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10. No iré a ningún lado

La vio caminar hacia él, con un suéter un par de tallas más grande que ella, terminando a la altura de los muslos, dejando al descubierto sus esbeltas piernas.

No pudo parpadear, no cuándo sus ojos lo miraban de esa manera.

-¿De qué lado de la cama duermes?& Preguntó con nervios en su voz, haciéndole espacio, pasando desapercibido la sonrisa juguetona que Nayeon posó en sus labios.

-Solo acuéstate- Sonrió.

Obedeció con duda, recostándose en el lado de izquierdo de la cama y descansando su cabeza entre las almohadas, con la vista pegada al techo.

Nayeon se acostó a su lado, de costado, mirando su perfil.

-No pensé que mi noche acabaría así- Confesó.

Ella sonrió, tampoco lo creyó.

-Después de lo que dijiste en la cafetería pensé que no volveríamos hablar. Era evidente que no querías mantenerme en tu vida y yo no te iba a obligar hacerlo.

-Pensé que era lo correcto- Admitió ____ - Pero me arrepentí apenas te vi salir de la cafetería- Posó sus ojos en ella- Traté de convencerme que Hyunjin era lo mejor para ti, qué él te merecía más- Añadió- Pero cuándo los vi besarse, en compañía de Sana, entendí que sólo trataba de engañarme a mí mismo, que no era capaz de aceptar mis propios sentimientos.

Ella lo vio girarse, quedando en la misma posición que ella.

-¿Eso qué significa?

-Que siento por ti lo que nunca nadie provocó en mí- Contestó- Que no importó cuánto intentara alejarte, o apartarme, tus ojos siempre me traían de regreso.

Vio el brillo en sus ojos, y pese a los acelerados latidos de su corazón no pudo evitar sentir una tranquilidad silenciosa que se adueñaba de ella. No apartó los ojos, pero besó sus labios, disfrutando de las caricias que recibía en su mejilla.

-¿No era un problema?- Preguntó con una sonrisa, al separarse.

-Definitivamente lo eres- Carcajeo- No podría tapar el sol con un dedo- Dijo después de usar uno de los suyos propios para acariciar la mejilla de la chica a su lado- Pero eres el único problema que quiero- Susurró.

Envolvió sus brazos alrededor de ella mientras la acercaba a su pecho, pasando las manos por su cabello, Nayeon se acurruco escuchando el latir de su corazón, creyendo que no había mejor manera de dormir.

-Juro que si despierto y no te veo acá, puedes considerarte muerto la próxima vez que me veas- Amenazó, sintiendo el pecho de ____ moverse por las risas que soltaba.

-No iré a ningún lado- Aseguró, acercándola más a él- Descansa, es hora de dormir.

No pudo verla sonreír, pero sabía que lo hacía.

-Buenas noches- Susurró en su pecho

-Buenas noches- Dijo antes de depositar un pequeño beso en sus labios.

...

Despertó con unos brazos reposando en su cintura, y el tranquilo latir de un corazón bajo su oído. Se removió un poco de su posición, separándose levemente de ____ mientras lo veía a la cara, viéndolo tan distinto cuándo dormía, quién lo viera así no creería que fuera alguien tan amargado, pensó, sin evitar posar una pequeña sonrisa en sus labios.

Bajó su mirada, pasándola por su cuello y parando en la playera negra que resaltaba su piel pálida, acarició su abdomen sobre el algodón, jugando con el borde de la prenda.

-Es malo aprovecharse de las personas cuándo duermen- Murmuró ____ soñoliento.

Apartó su mano como si una corriente de electricidad se hubiera colado entre sus dedos, fijando su vista en él.

-¿Estabas despierto?- Preguntó

-Desde hace veinte minutos, quizás- Dudó.

-¿Por qué no te levantaste antes?

-No quería despertarte- Contestó con una sonrisa- Además, te ves muy linda despeinada.

Nayeon pasó una mano por su cabello, notando la manera desordenada en que caía por sus hombros, vio el rostro de ____ una última vez antes de salir de la cama.

-Era un cumplido- Alcanzó a decir antes de verla salir de la habitación.

Coló una gran sonrisa entre sus labios, tomo su celular y revisó los mensajes que le había mandado su madre la noche anterior, en esta ocasión fue honesto con ella y avisó que se quedaría en casa de alguien que no era Hyunjin, pero a su madre no pareció importarle mucho ya que solo le pidió que se cuidará y que no regresará tan tarde a casa.

Vio la hora en su móvil y notó que eran las 10:24 am, le mandó un último mensaje antes de bloquear la pantalla y dejar el aparato en las sábanas de la cama, se puso las zapatillas antes de levantarse, camino hasta el salón, entrando a la cocina.

-¿Tienes hambre?- Preguntó Nayeon a sus espaldas.

-Un poco- Contestó, girando sobre sus talones y encontrando sus ojos marrones en él.

-Dejé un cepillo de dientes nuevo en el baño, puedes tomarlo mientras yo preparo el desayuno- Avisó, pasando por su lado.

-¿Está todo bien?- Cuestionó antes de fruncir las cejas, mirándola de reojo.

-Sí- Se limitó a responder.

____ le dedicó una última mirada antes de caminar a lo que parecía ser el baño, Nayeon por su parte se detuvo en el mostrador, repitiendo incansablemente el recuerdo de la cama en su mente.

No pensó que era posible desear tanto a alguien como ella deseaba a ____, ni volverse adicta a unos labios que había probado hacía tan poco, se encontraba tan confundida consigo misma. Sabía que le gustaba, pero no supo cuánto hasta que anoche vio en sus ojos como la veía, se reflejó en ellos como nunca se vio en un espejo, y eso le asustaba, le asustaba sentir más de lo que debía, y tan rápido. Estaba completamente aterrada.

-Si quieres que me vaya solo tienes que decirlo- Lo oyó decir, se giró, notando que traía puesta su chaqueta.

-¿Por qué voy a querer eso?

-No lo sé- Negó -Supongo que no quiero presionarte.

-No me presionas, en absoluto, sólo tengo mil cosas en la cabeza- Explicó con sinceridad.

-¿Quieres hablar de ellas?- Preguntó, inclinando su espalda en la pared, cruzado de brazos.

Lo meditó un momento, siempre había evadido hablar de sus sentimientos y evitado las relaciones todo lo que podía, no mintió cuando le dijo a Hyunjin que no buscaba una relación, un noviazgo o lo que sea que significará compromiso. Solo buscaba divertirse y pasarla bien, conocer tanta gente pasará por su camino y despedirlos al día siguiente, ese era su mecanismo de defensa hasta que conoció a ____ y no se dio cuenta hasta esa mañana que sintió que la felicidad que tenía años sin probar estaba en sus verdes ojos cansados, cuándo recién se despertaba.

-No estoy acostumbrada a esto- Admitió en un suspiro- Dormir con alguien sin la intención de tener relaciones, solamente, ya sabes, dormir- Se encogió de hombros- Y despertar abrazada a otra persona es algo que solo vi en películas- Apartó la mirada.

-No estás acostumbrada a qué te quieran- Adivinó sin pensar, sin sutileza.

Vio que levantó la mirada, buscando la suya, y supo que tenía razón. Vio el color marron ser opacado por un tono más oscuro que trazaba sus ojos, notó el miedo, reinando el silencio.

-Tienes miedo- Continuó.

-No abuses de tú suerte- Advirtió Nayeon, mirándolo con reproche.

-No lo hago- Aclaró, caminando hacia ella- ¿Crees que yo no lo tengo? Nayeon, no exageré anoche, yo tampoco estoy acostumbrado a sentir esto por alguien, huyo apenas noto verdadero interés- Se detuvo a pocos pasos de distancia, y al ver que ella parecía guardar silencio, continuó -Pero estoy aquí contigo, no esperé sentir lo que siento por tí, mucho menos por tí- Dijo mientras acunaba su rostro entre sus manos- Pero mentiría si dijera que no quiero seguir sintiendo esto.

Nayeon lo vio a los ojos, pidiendo en silencio que la abrazara, aferrándose a él apenas sintió sus brazos envolverla.

-¿Y qué pasará con Hyunjin y Sana?- Preguntó en voz baja.

-Ya encontraremos una solución- Suspiró él chico de ojos verdes- ¿Te parece si vamos a desayunar? No quiero que creas qué no confío en que sepas cocinar, pero realmente no creo que sepas cocinar.

Ella se apartó antes de depositar un pequeño golpe en su hombro izquierdo, con una amplia sonrisa en sus labios.

-Solo aceptaré porque tengo mucha hambre y no mereces que te cocine- Dijo antes de perderse en el pasillo.

...

-Nunca había tenido una cita tan incómoda cómo la que compartimos ayer- Comentó él mientras tomaba asiento cerca de la ventana de la cafetería

-Dímelo a mí, que nunca he ido a una cita- Mencionó Nayeon de manera casual, notando sorpresa en las facciones de ____ - Es decir, una cita siempre la asocié con compromiso, y yo soy alérgica a ellos. En cambio las salidas son casuales, y pensé que anoche iba a ser lo de siempre.

-¿Y te sorprendió la noche?- Preguntó el chico de ojos verdes en tono de broma.

-Pensé que te había imaginado- Dijo Nayeon con una sonrisa, sentada al frente de él- Había aceptado salir con Hyunjin para tratar de no pensar en ti, y verte de frente fue demasiado.

-Se lo dices al chico que dejó caer el café de sus manos- Señaló con una sonrisa.

Nayeon juraba recordar la cantidad exacta de veces que lo había visto sonreír esa mañana, notando como las esquinas de sus ojos se arrugaban y alzaba levemente las cejas. Sus ojos se veían diferentes, más vivos, casi como si no escondiera secretos en ellos.

-¿Después del desastre, quién pagó la cuenta?- Preguntó frunciendo las cejas.

-¿Quién crees?- Cuestionó ____ con ironía, fijando su vista en el mesero que se aproximaba a ellos.

Lo vio conversar con el trabajador, detallando la manera en que su mandíbula se desplazaba cada vez que articulará palabra, y cuándo sus ojos se encontraron pensó que ellos también lo sintieron.

-¿Qué deseas?- Preguntó.

-Oh- Nayeon se sintió atrapada en el acto- Una malteada de chocolate con vainilla, por favor- Se apresuró en contestar.

-Pensé que te gustaba la de chocolate- Mencionó apenas escuchó al mesero retirarse.

-Me gusta- Aceptó- Pero mi favorita es la de chocolate con vainilla, sólo que la primera vez que vine con Hyunjin pedí de ese sabor y pensó que era mi preferida- Explicó, posando sus manos bajo su rostro mientras se inclinaba en la mesa.

-Y la pide siempre desde entonces- Adivinó, copiando su acción- ¿Hay algo más que pueda conocer de ti?

-Nunca terminarás de conocerme- Advirtió con una sonrisa coqueta en sus labios.

-Quizás, pero eso no cambia que quiero intentarlo.

Nayeon no cambió la sonrisa de sus labios, podía ver la sinceridad en sus ojos, y recordó todas las palabras de Hana, y en como ____ la miró después de parar aquel beso en su sala de estar. Consideró preguntar directamente, pero quiso tantear antes el terreno.

-¿Por qué nunca tuviste relaciones con Hana?

____ se congeló en su sitio, sin poder evitar cambiar su semblante anterior a uno serio.

-¿Por qué quieres hablar de Hana?- Preguntó con confusión- Y de eso, específicamente.

-Tómalo como un juego, hacemos preguntas y respondemos otras- Negocio con confianza.

____ no apartó la mirada, mantuvo sus ojos fijos en ella antes de contestar.

-No quería tener relaciones con ella, así de simple- Contestó, y Nayeon notó que no mentía.

Pero también notó que ocultaba algo en sus ojos, en la profundidad de ellos podía ver aquel misterio que la atrajo en primer lugar.

-¿Por qué?- Indagó.

-Creo que debería ser mi turno para preguntar- Insinuó, curvando sus labios- ¿Cuándo empezaste a sentir esto?

Ella carcajeó, escondiendo su rostro entre sus manos.

-No responderé eso.

-¿Por qué no? Yo hablé de Hana y no quería hacerlo- Se excusó entre risas.

Se sonreían con diversión, viendo el brillo en sus ojos, y pesé a que sintieron la llegada del mesero con su pedido, solo alcanzaron a susurrar un pequeño gracias antes de escucharlo alejarse.

-No diré el momento exacto- Aclaró con una sonrisa- Y sé qué definitivamente no me comporté de la manera adecuada en el acto- Reconoció- Pero la noche en que fuiste a buscarme del encuentro con Víctor, no te pedí nada en lo absoluto, y aun así estuviste ahí. Me defendiste, me cuidaste y nunca te agradecí por eso.

La calidez se apoderó de su pecho, al igual que los latidos de su corazón iban en un pequeño aumento. La sequedad de su garganta le impedía hablar, así que solo se limitó a tomar un poco del café frente a él, dejando a la vista la carga de nerviosismo que se había apoderado de sus manos. Nayeon creyó morir de ternura, era la primera vez que lo veía de esa manera, notando el leve sonrojo en sus mejillas y el presente hormigueo en sus dedos, sintió el impulso de tomar su mano, pero la inseguridad la tomó por sorpresa. Sin embargo, ella no permitiría que eso dañara la pequeña nube que pareció formarse sobre ellos.

-¿Y ahora me soportas más?- Preguntó con una sonrisa.

-Qué me gustes no significa que te aguante.

Nayeon carcajeo, disfrutando el humor del chico de ojos verdes.

Pasaron juntos el resto de la tarde en aquel lugar, compartiendo sonrisas y miradas furtivas, aprendiendo cosas del otro que estaban seguros no querían olvidar. Las caricias en manos sobraron, y los pequeños besos parecían no tener límite aquel día.

Si alguien les preguntaba cuál ha sido el día en que más felices se han sentido, tal vez ambos dirían que fue aquel día, aquella tarde, observando ese par de ojos que susurraban cosas que aún no sabían que sentían.

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