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Capítulo 11: El fin de un caminó

          El día se sentía mas que pesado, la clara ausencia de calor plagaba la tarde en la ciudad de Lake Town.

          Se trataba de una especie de fervor o anhelo que tenia la ciudad y se podía ver reflejado en sus enloquecidas calles que emanaban locura nunca vista en Lake Town, padeciendo cerca del año 1981.

          Se podía ver a un hombre de dudosa procedencia con gafas y un pelo castaño hasta las orejas, provisto de leer un periódico en el banco de un parque cuando al llegar a cierta noticia se sobresalto al ver uno de los artículos del escrito que decía:

Mujer encontrada muerta escapa de morgue

          Y continuó leyendo el cuerpo del artículo:

Una mujer originaría de la ciudad de Lake Town, fue encontrada sin mas muerta por un conflicto con psicólogo que afirma que sucedió en defensa propia. Se piensa que se llevaron el cuerpo un día anterior de la morgue de Pensilvania, no hay rastro alguno de que fuese robado el cuerpo y lo mas escalofriante es el inhóspito paradero del mismo. Un medico afirma su pérdida entre las dos y las tres de la madrugada, encontrándose también con que la puerta del lugar estaba abierta y la camilla que se encontraba destruida sobre el suelo. Los investigados no hicieron declaración alguna.

          Se sobresalto al leer la frase inconcebible de “lo mas escalofriante es el inhóspito paradero del mismo” en las pequeñas lineas del periódico. Su primera sensación fue de miedo, que le empujo a empezar a mirar por sobre el borde del periódico y ver una mujer del otro lado de la plaza vestida de un saco que le cubría todo el cuerpo y unas gafas negras que al quitárselas heló la sangre del hombre al parecerle un rostro familiar, y lleno de pavor soltó el periódico sobre su regazo. La mujer gradualmente pinto una mentirosa mueca de tristeza. Efectivamente era la mujer lunática que hacia mención el periódico local.

          El hombre se recompuso, y este continuó por levantarse dejando el periódico sobre la banca y siguió por salir de allí ignorando a la mujer, la cual solo le siguió la mirada. Mas adelante en la salida del parque, el hombre con sus facciones de pánico siguió caminando por la acera para eventualmente llegar a la otra cuadra, este no se percató de que su perseguidora salia también del arco del parque. Justamente cerca del hombre se encontraba su auto, un poco corto de lujos, pero al menos tenia cuatro ruedas y un motor, era básicamente lo que decía el vehículo al verlo.

          Al subirse en el mismo, actuó lo mas natural posible, y como estaba aparcado en contrario del sentido que venia el hombre este observo por el retrovisor y ahí estaba la mujer caminando hacia él, realmente cerca se notaba ella caminando muy rápido y luego corriendo. El hombre en ese instante puso en marcha su Peugeot 205 de color de gris oscuro.

          Sin haber sido anticipado, la mujer se abalanzo sobre la puerta del chofer antes de que este empujara siquiera el pedal. El soltó el volante debido a que la lunática guardaba de la gente su arma bajo su vestimenta, pero que solo podía ver él. Ella continuó por decir:

—Hola de nuevo Michel, ahora me vas a dejar entrar al auto ahora—ella afinco con fuerza su arma sobre el pecho del hombre continuando por hacerle caso.

          Mas adelante, se podía ver el vehículo saliendo a las afueras de la ciudad plagada de bosque, con Michael detrás del volante con una mirada fija hacia delante, siendo apuntado con un revolver negro por la mano de la misma mujer que salio de la muerte, que se encontraba con una sonrisa de oreja a oreja que comenzó a dialogar:

—Fuiste de verdad un gran problema para mi, querido Mike —se acomodo ella en el asiento para quedar mejor frente a Michel— es por eso que haré lo que sea para que después de que te laven el cerebro, —se acerco mas a él para susurrarle al oído— pueda hacerte mi masoquista esclavo—continuó ella por lamerle la mejilla inferior hasta llegar a la punta de la oreja, luego soltó una risa, y continuo por sentarse de nuevo en el copiloto.

—Mira, no me importa quien seas, ni de donde saliste, —decia él— pero cuando tenga la oportunidad te haré un hueco en la cabeza con eso.

—Pues me gustaría que lo intentes, porque no dejare que...—sin previo aviso en un cruce de camino, salio disparado un auto que se próximo por la izquierda, y debido a la espesura del bosque Michael no se percató de éste antes del impacto.

          Mas adelante por el impacto, Michael pierde la conciencia al igual que la mujer a su lado. Pero mas tarde el hombre podía ver con una vista borrosa de lo que parecía otro hombre arrastrándolo hacia el auto que les había chocado. Allí se volvió a desvanecer.

—Despierta inútil—la vista de Michael volvió lentamente, dejándolo apreciar a un hombre parado frente a él que hablaba.

—Mira bien —decia él— ¿cual es tu nombre?.

—Michael Willburn—el hombre se encontraba en el suelo de una casa, con un pavor y miedo que reflejaba su ansiedad.

—¿Que haces aquí?—dijo sosteniendo con fuerza un tubo de hierro detrás de su espalda.

—No lo se, una loca me había secuestrado y luego me chocaron...y—Michael se quedo petrificado al darse cuenta junto a él estaba desmayada esa mujer, y en la posición en que estaba se percato también que en el cuello de ella tenia un símbolo extraño para Michael, pero que era el motivo de la cúspide roja, pero a esté solo tuvo la oportunidad por unos segundos hasta que el hombre lo sobresalto tomándolo de la camisa y gritándole:

—¡¿Por que no tienes el maldito símbolo en tu cuello?!.

—¡¿De que me estas hablando?, ¿que quieres de mi?!—a Michael se le formo un nudo en la garganta cuando el hombre al mismo tiempo golpeó el suelo al lado de su cara.

—¡¿Quien eres con un demonio?!—el hombre siguió insistiendo y con esto levanto el pedazo de metal sobre su cabeza en son de estrellarlo contra la cabeza de Michael.

—¡Soy un terapeuta!, ¿ok?, yo solo fui apuntado con un arma por esa lunática—dijo mientras levantaba los brazos

—Lo siento por la confusión, mi nombre es...Jonny Allen, ¿que hacías con esa mujer?, ¿no sabias quien era?—el hombre tenia una edad que rondaba los cuarenta y un pelo con unas finas franjas de canas por debajo de las orejas.

          Michael la verdad estaba conmocionado en el suelo viendo la expresión en el rostro de Jonny y su brazo extenderse frente a él, a lo que único pudo decir:

—¿Quien es usted exactamente?—respondió Michael con un poco de curiosidad y miedo, hasta el borde de hacerlo correr de allí.

—Soy quien matara este pueblo enfermo de una vez por todas—Michael inclusive al levantarse aun sentía esa sensación pulsante de miedo hacia aquel hombre.

          Pero una voz familiar sobresalto a ambos de tal modo de girar sus vistas por sobre sus hombros, esto se trataba de nada mas que la mujer que yacía en el suelo que dejo escapar unas palabras explicando una simple frase:

—¿Acaso piensas detenernos? —se volteo ella para mirarlos, teniendo en cuenta que estaba boca abajo y con los brazos atados a su espalda— creeme cuando te digo que tenemos una ayuda que escapa de tu explicación terrestre.

—¿A que te estas refiriendo?—contesto Michael parado frente a ella que esté tendría la respuesta a su izquierda proveniente de Jonny.

—Los demonios del cosmos, ¿o me equivoco?—dijo mientras miraba al claro cielo y después volvía su mirada hacia ella.

—No necesariamente, existen otras entidades moviéndose entre nosotros, la mayoría no son tan poderosos pero quieren el control, pero seria ventajoso si tuviéramos de nuestro lado a Kar...—ella fue interrumpida por una razón un tanto extraña, que luego seria respondida por su espuma saliendo de boca y su espontánea convulsión sobre la tierra.

—¡Maldita perra! —Jonny volteo su mirada hacia Michael— masticó una pastilla de cianuro, ahora no sabremos que iba a decir la estúpida—Jonny fue en dirección al auto, respiro hondo, y volvió a hablar de forma magistral y cuidando cada palabra que escogía:

—Que astuto, la verdad se dejo atrapar porque sabia su destino —Michael comenzó a examinar alrededor del cuerpo— , ¿pero todo tiene un propósito?, ¿cual era el de ella?.

—Al parecer, —decía Michael— tiene una radio pequeña adherida al pecho, ¿creo que logro su cometido, no?—en efecto el tenia razón en ello, pero con un movimiento imprevisto un cuchillo se incrusto en el dispositivo quedando inservible, ese arma fue lanzada con precisión por Jonny desde el auto, que aquel se encontraba con una bolsa repleta de armas blancas de diferentes tamaños y formas.

—Nos vamos a encargar de esa secta —Jonny decía al subirse en el asiento del conductor— ¿no vas venir?, porque sino estas estorbando—Michael se encontraba indeciso mirando a Jonny con una semblante que reflejaba la desconfianza que le tenia, lo que pasaba por su cabeza eran muchas ideas que explicaban todas las situaciones en que el hombre podía engañarlo, o dárselo a la secta, quien sabia.

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