Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10: El merodeador de la ciudad

          Pisando octubre de 1946, en una remota ciudad vecina de Lake Town, un hombre con ropa a rayas deportiva y de dudosa procedencia, trotaba por una acera junto a un parque, al subir su vista detuvo sus zancadas sinuosas, por lo que fue caminando al lugar con una mirada desconcertada. Era una patrulla de policía frente a una casa, en una calle residencial. Habían varias personas mirando al lugar, y el hombre se próximo hacia uno de ellos, que era de piel obscura, vestido como cartero, con camisa azul y pantalón beige. El corredor prosiguió por preguntarle:

—Hola Roger —poso su mano sobre el hombro del hombre— ¿Que acaba de pasar?.

—Seguros sociales vino a llevarse al niño de los Lock, no solo su padre desapareció, ahora fue su madre, anoche—dijo simple y llanamente, mientras se llevaban a Tommy al interior de un auto negro.

—¿Sera una coincidencia?.

—No lo creo, ya había pasado antes aquí en Amnsville.

—Lo siento me tengo que ir, Elisa y Jonny me esperan en casa—y así continuó por escurrirse entre la multitud, pero un llamado del cartero lo hizo voltear sé.

—Espera Tom, toma es tu correspondencia—el cartero le entrego una caja negra delgada y rectangular, con lo que el corredor mostró en su semblante una extrañes al verlo.

—Muchas gracias, Roger—el corredor siguió por irse de allí a tiendas.

          En una casa contigua a unos arboles, en un claro sobre una colina, con una vista a la famosa Lake Town. El hombre con ropa deportiva entraba en esta casa de dos pisos, con tonalidades calurosas, junto con la caja.

—¡Papa!—grito un niño, junto a una niña de la similar edad y estatura, y a ambos tenían la misma alegría que se escapaba de sus ojos.

—¡Ah! Mis amores —dijo mientras se agachaba para darles un abrazo— ¿Por que no están en la escuela?—pronunció de nuevo soltándolos y levantándose, lo cual le respondió otra voz, una de mujer, bajando las escaleras que estaban empotradas en la pared.

—Cerraron la escuela por que dos hombres le prendieron fuego a todas las aulas sin dejar rastro.

—¿Como estas amor? —dijo mientras se abalanzaba sobre ella rodeándole el cuello con los brazos, y continuo con un beso largo y apasionado— eso es muy extraño ¿como dos hombres hicieron eso?.

—No lo se, pero eso me espanto mucho y no iré a trabajar hoy porque el mismo fuego consumió unas oficinas de mi trabajo, incluida la mía.

—Entonces nos podemos quedar mas tiempo juntos —el hablaba de forma lenta y baja, mientras ella se mordía el labio— niños vayan a jugar en su cuarto necesito hablar con su madre a solas—los dos infantes hicieron caso o miso a la orden de su padre y corrieron por las escaleras hasta arriba.

—¿Que es esa caja que llevas corazón?—dijo la mujer encaminándose a la cocina contigua a la sala donde estaban, para buscar una botella de vino, que de inmediato ella fue seguida por el hombre.

—Es de lo que te quería hablar — Tom trago saliva— tiene el símbolo de la cúspide roja—La mujer se paralizo y se volteo hacia él que esté le mostró el reverso de la caja provista de una figura de color blanco siendo un triangulo  que se encontraba apuntando hacia arriba que tenia a su vez una cruz cristiana, encima una espiral y una aspa que atravesaba todo hasta los bordes de la figura geométrica.

          Y después ambos yacían en el sótano que solo tenía una fuente de luz, que era una lampara colgando de un cable sobre sus cabezas. Tom se dispuso a abrir la caja negra, lo que contenía era un disco de vinilo, y sin pensarlo dos veces la mujer fue a depositarlo en el toca discos de la casa a lo que dijo:

—¿Sera de esto lo que hablaban nuestros padres a nosotros en el altar?.

—No lo se, ¿podria ser?, la verdad pensé que seria una broma—mencionó él soltando una pequeña risa incomoda.

          Al final, ya la mujer estaba aterrada y al haber depositado el disco de vinilo en su lugar, se dispuso a poner la aguja en el mismo, y pulsando un botón en el panel, inicio el audio que dictaminar:

—Se que han escuchado sobre este disco... —Tom se sobresalto porque la voz era la misma de su padre— ...Y se que debí decírselos antes de que Elisabeth muriera, hijo. Pero tienen que prometer que acataran las normas del disco,¿ok?. Corre disco... —Se termino el anterior audio y comenzó uno nuevo, la mujer tenia el corazón en la boca al escuchar la otra voz:

—Esperáis seguros que termine la frase discordante con una rima verdad, pero la realidad es que tenéis que dar sus hijos como lo ha seis contra cualquiera adversidad ¿verdad? Y no solo eso, tendrías al final que entregar una muestra de sus frutos a la secta, al igual que lo hicieron sus padres cuando erais chicos—la mujer sostuvo su brazo que estando debajo de su ropa, ocultaba una cicatriz remota a ese tiempo de locura en Lake Town.

—Si no queréis que sus frutos mueran entreguen los a la secta, solo por el insignificante precio de su carne, para dejar una marca que significará el comienzo de su final—tanto Tom como la mujer se estremecieron al escuchar esta frase:

—Esperaos al merodeador...—el audio termino y comenzó de nuevo otro que decía:

—Cuidense del merodeador el vendrá por ustedes, sino acatan estas ordenes... Te quiero mucho hijo—esta era la voz del padre de Tom, que sonaba agitado, y luego de un par de segundos se alcanzo a escuchar un disparo que termino con la grabación.

—Lo siento mucho Tom—dijo la mujer mirando de reojo a su compañero de vida, en el sótano, además se encontraba con una lágrima desplazándose por su mejilla, pero de inmediato se paso la palma por la cara para quitarse esa gota agria.

—Reúne todas las armas en la casa...lo vamos a matar...por nuestros hijos—articulo Tom, a lo que la mujer respondió asintiendo con la cabeza, como si se tratase de un día normal.

          Ambos se pusieron manos a la obra. Mientras Tom, corrió hacia el segundo piso, este a continuación, se dispuso en su armario y aparto la ropa de los lados dejando ver una bayoneta tan nueva que relucía con la poca luz que entraba a la habitación. Por su parte, la mujer se armaba de valor para subir al ático dejando bajar a sus pies una escalera plegable, y en ese instante tuvo la dicha de mirar por su hombro izquierdo a sus hijos durmiendo plácidamente en sus camas. En el segundo indicado llega Tom por su espalda a lo que se detuvo, miro la misma escena que su esposa y dejo escapar estas palabras mientras le sostenía sus hombros con apego:

—Lo haremos por ellos...—pronunció él, y continuo ella por subir las escaleras hasta el ático, encendió el bombillo que se encontraba colgando en el medio del lugar, y al encenderlo se dejo ver una mesa con dos revólveres, dos estuches con balas para las armas y una caja de granadas al lado a la mesa.

—Que regalo de bodas—dijo ella.

          Ya al caer la noche, un aire tenebroso impregno la casa, de tal modo que, no solo por la ventisca temprana, sino por que los propietarios del lugar tenían sospechas de que los observaban mas allá de los arbustos y arboles que rodeaban la casa. Tom se encontraba supervisando las ventanas por un miedo hacia los arboles y también en sus copas mas altas sabiendo de que eran capaces en esa secta. Un grito sin precedentes se esclareció de entre los arboles, Tom se altero cuando iba bajando las escaleras, su mujer se asomo por el borde del segundo piso junto a la escalera, y ella dijo:

—El ruido se escucha por aquí—la mujer apuntó hacia la derecha de la casa, y ambos corrieron hacia la ventana de esté extremo del lugar.

          Tanto la mujer como Tom, posaron su vista sobre una persona que corría frenética en dirección hacia la casa, teniendo en sus manos un arma similar a un hacha, Tom se sobresalto al igual que ella, y prosiguió el esposo por levantar la ventana, apuntar con su revolver a la cabeza del corredor y disparar. El ruido seco del revolver sucedió al mismo tiempo en que la persona se desparramó contra el césped a unos cuantos pasos de la entrada trasera. Ambos salieron en faz defensiva hacia el exterior de la casa cuidándose las espaldas y cuidándose de las persona sobre el suelo.

          Al llegar junto a la persona, Tom se percato de que tenia una mascara negra sobre su cara, al retirarla se notaba ser el rostro de un completo extraño. La mujer levantó los vestigios de ropa que tenia ese hombre y noto en su piel una cantidad incontable de arañazos, cortes con navajas y quemaduras redondas al rededor de los ojos y cuello. Una cinta se activo dentro de las ropas de las personas, con lo que Tom retrocedió y la mujer también, la grabación no era muy clara porque estaba casi destruida y se encontraba pegada a la cabeza del hombre, por donde había salido la bala. Luego se escuchó el primer disparo sobre el césped a unos pasos de los dos, que al mismo tiempo los hizo correr de nuevo hacia la casa.

          El segundo disparo se escucho, y con él un alarido de mujer. Tom lo reconoció, era la voz de su esposa. Con la adrenalina circulando por sus venas flanqueo el tercer disparo y fue acudir a su esposa, la agarro entre sus brazos optando por entrar a la casa. Al ya estar ambos adentro, otra bala perforo la ventana junto a la puerta sobresaltando a Tom y por la lluvia de balas continuo por llevarse a su esposa a tiendas agachados por la escalera hasta llegar a la habitación, con lo que Tom la dejo en su cama matrimonial. Con su tez pintada en un pesado miedo, Tom se precipitó hacia el armario entre abierto, saco una tira de gaza y la uso para taparle la herida a la mujer, al hacerlo ella retorció de dolor, por suerte su pierna tenia un orificio de estrada y salida de la bala. Con una voz pobre ella dijo:

—No permitas que ese enfermo se acerque a los niños—en este momento Tom trago saliva y cargo el revolver en su fria palma.

          Los disparos cesaron dejando solo un silencio descomunal. La mujer de Tom resistía el dolor apretando los dientes, y su esposo con revolver en mano fue hacia abajo, bañado en pensamientos de venganza. Al llegar hasta el último de los escalones, tanteo con la mirada todo el esplendor de la sala, cocina y por supuesto la puerta junto a la ventana agujereada. Al no ver nada se escabulló lentamente hacia la sala cuidándose la espalda. Un ruido arriba le llamo la atención eran unos gritos ahogados, de sus hijos. Tom se precipito a subir gritando:

—Oh dios, mis hijos—los gritos aun se escuchaban, y los pasos de Tom rebotaban cada vez mas en el segundó pisó.

          Al llegar arriba se sorprendió de que un hombre con pelo canoso, amordazaba a Jonny y le apuntaba con un arma en la cabeza, ese hombre era el padre de Tom.

—Sorpresa, sorpresa, soy el merodeador de la ciudad, la verdad me importaba un bledo si podían seguir las indicaciones del español, pero hicieron lo mas esperado como ignorar el mensaje, ¿o me equivocó? —explicó manteniendo con firmeza el arma contra la cabeza del pequeño— ¿crees que no nos daríamos cuenta siquiera?—al decir esto roto las celdas que contenían las balas para quedar una en la mira del arma.

—¡Espera! —levanto los brazos en son de exclamación— ¿A que te quieres referir?, ¿a como dar nuestros frutos a la secta?—preguntó él refiriéndose a la grabación, mientras detrás de su espalda cargaba su revolver girando las celdas de las balas, al mismo tiempo que daba pasos cortos hasta su padre.

—¡No des mas pasos si no quieres a tu hijo agujereado!—Tom le hizo caso, y con el arma cargada mantuvo la calma.

—Se te acabo el tiempo hijo...—al haber dicho esto Tom se abalanzo sobre su padre, y tratando de arrebatarle el arma, esta se disparo.

          Al dispararse el arma, el fuego que dejo atrás la bala en su trayecto cegó momentáneamente al pequeño de Jonny, tirándose al suelo por el dolor. En el mismo acto Tom se lanzo sobre su padre, empezaron una confrontación donde se repartían golpes, y entre puñetazos el padre de Tom le arrebato el arma a su hijo haciéndola resbalar hasta el otro lado de la habitación. Tom quedo inmovilizado por su padre apuntarle con un revolver en la cíen.

—Espere tanto este momento—pronunció el padre de Tom pintando una sonrisa en sus facciones.

—Pues no lo tendrás de nuevo—Tom al decir esto le arrebato el arma de las manos antes de que siquiera pudiera pensar disparar, y Tom le propicio un golpe en la cabeza con el arma pero su padre ni se inmuto.

—¡¿Crees que me puedes detener así idiota? Yo siempre los estaré vigilando aun que no lo crean ya están muertos por que yo...!—un disparo se esclareció en el aire y no solo esto dejo que su padre dejara de hablar sino también la sangre que comenzó a segregar por su boca, se miro el pecho y este chorreaba un hilo de sangre de un hueco en su camisa, a continuación este se desparramo en el suelo.

          Tom giro su cabeza y se dio cuenta de que era su esposa acostada en el suelo por su herida pierna, y tenia en sus manos el arma que habían tirado en el pasillo anteriormente.

—Por suerte ya se acabo, ¿no?—dijo ella tirada en el suelo siendo ayudada por Tom, al mismo tiempo que una luz como de fogatas les llamo la atención por la ventana en ese mismo pasillo.

          Tom se encontraba sosteniendo a su esposa con un revolver en su mano derecha. Lo que presenciaban era una multitud en su patio que levantaba unas antorchas al aire, provistos de vestimentas como togas rojas con el símbolo de la cúspide roja en sus enardecidos pechos.

—¿Ahora que haremos?—preguntó la esposa de Tom con miedo en sus ojos.

—No lo sé—dijo él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro