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Capitulo 12: El fin de un caminó parte 2

          En un auto marcado por un choque, se podía ver tanto a Michael el psiquiatra, y a Jonny un hombre de extraña procedencia, y de una dudosa edad y un rostro que contaba mas que mil palabras de sus hazañas.

          Ambos se habían embarcado a una batalla que acabaría de una vez por todas con la tiranía del que controlase la ciudad de Lake Town, mejor llamado como El español.

—Toma esto, te servirá de ayuda—Jonny al volante le ofreció a Michael un revólver sacado de su maleta de cuero repleta de armas y granadas, el no se hecho para atrás y recibió el arma.

—¿Donde vamos atacar?—preguntó Michael revisando el repertorio de balas y por ende la cargo.

—Vamos al centro de la ciudad, donde viven los Wilburn, ¿no es verdad?—allí Jonny puso en duda a Michael, y el estando sobre las cuerdas dijo mecánicamente:

—Nunca lo había sabido, yo jamas había pisado esa ciudad, no lo conozco, de verdad—continuó Michael por probar la mira del arma frente al parabrisas.

—Que vivas en una ciudad vecina, —decía Jonny— no significa que no sepas sobre Lake Town...¿o me equívoco?—y por un simple movimiento de fatiga en los brazos de Michael, soltó el arma en su regazo y respondió a la pregunta:

—Mira, tuve un mal pasado con la ciudad mi abuelo vivía allí, pero me mude, ¿esta bien?, debido a esos locos, pero, mis tíos se quedaron en ese inhóspito lugar, quien sabe que atrocidades mas hicieron—Michael al voltear su vista hacia Jonny este no quedo satisfecho y tenia pintado en su rostro una severa desconfianza.

—Si, esa ciudad es enfermiza—dijo Jonny rozando con su vista al retrovisor de forma desganada.

          Los dos optaron por continuar el trayecto hacia el epicentro de la ciudad, cruzando por entre edificios, casas e industrias al rededor de Lake Town. Ambos estaban armados hasta los dientes, pero solo había uno que al acercarse mas a la ciudad tenia pavor, ese era Michael, no lo mostraba su rostro, pero su comportamiento sosteniendo las armas con temblores era suficiente.

          Al estar llegando a lo que parecía una catedral en el centro de la ciudad Jonny murmura:

—Mantente con los ojos abiertos, porque no sabemos de lo que son capaces—se encontraba aun al volante cuando el parabrisas voló en mil pedazos.

          Los ojos de Michael veían la escena a una velocidad lenta, y a esto el panorama se volvía cada vez mas caótico. En ese instante para él todo se obscureció y sus sentidos se aislaron de lo demás.

          Una vez mas se ve a Michael siendo arrastrado al interior del edificio, y con una vista borrosa logra divisar a Jonny siendo también arrastrado por unas personas vestidas de rojo. Antes de que Michael comenzara a resistirse contra sus secuestradores, Jonny logra hacerle un ademán para que se mantuviera callado y fingiendo estar inconsciente. Así continuo el plan improvisado.

          Mientras los llevaban por la capilla, Michael aprovecho alguna que otra oportunidad para abrir sus ojos y determinar hacia donde iban a parar. Al bajar una escalera acordonada por gente del culto y puertas secretas se toparon con el primer ascensor, en el cual, los subieron cada uno a una camilla.

          Mas y mas eran arrastrados a las  profundidades del lugar a través del ascensor, mostrando tener cientos y cientos de pisos, calabozos, cuartos secretos y pasillos interminables, a partir de allí era imposible explicar las dimensiones de ese sitio rustico y de colores cambiantes.

          Lo que le preocupaba a Michael además del inhóspito paradero, era la sangre que comenzaba a gotear de la parte inferior de su pantalón azul. Al poder mirar mas detenidamente su miembro, se percato, de un fragmento de hierro incrustado en su pierna, pero nunca esperaría soportar tal agonía en ese confinamiento metálico.

          Uno de los hombres vestidos con túnicas sintió el goteo de la sangre de tras de el, por el salpicar de la misma en su pierna. Y el hombre de la secta hizo un movimiento brusco como si se tratase Michael de ser un cadáver, y deliberadamente retiro el miembro goteante del borde de la camilla. Ante esto Michael soltó un débil gemido, que aunque era muy bajo aun podía ser perceptible para los hombres.

          Y en un giro casi maquinal, el hombre se volteo, lo miro de cerca  y extrajo de su toga color carmesí, una escopeta, y presiono con ambos cañones, contra la cabeza de Michael. Él se mantuvo con los ojos cerrados, ni se inmuto, tampoco soltó ni una gota. El hombre continuo por hacerle un ademán al compañero para que comprendiera que no pasaba nada, y optó por guardar su arma.

          Mas adelante, arrojaron como a marionetas, a Jonny y a Michael en un rincón de una celda. Estando allí inertes, el mismo hombre, pero estando sin compañía, entro a la misma y con ambos dedos optó por abrir los párpados de Jonny, y a continuación agarro sin dudarlo su linterna. Y antes de encenderla, Jonny arremetió contra él, lanzándolo al fondo de la celda. Cuando él logro mantener la postura, Jonny le apunto con la escopeta en la cíen, que increíblemente saco de sus ropas holgadas.

—¿Donde esta tu líder?—preguntó Jonny sosteniendo el arma, pero él solo obtuvo un balbuceo en francés como respuesta.

—Maldito francés...llevanos donde se encuentra el español—mantuvo Jonny diciendo.

          Al obtener la misma respuesta el hombre continuo por reírse, luego seria acompañado por la mera risa de Jonny, que por ello mas adelante le golpearía en la cabeza con el arma. Por sensato que sonara, Jonny comenzó por agarrar la vestimenta del hombre, y al quitarle la toga de encima se apreciaba alrededor de sus ojos una marca, la cual era dos barras diagonales que atravesaban los ojos.

—Muy bien, ¿ahora iremos a buscar al español cierto?—mencionó Michael levantándose del suelo, y saliendo de la obscuridad del rincón.

—Debe estar en lo mas profundo de estas catacumbas—respondió Jonny al borde del calabozo, vestido con la toga y admirando el pasillo desolado.

          Ambos optaron por escabullirse de la celda con tintes de ser antigua, hacia lo que parecía el corazón maquiavélico de esa organización.

—Ten cuidado —decia Jonny— , aunque no me creas, hay espías de la secta entre las paredes...escuchándonos—cuando Michael poso su oído no solo escuchó la respiración de una persona, sino de incontables dentro de las paredes, pero también se lograba escuchar movimientos insignificantes de estos hombre, él continuo por dar unos pasos atrás de la pared.

          Un grito de socorro se pudo escuchar por todo el pasillo, este era de un anciano, y por el siseo que este hacia parecía estar aterrado. Jonny sin fiarse de nada fue enfundando su cuchillo, y continuo por caminar junto a Michael para lo que era la fuente de los alaridos. Al llegar a la celda un hombre salto hacia los barrotes, y en efecto si era un anciano con notables moretones sobre la cara, y uno de ellos cubría uno de sus ojos.

—Gracias a dios, ¿me pueden sacar de aquí por favor?—dijo el anciano, con lo que Jonny detuvo a Michael que se encontraba a punto de ir hacia la celda a socorrerlo.

—¿Piensas en arriesgarte, por ese hombre?—murmuro Jonny cerca del oído de Michael, y ambos posaron su mirada por sobre el anciano.

—Se ve que también a sufrido como nosotros, y preguntate algo —dijo Michael— ¿por cuanto has tenido que pasar por esa maldita secta?, por todas esas marcas, por todo el dolor...el odio—Michael al mencionar esto, Jonny le vinieron varios recuerdos de su pasado, sin mencionar, la masacre en la casa Allen, el hombre que mato en el sótano, y cuando hundió a su padre inconsciente en el lago.

          Después de unos segundos de meditarlo, Jonny continuo por decir hacia el anciano:

—Esta bien, espera allí...te vamos a sacar—la alegría del hombre brotaba de sus ojos al Jonny pronunciar esto.

          Jonny y Michael comenzaron a forcejear la puerta de la celda, haciendo palanca hacia arriba, se tenia en cuenta que la puerta de la celda estaba oxidada y podía ceder fácilmente. Pero no lo lograron, por suerte, Jonny pudo visualizar las llaves al final del corredor. Las tomo y se dispuso a abrir la celda, el anciano salto de allí abrazando a Jonny. Rápidamente los tres pasaron por los pasillo hacia el lugar.

—Rápido es por aquí—susurró Jonny que luego fue detenido por el brazo del anciano diciendo:

—No, es por aquí, donde se encuentra el centro del complejo—tanto Michael como Jonny se voltearon a verlo, Jonny mirándolo con una semblante de desconfianza pronuncio:

—¿Como estas seguro de eso?.

—Cuando llegue aquí, tuve la oportunidad de ver a ese hombre...el español—Jonny aun no parecía fiarse del anciano, hasta que un hombre encapuchado llego desde una de las intersecciones de los pasillo, y el mismo anciano lo noqueo.

—De nada—-pronunció el anciano mostrando dolor en la muñeca que uso para noquearlo.

          Encaminándose por las catacumbas por fin lograron llegar a una colosal puerta de dos hojas de madera roja, decorada con un esmaltado dorado, cada hoja media entre unos tres o cuatros metros. También estaba acompañado por columnas de cada lado, previstas de un capitel de gárgola o alguna especie de criatura amorfa que guardaba una similitud demoniaca, mirando así con unos ojos penetrantes a los tres aventurados.

          Jonny se preparo, al igual que Michael, el cual tomando confianza en el anciano saco de su bolsillo un segundo revolver y se lo entregó al adulto mayor, Jonny no se percato de este movimiento de Michael, pero continuó por azotar la puerta para abrirla en un golpe estruendoso. Jonny se sorprendió al darse cuenta de que la habitación estaba vacía, además de que solo había una cosa en el centro de la sala, tan grande como la puerta, eso era ni mas, ni menos, que una guillotina.

—¿Pero que demonios es esto?—murmuró Jonny de entre dientes.

—Creo que estáis equivocados de habitación—un mero escalofrío recorrió la espalda de Jonny y Michael obligándolos a voltear.

          Esta voz provenía de nadie mas que el anciano, y con una sonrisa de oreja a oreja, levanto uno de sus brazos, y esto vasto para que una horda de personas con batas de la secta salieran de puertas ocultas en las paredes. Jonny apunto con el revolver contra el español, toda la horda se quedo inmóvil, y el anciano dijo:

—Anda, intentad disparadme...gilipollas—el español aun mantenía esa mirada psicópata, Jonny apretó el gatillo, y el arma no hizo siquiera el ruido del disparo, tanto Jonny como Michael quedaron atónitos.

—¿Que has hecho?—dijo Jonny.

—¿Ustedes seréis tontos o que?, tuve la oportunidad de arrebatarles las balas cuando me sacaron de la celda—de forma casi maquinal los de la secta agarraron al dúo sin que se pudieran mover, y pusieron en la guillotina a Jonny.

—¡Malditos cerdos los matare!—gritó Michael al ver la cabeza de Jonny entre las dos hojas de hierro, tratando de forcejear.

—¿Pero que demonios?—dijo Jonny al ver la punta de la guillotina, que en efecto la habian cambiado por una cierra eléctrica, y lo que más asusto a Jonny fue el sonido de los dientes metálicos al encenderla.

—Soltáis la guillotina—mandó el español a sus inferiores, y como dos perros salvajes soltaron la cuerda, dejando caer la cuchilla en el cuello de Jonny, para explicarlo con palabras eso fue un alarido de Jonny, acompañado de un hilo de sangre, que fue cada vez mas y mas sangre, bañando la cierra eléctrica y el mismo rostro de Jonny.

          Pronto se dejaría de escuchar los alaridos de Jonny, y predominaría el estruendo de la cierra eléctrica. Ya cuando los dientes comenzaron a comer el hueso lo cual fue rápido el ruido fue insoportable, pero para el español y su séquito eso era nada mas que placer para los oídos. Luego la cierra eléctrica atravesó todo el cuello de Jonny, dejando así su cabeza de estar colgándose de un pedazo de carne, a desprenderse del mismo.

—Michael, —decia el español— tu tendrás un destino peor.

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