Capítulo n°5: "El nuevo presidente de Fleur Lennox - Taylor y asociados."
Aedus.
El fin de semana pasa como una estrella fugaz. Después de la fiesta de la fundación decidí visitar el hospital que mi madre apadrino, pero debo dejarlo para otro momento porque hoy será el día que me suicido.
Pero no piensen que me quitare la vida, sino que, hoy asumiré como nuevo presidente de la cadena hotelera de mi familia. Evalué las miles de opciones para negarme, aunque en ninguna la solución beneficia a ambos, es decir, a mi madre y quien les habla, ósea yo.
El señor Connor Lexxon, cree que le quitare responsabilidades con mi asunción en la empresa. Claro, él tendrá más tiempo para pasearse con sus amantes de lujo por donde quiera mientras yo trabajo en lo que no quiero.
Seré su títere a partir de ahora, pero ni crea que voy a dejarlo decidir por mi si soy parte de este circo.
Hago el nudo de la corbata para terminar el asfixiante traje. Odio estos trapos que ajustan y no te dejan respirar. También odio mi mal humor de hoy. Eso se lo atribuyo al sínico de mi padre.
Además, tendré que lidiar con las infinitas preguntas de los reporteros que son, lo más parecido a los buitres, queriendo meterse en mi vida privada.
Dos toquecitos en la puerta derivan mi atención en ella.
- ¡Adelante!
Mamá asoma la cabeza por la puerta viendo si ya estoy listo. No puede ocultar su alegría por verme bajo su techo todavía.
- ¡Buenos días, hijo! - exclama muy sonriente - ¿Ya estás listo?
-Sí, estoy listo para ir al matadero - digo ironizando con una mueca, ella frunce su entrecejo acomodándome la corbata y el cuello de la camisa.
-Hijo no digas una cosa como esa. Recuerda que todo es patrimonio tuyo y tu hermano... - se detiene porque no es capaz de pronunciar su nombre.
Nunca lo fue desde que se ha ido sin despedirse. Duele su ausencia, aunque a ella mucha más.
-Ya acabemos con esto - espetó molesto.
- ¿No vas a desayunar? - interroga cruzándose de brazos delante mío - Iremos todo juntos, Aedus.
Uff. Ahora deberé soportar "los sabios concejos de Connor" como si fuera el padre perfecto.
La señora, Lotte, blanquea sus ojos porque sabe que estoy maldiciendo mentalmente a su petición. Ella nos quiere unir, pero es algo imposible de reparar la decepción que sufres cuando vez a tu padre como héroe y resulta que es tan patán como los demás.
-Esperare aquí hasta que desayunes - digo sin expresión alguna.
Ella se va dejándome solo sin rechistar a lo que dije. Recorro cada centímetro de mi habitación, donde creí junto a Alvin.
Recuerdo sus carcajadas como si fueran ayer. Cuando lloraba él era quien me consolaba solo para robarme mis juguetes, pero lo ventajaba amenazándolo con contarle todo a nuestra madre. Ni se inmutaba no tenía miedo nunca lo tuvo.
¿Qué hará en este instante? ¿Dónde se encontrará? Desearía poder tenerlo cerca para abrazarlo, reír y competir entre las olas de Bournemouth, eso era lo que más disfrutaba de tenerlo conmigo. Esos años se perdieron en el tiempo o se borraron como su alma.
Observo detenidamente un retrato de dos niños iguales en fisonomía, pero diferente en ojos. Él lleva los mismo de mamá, azules y yo porto uno de cada color, heterocromia de iris.
Es la persona que presenta ojos de diferentes colores por eso se me quedan viendo por horas sin disimular. No importa que sea frío e indiferente nunca comprenden que no quiero ser observado como una fruta acaramelada.
La vibración de mi celular sobre la manta en el borde de la cama me hace caminar hasta comprobar quien es. Otra vez ese número desconocido.
- ¿Hola? - presiento que es Alvin.
-Hola, Aedus, hermano ¿Cómo te encuentras en este día tan importante para ti? - pregunta sonando más animado diferente a como sonaba tiempo atrás.
-Me siento como león enjaulado - ríe - esto lo hago por mamá, no por mí.
-Solo espero que este a la altura de tus necesidades y expectativas.
-No lo sé, pero ya no importa. Tratare de ser lo mejor posible para que todo fluya.
-Eso suena bien - dice suspirando - extraño mucho a mamá y ti también.
Mamá ingresa sin hacer ruido que me arrebata mi celular. No puedo quitárselo porque se aleja.
- ¿Aedus? ¿estás ahí? - escucho la voz de Alvin preocupado por no responderle.
-Sí me extrañaras por lo menos tendrías la decencia de llamar - contesta mamá y el caos se desata - y si supiera donde te encuentras hubiera ido a verte, sin embargo, a ti eso no te importa - habla entre sollozos - no te importa todo lo que sufrí por ti. Noches enteras llorando porque no podía oír tu voz para saber si te encontrabas bien o no...
Suelta el aparato dejándolo caer al escuchar el pitido de que ya colgó. Mamá se desploma en mis brazos y yo, prácticamente no sé cómo reaccionar.
La acerco a la cama, sirvo un vaso de agua y se lo doy.
- ¡Mamá toma, por favor! - seco mis lágrimas y las suyas inclinándome para que me vea a los ojos.
-Él... ya... se... olvido de mi - dice poniéndose de pie y saliendo de mi habitación.
Con una pena enorme en mi corazón la sigo, pero ella cierra la puerta de su recamara impidiéndome el paso. Golpeo varias veces sin obtener respuesta.
- ¡Déjala sino quiere ir! - ordena una voz grave con firmeza.
Giro lleno de ira enfrentándome a sus ojos verdes aguados llenos de vigorosidad. Tenso todo mi cuerpo apretando fuertemente la mandíbula.
- ¡Vete al demonio! - exclamo entre dientes.
Ni me mira solo observa la pantalla de su iPhone. Pero me presta atención cuando paso por su lado chocando su hombre y el estúpido aparato cae partiese la pantalla.
- ¡Oye, ten más cuidado! - grita y yo ya voy descendiendo por las escaleras.
Al abrir la puerta bruscamente Aiden estaba a punto de tocar el timbre.
-Aedus - lo miro y paso - Ey ¿qué te ocurre? ¡Espérame!
Paro en seco dando zancadas como a punto de entrar en combate. Desesperado intento calmarme, toma aire al lado de mi auto y Aiden estira su mano para que le dé la llave.
-Yo conduciré - avisa.
- ¡Como quieras!
Ruge el vehículo poniéndonos en marcha. Aunque mamá este dolida y quiera verlo así provoca que se aleje más. No entiendo su actitud se supone que ya es un hombre maduro para su edad, sin embargo, el dolor por la muerte de su esposa desato un caos difícil de superar.
- ¿En qué piensas? - la voz átona de Aiden me distraen.
-En el imbécil de Alvin - cambie el calificativo de insulto hacia mi hermano - no entiendo y jamás lo hare porque hace sufrir tanto a nuestra madre. Ella cree que se olvidó de nosotros.
-Yo tampoco, creí que por ser el mayor podía comportarse y enfrentar el dolor de otra manera, pero no. Se comporta pésimo.
-Lo que más me asusta, es que, ella pueda cometer una locura - dando toquecitos suaves en el vidrio charlamos - lo peor que al idiota de mi padre no le importa su sufrimiento.
-En él no me sorprende siempre se comportó de una forma bastante fría - desparrama su cabello - ni le importo que Alvin se fuera.
-Ojalá yo también pudiera desaparecer para no cargar con semejante responsabilidad de ser el nuevo sucesor a la corona de un farsante.
Aiden solamente niega concentrándose en la carretera. Sin mucho que comentar al respeto llegamos a la empresa.
Los reporteros nos invaden cuando queremos bajar, pero los guardias de seguridad intervienen para que no tire alguno por los aires.
¡Hoy, no estoy de humor para soportar a nadie!
Abotonando el saco negro ingresamos al ascensor frente a las miradas curiosas, algunos saludan solo por amabilidad, otro prácticamente quiere besarme los pies.
Aiden trabajara conmigo, era la única condición que pedí, apreta el botón del último piso. Para ser exactos tiene veinte siendo el centro de todos los negocios de mi padre. Aquí solamente es para ejecutivos, socios y trabajadores en administración, papeleo y firma de contratos.
En la continuación del edificio se encuentra el primer hotel construido por mis abuelos. Se llama "Fleur" de cinco estrellas. Allí se hospedan todas las celebridades amigas del señor, Connor.
Cuando era niño lo visitaba muy a menudo también nos quedábamos a dormir, sin embargo, eso cambio al ir creciendo y descubrir que nada es como ellos dicen. Te hacen creer en un cuento de hadas llenos de mentiras.
El pitido de aviso del ascensor me devuelve a la realidad. Casie, la secretaria, sonríe acomodándose el escote, yo y Aiden intercambiamos miradas, pero él está tentado a reír de expresión fría frente a su actitud conquistadora.
-Buenos días señor, Aedus Lennox - dice tirándose su cabello negro hacia atrás.
-Buenos días - ella me entrega unos documentos y sus ojos saltones color café no se despegan de mi cuerpo - ¿A qué hora comienza todo?
-A las diez de la mañana - contesta dirigiendo al chico de cuerpo delgado a la par mía - Una señorita lo está esperando para la entrevista.
- ¿Quién? Yo no esperaba a nadie - fruncí el ceño confuso.
-Es la señorita Bambi Abbey, es la reportera del diario "Metro" - hace una pausa cuando reboleo los ojos - lo espera en su oficina.
-Lo único que me faltaba era tener que jugar al circo aquí dentro - murmuro - pensé que sería más tranquilo.
-Ya, tú responde lo que te parezca mejor ¿sí?
Conociéndome seguramente vaya preso por decirle la verdad en su casa. En verdad, destetó ser el hijo perfecto que nada teme y nada duele.
Casie, es la secretaria favorita de papá, en unos días ya tendré una que este a mi disposición y espero que sea menos presumida que ella.
Aiden va hecho un manojo de nervios, camina junto a mí, si a él le parece todo tan abrumador. Ni se imagina tener que soportar todos los días a tu padre exigiéndote comportarte como hombre cuando ya eres mayor de edad, como si no tuviera nada que mejorar él.
Entramos, ahí estaba cruzándose de piernas y bebiendo café, la misma mujer que atropelle en la fiesta de la fundación. Viste muy elegante, sonrisa perfecta y en sus ojos cruza una chispa que no me da buena espina. Cree que soy una presa fácil de atrapar, pero no tiene ni idea de quién soy.
-Buenos días, Aedus - saluda estirando su mano, aunque no le doy la mía. Mi actitud hace morder de la risa a mi amigo - Su padre me ha concedido una entrevista para conocerlo mejor.
-Mi padre no tenía permitido a decir por mí - avanzo hasta mi asiento para sentarme - Él, es Aiden.
Ella lo saluda con un movimiento de cabeza y se va, después hablaremos tranquilamente. Debo quitarme de encima esta arpía con rostro de mujer.
-Le aconsejo que sea lo más breve posible porque no tengo mucho tiempo - vuelve a su lugar fingiendo una sonrisa, ya que no le gusto mi tono de voz gélida.
- ¡Ohh Aedus! Sé que tienes mucho trabajo por ser tu primer día, sin embargo, tengo unas cuantas preguntar que hacerte.
-Puede comenzar - hablo sin mirarla leyendo algunos papeles sobre el escritorio.
Ella hurga en el interior de su enorme cartera sacando un bolígrafo, su pequeña cámara que imagino que es para grabar y un cuaderno de notas. Se mueve extremadamente rápido para no perder tiempo.
Sí mi día comenzó así de difícil no quiero imaginarme como terminara.
Carraspea su garganta ante el silencio y comienza a leer dubitativa porque no le prestó atención.
- ¿Qué planes tiene a futuro con esta empresa? ¿Creará una nueva cadena de hotel o seguirá trabajando con lo que su padre dejo?
-Señorita...
-Bambi Abbey, me llamo, Aedus - me interrumpe para presentarse. Hace el mismo movimiento que Casie, tira su cabello rubio para atrás acomodándose su escote.
Estoy tentado a sacarla de mi oficina, pero procuro mantener la cordura ante sus insinuaciones de ofrecida.
-Señorita, Bambi, hoy es mi primer día de trabajo y nunca he estado interesado en ser el presidente de la compañía familiar - fijo mis ojos en ella sin demostrar ninguna expresión - pero ya ve - hago una mueca - aquí estoy, sentando, participando de un circo de mentiras.
- ¿Por qué lo dice? - mis palabras la desconcertaron.
- ¡Olvídelo!
-Como dijo usted, es su primer día, aunque tendrá una visión hacia el futuro ¿Cuál sería?
-Renunciar - abre su boca sujetándose su rodilla - Usted no tiene ni idea de lo mucho que me fastidian dar entrevista así que le voy a pedir que se retire.
-Pero... Aedus todavía no termino - objeta en el mismo lugar - Aparentemente no tiene un buen día, pasare a la siguiente pregunta.
- ¿Planeas casarte o tener hijos? ¿Estás dispuesto a dejar de lado tu soltería por alguien que te amé? - su voz suena seductora y me irrita.
-No le incube señorita, Bella.
- ¿Cuándo regresa Alvin? - y esa pregunta colmo la poca paciencia que estaba teniendo con su descaro - Digo, pareciera que la tierra se lo trago porque no lo hemos visto en ningún evento de la familia.
Definitivamente la sacare a patadas sino se calla. Ciñendo mis puños con tanta fuerza me dispongo a sacarla de inmediato, pero Aiden entra y se da cuenta interponiéndose entre los dos.
Bella se ha puesto de pie bastante asustada por mi reacción, que de forma temblorosa guarda sus cosas y empieza a caminar hasta la puerta. Se vuelve a mi fulminándome con la mirada.
- ¿Aedus que te ocurre? ¿Viste un fantasma? - interroga pasmado con mi semblante bastante contraído por la rabia.
- ¡Esa mujer me saca de quicio! - exclamo entre dientes.
-Bueno, tranquilo. Debes estar calmado para la conferencia de prensa - dice doblando una carpeta entre sus manos - Además, cambiaron la hora. Será a la 9:30 am.
- ¿Por qué? ¿Qué rayos intentan hacer? - camino de un sitio a otro abriendo la ventana para que ingrese aire antes de que me ahogue - Esto está siendo más difícil de lo que creí que seria.
-Te entiendo, pero recuerda que elegiste estar aquí por tu madre. Que nunca se te olvide y también, lo difícil que es luchar sin tu hermano a su lado.
El silencio nos envuelve hasta que veo que se va por la puerta que acaba de entrar.
Nunca jamás había experimentado tanta angustia, ira y dolor en un mismo momento. Siento asco de mí mismo por estar en el sitio que jure no pisar nunca, nunca. Sin embargo, mamá tuvo el poder para convencerme.
Sus ojos tristes demanda dulzura y cariño, algo que perdió en el transcurso de los últimos años.
¿En qué momento cambio todo? ¿Por qué siento que mi fachada de fuerte empieza a desplomarse sin retroceso?
Realmente, soy un león enjaulado con miedo de salir de mi zona de confort. Pero tampoco es que haya encontrado un motivo para seguir acá solo me he dedicado a olvidar heridas, que comprobé que siguen abiertas.
Mi mundo se derrumbó cuando el abuelo falleció. No supe cómo enfrentar su ausencia porque mi padre nunca nos dio cariño, y termino, por caer con la desgracia de Alvin. Él se fue déjanos solos en un barco que nos ahogaba, asfixiaba y hasta, cada día nos mata poco a poco.
No creo ser lo suficientemente fuerte para afrontar esto solo. No voy a poder.
Mis lágrimas no cesan de caer, justo hoy tenía que derrumbarme, justo hoy Alvin haría una de sus malditas llamadas solo para perturbar el orden de mis emociones, solo fue eso, una llamada que aliviaba la angustia de mi alma, pero el dolor de su ausencia sigue latente como el primer día.
¿Para qué llama si nunca va a regresar?
Si el abuelo estuviera con nosotros ya lo habría encontrado. Era el único capaz de luchar por nosotros.
Fui un momento al baño privado de la oficina, lave mi rostro y mirando hacia la nada me quede inmóvil viéndome en el espejo.
Claramente, se notaba que mis ojos estuvieron llorando por su color, rojos. Al igual que la nariz.
Por un momento creí ver la figura del abuelo apretando mi hombro diciendo con la mirada ¡Tú puedes no te rindas!
Con mis manos en el lavabo, agachando mi cabeza y otra vez la amenaza de lluvia. No pude controlar mis lágrimas. Querían salir para limpiar mi alma tan cansada de existir.
Después de un momento a solas alguien golpea la puerta. Ya debe ser hora de ir al matadero.
- ¿Quién? - respondí con todo el pesar del mundo.
-Soy Aiden, tenemos que bajar ya va a comenzar la conferencia de prensa - anuncia.
-Ya salgo.
Al verme con cara de muerto no dice nada. Solamente se dispone a acompañarme para que no caiga en plena conferencia. Bebo agua antes de irnos para calma mis demonios.
En el primer piso hay bastante gente. Empleados, socios, periodistas y mi madre, que luce cansada con la expresión triste. Aiden va a su lugar asignado mientras yo muevo mis pies al lado de mi familia.
Lotte fuerza una sonrisa sujetándome del brazo. Solo falta el cabecilla. Pero no tarda en ingresar por la puerta custodias por dos hombres vestidos de negro.
Firmemente camina con porte elegante, derrochando aires de grandeza, altanería y coquetería, como siempre las mujeres mueren por llamar su atención, aunque él no se hace de rogar.
Besa a todas las mujeres presentes en la mano. Quiero ir a reprochárselo, pero mamá me frena moviendo su cabeza en negativa. Ni siquiera nos saluda cuando llega a nuestro lado.
Al frente todos los invitados, reporteros, el centro libre y al costado del lado izquierdo nos ubicamos nosotros tres. Al costado esta apostado un pequeño escenario para que el gran Connor Lennox dé su importantísimo discurso.
Cuando él sube a hablar no le presto mucha atención, prácticamente, divago en mis pensamientos observando de vez en cuando a mi madre.
Sus hermosos ojos azules están hinchados, suspira de dolor y finge estar feliz. Bueno, si lo está, aunque Alvin arruino el día.
Luego llega mi turno. Doy un breve discurso, agradezco a mi madre y Aiden, comenzando con la ronda de preguntas.
Solamente respondí tres preguntas. El señor Connor termino por mí.
Disparado me fui porque ya no soportaba la falsedad. Camine, camine y camine deteniéndome cerca el sanitario para hombres.
Respirando profundamente fui a hacer mis necesidades. Al salir choque con una mujer. Creo que fue demasiado fuerte el golpe que se desmayó.
- ¡Mierda! - musite.
Al no encontrar a nadie que me ayude la cargue llevándola a mi oficina. Nadie vendrá porque están muy ocupados celebrando. Es una recepción para todos los que participaron de la reunión o lo que sea que fue. Ustedes me entienden.
Llegue y la puse en el sofá para que estuviera cómoda. Duerme como un ángel.
La revise y no tiene heridas superficiales sino despierte deberé llevarla al hospital.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Hola. Les dejo mis redes sociales por si les intera seguirme.
Instagram: cactus094
Facebook: Tamy Díaz Autora
No olviden comentar y votar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro