usando los conocimientos que mi hermana trató de pasarme y los que me enseñó el duque Walker. Pronto volverá de su misión y podré saber la verdad sobre esta marioneta que se hace pasar por mi sobrino.

Me levanto y abro las ventanas dejando entrar los pocos rayos del Sol que atraviesan la barrera. Por culpa de ello, escasos árboles crecen a excepción de los del bosque de Umbralstad. Mi oscura sala llena de cuadros y decorada mayormente en rojo se ha vuelto mi santuario para trabajar. Prefiero tener un ojo arriba de los asuntos del reino, no quiero dejar las cosas en manos ajenas.

"Victoria, te amo, hija mía..."

Recuerdo las palabras de mi padre mientras le encerraba. Mi respiración se agita y coloco la mano en el cristal antes de cerrar el puño mientras lo deslizo por la ventana. Veo como esta se vuelve roja, como si fue una cascada de sangre, pero solo es un viejo recuerdo.

—Venirte a arrepentir de todo al final, no, no lo tienes permitido. Ni tú, ni Lyra, ni nadie —susurro deteniendo mis palabras al sentir los golpes en la puerta pidiendo permiso para entrar y adentrándose en la sala tras serle dado.

—¿Me llamó, mi emperatriz? —dice Levic entrando a mi oficina.

Su cabello se encuentra atado por una cinta baja en blanco y sus atuendos ahora son de este color. Una mirada vacía se hace ver en su rostro.

—Sí, siéntese —le indico mientras camino hacia la puerta y hecho el seguro—. ¿Sabe por qué le llamé?

—Quiere saber quién soy —responde sin mirarme y posando su atención en la ciudad que se visualiza a lo lejos en la ventana—. Sabe, pensé que no iba a tener que volver aquí y que realmente no me importaría el rumbo que tomase el reino una vez me fui.

No, no puede ser...

Avanzo hacia él, su mirada ni siquiera está en mí. Levanto mi mano con la intensión de destruirle, acabar con las incertidumbres qué siempre me han lastimado. Sin embargo, coloco la mano en la silla y retomo mi posición en el asiento del frente en el buró calmando mi ansiedad.

—¿Lo hice por ti, llegué a este punto, al borde del abismo por salvarte, Le... vic —digo cerrando mis ojos sin perder la calma ante su mirada.

—Confía en mí —dice buscando mi mirada.

—La confianza es una estupidez, solo funciona si ambos miran en la misma dirección —respondo tragando en seco, aguantando lo cerrada que se está poniendo mi garganta.

—Estoy mirando hacia donde mismo mira usted, mi emperatriz —dice Levic levantándose de su asiento y bordeando la mesa hasta colocarse a mi lado susurrando en mi oído—. No has cambiado nada, sigues actuando y pensando tan diferente.

Volteo mi rostro para quedar viéndole de frente, aguantando lo rojo qué se quiere formar en mi mirada ante el intento de salida de las lágrimas. Hacía tiempo no me desestabilizaba así, desde que se intentó ir Rudolf...

—¿Lewis? —susurro y se lleva el dedo índice a sus labios pidiéndome qué guarde silencio.

—¿Te lo dije, no? Que recordases el nombre de Levic, Victoria —dice sin apartar nuestra distancia mientras una de sus manos levanta mi barbilla, ni siquiera me ha afirmado nada.

Tomo su muñeca haciendo presión en esta, la rabia recorre mi cuerpo haciendo que me pare de mi silla y tomando su cuello entre mis manos para tratar de matarle.

—¡Maldito imbécil, me dejaste sola, te largaste, moriste, me hiciste llorar. Y enésima de todo, me alejas de mi sobrino que era todo lo que me quedaba de ti! —respondo gritando hasta que bajo la voz volviéndolo una recriminación que solo podríamos escuchar nosotros dos.

—No tenía opción, Victoria, ni siquiera sabes lo que me costó volver contigo —dice sin inmutarse a mi agarre y confirmándome que es Lewis—. No me voy a morir por falta de aire, soy una marioneta.

Al escuchar sus palabras le suelto, volviendo mis ojos rojos. ¡Maldita Lewis, yo te mato, no te mató el parto, pero lo voy a hacer yo!

—¿Qué quieres? No sé dónde anda el perro de tu esposo, ni tu asqueroso hijo —digo como si escupiese todo mi odio y dolor.

—Lo sé, Walker me dijo que los has buscado. Helios nunca me ha fallado, le pedí que no se dejase encontrar por Lewelyn y parece que lo hizo —contesta llevando una mano a su mentón pensativo.

—Pues bien, sal a buscarlos tú, estoy harta —respondo yendo hacia la puerta, pero se interpone y no me deja salir—. ¡Lárgate, Le... vic!

—No, ya no tengo por qué hacerlo. Quiero cuidarte, a ti, a Helios, a Charlotte, a Bralen a mis sobrinas, a Walker y a mi hijo. No, no voy a incluir al sarnoso con el que andas —dice sin moverse de la puerta.

—¿Ah, si? ¿Se puede saber cómo lo vas a hacer? No hay posibilidades, padre no está, la barrera de Valencia se romperá y pronto masacraran a todas las criaturas. Se acabó... Se acabó todo, Lewis —digo susurrando su nombre en lo último en su oído.

Siento ira, rabia, pero esta situación donde lo tengo de vuelta remueve mi estómago. Los recuerdos de nuestra infancia, de nuestro compromiso, de tantas estupideces que dejé que me hiciese hacer.

—¿Victoria, cuando he fallado? —me comenta él sin dejar una pizca de incertidumbre en su rostro, con un tono que convencería a cualquiera.

—Cuando moriste —respondo mirando sus ojos y bajando por un segundo a sus labios. Morí ese día también junto contigo, una parte de mí lo hizo.

—No pensaba sobrevivir, solo quería que mi hijo naciese. Luego, me enamoré de esta vida... por muy dura que sea —me dice colocando la mano en mi mejilla y terminando por abrazarme—. Voy a sacarnos de esta situación.

—Lewis, suéltame —susurro sin hacer resistencia.

—No, soy egoísta, nunca lo he negado. Aun así, no te voy a dejar sola, ni a ti, ni a ellos... lo siento. Allá fue poco más de un mes, pero aquí pasaron demasiados años —dice acariciando mi cabeza con una mano suavemente.

—Asesiné todo un ejército por ti... Una ciudad, para que naciera tu hijo y ni siquiera me dejaste conocerlo. Sabes que deseaba casarme contigo y me dejaste por ese maldito sirviente, dame un solo motivo para no matarte ahora mismo —comento hundiendo la cabeza en su hombro y apretando sus brazos con fuerza mientras clavo mis uñas.

—Te quiero, Victoria, podría haber buscado simplemente a Helios y Lysander para sacarlos de aquí, pero estás en una posición peor y no quiero tampoco que mueras —dice sin soltarme.

No huele a nada, ni siquiera siento pulso en su cuerpo. Es muy probable que no tenga siquiera sangre. ¿De qué material está hecho? Aun así, logro sentir cálida su piel y suave. Correspondo su abrazo con calma quedando tan pequeña en sus brazos.

—¿Crees de verdad que haya una posibilidad, ínfima de que no llegue la iglesia? —susurro cerrando mis ojos y disfrutando la sensación de su presencia de nuevo, como una niña pequeña. Lewis... Lewis... Lewis...

—Sí, lo creo, pero tendrás que confiar en mí —dice él y junto mis labios con los suyos como si estos me llamasen, como si el pasado me llamase.

Siento la duda en los segundos que tarda en responder, si embargo, termina siguiendo mi impulso y viejos recuerdos. Un simple saludo, nuestro viejo saludo y costumbre, algo que no significa nada y a la vez todo. Solo que sabe, algo diferente, no es el mismo ritmo.

—Solo te pido una cosa —dice él.

—¿El qué? —comento tomando distancia de su cuerpo.

—Para todos, seré Levic, no Lewis. Nadie puede saber que regresé —comenta él.

—Es estúpido, pero tus motivos tendrás. Está bien, Lewis, no, Levic —respondo sintiendo un alivio en mi alma a la vez que una cadena en mis piernas.

Esto se volverá un infierno, puedo verlo, lo presiento.

Buenaaas, espero que disfrutasen el capítulo. Resubí Irithel porque me lo andaban pidiendo y la verdad no me cuesta nada tenerla ahí. lo malo es que se van a llevar varios spoilers de ese libro y más en el proximo capítulo. Trataré de avanzar capitulos allí de a poco.

Creen que Levic sea Lewis? :)

voten si les gustó, los leoooo

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