Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: La secta

—¡Venid todos los que habéis estado ciegos por el poder o esperáis algo mejor que la salvación de su religión!—vociferaba un hombre yaciendo sobre un escenario, y también detrás de un podio que a su vez tenia una forma extravagante y además con unos vestigios antiguos de arte gótico. Cabe destacar de que se estaba pisando cerca del año 1950.

          Una multitudinaria ovación se hizo escuchar de una multitud obscura y oculta frente al hombre, en respuesta al llamativo viril que iluminado por un solo foco de luz, se dejaba ver la vestimenta de este mismo, era una bata negra con un símbolo extravagante pero a la vez fuerte, que solo cubría el cuello hasta abajo, lo de más se encontraba descubierto.

—¡Hoy no vais a presenciar una reunión que a veces hacéis...hoy preparareis a los nuevos pupilos para la nueva era...!—explicaba él, con su voz a los cuatro vientos y con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Hoy honraremos...a nuestra grupo, nuestra familia!...¡La cúspide roja!—y así fue como descendieron de la parte superior del lugar, dos banderas verticales a cada lado del hombre en el podio, que estas llegaron a desplegarse hasta la altura de su cabeza.

          Estas banderas estaban bañadas en un carmesí intenso, a su vez que tenia en su interior llegando hasta sus extremos, un triangulo blanco. El triangulo apuntando hacia arriba tenia a su vez, en su centro una cruz cristiana, que a esta la superponía un espiral, y tanto la cruz como el espiral, era atravesado por una aspa que llegaba a los bordes del triangulo blanquecino.

—¡Vosotros no ganáis la guerra con espada sino con pluma  —la multitud se encontraba excitada— yo tengo la forma de que usen su potencial!...¡Pero una guerra no la ganáis vosotros nada mas...sino la ganáis todos en unidad!!!-la multitud que yacía de pie comenzó aclamar al unisono por un lapso momentáneo.

—¡Es hora de que los dados sean lanzados, porque sabéis el papel en este juego que se les habéis enseñado!.

—¡Dejar pasar a los seguidores jóvenes de las ciudades aquí!—ante esto cinco luces reflectoras se encendieron al mismo tiempo frente al orador, estando estas en fila, y un grupo de cuatro personas, un hombre, una mujer y dos niños pasaron adelante mas no pisando los ases de luz. El hombre en el grupo dijo alto y fuerte hacia el orador, y a todo el público:

—¡Aquí se presta la familia de los limites rurales de la ciudad...los Allen...dando como tributo a nuestros hijos!—los dos niños del reducido grupo dieron un paso firme adelante. Luego otro grupo de personas paso al frente de la multitud y dijo:

—¡Aquí se presenta la familia central de la ciudad...los Willburn...entregando como tributos a nuestros hijos!—y así al igual que la anterior, el niño de la familia dio un paso firme al frente en el circulo de luz. Y así uno por uno, otras tres familias pasaron al frente dejando a sus hijos en los restantes aros de luz, ante esto el orador alzo sus brazos y dijo:

—¡Solo podéis pertenecer los de valor fuerte, los que daríais todo por su gente!—una mujer con una bata marrón castaño igual que el orador, se acerco al mismo por un costado, mientras él la esperaba, ella a su vez sostenía una daga plateada en sus manos que en el mango yacía el mismo símbolo extravagante de las banderas carmesí.

          Ahora lo que hizo el hombre, fue bajar del podio e ir en dirección de los niños, pasando por cada aro de luz, se acerco a su vez a cada infante pasando la daga por sus lados, haciendo resplandecer el arma, y por ende preocupando mas a la niña entonces llamada Elisa, pero en cambio su hermano se mantuvo inmutable. Entonces en voz baja hacia los niños dijo:

—Dadme tu mano Elisa, que seras curada de la decadencia del mundo—Indiferentemente, Elisa entrego su mano al hombre con la bata negra, ante esto, el orador continuo por pasar la daga fría sobre la limpia mano de ella, y afincado la daga, el hombre hizo que un hilo de sangre saliera de la mano de la pequeña.

—Calma pequeña, que ya lo peor ha ocurrido—dijo el hombre, además la mujer que le había entregado la daga al orador se encontraba al lado de él, sosteniendo ella un plato gris debajo de la mano ensangrentada de la chiquilla.

          Luego uno por uno de los niños fueron cortadas sus manos, pero todos se mantenían valientes a diferencia de Elisa. Mas y mas fue aumentando la cantidad de sangre en el plato gris. Todos los niños se mantenían mirando como al final el orador se llevaba la daga hacia el podio, y con una servilleta la limpio, y dijo:

—¡Estos niños aun no han de completar el trayecto, pero para hacerlo tenéis que entregar una parte de ellos!—el hombre alzo los brazos con una mirada desquiciada y vocifero:

—¡Todo lo que conocéis sera sanado y lo que permanece viejo a de ser vuelto a las cenizas, para que exista una nueva era!!!—toda la multitud excitada mostró sus puños al aire.

—¡Ahora vayan hijos de los demonios exteriores, sembrad lo necesario para que vuestro anochecer nunca llegue a suceder!!!!—como era de esperarse todos excitados siguieron las indicaciones que la obscura mano señalo, la cual, fue conducirlos hacia afuera del complejo.

          Unas horas mas tarde a lo mucho, era específicamente el atardecer,se pasaba por la ciudad un hombre de dudosa procedencia, previsto de una bata marrón hasta el cuello, con una insignia roja con la pirámide blanca, siendo seguido por una caravana de personas a una velocidad relativa a la de una procesión. El hombre, seguido de la multitud, llegaron a lo es una plaza, el viril parado sobre el empedrado lugar exclamo:

—¡Aquí les dijo "el español", el líder de nuestra secta, que seria el centro de nuestra festividad mas esperada del año, que celebraremos hasta que no quede nadie vivo sobre la faz de la tierra!!!—toda la multitud se regocijo en jubilo, y comenzaron a arrancar madera de los arboles y basura de piezas metálicas en las calles, y como se tratase de un espectáculo lanzaron todo ello en unas pilas en la plaza.

          Ya comenzando a obscurecer, las pilas a la escala de un autos, las encendieron en fuego todas consecutivamente, lo que formo unas columnas de fuego que alcanzaban los edificios, creando también un pulsante olor y un calor infernal mezclado con algo lejano al ácido.

          Lo que vino después fue peor, el hombre previsto de bata marrón que había guiado a la multitud, aventó al fuego un arbusto pequeño de un tinte morado, por ende, él se dispuso a taparse la boca con una mascara de gas, a lo mucho pudo quedarse parado y ver el espectáculo. Las personas ya alborotadas a mas no poder se sintieron libres y llevaderas, a su vez que dejaban ver un lado salvaje del humano nunca antes visto con sus danzas monótonas e inquietantes.

          Al final, ya en el anochecer, los niños anteriormente mencionados frente al orador, fueron llevados por sus creadores hacia al frente de las pilas envueltas en fuego. Y a continuación llego el mismo hombre de marrón trayendo consigo la mascara y sin mencionar una navaja y el tazón de la sangre de los infantes, él se limito a decir:

—¡Por el poder que me confiere "el español" tienen que arrojar la carne de sus frutos al fuego, para que estén listos para la gloria eterna!—dicho esto, el hombre virtio la sangre de los infantes al fuego.

          Y por ende los padres de las familias sujetaron a sus hijos a la fuerza sin poderse mover en lo absoluto, y las madres con navajas en mano optaron por pasarla vertiginosamente por los cuellos de los niños sin tocarlos, esto hizo que a mas de a uno comenzara a llorar. Al mismo tiempo que el hedor y el calor aumentaba, podría dejar sin visión o consciencia a mas de uno.

          Y al cabo de unos segundos una de las madres paso su navaja por la piel suave de los niños, sin mencionar también su brillo por la luz que emanaba de las hogueras. Al ir pasando la navaja por la extremidad del infante, se comenzó a apreciar que brotaba de la punta del cuchillo un liquido rojo, espeso y un poco abundante, el niño por poco se desmaya, y la madre sin remordimiento lo seguía haciendo, tal vez, a lo lejos ella sentía placer.

          Al terminar el ambiente se sentía cada vez mas escalofriante, la madre con ambas manos manchadas en carmesí al igual que la navaja, extrajo un trozo de un blando material rojo manchado en sangre del tamaño de una lengua. Por sumar que con el niño desmayado y vendado, y ella con su marido y los demás tenían una cara de jubilo a mas no poder. Así continuaron los niños en un calvario cada uno paso por lo mismo, inclusive Elisa y Jonny, así cada uno se desmayaba y lo atendían con gasa después para que no se murieran por hemorragia.

          Al siguiente día, un ruido que sucedía milimetrado con intervalos de un segundo, se esclareció en la ciudad, era tal de espantoso y angustiante, que parecía a lo mucho los ruidos de una mujer siendo azotada entre lapsos cortos con un látigo hasta mas no poder. Ante esto todas las personas de la ciudad salieron de sus hogares con una vestimenta formal, siendo atraídos por el ruido semejante a golpes, que los conducía a lo que era un complejo altísimo en el centro de la ciudad era una especie de edificio negro, tal era su intensidad que absorbía toda la luz y en la noche es difícil de aprecia bien. Dentro de este se encontraba el mismo podio con el mismo orador y con la misma vestimenta diciendo:

—¡Felicidades a todos los que dieron una parte de sus frutos, de sus creaciones ejemplares!—todo el mundo con una vista monótona y una leve sonrisa lo miraba.

—¡Ya estáis listos, ya sois la nueva generación del pueblo, sois... —alzo sus brazos al aire— ... nuestro seguro triunfo para que alcancemos por fin la gloria anhelada!!!—por ende el hombre obtuvo una ovación de la multitud, y bajo sus brazos.

—¡Preparaos, que se acerca vuestro verdadero poder!!!—el orador con su bata roja, extendió sus brazos al aire de nuevo, y al mismo tiempo que se dejaba ver la multitud cada vez mas y mas grande alzando sus brazos al aire.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro