XXIX - El Nuevo Plan
— Dime, mi Señor, ¿qué pretendes hacer a partir de ahora? — Silene le preguntaba a Klaus en su despacho. Ese día ella usaba un escote insinuante y un pantalón vaquero; le miraba de un modo diferente.
— Creo que puedo contártelo.
Robson Nortybryen, el ejecutivo jefe de la empresa, entró en la sala y el dueño permitió su presencia.
— Voy a decir lo que voy a hacer para acabar de una vez con aquel mago viejo y su aprendiz de magia.
— Pero, mi Señor, pensé que eso era un secreto. ¿Permitirá que Robson participe de nuestra conversación?
En ese momento, el ejecutivo se transformó en su forma real.
— Pensé que conocieras a Fratello mejor. A fin de cuentas, me parece que vosotros sois bien íntimos.
La criatura enseñó los dientes puntiagudos y la mirada sedienta pro tenerla otra vez en sus brazos.
— No he entendido lo que quieres decir con eso, mi Señor Klaus.
El brujo miró a Fratello y se volvió hacia ella.
— Creo que es mejor que olvidemos ese asunto e vayamos a lo que interesa. He leído todo el Libro de los Muertos y he aprendido a conjurar portales de pasaje entre los mundos. Ved lo que pretendo hacer... Traeré centenas de brujos finados del otro lado y les concederé la energía mágica que les quité un día. Se quedarán satisfechos por tener otra oportunidad y les mostraré que soy Klaus, el dueño del mundo.
— ¿No te parece peligroso que hagan una rebelión con ti visto que serán muchos?
— Tengo el poder de mandarlos de vuelta si me traicionan. También seré el hombre más rico de este mundo. Poder y dinero... Les daré todo lo que mis siervos necesiten. Claro, si mi sirven con lealtad.
— El mago Juan es poderoso y también inmortal. ¿No te parece que será un estorbo en tu camino?
Él se carcajeó acompañado por Robson, que ya había vuelto a su apariencia humana, inmediatamente después de presentarse.
—Vamos a acabar con ellos. Convoca a todos los brujos que ya están aquí y esta noche conjuraré el portal para que todos vengan a este mundo. Gobernaré los dos mundos, el de los vivos y el de los muertos. Seré el hombre más poderoso de la faz de la Tierra y destruiré a todos los que se me opongan.
Ellos sonrieron mientras se miraban.
— ¿Qué está esperando, Silene? Haz lo que te he mandado.
— Pensé que me tratarías con más cariño después de lo que hubo entre nosotros.
— No tengo tiempo para charlas ahora, bruja. Obedece y serás bien recompensada.
La mujer salió contrariada por no tener lo que quería, el cariño del jefe de los brujos tauneses.
Cuando ella salió, Klaus se volvió hacia Robson:
— A Silene le gustaste, pero eso es una cosa entre "vosotros" y que tendrás que resolver más tarde. Primero vamos a prepararlo todo para esta noche.
El brujo pasó los dedos sobre el aire y despareció seguido por el monstruo. Fueron a la mansión porque la noche sería larga.
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