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18. ¿Podemos hablar?

Cerró los ojos con fuerza cuando la vió irse, escondió su rostro entre sus manos cuando oyó el fuerte retumbar de la puerta de su casa.

Quiso correr atrás de ella. Detenerla y disculparse por las cosas que dijo, quería decirle que la quería, quería sentirla entre sus brazos.

Pero no la buscó.

Se sentó en el suelo de su habitación, abrazando sus rodillas en un intento de reconfortarse a sí mismo, trató de obligarse a callar los sollozos.

Pero no pudo.

Lloró como no lo hacía desde que era niño, con las lágrimas bañando su rostro y los quejidos ahogando su garganta. No paraba de aferrarse a sí mismo para aliviar el dolor, pero seguía ahí, tan evidente como palpable.

Sentía un dolor que no sintió antes, del tipo que se aloja en tu pecho, cerca del corazón pero más profundo, en medio de las costillas, podía sentir como su alma se dividía entre pequeñas piezas de cristal esparcidas por el suelo.

Pensó en sus ojos, en sus sonrisas coquetas y en la dulzura de sus labios. También recordó la forma en que lo miró cuándo detallo sus cicatrices, sabía que reaccionaria de esa manera, que no podría soportarlo. Pero eso no hacía que doliera menos, muy al contrario, sintió un pesar aún más profundo.

Se preguntó si ella sentía lo mismo que él, si a ella le afectó tanto como a él.

Y la respuesta era sí.

Nayeon no supo cómo tomó un taxi y le indicó la dirección de su hogar, sólo fue consciente de sus acciones cuándo abrió la puerta de su apartamento, cerrándola con fuerza detrás de ella, corriendo a su habitación y encerrándose detrás de la puerta.

Se lanzó a la cama, tomando una almohada entre sus brazos, la misma que ____ usó cuándo durmieron juntos hacía semanas atrás. Aun conservando su olor, la estrechó fuertemente contra su pecho en un intento de suavizar la presión de su corazón, pero era imposible.

Lloraba a cántaros mientras los chillidos ahogaban toda la habitación, en posición fetal, recordaba las palabras del chico de ojos verdes, la manera en que habló y el dolor visible en sus ojos.

Se sentía culpable, tonta, ignorante y muy por encima de todo; egoísta. Él tenía razón, lo supo cuándo observó sus cicatrices por primera vez, no pudo ocultar el miedo calar sus huesos cuándo las vio y entendió por primera vez la relevancia de la situación.

Pensaba que podía querer a ____ con su secreto, pero no fue hasta que lo vió que entendió que pensarlo no era suficiente.

Pero no quería irse, a pesar de todo quería quedarse y aferrarse a su pecho como tanto se había acostumbrado, pero no podía obligarlo a soportar su presencia. No podía actuar como estaba acostumbrada, debía darle su espacio, aunque eso significará lastimarse a ella misma en el proceso.

Aun cuando las lágrimas cedieron, y la noche empezó a pintar el cielo, ninguno de los dos pudo deshacerse de aquel pesar presente en su pecho, casi asfixiando sus pulmones. Y aunque el sueño nublo sus ojos, el sentimiento no dejo de estar alojado dentro de ellos.

...

-Okey clase, antes de empezar el tema de hoy, quiero recordarles que la fecha del debate está próxima- Avisó Seokjin en medio del salón - Y que esta será su última oportunidad de abarcar la mayor nota posible, ¿Entendieron?- Cuestionó.

-Solo espero que mi compañero se aprenda su parte- Comentó Hyunjin por lo bajo - ¿Tú y Nayeon ya repartieron sus puntos?- Preguntó, haciendo referencia a los temas que abarcaría cada uno.

Pero ____ no contestó, su simple mención le nublo la mente y ensombreció su mirada. El recuerdo de la tarde de ayer aún retumbaba en su cabeza, sin mencionar que la presencia de Nayeon detrás de él no ayudaba.

Pensaba que asistir a clases sería mejor que ahogarse en la soledad de su habitación, pero verla cerca y aún así sentirla tan lejos, lo hacía sentir igual, o peor, que ahogado.

-____- Lo llamó Hyunjin.

-Yo trataré mi obra- Dijo en voz baja - Y ella la suya- Añadió.

-¿No tendrán problema con Seokjin?

-Estamos cumpliendo con el debate- Se excusó - Estamos presentando las obras, que es el justificante de la nota.

-Guarden silenció- Advirtió el profesor - Alumno Kang- Lo llamó -Espero con ansias el debate que nos entregará usted y la señorita Im- Mencionó con una sonrisa sincera en sus labios - Porqué supongo que ambos ya habrán hecho las pases. ¿No?

____ se regañó mentalmente cuándo buscó la mirada de Nayeon a sus espaldas, encontrándola con la vista fija al frente, posando sus ojos en él apenas sintió su mirada. El impulso de saludarla fue un regaño automático para si mismo, y el que los nervios lo traicionaran lo obligó a que solo se incorporará con la vista al frente.

Nayeon no apartó sus ojos de él, sintiendo el aumento del pesar presente en su estómago, aquella desagradable sensación que no parecía querer abandonarla aquel día.

-Insisto chicos, este debate será clave para sus notas a fin de curso.

Y vaya que lo sería.

...

-¡Kang, te quiero en área defensiva!- Ordenó el entrenador apenas vio al chico de ojos verdes entrar al campo.

____ corrió a la posición, colocando el casco en su cabeza mientras se inclinaba en el césped. No tardó mucho en escuchar gritar al silbato del entrenador, sintió el balón entre sus manos y agarrándolo fuerte empezó a correr hacía la zona ofensiva, evadiendo a sus compañeros pudo ver a las animadoras practicar en la zona de las gradas, mismo lugar donde las vio ensayar antes.

Buscó a Nayeon con la mirada, encontrándola ensayando con unos pompones, estaba a kilómetros de distancia pero sabía que era ella, podía reconocerla donde fuera, podía incluso sentirla.

Tanto, como a una persona abrazarse a su espalda, tirándolo al suelo.

-¿Qué pasó Kang, se te perdió algo?- Preguntó su compañera de fútbol (vamos a justificar con que el equipo era mixto) cuándo se levantó de encima de él, extendiendo una mano para que se colocara de pie.

-Estaba distraído- Admitió, tomando su mano.

-Como no, esa chica es preciosa- Opinó, señalando a Nayeon -¿La conoces?

Millones de recuerdos llenaron la mente de ____, muy buenos, como también muy malos, no pudo evitar posar una pequeña sonrisa de melancolía en sus labios.

-Casi nada- Mintió.

-¿De verdad? Es la favorita del equipo, incluso tengo entendido que Nicolas está detrás de ella- Comentó de manera casual.

____ detuvo su paso. El simple recuerdo de Nayeon siendo besada por Nicolas le provocó náuseas, y unas fuertes ganas de acercarse al chico de cabello caramelo y decirle que no debía acercarse a Nayeon, pero ya no tenía derecho, que nunca lo tuvo, y nunca lo tendría.

-Cuando terminen de charlar pueden volver a sus posiciones- Señaló de manera sarcástica el entrenador por medio de un megáfono.

Ambos chicos giraron los ojos antes de volver a caminar hacía la formación de sus compañeros.

-Gracias, Tzuyu- Sonrió con sinceridad.

La chica de tez morena y ojos cafés solo le regaló una sonrisa ladeada, antes de ubicarse en la alineación defensiva, contraría a la suya.

- Deberías tener cuidado, no queremos que a la próxima tacleada tengas una lesión- Advirtió Nicolas delante de él, en la posición de mariscal de campo.

____ intentó ignorarlo, suspiró antes de tomar la misma posición y concentrarse en la jugada. Oyó el sonar del silbato, pero apenas sintió el balón en sus manos pudo ver cómo 2 de sus compañeros en defensa iban directo a él, tomándolo de los hombros y haciéndolo chocar contra el suelo.

-¿Qué mierda?- Se quejó antes de ponerse de pie - ¿Dónde está mi defensa?

-Disculpa, no los vimos- Se excusó un miembro del equipo.

____ observó a cada uno de sus compañeros de manera rápida, deteniendo sus ojos en Nicolas. Parecía verlo con regocijo.

Seguramente él había convencido a los otros chicos sobre las tácticas en su contra, pensó.

Quiso cuestionarlo, retarlo, pero no tenía ganas de pelear, estaba cansado de hacerlo. Si quería volver a tener la vida tranquila de antes, debía empezar a comportarse como solía hacerlo antes, como si la vida pasara y el simplemente fuera un espectador.

- Continuemos la jugada- Se limitó a decir después de negar la cabeza levemente.

Volvió a su posición, ignorando la confusión en la mirada de sus compañeros se colocó el protector vocal antes de señalar que estaba listo. Volvió a oír el silbato por tercera vez aquel día y chocó con el suelo nuevamente.

Esta vez fue más rudo, vengativo, casi como si el chico que lo había empujado verdaderamente tuviera algún problema con él.

Sintió el rebote de su cabeza contra el pasto, y el dolor adueñarse de sus huesos, está vez quiso quedarse en el suelo. Podía levantarse, podía seguir y aguantar tantos empujones quisieran darle, porque muy en el fondo una parte de él sentía que lo merecía, pero sintió comodidad en aquel pasto.

Y experimento tranquilidad al ver el cielo, y por primera vez en aquel día sintió que podía respirar.

...

-Pero si es la chica más hermosa del instituto- La elogió Nicolas mientras se paraba a su costado.

-Y el más pesado del mismo- Comentó Nayeon antes de girar los ojos, saliendo del colegio y pasando por el estacionamiento.

-¿Nunca te han dicho qué eres muy odiosa?- Preguntó con una sonrisa burlesca en sus labios.

Recordó a ____, y todas las veces en que la llamó de esa forma, algunas con seriedad y otras con ternura. Quiso debatirlo, refutarlo, pero las palabras no quisieron salir de su boca.

-Pronto haré una fiesta en mi casa- Mencionó con interés - Y quería invitarte como mi cita- Añadió.

Posó sus ojos en él.

Nicolas era un chico atractivo y lo sabía, era fácil darse cuenta de eso, y se notaba a millas de distancia que lo aprovechaba.

Pero no era ____, y eso era motivo suficiente para desechar todo interés por él.

-Creo que estaré ocupada esa noche- Se excusó.

-No te he dicho que fecha- La corrigió con la misma sonrisa, una que ya le estaba empezando a fastidiar.

-Estoy ocupada todas las noches- Mintió, pero mantuvo la seriedad en sus facciones.

-Te pasaré la dirección por mensaje si cambias de opinión- Dijo sin darle importancia a su respuesta.

Besó su mejilla y empezó a caminar hacía su auto deportivo.

Nayeon pensó en que por más atractivo que fuera definitivamente no podía fijarse en un chico así, podía perdonar el comportamiento de ____ porque era parte de su encanto, pero este chico era sencillamente desagradable.

Sumergida en sus pensamientos, creyó imaginar a ____ salir de las puertas del instituto, pero le bastaron unos segundos corroborar que de hecho si era él chico de ojos verdes.

Quiso acercarse, su corazón le insistía que lo hiciera pero su mente le recordaba el desastre de ayer. Nayeon tenía años que no lloraba de esa manera, mucho menos por alguien, la verdad es que nunca creyó que se pudieran derramar tantas lagrimas por otra persona hasta que las suyas fueron la prueba.

Pero nunca le había hecho caso a su mente, y está vez no sería la excepción.

-Hola- Lo saludó apenas se acercó a él

Él volteó a mirarla sorprendido, frunciendo las cejas sin querer, no esperaba que ella le hablará después de lo que había pasado.

-Hola...- Susurró.

-¿Podemos hablar?

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