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V - La Criatura del Mal

— La humanidad, aunque no pueda conocer la magia por el riesgo de utilizarla para el mal, también necesita saber las reales intenciones de los inquisidores, como la matanza desenfrenada de los brujos para tomar pose de sus tierras y bienes — dijo el viejo rey Agathor, iniciando la reunión.

— Tenemos que defendernos de los inquisidores. Ellos planean causarnos un gran mal. Están publicando historias engañosas sobre nosotros y enseñan a la sociedad cómo identificarnos. Ya hasta preparan un libro llamado El Martillo de las Brujas que provee argumentos para persuadir al pueblo a delatarnos. Ofrecen recompensas y nos culpan por la miseria, diciendo que somos capaces de traer la peste negra, que ya mató a millares de personas en toda Europa — Añadió la hechicera Elheonora, esposa del rey mago.

Ella, intrépida como el marido, ayudaba a Agathor a comandar el clan de los Bergues. Mientras hablaba, un bebé recién nacido lloraba, incesantemente, como un presagio de algo que estaba por venir.

Tyrone también empezó a decir:

— Hay brujos que se desvirtuaron del camino de la luz y están denigrando el mundo mágico. Tengo razones para creer que ellos pasan informaciones a los inquisidores. Creo que existen traidores entre nosotros.

Las personas se perturbaron con aquella declaración, excepto Enzo, que ya desconfiaba de aquello. Por algunos minutos, hubo un murmullo y todos los integrantes de la reunión empezaron a hablar al mismo tiempo.

— ¡Silencio, por favor! — Interrumpió Agathor — Tenemos que tomar decisiones serias esta noche.

La quietud se apoderó del ambiente y el Jefe de los Magos continuó:

— ¿Cómo has llegado a esa conclusión, Tyrone?

— Siento decir que esos brujos son disidentes de mi propio clan. Algunos miembros de mi grupo han aparecido muertos sin ninguna razón aparente. Yo he recibido informaciones de que los inquisidores han ofrecido tierras y poder a los disidentes a cambio de alta traición.

— ¡Malditos! Nos traicionan, reciben como plus parte de nuestras propiedades y después nos ven siendo quemados vivos bajo la acusación de hechicería — dijo en voz alta Joseph Boyne, un mago irlandés.

— La inquisición es un instrumento de muerte, paranoia y miedo — añadió el rey mago. — Tenemos que descubrir quiénes son los traidores para expurgarles de nuestro medio de forma definitiva.

— Ya estamos investigando dentro del clan para descubrir quiénes son los traidores — dijo Tyrone.

— Tal vez, si infiltrásemos algunos de los nuestros entre los inquisidores, podríamos descubrir cuáles serán sus próximos pasos, además de obtener informaciones sobre esos brujos traicioneros — sugirió Enzo — Lógicamente deben ser del clan Tauneses — dijo Tyrone — , ya que vosotros habláis la lengua de los inquisidores y, aparentemente, algunos de sus miembros están siendo reclutados por ellos.

— Creo que es una buena idea, Enzo — estuvo de acuerdo Agathor. — Es un tanto arriesgado, pero es necesario utilizar el propio veneno del enemigo para lograr éxito en salvar a nuestro pueblo.

— Los inquisidores van a aniquilar todo lo que les contraríe. Todos los que no estén de acuerdo con lo que predican serán considerados herejes. Los gobiernos de toda Europa permitieron que su poder trasbordase. La reforma protestante que está empezando aquí en el imperio Germano encendió aún más la furia del clero, que está perdiendo su control sobre la humanidad. Tenemos que encontrar una manera de impedir que la carnicería continúe. Las personas necesitan saber que tenemos nuestras familias a las que amamos y que nuestra religión es para el bien — dijo Evelyn Hollyn, que también era una Bergue — Acusan a los protestantes de brujería por ser contrarios a las ideas del clero y se benefician con eso, principalmente, con el pago de indulgencias para librar a las personas de sus pecados. ¡Verdaderamente absurdo!

— Nuestros poderes fueron conferidos por conocimientos milenarios sobre los elementos — dijo Agathor elevando las manos a los cielos. — Saludemos a la Luna que está radiante esta noche. Que ella nos muestre el camino en las noches oscuras de la humanidad e ilumine las mentes ciegas por la maldad.

Como algunas nubes cubrían al astro rey de la noche, el rey mago lanzó un hechizo, extendiendo las dos manos:

— ¡Mond, bleibe hell! (¡Luna, muestra tu brillo!)

Y así ella se hizo notar, llena aquella noche, representando la abundancia y recolección, dejando a todos confiados de que serían capaces de alcanzar sus objetivos frente a tan duros obstáculos.

La congregación transcurría bien, con varias sugerencias para defenderse del mal que asolaba a la sociedad mágica. Sin embargo, había más personas de ojo en aquella reunión con diferentes propósitos. Un poco más adelante, un hombre con una mirada misteriosa observaba callado todo lo que ocurría. Sus ojos se deslizaban de un lado al otro y sus oídos estaban atentos a todo lo que era dicho en el cónclave. Klaus Rizzoni era su nombre, aquel que deseaba a la esposa de Agathor y su callado de poder. Tal como supo de la gran convocación, viajó rápidamente allá, a fin de no perder nada. En el hombro, un cuervo con ojos rojos brillantes también acompañaba todos los movimientos. Pertenecía al clan de los Tauneses e incluso sabiendo que Tyrone Weslley, el gran jefe, representaría a su grupo, decidió comparecer a la reunión por sus propios motivos. A Tyrone no le gustaba aquel y desconfiaba de que Klaus se hubiera desviado al lado sombrío de la magia. Y si observamos bien, tal vez estuviese acertado.
Cada vez que Tyrone se encontraba con Klaus observaba que su cuerpo parecía hacerse cada vez más viejo, sin motivo aparente. Su piel se había arrugado y cuando se deparaban, sus preguntas siempre eran sobre algún modo de utilizar la magia para conseguir ventajas o aumentar su poder.

Pero aquel no era el único ser que apareciera sin ser invitado. En la floresta, dos ojos destilando maldad observaban, furtivamente, a los miembros de la reunión. Un par de puntos rojos era lo único que podía ser visto en medio de la negrura. El lugar más oscuro del bosque era su refugio y la magia que poseía era inmensa, visto que había conseguido esconderse de todos los miembros de la reunión. Era uno de los Doppelgängers, los espíritus errantes que trabajaban para los señores brujos Tauneses. El único que acabara por percibir su presencia era el cuervo de Klaus, que miraba a aquel ser tenebroso como si ambos tuviesen una conexión espiritual.

El ser mantenía su forma etérea, pues estaba allí como observador. Tal vez estuviese esperando una oportunidad para actuar, si su señor así se lo ordenase. Era formado por un tipo de materia enrarecida, viscosa y oscura como el petróleo. Si alguien consiguiese tocarla, sentiría en todo su cuerpo el frío de la muerte.

Uno de los misterios en torno a esas criaturas fantasmagóricas que nadie sabía era que esta estaba conectada directamente a su mitad de carne y hueso. Cuanto más el replicante se hiciese fuerte, más el físico de su amo brujo se debilitaría. Por eso necesitaban convivir en equilibrio.

Y la discusión en busca de soluciones continuaba. El fuego amenazó apagarse y, rápidamente, Evelyn extendió la mano, haciendo brotar una energía de color azul de su puño. Apuntó hacia las llamas de las antorchas y a la hoguera central diciendo:

— ¡Feuer machen jetzt! (Hágase el fuego ahora)

Inmediatamente, el fuego volvió con mucha más fuerza. Los búhos abrieron los ojos de par en par. En seguida, Evelyn dijo:

— Ya estamos siendo perseguidos por más de un siglo en esta infame Caza a las Brujas y no tenemos paz, así como nuestras familias. Antes éramos parteras, curanderas y ayudábamos a la población. Ahora los médicos también están contra nosotras, pues somos sus competidoras con nuestras plantas medicinales. Aprendimos la cura por las hierbas a través de conocimientos milenarios pasados de madres a hijas y somos obligadas a vivir huyendo incluso de nuestras propias familias, que nos entregan a los soldados para la muerte a cambio de migajas. La única salida es unirnos y escondernos en las florestas o donde quiera que sea posible, para escapar de los horrores de la persecución. Tenemos que proteger a nuestros hijos, que continuarán nuestra tradición.

— Creo que en vez de escondernos, deberíamos luchar hasta la muerte contra esos asesinos impiedosos. Mi espada clama por venganza por todos mis familiares que ya han muerto por causa de esta cazada deshumana — replicó Enzo Thyodar.

— Pero, Enzo, tenemos a nuestros niños que deben crecer y ocupar nuestros lugares en la sociedad de la magia. Veo un futuro de libertad aproximándose en mis premoniciones. Los reyes del futuro entenderán que el objetivo mayor de la iglesia y sus inquisidores es el de acumular riquezas matando a nuestra gente y ocupando las tierras, además de apoderarse de sus posesiones. Un día, todos tendrán derecho a la libertad de expresión, la elección de su religión y a la vida. Estoy de acuerdo con Elheonora en que la mayor sabiduría sería que nos escondiésemos hasta que la persecución termine. Así, protegeremos a nuestros hijos — Agathor dio su opinión pensando, principalmente, en su hijo Phillip que había nacido hacía algunos días y era su mayor tesoro.

Fue en este momento en que uno de los misteriosos invasores mostró su presencia, la maldad dentro de él esparciéndose a su alrededor. Se fue aproximando al centro del círculo donde los participantes daban sus opiniones y levantó el brazo para pedir la palabra, interrumpiendo a Agathor.

— ¿Quién eres tú, brujo forastero? — Preguntó el Jefe de los Magos.

— Pertenezco al clan de los Tauneses y me llamo Klaus. Me gustaría expresar mi humilde opinión...

— Habla entonces, brujo. La reunión fue justamente para llegar a un consenso — dijo Agathor.

Tyrone observaba a Klaus y sintió algo equívoco en aquel hombre. La verdad es que él siempre había supuesto la posibilidad de Klaus ser uno de los Ausentes.

Klaus tomó la palabra para sí:

— No estoy de acuerdo en que debamos huir. Sería un acto de extrema cobardía. Nosotros tenemos poder y debemos utilizarlo contra nuestros enemigos. Nuestras armas están listas para la batalla. Creo que el jefe de los Tauneses, Tyrone Weslley, debe instar a los miembros a luchar contra los inquisidores y la unión de todos los clanes podrá darnos la victoria. Restableceremos el honor de la sociedad mágica sentándonos al lado de los reyes como sus consejeros, restaurando nuestra dignidad para siempre.

— Te estás precipitando Klaus. El consejo fue convocado para tomar una decisión en conjunto — intercedió Tyrone.

— Quería sólo expresar mi opinión — replicó Klaus.

Tyrone lanzó una mirada de sospecha sobre él y la reunión siguió con ánimos exaltados.

A algunos miembros les gustaron las palabras y ovacionaron al brujo Klaus. Enzo también estuvo de acuerdo con lo que él dijera.

Agathor volvió a argumentar:

— ¿Tú tienes hijos, Klaus?

— No, Vuestra Excelencia — respondió él con aire de burla.

— ¡Entiendo entonces por qué vibras tanto con la guerra! — El Rey Mago pensó por un momento antes de hablar. — Cuando necesitamos proteger a una familia y mantener su sangre corriendo caliente en las venas, pensamos varias veces antes de derramar la nuestra.

— Tal vez tengas razón Agathor. Pero si no hacemos nada y continuamos huyendo seremos abatidos como liebres asustadas — respondió Klaus.

— Definitivamente, yo no soy un conejo miedoso. Estoy dispuesto a vengar todas las muertes y ejecuciones de los asesinos inquisidores — vociferó Enzo, el nórdico.

Las hechiceras guerreras también se levantaron exhibiendo sus armas entonando un grito de guerra. Los magos levantaron sus cayados y algunos brujos desenvainaron sus espadas irguiéndolas hacia lo alto.

Klaus había conseguido hacer lo que deseaba, desde que colocara los pies allí; crear un clima de discordia en la reunión. Dejó que ellos discutiesen... Mientras algunos anhelaban venganza, otros buscaban la paz y la protección de sus hijos. Sin embargo, lo que el malévolo brujo realmente quería era ganar tiempo, pues había elaborado un plan más grandioso, más sombrío, que sería capaz de cambiarlo todo a su favor, de una vez por todas. Por eso, Klaus miró al cuervo y dijo:

— Pájaro negro, vuela y ve si nuestros amigos están llegando. ¡En breve estos brujos tendrán una gran sorpresa!   

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