XXIV - La Llegada de Klaus
Un hombre entró en una caverna oscura con dos exploradores. Pasó por marcas secas de sangre, inscripciones sombrías e imágenes de dioses hace mucho olvidados. Escavado en la roca, vio un altar.
- ¡Qué cosa extraña, John! Soy espeleólogo hace mucho tiempo y jamás he visto cosa parecida.
- Ilumina más en esta dirección. - El otro le pidió al compañero. Todos utilizaban equipamientos especiales, el miedo apoderándose de sus almas.
Allí donde la oscuridad fue revelada por la luz, había un libro de color negro, con una portada parecida a la piel humana. Era el Libro de los Muertos. Así que lo descubrieron, el hombre con la linterna tuvo el cuello roto, su cabeza se quedó girando en media vuelta dejando a los colegas aterrorizados. El Doctor John intentó huir, pero el desconocido que apareció en medio de las sombras en el fondo de la gruta hizo un movimiento con las manos y el sujeto fue doblado por la mitad, después de levantar su cuerpo haciéndole levitar. El último de los hombres salió corriendo como un conejo asustado lo más rápido que pudo en toda su vida y una carcajada resonó...
- Deja a este humano huir para que les cuente a los otros que el fin está próximo.
La criatura obedeció entrecerrando los ojos rojos en medio de la negrura. Antorchas de fuego iluminaban la gruta y la amenaza había llegado, real y tangible, después de atravesar los siglos exhalando maldad, destruyendo vidas.
Por la risa no podía ser otra persona. Klaus había resurgido.
Eras pasaron, donde él se alimentó de los deseos humanos, destruyendo a todos los seres mágicos que encontraba en su camino, absorbiendo sus poderes. Y aprendió, inclusive, como alterar su forma...
Phillip no lo sabía, pero corría un gran peligro.
Klaus fue a la entrada de la caverna y sonrió con la fuga desesperada de aquel que sobreviviera a la muerte. Miró al cielo y vio la luna cubierta por las nubes. Empezó a recordar su jornada movida por la ambición eterna, después de haber asesinado a Juan y Verena. Aquel día, había visto a su blanco principal escapara por un portal yendo directo al futuro. ¿Pero, por qué se preocuparía con el tiempo? Klaus se volviera inmortal.
Después de siglos, sentía que estaba más cerca que nunca de satisfacer su sed de poder. Él sabía que Juan resurgiera en el presente y era un motivo más para su persecución.
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