Extra. Vereda
De la mujer cuyo nombre nunca fue Kim Young Ae:
«¿Por qué María lloraría por él?, me hice tantas veces esa pregunta.
Hasta que la entendí. Matar a un dios no es tan sencillo. Y ella nunca ha querido que un ser indigno le arranque las pieles a su engendro. Su engendro es suyo y solo suyo.
Nadie merece darle muerte.
Nadie más que ella. Su dulce y amorosa madre.
Matar a un dios no es tan sencillo.
Merecerlo, tampoco. El único ser merecedor de dar muerte a un demonio, es aquel que le ha dado la vida».
Para el chico cuyo nombre nunca fue Kim Tae Hyung.
Sin fecha | Love, Sam.
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