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🌔 El Lado Oculto de la Luna 🌙

Cuando tú estás todo se vuelve posible
Porque tu cuerpo increíble
Tiene una cosa que a mí me llama
Como un imán invisible
Oh, porque estoy convencido de lo que tu amor significa para mí
Fuerzas de la naturaleza me quitan el aliento
Me haces querer decir
Tu toque es magnético
Porque no puedo olvidarlo
Hay un poder atrayéndome hacia ti
Y voy a dejarlo, porque eres tan magnético
Lo entiendo, cuando me despierto junto a ti.

Magnetic, Sebastián Yatra ft. Monsta X

♑🌙

•Pronóstico Embarazadas•

Corea del Sur, Mayo de 1992

El cielo nocturno estaba despejado y mientras la astrónoma Do LinSoo observaba a través de su telescopio los imponentes cráteres de la Luna, no pudo más de la emoción. Ya estaba sacando cuentas, marcando días posibles en el calendario y signos astrológicos posibles según el horario. Incluso para sí misma era desorbitante, pero el tema le apasionaba tanto que le era imposible no ponerse a pensarlo. Tenía que contárselo a su mejor amiga, la meteoróloga Kim JangMi con quien desde la secundaria se habían vuelto inseparables. Ambas tenían una gran atracción hacia los astros, aunque claro con sus pequeñas diferencias.

Mientras que a LinSoo se le hacía mágico predecir el futuro y leer los astros, encontrando significados sobre las personalidades, las formas de actuar y los sucesos diarios; a JangMi, le encantaba predecir el clima, la caída de la primera nieve, las grandes tormentas, los días calurosos y los chaparrones pasajeros.

Era curioso como cada pronóstico proveniente del cielo, científico o no, para cada una siempre generaba algún impacto en la Tierra y en los humanos. Si llovía o había neblina, había que tener cuidado en las calles y con los autos, la visión se reducía y todo era borroso, «¡este día es tan piscis!», decía LinSoo; pero también el agua era buena para las cosechas, entonces era un «es tan tauro y cáncer, porque favorece el crecimiento». Si el Sol era fuerte, había que proteger la piel, «¡hoy quema como aries!», pero si el Sol era cálido, las personas se reunían en el parque y hacían un picnic, compartían todo lo que llevaban y pasaban un rato alegre, entonces se convertía en un «¡es tan leo y acuario!».

Las formas de relacionar el todo para LinSoo eran absurdamente lógicas, y para JangMi lógicamente absurdas.

Pero eso no importaba cuando JangMi observaba en una gran computadora las estadísticas del clima para el amanecer. Allí tenía todo lo necesario, luego daban el comunicado oficial para los periódicos y cadenas televisiva, y listo. Si fallaban... Bueno, no dejaban de ser probabilidades.

—¡Estoy embarazada! —exclamó LinSoo.

JangMi se giró sobre su silla de rueditas y la miró directo a la panza.

—¿En serio?

—¡Pues claro, no va a ser de mentira!

Pronto, los labios de JangMi se extendieron en una gran sonrisa y se abalanzó hacia su amiga para sofocarla en un abrazo.

—¡Eso es hermoso! —dijo emocionada—. Bueno, espero que lo sea, no quiero estar feliz si tú no estás feliz, pero... —dejó caer una lagrimita—. Ay, ¡sí estoy feliz!

—Yo también —la abrazó—. Pero me entristece el que no haya podido cumplir la promesa de que tengamos nuestros hijitos al mismo tiempo.

JangMi rio y regresó a su asiento, moviendo su mano con despreocupación.

—No te preocupes, ¿recuerdas cuando fuimos a esa adivina hace diez años? Dijo que tendríamos un bebé el mismo día, ¡pero con diferentes edades!

—¿Te acuerdas de eso? Pensé que lo habías olvidado —LinSoo le miró incrédula.

—Siempre me acuerdo de las predicciones más locas, de los significados del cielo más absurdos. Hablas mucho y me acuerdo poco, o más bien de lo que me conviene.

—Definitivamente, lo último.

—¿Y ya hiciste su carta natal antes de hacerte una ecografía? —JangMi alzó una ceja intrigada.

—¡Por supuesto!

Y al instante, LinSoo tomó una carpeta de su escritorio, se acercó a ella y le mostró decenas de hojas con dibujos y símbolos que como siempre, nunca entendía. Pero entre ellos, resaltaba una palabra varias veces de diferentes colores, y en todas las hojas: «Capricornio, capricornio, capricornio».

¡Y más capricornio!

🌔🌔🌔

Cuando Do KyungSoo nació el 12 de enero de 1993, LinSoo con mucho dolor y tras una gran presión familiar y de su esposo, tuvo que dejar su puesto en el observatorio. No era fácil semejante cambio, ni mucho menos renunciar a algo que amaba. No obstante, al mismo tiempo que un sueño se apagó, otros dos nacieron. Su pequeño y rechonchito bebé de ojos grandes, y el deseo abandonado de dedicarse completamente a la astrología. Un deseo que había enterrado cuando en la adolescencia le criticaron y se rieron hasta el hartazgo, porque claro, “aquello era una locura y acabaría mendigando por las calles”.

Pero, una nueva visión y fuerza inquebrantable se habían plantado en su corazón. Su bebé KyungSoo parecía haber removido todo su mundo entero, le había llenado de confianza y vida. Le había demostrado sin quererlo, todo el poder que poseía, y aún entre pañales, biberones y llantos, LinSoo concretaba sus primeras citas de lecturas astrales, y aprendía a leer la amplia simbología en las cartas de tarot.

Al inicio, cuando JangMi se enteró de la noticia, se sintió igual de dolida que su mejor amiga. Ahora, ya no estarían juntas día a día en el trabajo. Al ver la situación desde otro lugar, reflexionó seriamente en no tener hijos e incluso en separarse; sin embargo, las dudas estuvieron rondando su cabeza unos cuantos meses. Los suficientes para hacerle sorprender sobre las viejas predicciones de la adivina. Efectivamente, un bebé estaba en camino, y no tardó en ir a visitar a su amiga para contarle la noticia.

El pequeño KyungSoo tenía apenas seis meses de nacido, pero ya estaba bien redondito y sus cachetes se enchastraban en papilla de zapallo y lágrimas, cuando su madre LinSoo dejó caer la cuchara ante la sorpresa de su mejor amiga.

—¡Estoy embarazada!

El bebé KyungSoo lloraba desgraciado, probablemente porque quería más papilla y su madre estaba más entretenida abrazando a su amiga felicitándola, o quizá porque intuía la presencia de otro bebito en una panza ajena, otro bebito que seguro le robaría toda la atención.

Y también la papilla.

🌙🌙🌙

Durante los nueve meses de gestación, LinSoo y JangMi se juntaron más veces que nunca. Aún si JangMi tenía que trabajar, buscaban un tiempo para compartir en la semana, o incluso los fines de semana se reunían por las noches a leerse el tarot, a interpretar los múltiples sueños que tenían. JangMi decía que hacía días venía soñando con ositos panda, y LinSoo se asombró al recordar sus sueños con pandas a sus pies durante su embarazo. Nunca se lo había contado y ahora, resultaba que no sólo coincidían los meses de embarazo y las fechas aproximadas, sino también sus sueños.

Aún cuando JangMi era la más escéptica al respecto, había sido la primera en exclamar: «¡Es el destino!», cuando la bella rueda de la fortuna se presentó en las cartas. LinSoo incluso había hecho una posible carta natal para el nacimiento del mini Kim. Y claro que buscaba compatibilidades entre sus niños para ver si en el futuro, serían buenos amigos, o acabarían arrancándose los pelos. JangMi ya creía que a veces su amiga deliraba, pero eso era lo que menos le importaba. Lo bueno era que estaba haciendo dinero con lo que le gustaba y además, se divertían mucho.

Había un punto en el que no se trataba de buscar la verdad y encontrarla. No se trataba de creer o ser lógicos. Sino simplemente de disfrutar el momento, así tal y como era, mágico y susceptible de que ocurriese cualquier cosa. Predecible o impredecible. Y como siempre, todo tendía a ser más incierto. Lo cual, lo hacía todo más sorprendente cuando la predicción se hacía realidad.

Aún si era con un margen de error de dos escasos días. Eso era apenas lo que se había atrasado Kim JongIn. Naciendo el 14 de enero de 1994. Un año y dos días de diferencia eran todo lo que los separaba.

—Creo que JongInnie, más que un panda, es un perezoso —acotó LinSoo, riendo bajito al verlo dormir plácidamente en su cunita—. Mira Kyung, ahí está tu almita gemela, igual de capricornio que tú —le susurró mientras lo cargaba en brazos y miraban al recién nacido—. Como mamá y JangMi, ustedes serán muy unidos, ¿cierto?

Pero KyungSoo le miró con un horrible puchero y antes de que comenzase a llorar, salieron de la habitación.

🌔🌔🌔

•Pronóstico Enamorados•

Mayo de 2016


Dicen que unos nacen estrellas y otros, estrellados... Y para Do KyungSoo, el segundo caso era más acorde a Kim JongIn, quien vivía desde la infancia, entre líos y desastres, rompiendo jarrones y también los juguetes que le prestaba. Motivo por el que KyungSoo, tenía más broncas que suspiros enamorados guardados. Claro que JongIn siempre le había parecido un niño dulce y adorable, pero a medida que avanzaban en la secundaria y el chico parecía no madurar con sus chistes tontos y revistas de horóscopos, KyungSoo prácticamente ya se estaba dando por vencido.

Sobre todo cuando a los 22 años JongIn derramaba dos veces en menos de quince días una jarra de café helado entera. Desde ese día le había quedado totalmente prohibido tocar las cosas de la cocina. Aunque JongIn era lindo, lamentablemente, era un dolor de cabeza tenerlo muy seguido a su lado. Por lo que debía mantener la distancia o de otro modo acabaría odiándolo, y no quería odiar a alguien que de a ratos podía ser tan dulce como el chocolate.

Por otro lado, JongIn también estaba enamorado de KyungSoo. El chico había sido el estudiante ejemplar durante toda su etapa escolar. Era guapo, amable, serio, divertido (en ciertos momentos) y responsable con todas sus tareas. Incluso participaba en talleres de canto porque tenía una voz celestial que lo derretía, básicamente ese era el motivo de sus torpezas. Cuando JongIn escuchaba a KyungSoo por unos escasos segundos, su corazón se aceleraba y sus manos temblaban.

Sin embargo, había un factor que le echaba para atrás cada vez que estaba a punto de confesar sus sentimientos. La soberbia con la que KyungSoo se cargaba. Su ego se comparaba con las estrellas, y eso le repelía. JongIn creía que que KyungSoo había nacido en el mes incorrecto, definitivamente debería haber sido de Leo. Le encantaba su cabello negro, cuando crecía era una oscura melenita, lo malo era que se lo cortaba tan seguido, que apenas llegaba a apreciarlo. Pero aún cuando llevaba su cabello corto, había algo más, algo tan astral que incluso a él le maravillaba. La blancura lunar que ejercía tanto magnetismo sobre él y motivo por el que día a día, contenía las ganas de pellizcar sus mejillas.

🌙🌙🌙

«Capricornio: esta semana descubrirás algo impactante, ¡pero tranquilo, puede ser una sorpresa que cambiará tu vida! ¡Ten fé, todo saldrá bien!».


—Vaya, siempre tan preciso —soltó con sarcasmo y siguió leyendo los demás horóscopos, igual de genéricos que el resto.

Aunque tal vez, no faltaba tanto tiempo para acabar con la tensión como ambos creían. KyungSoo más allá de sus momentos altamente escépticos, también leía los horóscopos del Facebook e Instagram, más que nada porque era divertido leer todas las estupideces que ponían, con ellas se reía un par de minutos y de paso, recordaba inconscientemente a JongIn y todo su mundo mágico de estrellas y energías invisibles.

Ese lunes los padres de ambos se iban una semana de vacaciones a Fiji, pero entre la emoción de disfrutar de la playa y el apuro porque se les estaba haciendo tarde para llegar al aeropuerto, la señora Do olvidó el seguro del viaje en casa, motivo porque el que KyungSoo revolvió papeles y cajas que ella tenía en su ropero hasta encontrarlo y llevárselo de inmediato. Al regreso, en medio de tanto papeleo y cosas por ordenar, encontró un par de imágenes oscuras que le habían llamado la atención. Al principio pensó que se trataban de radiografías, pero luego de examinarlas unos instantes notó la redonda y blanca forma en el centro, y la media lunita en otra, además de las fechas en un extremo de cada una «12/ 1/ 1993» y «14/1/1994».

—¿Nuestras fechas de nacimiento? —se quedó observando con curiosidad y le tomó una foto con rapidez.

«Mira esto», escribió y envió. Si había alguien que podría saber si tenían algún significado, ese sería sin duda, el lunático de Kim JongIn.

KyungSoo estaba muy seguro que eran fotos de la luna del día que nacieron. Pero de repente, le invadió el misterio, ambas lunas por separado, parecían complementarse. La suya era bastante grande, ascendía hacia la derecha, casi entera, y la de JongIn, finita y vacía a la izquierda. Si las miraba detenidamente, las dos juntas podían forman una hermosa luna llena.

A su madre siempre le habían encantado esos temas, sabía que apenas nacer, les habían hecho la carta astral o natal, le daba igual el nombre. Pero la fotografía de sus lunas, ya parecía una exageración. El único motivo por el que KyungSoo no creía que JongIn fuese hijo de los Do, era simple, físicamente no se parecían en lo absoluto. Aunque JongIn, atribuía su gran interés a la señora Do sin culpa alguna, e incluso le pedía que le enseñase en los horarios que KyungSoo no estuviese en casa, con la infantil excusa de: «Para que no pienses que tú mamá me quiere más a mi que a ti».

Al ratito, sonó su teléfono y el mensaje casi lo descoloca.

«¿Qué es esa ecografía? ¡¿Tu mamá está embarazada? 😱»

«Claro que no 🙄».

«Entonces... ¡Tú estás embarazado! 😱😱😱».

«¿Eres tonto o te pagan? Encontré un par de imágenes extrañas, parecen ser fotos de la luna del día que nacimos, ¿qué crees que signifiquen? 🤔».

«No lo sé. Tú dime 👀».

«Ya en serio».

«Y yo cómo voy a saber. No soy astrónomo 🤷🏽‍♂️».

«Ah, al final no sabes nada de las estrellas 😪».

«Yo sólo veo que ahí, nuestras lunas forman una luna llena 👁️🌕👁️».

«Interesante. Y eso quiere decir que...».

«¿Que estamos rellenos?».

«Ahg, olvídalo».

«No, espera, ¿en serio quieres saber del significado de una luna llena?».

«Sólo me llamó la atención que mi madre tuviese estas fotos».

«No puede ser, tengo que estar soñando...😨».

«¿Qué cosa? ¿Qué pasó? 🤨».

«¿¡Do KyungSoo quiere saber sobre el significado de su luna!? 😱🤯😍».

«¡No dije eso!».

«¡En seguida voy a tu casa! ¡Llevaré tu carta natal!🔮».

Y en menos de lo que tardaba en cambiarse un calzoncillo, JongIn ya estaba en su puerta. Cómo le molestaba que viviese enfrente. Apenas le abrió, entró con altivez y una sonrisa estirada. En sus manos cargaba con una carpeta cargada de papeles y un par de libros de astrología.

—¡Sabía que tarde o temprano ibas a caer en las redes de lo incomprobable!

—Ya deja de fanfarronear.

—¡Jamás!

—Además no te pedí que vengas.

—Yo me invito solo. Además a tu mamá le agrada que venga, a ver eso —le arrebató las fotografías de un manotazo dejando caer sus libros y carpeta sin importancia—. ¡Lo sabía, es el destino!

KyungSoo lo pensó por un instante, por una milésima de segundo, casi creyó que podía haber alguna posibilidad de conectar con JongIn más allá que esa infantil y contradictoria amistad. Pero en cuanto regresó la mirada hacia los papeles en el suelo, supo que no había destino posible con alguien que lo sacaba de quicio con tanta facilidad.

—Lo dudo... —murmuró.

—¿Y dónde encontraste esto?

—En unas cajas de mi madre.

—¿Y qué hacías revolviendo las cajas de tu madre?

—Tenía que buscar el seguro de su viaje.

—¡Vamos a ver si encontramos algo más! —avanzó por el pasillo hacia la habitación.

—¡Oye! —exclamó ante su descaro.

—¡Tú mamá me deja entrar! ¡Vine muchas veces cuando me prestaba algunos libros! —se detuvo en la puerta y vio el desastre encima de la cama con asombro—. ¿Estabas buscando un seguro o robándole sus joyas?

—Ah, cállate y ayúdame a guardar.

—Ya te pareces a mi con tanto desorden —acotó sentándose en una esquina.

—Ya quisieras —espetó.

—No. Me gusta como eres —lo observó directo a los ojos.

KyungSoo se congeló por un instante pero desvió la mirada hacia el papeleo. Probablemente JongIn estaba hablando con la naturalidad que lo hacía siempre. Pero algo en su interior, le había hecho tomarse muy en serio aquello, poniéndolo nervioso y haciéndole temblar las manos cuando se agachó y tomó una caja para meterla en el ropero.

—¿Y qué piensas de mi? —agregó JongIn.

—¿Eh?

—¿Te gusta como soy? —le miró curioso—. Quizá por mi luna en acuario piensas que soy un atolondrado y desorganizado sin causa, o que mis intereses son peculiares y sin sentido. Pero es normal, tu luna en virgo solo busca el lado práctico y sencillo de la vida. Todo lo que haces tiene tu lógica y vives organizando todo tan perfectamente que debes creer que soy un desastre.

KyungSoo escuchó atento y suspiró.

—Tienes razón. Pero no entiendo nada de las lunas. Así que no se qué decir al respecto —se encogió de hombros.

—No es necesario que digas nada. Se nota que eres muy como tu luna, pocas palabras que comuniquen sólo lo justo y necesario, a veces tan escasas que parece que tienes miedo de decir del todo lo que realmente deseas. Te haces el duro, pero en realidad, no eres tan egoísta como pareces a primera impresión, eres terriblemente humilde y tienes miedo de cometer el más mínimo error.

Por un segundo, el mundo perfectamente equilibrado de KyungSoo, se tambaleó poderosamente. JongIn estaba hablando como una persona increíblemente madura, llena de sabiduría trascendental que le hacía sentirse desnudo en alma.

—¿De qué hablas?

—De lo que aprendí gracias a la astrología.

—Eso lo sabes porque me conoces.

—¿Eso crees? ¿Realmente crees que te he visto siendo así toda tu vida?

—Supongo...

—¿Y cómo crees que soy además de atolondrado y torpe?

—No lo sé. Eso es todo lo que veo.

—Que visión tan cerrada.

—Y la tuya exageradamente amplia. Viendo cosas donde no las hay.

—Acabas de decir que sé estas cosas porque te conozco y ahora dices que veo cosas donde no las hay. ¿En qué quedamos?

—Quedamos en que no puedes ser tan crédulo, tu madre no se esforzó estudiando los astros para que tú te pongas a analizar a las personas y hablar de la energía si ni siquiera sabes diferenciar un electrón de un protón.

—Y a mí no importa que no creas en la astrología, porque yo veo tu carta natal y me doy cuenta que eres un escéptico. Además yo no analizo a las personas, yo interpreto símbolos, signos y aspectos, y eso es algo que todos hemos tenido que aprender a hacer en algún momento, sino ni siquiera podrías leer. Que el método científico no valide mi astrología no es algo que me importe, porque precisamente esta más allá de un simple método que aplicarás infinidad de veces del mismo modo en casos prácticos. Somos humanos, somos complejos y muy diferentes.

—Sólo te estás engañando.

—¿Eso crees? —le miró con decepción y se levantó decidido a marcharse.

—Pues sí. Estás un poco loco. La verdad hasta asustas —dijo irónico.

—Qué malo eres a veces KyungSoo. Pero, ¿sabes? También decían que Galileo Galilei estaba loco al afirmar que la tierra giraba alrededor del Sol.

KyungSoo exhaló hastiado y terminó de guardar los últimos papeles en la caja restante. Ya no sabía que más decirle. Sólo quería que JongIn saliese de su vista porque todo lo que hacía era abrir realmente sus ojos un poquito más, hacia un mundo desconocido y del cual temía gravemente, uno donde no existían métodos científicos ni razonamientos lógicos.

—Las personas se aterran cuando se dan cuenta que dejan de ser el centro del universo, cuando ven que el grandioso Sol está más allá del horizonte, un lugar que nunca podrán tocar. Pero, se quedan tranquilas y seguras porque siempre lo verán a la distancia —le miró una última vez antes de retirarse—. Sin embargo... El amor es diferente.

🌕🌕🌕

Junio


Un mes pasó, y con ello una avalancha de emociones inesperadas para KyungSoo. JongIn no se había vuelto a aparecer autoinvitándose a cenar, ni tampoco había pasado a buscar los libros y la carpeta dejadas en su casa. ¿Lo habría hecho a propósito? ¿O realmente se lo había olvidado tras su temperamental despedida? Lo segundo parecía más factible, después de todo, era despistado y bastante despreocupado con ciertas cosas. La verdad era que no estaba en sus planes ir a regresarle nada. Si JongIn quería, podía pasar a buscarlas cuando quisiese. Aunque también le hacía ruido mental el que esos libros estuviesen en su habitación, sobre la repisa, como si tuviesen ojos y lo estuviesen acribillando día y noche, gritándole que fuesen regresados a su dueño. 

Cada vez que su vista se encontraba con los libros, recordaba las fotos de la luna. Y con ellas, esa confesión confusa y extravagante por parte de JongIn. ¿Por qué había sido todo tan raro? De repente, JongIn parecía ser un experto en sentimientos y le hacía quedar como un pedazo de piedra sin inteligencia emocional. No era justo. Había sido completamente desprevenido. Y claro que nada le sorprendía ya de él. Pero al parecer, JongIn sabía perfectamente, aún sin proponérselo, sorprender hasta a los más incrédulos.

Y en efecto, KyungSoo así se sentía.

¿Realmente extrañaba por unos instantes ver a Kim JongIn cometer desastres? ¿Extrañaba ver sus mensajes sobre los astros y predicciones totalmente erróneas pero divertidas? ¿Cómo podía ser que extrañase discutir con él? Ahora tenía tanta calma...

Pero necesitaba la chispa eléctrica y brusca de las ideas y palabras más extrañas y extravagantes que nunca nadie exponía. Por un momento, aterrizó en su mente el significado de las lunas llenas. Lo había buscado días atrás, las páginas esotéricas describían que eran las lunas de la cosecha, donde se recogían los frutos de todo lo trabajado durante cada mes, año, y estación. Era una luna de plenitud y celebración, por eso festejaban Chuseok en la luna llena.

Sin analizarlo mucho, todo sonaba bonito. Así, como la voz de JongIn.

No se trataba de buscarle un significado específico a algo, sino de atreverse a experimentarlo. Luego, sabría si era bonito o no. Si se sentía bien o no. Y más allá de los dolores de cabeza que JongIn le causaba, debía aceptar que se parecía más a una bella mariposa en el estómago volando directo al corazón.

Un par de lunas diferentes que se unían, que se complementaban perfectamente para alcanzar la felicidad. Y KyungSoo, quería seguir experimentando más de aquella dulce diferencia. Por eso, aprovechó la tarde del domingo para llevar los libros hasta su casa. Pero antes de salir, se atrevió a ver el horóscopo diario de la luna, la aplicación que se había instalado recientemente y que prometía más de lo que decía:

«Hoy la luna está en Acuario 🌒♒: ¡Llegará un loco amor a tu vida! 💕».


KyungSoo rio, el amor de su vida no vendría a él por arte de magia y lo sabía. Pero se sintió feliz al darse cuenta de que al menos, se estaba moviendo en pos de alcanzarlo. Más bien, a JongIn quien precisamente sí tenía luna en acuario, le iba a llegar el amor.

En cuanto guardó las cosas en una mochila, bajó las escaleras y se calzó en la entrada. Estaba a punto de dar un gran paso en su vida y no quería que por nada en el mundo algo lo interrumpiese, pero de repente el timbre sonó y su corazón se estrujó. ¿Sería una señal de que no era una buena idea? Se levantó y abrió la puerta esperando que por favor no fuese algún pariente inesperado.

Y no.

No lo era.

De pie delante de sus ojos y con gesto malhumorado, estaba lo más inesperado, disruptivo, ecléctico y maravilloso que había conocido en su vida.

—¡Vine a buscar mis libros!

Fin.

🌕🌕🌕

Espero que lo hayan disfrutado, que no se note que me gusta mucho la astrología <3 🔮❤️💕

¿De qué signo son? ¡Yo soy Sagitario! 💕💃🏻♐

Por si se lo preguntan, sí, esas son las lunas natales del kaisoo (poniendo como horario standard el mediodía y considerando que las lunas cambian de signo cada dos días y medio, aproximadamente) si no tendría que ser con sus horarios de nacimiento, y de eso no hay info, bastante tenemos con las fases lunares 😱🤷🏽‍♂️😂

En fin, besotes y nos leemos quién sabe cuándo, jajaja. Tengo todavía un fic a terminar pero me falta.

¡Pásense a leer los fics del KaiSoo Fest 2021 organizado por UnicornGened que fueron hechos por varias autoras con mucho amorcito! ❤️

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