17. No seas injusto
Aquella noche ____ no pudo dormir, su vista permanecía fija en el techo de su habitación mientras su mente no paraba de reproducir los acontecimientos de su día, o las miradas que Nayeon le dedicaba.
Detestó ir a ese grupo de apoyo, detestó sentirse tan vulnerable al frente de personas que no conocía, y el recuerdo de las palabras de Nayeon no ayudaba con su consciencia.
Parecía tan claro que le dolía, y por más que le afectará no lo diría en voz alta.
No quiso seguir a su lado porque sentía que la conocía desde hace años, y sabía que no lo dejaría tranquilo hasta que pudieran hablar del tema, o ahondar tanto sus sentimientos hasta conocerlos todos. Se levantó de la cama y se vistió con las primeras prendas de ropa deportiva que encontró, pasó a detenerse frente al marco de la ventana, y tras apartar el vidrio decidió salir por ella.
Muy pocas veces se había visto en la necesidad de escaparse, solo lo hacía en noches cómo está, que el ruidoso silencio de la noche no lo dejaba tranquilo. Trotó cuánto pudo, ignoró el frio de la noche aferrarse a su rostro y nariz, también la presión de sus pulmones y el fuerte retumbar de su corazón.
Quería huir, disiparse como el humo que salía de las colillas de los cigarrillos, pensar por un momento como pudo haber sido su vida si tan solo hubiera nacido en el cuerpo correcto, o si nunca hubiera dejado a Nayeon entrar a ella.
Se detuvo, flexionó sus rodillas y llevo sus manos a ellas, respiraba de manera acelerada, con fuertes exhalaciones que limpiaban sus pulmones.
¿Qué hubiera pasado si Nayeon nunca hubiera llegado a su vida? Posiblemente hubiera seguido igual; sin incomodidades con Hyunjin, sin haber participado en una pelea ni haberse visto en la obligación de confesar su mayor secreto. Todo sería más fácil, pensó, quizás eso era lo que necesitaba, la tranquilidad que desapareció cuándo aquellos ojos Marrones cruzaron los suyos.
Pero no lo hacía sentir mejor, al contrario, el pesar se adueñaba de si mismo. Alejarla sería volver a su antigua vida, su normalidad, pero no quería sacarla. En realidad, estaba hecho un completo desastre ahora.
...
-¿Podemos hablar?- Preguntó Hyunjin apenas se sentaba al lado de Nayeon
-No creo que ese sea tú lugar- Insinuó con la mirada apartada.
-Escucha solo quiero arreglar las cosas, o por lo menos hablarlas- Aclaró con las manos juntas - Sé que lo que hice aquella noche no estuvo bien, que me aproveche de lo vulnerable que estabas entre otras cosas- Explicó - Y quiero disculparme por eso, la verdad es que eres una chica genial y no quisiera perder tu amistad por no poder controlar las hormonas- Se apresuró en decir cuando vio como la mirada de la chica de ojos marrones se posaba en él.
-Está bien- Dijo sin más.
-¿Segura?- Cuestionó con confusión -¿Está todo bien?
Nayeon quiso contarle todo lo que pasaba para que el chico de ojos negros pudiera aconsejarla, conocía a ____ desde hace años, quizás podría saber qué hacer en estos casos. Pero solo ella conocía el secreto de ____, y además no podía confesarle que realmente lo había rechazado porque le gustaba su mejor amigo, lastimaría demasiado a un chico que lo único que hizo fue equivocarse en quererla.
-Nada- Suspiró -Volvió el insomnio, ya sabes- Comentó con desinterés, ignorando el pesar de su estómago por mentir, otra vez.
-Creo que les está dando a todos- Mencionó -Lo mismo le pasó a ____ ayer, me mandó un mensaje cerca de las tres de la mañana diciéndome que acababa de bañarse porque había ido a correr- Contó con gozo.
Posó sus ojos en el asiento vacío del chico de ojos verdes.
¿Era por lo de ayer?, ¿Tanto le había afectado el grupo de apoyo?
La preocupación se hizo presente en ella.
-¿Te dijo por qué?- Preguntó con disimuló.
-Solo me dijo que quería cansarse todo lo que pudiera para poder dormir, es una persona muy reservada- Añadió- A veces creo que no lo conozco del todo, ¿Sabes? Tenemos años de amistad, y es mi mejor amigo, pero siento que a veces se guarda muchas cosas para si mismo. Y entiendo que sea callado, y bastante reservado, pero supongo que me gustaría que confiara en mí como yo confío en él. ¿Sabes?- Preguntó retóricamente con una sonrisa.
Imitó su pequeña sonrisa con nerviosismo, sintiendo la culpa calar sus huesos. Pudo notar en sus ojos cuánto cariño sentía por ____, y sabía que ____ sentía lo mismo por él, después de todo él chico de ojos verdes le había advertido antes que si no pensaba querer al chico de ojos negros lo mejor era detener las cosas.
Debía reconocer lo irónico que ahora resultaba la situación, nunca empezó nada con Hyunjin y el chico se enamoró de ella, y cuándo quiso empezar algo con ____ él chico de ojos verdes parecía evitarla, sin mencionar el detalle de su género.
-También eres su mejor amigo, y quién sabe, tal vez solo estás indagando. Además, ____es muy raro- Mencionó de manera persuasiva.
-En eso tienes razón- Aceptó Hyunjin con una carcajada.
...
-Me alegra mucho que hayas arreglado las cosas con Hyunjin -Admitió Sana mientras se sentaba en la mesa de la cafetería.
Sana la había esperado a las afueras de la clase de Seokjin, y cuando la vio charlando con Hyunjin no tardó en hacer un millón de preguntas sobre el chico de ojos negros, y ella no pudo hacer más que contestarlas.
-A mí también- Reconoció, siguiendo sus pasos -La verdad es un chico agradable.
-Ni que lo digas- Comentó -¿Sabes por qué ____ faltó hoy?- Preguntó antes de tomar un sorbo de su café.
No pudo evitar sentir los nervios de forma repentina, su simple nombre la llevaba de regreso a la bruma de pensamientos que se esforzaba por evadir.
-¿Por qué tendría que saberlo?
-Los he visto unidos últimamente, como amigos incluso- Añadió de manera casual.
-Él y yo nunca podríamos ser amigos- Negó con una sonrisa -Somos muy distintos.
-____ no es similar a nadie que conozca- Reconoció con timidez -Pero es fácil de querer cuándo le das la oportunidad, sería genial que fueran amigos en un futuro.
Nayeon apartó la mirada con una mínima sonrisa en sus labios, aquella conversación había empezado a agobiarla. El hecho de imaginar al chico de ojos verdes como un simple amigo le provocó un pequeño nudo en el estómago, no quería encasillarlo en esa categoría, quería tenerlo en cualquiera, salvo en esa.
...
Tocó el timbre de la casa de paredes celestes, esperó con paciencia, no sabía si estaba en ella pero poco le importó. Solo quería verlo, saber que estaba bien.
-¿Qué haces aquí?- Preguntó él chico de ojos verdes apenas abrió la puerta, frunciendo las cejas.
-Yo...- Dudó en hablar -Se me hizo extraño ver que no fuiste hoy al instituto- Dijo en voz baja, buscando su mirada.
-No me sentía bien en la mañana- Se encogió de hombros.
-¿Puedo pasar?- Preguntó de manera pausada.
Quiso negarse, pero no pudo. Por más que se haya repetido a si mismo que lo mejor era alejarse, una parte de él aún quería seguir con ella.
Se apartó de la puerta, dándole espacio para que entrara, cerrando la puerta apenas la sintió detrás de él.
-Puede que mis padres lleguen en un rato- Avisó.
-Está bien, no pienso quedarme mucho- Aclaró, abriéndose paso a la habitación de ____ -¿No vienes?- Cuestionó, girando a verlo un momento antes de seguir su camino.
Vio su silueta desaparecer en el marco de su habitación, soltó un pequeño suspiró antes de pasar su mano entre sus cabellos negros.
-Son muy pocas la veces que te he visto sin gorro- Comentó, sintiendo su presencia en la habitación.
-Me gusta usarlo.
Nayeon se encontraba en frente de los estantes de ____, observando todas las fotos y adornos qué captaban sus ojos. Formando una pregunta que no pudo callar.
-¿Cuándo empezaste el proceso de hormonas?- Preguntó.
Él guardo silencio, pensando en que esto era lo que siempre evitó.
No le gustaba hablar de su pasado, o de la persona que fue, mucho menos lo que le costó ser lo que hoy es. Sabía que si contaba que era trans las personas no pararían de hacerle tantas preguntas que pudieran hasta saciar su morbo con el tema, y también sabía que él no tendría la paciencia suficiente.
-¿Por qué necesitas saber eso?- Cuestionó.
-Me da curiosidad.
-Nayeon- Susurró su nombre -¿Estás segura que quieres al ____ transexual, o estás aferrada al ____ que conociste?
Se giró de manera lenta, cruzando sus ojos con aquel marrón, notando por primera vez la tristeza presente en ellos. El marrón se veía casi apagado.
-Son la misma persona...
-No actúas como si lo fueran- Opinó - Me colmas de preguntas, no paras de indagar el tema- Sonrió con ironía - Es como si hubieras conocido a alguien nuevo aquella tarde, y puede que así sea.
-No, no de verdad que no- Se apresuró en negar, caminando hacia él -Yo solo estoy aprendiendo sobre esto, me estoy esforzando por entender esto- Recalcó.
-Y yo no quiero que lo hagas- Confesó antes de apartar la mirada -No sé mucho sobre el amor, pero sé que no debe ser a base de obligación, solo debe fluir, nacer desde el alma- Negó, posando nuevamente sus ojos en ella -Y yo te quiero, mucho- Añadió, lamiendo sus labios fugazmente - Por eso no quiero obligarte a esto, a que te quedes.
-No me estás obligando a nada- Aclaró Nayeon con dureza.
-No hace falta, te estás obligando tú misma por mí. Y eso es peor, y no lo quiero.
-No te atrevas a hablar por mí, ____- Advirtió, frunciendo las cejas y alzando la voz.
-¿No ves que sólo intentó ver por tú bien?- Preguntó, imitando su tono de voz.
-¿Y si mi bien es contigo?-Cuestionó, frustrada por la actitud que ____ estaba adoptando.
-¿Y si el mío no?- Bramó él -Ponte en mí lugar un momento- Susurró con tensión en su voz -E imagina que soy yo quién te dice a ti que no te acepta.
-No seas injusto- Lo acusó, señalando su pecho - Sabes con qué intención lo hice, solo quise entenderte. Y no puedes culparme por no saber del tema, por querer informarme, por buscar la manera de poder aceptarte. ¡Maldita sea! No puedes ser tan injusto.
-¿Quieres hablar de injusticias?- Escupió, sintiendo la adrenalina corriendo por sus venas -Hablemos de una niña que nunca se sintió identificada con ellas, que sólo quería jugar al balón con los niños- Narró con enojó - Una niña que a los nueve años le lloró a su madre contándole la verdad, su verdad, y que a la misma edad vio como su padre agredia a su madre solo por defenderlo- Tomó un respiró -¿Sabes qué más es injusto?
Nayeon guardo silencio, con una revolución de sentimientos encontrados dentro de ella. Sus palabras la habían tomado por sorpresa, imagino aquel escenario, pero no pudo imaginar el terror que debió haber sufrido ____ al ver como su madre era herida por algo qué seguramente él pensaba que era su culpa. Vio como ____ posaba sus manos en el dobladillo de su playera, y como de manera arrebatada la retiraba de su cuerpo.
-Es injusto que no importa cuántas hormonas me inyecte, o cuánto ejercicio haga- Dijo con la prenda aún en manos, ocultando su torso -Ni siquiera qué tan bien juegue al fútbol- Añadió - Mi reflejo siempre me recordara que no soy un hombre de verdad.
Vio caer la prenda al suelo, fijando su vista en las cicatrices que adornaban el borde de sus pectorales.
Las cicatrices eran leves, pocos visibles a primera vista, pero muy notables si sabías de ellas. No eran tan pronunciadas como las que había visto antes por Internet, pero estaban enfrente de ella, adornando el pecho del chico que creía querer.
Apartó la mirada cuándo sintió que la ansiedad empezaba ahogarla.
-Podría incluso bajarme el jean y mostrarte mi otro defecto- Sonrió con tristeza, frunciendo las cejas fugazmente, determinado a parar las ganas de llorar - Pero está es la verdad, mi verdad- Resaltó.
-____...
-Sé que no te vas a ir aunque quieras, ya sea por pena o por querer aferrarte al chico que conociste- Susurró con la tristeza plasmada en su rostro -Por eso yo te pediré que te vayas.
Sintió como las lágrimas estaban al borde de sus ojos, pero se obligó a no llorar, no al frente de ella.
No quería verse tan vulnerable.
-Por favor- Murmuró -Vete.
Y ella lo hizo.
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