Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12. ¿Eres impotente?

Suspiró con pesadez, tallándose los ojos después de soltar un par de papeles y escucharlos esparcirse por el suelo. Miró el reloj de su celular, ya había anochecido.

-¿Estás cansado?- La oyó preguntar.

Volteó a verla, encontrando su mirada fija en él. La vio acostada en la cama, con su estómago posado en las sábanas, recargando su cuerpo en sus brazos flexionados que sostenían su rostro entre sus manos.

-¿Estás cómoda?- Cuestionó, frunciendo las cejas.

Nayeon sonrió de manera juguetona.

Tenían horas en su casa, precisamente en su habitación, terminando el trabajo de literatura; que era en realidad unir los ensayos que hicieron por separado. Ella quiso ayudarlo en un principio, pero verlo tan concentrado en el proyecto le hizo querer observar todas sus facciones por horas.

-Bastante- Contestó, y pudo verlo ladear una sonrisa - Te ayudaría, no quiero que me mal intérpretes. Pero recordemos que fuiste tú quién pensó que lo mejor era hacerlo por separado- Mencionó con inocencia, y una amplia sonrisa adornando sus labios.

-Y tú siempre eres tan obediente- Señaló con ironía, alzando las cejas, acomodándose en el suelo de la habitación -Sería más entretenido si al menos hubieras elegido una obra más original, ¿Pero el "diario de Noah"? Es tan típico- Opinó antes de acostarse en el piso.

-Claro, y "orgullo y prejuicio" nunca se ha usado como ensayo- Dijo con sarcasmo - Además, el amor que trata el diario de Noah es un amor diferente, uno que rara vez encuentras.

-¿Por lo tóxico?- Preguntó frunciendo las cejas, sintiendo como una almohada caía directamente sobre su rostro.

-Es un querer que no entenderías- Señaló Nayeon con fastidió, sentada en la cama con los brazos cruzados.

-Eso no lo discuto- Dijo mientras abrazaba la almohada que ahora reposaba en su pecho - No entiendo el amor, pese a escribir sobre el, creo que es la única que he hallado para poder entenderlo- Aceptó - Pero orgullo y prejuicio narra el aspecto de la sociedad en aquel entonces de acuerdo al amor, como la vanidad y el orgullo se mezclaban como sinónimos cuándo verdaderamente son cosas distintas. Me parecen interesantes elementos para relacionar al amor, que en su mayoría, nunca trata estos temas- Explicó con la vista fija en el techo, y un tono de voz tan tranquilo como envolvente.

Nayeon lo analizó otra vez, como si fuera la primera vez, perdiendo las cuentas de cuántas veces lo había hecho. Vio los pocos mechones de su cabello oscuro escaparse por la orilla del gorro que parecía nunca quitarse, posó la mirada en su frente y cejas, notando el largo de sus pestañas, acarició sus mejillas con la mirada y luego fijo sus ojos en sus labios.

Caminó hacia él a paso lento, quedando al frente, sentándose en sus piernas sin pedir permiso, susurrando con la mirada que estaba en todo el derecho.

-El amor no debe entenderse- Dijo en un hilo de voz, como si estuviera cautivada por el chico de ojos verdes. Apartó la almohada de sus brazos, posando sus manos en sus hombros mientras se inclinaba en su oído -Debe sentirse- Susurró.

Nunca pensó que un beso podía despertar tanto alboroto dentro de él, de su propio pecho, hasta que la conoció a ella, y entendió que sólo bastaba una simple mirada para desatar sentimientos que nunca creyó sentir.

El beso empezó lento, pero se tornó desesperado de manera rápida, como si pelearán por tener el control.

____ se sentó en el suelo con ella en brazos, acercándola a él tanto como era posible, pero Nayeon se apartó levemente, escondiendo sus manos debajo de la playera blanca que vestía él chico de gorro azul. Y cuándo sintió como acariciaba su abdomen con sus uñas, supo que debía parar.

-Espera- Dijo al cortar el beso, soltó su agarre y se recostó en el suelo, ocultando su rostro entre sus manos.

-¿Estás bien? ¿Hice algo mal?- Preguntó Nayeon con notable confusión, sintiendo como una repentina inseguridad se instaló en su estómago.

-No, tú no has hecho nada- Se apresuró en negar -Es sólo qué...

No pudo continuar, no cuándo vio en sus ojos la necesidad de estar con él, pero él no podía estar con ella. Quiso ser honesto. Nunca había sentido tanto la necesidad de confesar su mayor secreto, pero su mente lo traicionó, el miedo lo inundó cuándo imagino que aquellos ojos que estaban empezando a ser tan importante para él, lo dejarán de ver cómo lo hacían en ese momento.

-¿No puedes...?- La oyó preguntar con duda.

-¿Qué?

-¿Eres impotente o algo así?, ¿Te da vergüenza?- Interrogó.

Quiso reír, por nervios o sarcasmo, pero se convenció de no hacerlo.

-Solo no puedo, debemos terminar el trabajo- Se excusó ____.

-¿Has estado con alguien antes?- Indagó, ignorando su pretexto.

Nayeon necesitaba disipar esa duda, no había podido sacar de su mente las palabras de Hana, tampoco aquella ocasión en la sala de estar de su apartamento, y aunque se había obligado a no preguntar, el hecho de que también la esté parando ahora le hace sentir una curiosidad gigante. Estaba ahondando en sus secretos, lo sabía y, a pesar de todo esperaba que fuera honesto, o que al menos le hiciera saber que no tenía intenciones de contarle, pero prefería actuar como si nada ocurriera, y ella detestaba eso.

La miró, y vio determinación en sus ojos, haciéndole saber en silencio que no dejaría de insistir.

-No.

Y no mintió, ella lo supo, sus ojos se veían auténticos pese a permanecer opacos, pero ella lo ignoró. Se concentró en su respuesta. ¿Cómo un hombre como ____ podía ser virgen? No tenía sentido mirarás por donde lo mirarás, podía ser él mujeriego de todo el instituto si quisiera, y aún sin quererlo o intentarlo, sabía que Sana no debía ser la única chica que suspirara por él. Era cuestión de verlo, podría ser callado y no estar acostumbrado a tratar a más de dos personas, pero era ridículamente atractivo, podría ser amargado, pero era parte de su encantó.

-¿Tan extraño es?- Preguntó ____, alzando las cejas, llamando su atención.

-Es... Algo que no me esperaba, es decir, le gustas a chicas como Sana, Hana, y de seguro a muchas otras que ni siquiera conozco- Explicó con sinceridad - Y enterarme ahora que eres virgen, estando encima de ti...- Guardo silencio -¿Por qué lo eres?

Él dudó en contestar, perdió el valor de decir la verdad, pero quería ser honesto.

-Nunca conecté con alguien de esa manera- Contestó, con sinceridad -No estaba desesperado por perderla tampoco- Añadió, sintiendo el leve alivio que rápidamente pasó a ser pesar, no mintió, pero tampoco fue completamente honesto.

Se sentó nuevamente, quedando a centímetros de Nayeon.

Ella mantuvo la mirada, podía ver el leve temblar de su labio inferior, sin mencionar el brillo que ahora predominaba en sus ojos verdes. Se veía tan indefenso ahora, que le encantó la manera en que la hizo sentir, como si tuviera el control.

-¿Entonces no planeas perderla?- Preguntó de forma juguetona.

Millones de imágenes pasaron por su cabeza, imágenes que protagonizaba la preciosa chica de ojos marrones que estaba en frente de él, encima de él.

-No lo sé...

Y era cierto, no sabía qué hacer.

Por un lado estaba la chica que aceleraba su corazón como nunca pudo hacerlo un juego de fútbol americano, y por el otro estaba el hecho de quién era, y si ella iba afrontarlo con él. La vio jugar con el dobladillo de su camisa, casi como si la apartará.

Pero bajo la mirada, y Nayeon logro ver su timidez.

-Debemos terminar el trabajo- Avisó antes de ponerse de pie, caminando lejos de él, saliendo de la habitación.

____ era un chico diferente, ahora lo tenía más claro que nunca, por eso supo que no debía obligarlo, tenía que llevarlo al límite, y debía reconocer que era notablemente buena en eso.

Él por su parte se obligó a tomar los papeles esparcidos del suelo, verificando que ninguno se haya arruinado después de aquel momento. ¿Esto pasaba cuándo de verdad te gustaba alguien, o solo era lujuria lo que sentían el uno por el otro? No sabía la respuesta, no conocía la diferencia, sólo sabía que nunca le había costado tanto detenerse a sí mismo, y era lógico, no quería parar.

Ninguno quería detenerse, pero tampoco sabían a dónde querían llegar, movidos entre el amor y el deseo, de miedos y muchas dudas no pudieron darse cuenta de que tan cerca estaban del punto de quiebre.

...

-Hijo, ____- Lo llamó su madre a la distancia, caminando hacia él - Mi amor ¿Estás aquí?- Preguntó antes de tocar su hombro.

-¿Ah, qué?

Se encontraba en la sala de estar de su casa, viendo el partido de béisbol en compañía de su padre.

-Tú madre lleva rato llamándote, ¿Pasó algo?- Preguntó su padre.

-Solo estaba pensando en un trabajo de literatura que debo entregar- Se excusó -¿De qué querías hablarme?- Preguntó en dirección a su madre.

-Era sobre la cena- Contestó Areum, detallando el rostro de su hijo -____, ¿Estás enamorado?- Indagó.

-¿Qué?- Preguntaron padre e hijo al mismo tiempo, viendo directamente a Areum, ignorando por completo el home run que acababa de batear su equipo favorito de béisbol.

-No puedo creerlo, mi ____ está enamorado- Dijo con palpable emoción en su voz.

-Madre no sé qué-

-Vaya campeón, por fin tienes novia- Lo felicitó su padre, posando una mano en su hombro.

-No tengo novia- Aclaró, girando los ojos. No sabía lo que tenía con Nayeon, pero sabía que no existía algún compromiso de por medio.

-A mí no me giras los ojos, jovencito- Le advirtió su madre - Pero adelante, háblanos de ella, ¿Cuándo la traes a la casa?- Interrogó en compañía de su padre que parecía tan, o más, emocionado que ella.

-No puedo traer a la casa a alguien que no existe- Contestó con sarcasmo, escuchando sonar el timbre de la casa -Yo iré- Anunció.

Abrió la puerta sin fijarse en quién era, extrañándose al encontrarse a su mejor amigo en el marco de la entrada. No lo veía desde la noche del viernes después del incidente de la cafetería, tampoco hablaron, no podía hablarle después de haber pasado la noche con Nayeon. Pero supo por palabras de Sana que estaba bien, sólo manejaba su decepción amorosa.

-Hyunjin, hola- Lo saludó con una minúscula sonrisa.

-Hola.

-¿Pasa algo?- Preguntó.

Percatándose recién que su mejor amigo no parecía estar del mejor humor.

-¿Podemos hablar?- Cuestionó con seriedad.

Y ____ no pudo evitar sentir un pequeño nudo en su estómago, como un mal presentimiento que lo alertará.

-Claro- Aceptó -¿Quieres pasar o damos una vuelta?

-Quiero caminar- Dijo antes de salir a la calle.

Él chico de ojos verdes Dudó, pero de todos modos le aviso a sus padres antes de salir de su hogar. Caminó al costado de su amigo, sintiendo como un sentimiento de incomodidad se adueñaba de él.

-¿De qué querías hablar?- Dudó en preguntar.

-¿Pensaste qué no me daría cuenta, o qué Sana no me lo contaría?- Cuestionó por fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro