27. Se veía aburrido
-Si esta... Bien- Titubeó, tragando fuerte.
Curvó la comisura de sus labios levemente, poniéndose de pie nuevamente.
-Ya que no quiero manchar mi ropa, estaré sin ella- Explicó, desplegando los botones de su jean -¿Me acompañas?- Cuestionó.
-Iré al baño- Se apresuró a decir antes de correr hacia el.
Cerró la puerta con fuerza sin querer, mirándose al espejo notó que tenía la piel del rostro enrojecida, su corazón latía sin cuidado y podía sentir el temblor en la punta de sus dedos.
-Cálmate- Se dijo a sí mismo.
Nayeon quería provocarlo y vaya que lo estaba logrando, ahora que estaban juntos no había motivos para no estar con ella, pero no podía evitar tener nervios. Nunca había estado con nadie antes, y aunque tenía conocimiento sobre el tema no era lo mismo porque era ella, y no quería decepcionarla
Sabía que tenía experiencia, era Im Nayeon , cada poro de su piel emanaba una peligrosa sensualidad que cada vez lo orillaba más al límite.
Pudo oír el timbre de la puerta, debía ser la pizza que habían pedido hace un momento, no pudo evitar preguntarse si había recibido al repartidor en brasier.
De ella lo creía.
Se lavó el rostro con agua helada, intentando ocultar la sangre que había subido a sus mejillas. Salió del baño con cuidado, chocando con la presencia de la chica de ojos marrones que se hallaba en la barra de la cocina con la caja entre manos.
-Pensé que habías escapado por la tina de baño- Comentó con tono jocoso.
-Solo quería lavarme el rostro- Mencionó, tomando asiento a su lado -Pensé que ibas a recibir al repartidor sin blusa- Señaló al percatarse que llevaba puesta la prenda que se había retirado hace poco.
-Solo tú puedes ver mi cuerpo.
Lo dijo con tanta seriedad, que incluso ella sintió como su corazón empezó a latir con fuerza. Sus ojos se miraron de manera fugaz, evitando el contacto.
La tensión que ahogaba aquella habitación podía sentirse a kilómetros, o eso pensó cuándo el solo verlo abrir de manera nerviosa la caja de la pizza, y posar una inocente sonrisa en sus labios le hizo creer que podía pasar toda su vida contemplándolo, y nunca cansarse.
-Vamos a comer- Dijo con sencillez.
...
Los pasos se oían con facilidad gracias al papel periódico que adornaba las baldosas del suelo, con manchas de distintos colores, y con el olor a pintura impregnando su alrededor. ____ se hallaba pintando una pared de color púrpura, con un rodillo en mano mientras escuchaba a Nayeon tararear una canción a su costado.
La chica de ojos marrones empleaba un contraste entre el color amarillo y naranja, usando la pared como lienzo, trazaba formas y figuras que le inspiraban aquellos tonos.
____ la observó de espaldas.
Había logrado convencerla de usar ropa que poco necesitaba para no preocuparse por mancharla, mientras el permanecía con la ropa que había llevado esa mañana, teniendo cuidado con la pintura.
-No te oigo pintar- Comentó antes de girar a verlo.
-Me distraje un poco- Se disculpó, continuando sus acciones.
Nayeon lo vio con una sonrisa, de repente sintió ganas de jugar un poco.
-Te falta un poco acá- Señaló después de llegar a su costado.
-¿Dónde?
-Acá- Repitió antes de pasar la brocha llena de pintura amarilla en la pared de color lila -Así se ve mejor- Opinó.
-¿Sabes cuánto me tarde en pasar todas sus capaz para que se vea perfectamente pareja?- Cuestionó con molestia.
-Se veía aburrido- Giró los ojos -Ahora luce alegre.
-No me gusta- Se quejó con las cejas fruncidas.
-¿Sabes dónde más falta pintura?- Preguntó de manera juguetona.
Pero ____ no alcanzo a responder cuándo sintió como Nayeon pasaba la brocha en su cuello.
-Ahora te ves alegre.
La vio carcajear con diversión, la suficiente, que no se molestó en quejarse. Prefirió cruzar su brocha en la mejilla de la chica frente a él.
-Tu luces aburrida ahora- Señaló con las cejas fruncidas, intentando no reír.
-Nadie se mete con mi rostro- Advirtió.
-¿Segura?- Cuestionó, siguiéndole el juego, viendo como la chica intentaba manchar su camisa -Quedamos en que la ropa no- Recordó, huyendo de ella.
-No me importa- Bramó mientras corría hacía él.
Se perdieron en el pasillo, llegando a su habitación, cayendo al suelo cuando Nayeon no dudó en lanzarse encima de ____. Aunque las brochas cayeron al suelo sus manos estaban llenas de pintura, y la chica de ojos marrones se aprovechó de eso cuándo se esforzó por pasar sus manos en toda la camisa del chico de ojos verdes.
-Para, para- Pidió con su rostro pegado al suelo, sintiendo como la chica encima de él no paraba de manchar su ropa -¡El gorro no!- Exclamó con dramatismo.
Nayeon no podía parar de reír, tanto, que sintió como el estómago empezaba a molestarle. Llevo sus manos a su vientre en un intento de aliviar las carcajadas, sin poder evitar que ____ girara su cuerpo y esparciera sus manos entre su rostro y cabello.
-¡El cabello!- Gritó- Te dije que el cabello no- Se quejó mientras intentaba retirar la pintura de su rostro, en vano.
-Solo dijiste el rostro.
-Lo volviste a manchar igual- Señaló.
-No lo noté- Mintió con una sonrisa -Mira mi ropa, no puedo salir a la calle con esto- Se señaló a sí mismo.
-Puedes quitártela- Ofreció con una inocente sonrisa en sus labios.
Se miraron a los ojos; con el amor y el deseó reflejado en sus pupilas, y los latidos del corazón acelerados en sintonía.
-¿Sabes por qué adoro mirarte a los ojos?- Preguntó en el silencio de la habitación.
Pero ____ no respondió.
-Porqué puedo ver en ellos que tan enamorado estás de mí, o que tanto me deseas ahora- Susurró -Quizás tanto como yo te deseo.
-No quiero decepcionarte- Confesó a un hilo de voz.
Ella era tan preciosa, maravillosa; la perfección hecha mujer, una hermosa pintura retratada en el más fino lienzo. Ante los ojos de ____, cualquier escenario que presentara a Nayeon, no importaba de que tratara, o que aspecto tuviera, ya era la escenografía más hermosa comparada con otras. Y solamente porqué Nayeon pertenecía a ella.
En cambio él... ____ era llovisna, un incompleto intento de ser algo que nunca alcanzaría, y le aterraba, le aterraba demasiado decepcionarla.
-Nunca me decepcionarías - Susurró Nayeon con delicadeza, desbordando toda la sinceridad que podía ofrecerle en sus ojos.
Estaban aprendiendo a conocerse, a descifrar el idioma de sus ojos. Pero Nayeon esperaba con todas sus fuerzas que sus sentimientos llegaran hacia él. ____ se sentó en el suelo, cerca de ella, acunando su rostro entre sus manos. Primero observó sus ojos, después sus labios, y se esforzó por apartar el miedo que calaba sus huesos.
Besó sus labios con delicadeza, de manera lenta y sintió como Nayeon le correspondía de la misma manera. Enredo sus manos en el cuello del chico de ojos verdes, tratando de acercarlo más a ella profundizó el beso, sintiendo como ____ bajaba sus manos a sus caderas, jugando con el dobladillo de su blusa. Se apartó con cuidado, dedicándole una sonrisa coqueta.
-Déjame ayudarte.
Llevó sus manos al final de aquella prenda, retirándola de su cuerpo de manera sensual, tortuosamente lenta.
____ fijo sus ojos en aquel brasier negro que no había abandonado del todo su mente desde que lo vio hace un par de horas, ahora que lo tenía más cerca no pudo evitar sentir el insistente deseo de eliminar aquella prenda de su vista.
-Aún tienes pintura en el cuerpo- Señaló con nerviosismo, intentando apartar la mirada.
Nayeon sonrió, le parecía tan tierna la manera en que se comportaba ahora que una divertida idea cruzó su mente.
-Acompáñame- Pidió con una amplia sonrisa en sus labios.
Se puso de pie de manera rápida, tomando a ____ de la mano para que la siguiera. Salieron de la habitación y caminaron al baño, entrando sin cuidado por la insistencia de la chica de ojos marrones.
Nayeon entró a la tina con cuidado, invitando a _____ con la mirada.
-¿Qué planeas hacer?- Preguntó con la cejas fruncidas, negándose a entrar bajo la regadera.
-Vamos, será divertido- Insistió, halando su mano con fuerza.
Lo hizo entrar a tropezones, chocando levemente con ella. Se comportaba como una niña, lo sabía, pero poco le importo cuándo abrió la llave del agua, sintiendo como caía de inmediato sobre su cuerpo.
-Nayeon, aún tengo tenis, si se mojan no podré irme hasta que se sequen- Se quejó cuando vio como el agua caía sobre sus pies.
-No quiero que te vayas- Dijo con sencillez, como una niña pequeña que no podía separarse de su peluche preferido.
La miró.
Y de repente la ropa, y todo lo que no tuviera el nombre de la chica frente a él pareció carecer de sentido.
Estaba enamorado de Im Nayeon, y no quería negarlo, o callarlo.
La besó de manera arrebatada, llevando sus manos a sus caderas y atrayéndola a él.
Quería aprender cada detalle que comprendiera sus labios, quería entregarse entero aunque quizás nunca volviera a estar completo.
Ella llevo sus manos al cuello de su camisa, empezando a desabrochar los botones de aquella prenda. Desistiendo cuándo la tela se pegaba a sus dedos por estar mojada paso a separar los extremos con fuerza, rompiendo la camisa en el acto.
-Me gustaba está camisa...
Pero Nayeon no contestó, se mantuvo concentrada en las cicatrices que adornaban los pectorales de ____. Pero antes de que el chico ocultara su torso ella terminó de retirar la prenda mojada de sus hombros, dejando que cayera al suelo cuándo llevo sus manos a la piel del chico de ojos verdes.
No había olvidado aquella vez que vio a ____ sin camisa por primera vez, pero era muy distinto ahora que podía sentir aquella piel cicatrizada bajo las yemas de sus dedos. Sin dejar de acariciarlo, llevó sus labios al principio de la cicatriz del pectoral derecho, repartiendo pequeños besos en la longitud de las pronunciadas marcas.
Se mantuvo en silencio cuándo sintió los labios de Nayeon en su piel, acariciando aquellas marcas que él nunca había ahorrado el valor para tocar. La vio pasar al pectoral izquierdo, sintiendo como la timidez pasaba a volverse excitación.
-Nayeon- Murmuró.
Se apartó con una pequeña sonrisa en sus labios, chocando sus bocas con más intensidad que antes, con necesidad.
¿Estaba enamorada del él?
Sí, ahora sabía que sí.
Y quería demostrárselo amando sus cicatrices, besando aquellas marcas que para él eran defectos pero para ella eran parte de él, y eso las hacían hermosas.
Se separaron para tomar aire, y ____ la alcanzó a ver otra vez. Tenía el cabello totalmente mojado, las mejillas sonrojadas y el rostro enteramente empapado.
Se veía hermosa, tanto, que no dudó en pasar sus manos por su rostro en un intento de eliminar los rastros de pintura.
-Debo lavar mi cabello- Comentó con una sonrisa.
-Puedo ayudarte- Se ofreció.
Nayeon lo miró un momento.
-Bien, pero primero- Dijo antes de empezar a desabrochar los botones de sus jeans negros -Debemos quitarnos la ropa para no enfermarnos. ¿No?
____ la vio bajar sus jeans, dejando a la vista las bragas del mismo color, despertando los latidos de su corazón que parecía estar al borde de un paro cardíaco.
-¿Te ayudo?- Preguntó de manera juguetona, posando sus manos en el comienzo de su jean de mezclilla.
Pero ____ no respondió.
Posó sus manos en los botones de su jean y empezó a bajarlo, ignorando lo difícil que era pasar la tela mojada sobre su piel. Nunca se había desnudado en frente de nadie, pero aun cuando su corazón no paraba de retumbar en su pecho no quiso detenerse.
Quería estar con ella, de verdad quería estar con ella.
Dejó a la vista su bóxer negro, notando la fija mirada de Nayeon sobre su cuerpo.
-¿Cómo puedes dudar de tú cuerpo? Eres...
-No temo cuándo estoy contigo.
...
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