15 minutos antes.

-Sana, estoy hablando contigo, vámonos- Repitió.

-¿____, eres tú?- Preguntó sin creerlo - ¿No te estoy imaginando?

Sentada en aquel cómodo sofá, no pudo dejar de verlo como si recién lo conociera, sintiendo que se enamoraba nuevamente de él.

-¿Cuánto has bebido?- Cuestionó mientras la tomaba del brazo, acercándola a él.

-¿Beber qué?- Preguntó sin entender, hipnotizada por los ojos verdes del chico frente a ella.

____ suspiró al darse cuenta que no podía mantenerse de pie con facilidad, debía sostenerla para que lograra estabilizarse.

-Te llevaré a casa- Dijo en voz alta, tratando de que lo escuchara a pesar de la música.

-¿Y dormirás conmigo? Quiero dormir contigo- Confesó con inocencia.

-Es mejor que no digas nada- Le recomendó, sabía que se arrepentiría al día siguiente.

Estaba seguro que esto no terminaría bien.

-Pero quiero hablar- Refutó, abrazándose a él -Estoy tan enamorada de ti, tanto, tanto- Repitió mientras se separaba, fijando sus ojos en él- Deseo tanto que me des un beso.

E intento besarlo. Se inclino en la punta de los dedos de sus pies, alzó la mirada, añoro tanto estampar sus labios sobre los de ____, mezclar sus alientos, sentirlo tan cerca de ella. Pero ____ la tomó por los hombros, apartándola apenas sintió el roce de sus bocas.

-¿Qué haces?- Cuestionó con las cejas fruncidas- No vuelvas a intentar besarme, Sana. Eso no está bien- Dijo con seriedad.

Solo en ese momento Sana sintió como su corazón empezó a acelerarse sin cuidado, tanto, que también sintió como algo en ella parecía romperse. No sintió como las lágrimas bañaban sus mejillas, tampoco el mínimo temblar de sus labios, pero no pudo callar sus quejidos.

-¿Por qué no puedes estar conmigo?- Preguntó con dolor, dejando resbalar las lágrimas por sus mejillas -¿Hice algo mal?, ¿No te supe querer?, ¿Acaso no fui suficiente para ti?- Interrogó -Porque yo sí te quise, si te quiero...

-Tú no hiciste nada mal, Sana- Negó con las cejas fruncidas- Soy yo, yo soy el problema- Trató de hacerle entender, sintiendo como ella apartaba sus manos.

-¿Por qué no me quieres?

____ calló, no tuvo palabras que pronunciar, ni siquiera él sabía la respuesta de esa pregunta. La quería, claro que sí, pero como una amiga. Y sabía que no debía culparse por eso, pero maldita sea, no podía quitar el pesar de su pecho por todo el dolor que seguramente le estaba causando a Sana. No porqué, pero solo no funcionó, el sentimiento no transcendió, pero eso no significaba que no se haya esforzado por intentar quererla de esa manera.

-¿Está todo bien?- Preguntó Tzuyu mientras se acercaba a ellos, con Nayeon de la mano.

____ se alarmó apenas vio a Nayeon.

No se veía bien, parecía tan desorientada con la mirada perdida y él chico de ojos verdes sabía que algo estaba mal. Quiso abrazarla, estrecharla fuertemente entre sus brazos.

Pero sabía que no podía hacerlo.

-¿Nos vamos?- Preguntó Hyunjin apenas llegó al grupo de chicos, escondiendo la inflamación de sus nudillos.

Sana no lo pensó dos veces antes de correr hacía su mejor amigo y esconderse en su pecho, llorando todo lo que no pudo llorar antes. Hyunjin quedó perplejo, pero eso no detuvo que posara su mirada en ____, una mirada llena de interrogación y reproche.

-Creo que lo mejor es que tú la lleves a ella a casa- Aconsejó Tzuyu, mirando a Hyunjin, llamando su atención- Y yo te acompaño a llevar a Nayeon, ____- Se ofreció con una sonrisa cómplice, fijando sus ojos en el chico de ojos verdes -Vamos- Le susurró a Nayeon mientras la llevaba a la salida de la casa.

Nayeon quería acercarse a ____, pero primero quería que él chico de ojos verde se acercara a ella, aún así, por muy extraño que parezca sentía la insistente mirada del chico de ojos negros sobre ella.

-____ y yo usamos el mismo vehículo- Dijo Hyunjin con molestia, abrazando a Sana de costado, intentando estabilizarla.

-No hay problema, yo los llevo- Avisó Tzuyu con una sonrisa ladeada, intentando ser amable- Ella debe descansar lo más rápido posible.

Hyunjin iba a refutar, pero sabía que Sana estaba en muy mal estado, la chica frente a él tenía razón. Se limitó a asentir antes de buscar la mirada de la chica de ojos marrones, desistiendo cuándo notó que ella no correspondería la suya.

Tzuyu soltó la mano de Nayeon, dedicándole una dulce mirada antes de llevar a Sana y Hyunjin al lugar donde se hallaba estacionado su auto.

-No puedo caminar- Confesó Nayeon cuándo quedaron a solas.

-¿Estás tan borracha?- Cuestionó ____, preocupado por su bienestar.

-¿Me llevas de la mano?- Pidió como si de una niña pequeña se tratara, y ____ no la cuestionó.

Tomó su mano de manera lenta, entrelazando sus dedos, llevándola con cuidado al lugar donde había aparcado el auto, ayudándola a entrar cuándo abrió la puerta.

...

El camino fue lento, trato de manejar con el mayor cuidado posible para que no sintiera mayor pesar en el auto. Estacionó con lentitud, bajando del auto con apuro, tomándola entre sus brazos cuándo la ayudo a salir del carro.

-¿Subirás conmigo?- Preguntó con una sonrisa.

-Claro que sí- Contestó mientras empezaba a caminar adentro del conjunto de apartamentos.

No había llevado a una persona borracha antes, pero nunca hubiera adivinado que sería tan complicado. Nayeon parecía una niña de 9 años que entraba por primera vez a un ascensor, y no como una niña obediente, era todo lo contrario.

Cuándo finalmente llegaron a su piso tuvo que buscar sus llaves él mismo porqué ella no sabía de qué llaves hablaba, y tardo un par de minutos tratando de adivinar cuál era de todas.

-Por fin- Exhaló apenas abrió la puerta.

Y vio como Nayeon se apresuraba en pasar por su costado, corriendo a lo que parecía ser el baño.

-¿Estás bien?- Preguntó atrás de la puerta, tocándola levemente.

Pero no escucho más que arcadas.

-Déjame sola- Pidió ella a duras penas, sintiendo como las náuseas no paraban.

____ abrió la puerta con cuidado, de manera lenta, viendo de primera mano cómo la chica de ropa negra no paraba de vomitar inclinada al inodoro.

-Te dije que te fueras.

-¿Y dejarte así?- Cuestionó, sentándose a su lado mientras apartaba el cabello de sus hombros -No pienso irme está noche- Aseguró, mirándola a los ojos.

Pero fue breve, las arcadas volvieron con más intensidad.

-Vomita sin cohibirte, no me dejarás de gustar- Bromeó ____, amarrando levemente su cabello entre sus manos.

-Te detesto.

-Te quiero.

Acarició su espalda en un intento de aliviar su malestar

-¿Serviría si tomas una ducha?- Planteó con interés.

-¿Ya quieres verme desnuda?- Cuestionó de manera pícara, dejando los efectos de la borrachera en segundo plano.

-Lo mejor es una ducha- Se convenció a sí mismo en un intento de ignorar su pregunta- Te prepararé un café mientras te calmas. ¿De acuerdo?- Avisó antes de huir del baño.

Nayeon no pudo evitar reír, estaba tan nervioso que le causaba ternura, lo suficiente para olvidar el desastre de aquella noche. Se puso de pie mientras halaba la correa del inodoro, empezando a desvestirse de manera lenta, se preguntó cuándo lo haría ____.

Si es que llegaba hacerlo.

Pero el chico estaba muy ocupado calculando la cafeína correcta que podría ayudarla a pasar los efectos del alcohol, tenía curiosidad por lo que había pasado en la fiesta, por qué tenía aquella mirada tan decaída y melancólica.

Pero sabía que no era el momento.

Pasó a retirarse la chaqueta y esperar en la barra de la cocina a que saliera la chica de ojos marrones, o su chica, como no paraba de llamarla Tzuyu. Realmente debía reconocer que la chica se había comportado de una manera admirable, le había avisado sobre la presencia de Nayeon en la fiesta además de ayudarlos para que pudieran terminar juntos esa noche, estaba bastante agradecido con él.

-____, ¿Puedes ayudarme?- lo llamó Nayeon desde el baño.

Caminó con tranquilidad, hablando desde afuera.

-¿Qué necesitas?- Preguntó.

-Puedes entrar- Avisó.

-Me gusta estar acá.

Nayeon no pudo evitar reírse, saber que lo intimidaba tanto era divertido, pero algo molesto, pensó.

-Mi bata de baño está en mi habitación- Indicó.

____ no necesitó oír más para caminar hacía el lugar indicado, encontrando la prenda blanca apenas entró a la habitación.

Tocó la puerta del baño con cuidado.

-Cierra los ojos al pasar- Ordenó desde el baño.

Dudó en hacerlo, pero finalmente le hizo caso. Entro con cuidado de no caerse, con la bata en manos y los ojos cerrados.

-Ábrela para mí- Pidió de manera coqueta, sonriendo cuándo vio que le hizo caso.

Se colocó de espalda a él, pasando sus brazos adentro de la prenda, cerrando con un muy ligero nudo la unión de ambas partes. Se giró, notando que la veía con detenimiento.

No recordaba conocer antes a una mujer tan bella como ella, o por lo menos ninguna le atrajo tanto como Nayeon. Era cuestión de que no podía estar lejos de ella, por más que tratará o intentará hacerlo, siempre volvía a caer por aquellos ojos marrones.

Viéndola ahora, sin maquillaje y con gotas de agua alrededor de su rostro, el cabello mojado y cayendo por sus hombros. Con aquella sonrisa coqueta que no paraba de retarlo nunca, estaba tan extasiado con ella que de repente la palabra enamorado no sonó tan cursi como siempre la consideró.

-Te dije que tuvieras los ojos cerrados- Regañó con una sonrisa, enredando sus brazos en su cuello.

-Eres hermosa- Susurró sin darse cuenta, perdido en la tormenta de sentimientos que inundaban su cuerpo.

Y la sonrisa de Nayeon solo se amplió.

-Deberíamos ir a la cama- Propuso de forma coqueta.

-Si- Aceptó con el temblar de sus labios -Tu irás mientras yo te llevaré un café- Se apresuró en decir mientras se separaba de ella, tropezando con las paredes cuando salió del baño.

Nayeon suspiró, existían los chicos tímidos, y luego se hallaba ____.

Caminó a la habitación, eligiendo la ropa que usaría ahora. Sabía que aún tenía los efectos del alcohol, pero su sistema estaba tan acostumbrado a la sustancia que realmente no le afectó tanto.

Tomó el café con cuidado, entrando a la habitación de Nayeon sin tocar, encontrándola sentada en la cama.

Ahora usaba el mismo suéter amplio de hace noches, pero esta vez con un ligero short de pijama por debajo.

-Ten- Le extendió la taza amarilla.

-Gracias- Murmuró antes de darle un sorbo, frunciendo las cejas - No tiene azúcar.

-Es más efectivo así- Señaló, tomando asiento a su lado.

La vio girar los ojos, pero no le importó, sabía que tenía razón.

-Entonces...- Susurró después de colocar la taza en la mesa de noche, dirigiéndose a ____ -Dormiremos juntos otra vez.

-No pienso dejarte sola está noche- Dijo antes de tomar su mano.

No podía parar de mirarlo a los ojos.

Tenían un brillo tan vivo que el simple hecho de creer que ella lo provocaba le hacía sentir una emoción tan grande que le era difícil de explicar en voz alta, pero sabía que había una forma de expresarle cuánto lo quería, una forma que tenía mucho tiempo en su cabeza.

-Quiero estar contigo.

-Ya estás conmigo- Corrigió con una sonrisa, frunciendo las cejas.

-No- Negó, posando sus manos en los hombros de ____, acariciando su cuello en leves movimientos -Quiero estar contigo... Íntimamente.

____ sintió el corazón en su garganta, y de repente el sonido se había ahogado a su alrededor. No podía verlo bien, pero sabía que sus mejillas se habían teñido de un fuerte tono carmín.

-Nayeon- Murmuró -Estás borracha.

-Puede que lo esté- Aceptó -Pero creo que nunca me había sentido tan segura.

-No entiendes, yo... - Apretó los labios -Nunca he estado con nadie, y dudo mucho que tú hayas estado con alguien como yo.

-¿Y eso que tiene que ver? Sería nuestra primera vez juntos- Insistió.

____ calló.

Quería estar con ella, con cada pieza que formaba su ser.

Pero tenía miedo, un miedo que sus ojos no pudieron esconder. Y Nayeon lo notó.

-Escucha- Pidió mientras tomaba sus manos -¿Qué tal si me abrazas y te disculpas por cómo te comportaste hoy?- Propuso con una sonrisa.

____ carcajeó con ganas.

Era tan volátil que no entendía cómo podía soportarla, quizás porqué estás enamorado de ella, se dijo a sí mismo.

...