Capítulo n°33: "Estoy a salvo".
Aedus.
Aún sigo metido en un sueño de fantasías. Después de la propuesta de matrimonio decidimos abandonar la fiesta por los murmullos de los presentes, aunque eso es lo que menos importa.
─ ¿A dónde vamos, Aedus? ─ la curiosidad está matando a Willom y no es para menos.
─Ya lo veras. ─ respondo con una sonrisa cómplice manejando.
Prácticamente escapamos de la furia de Connor. Su sangre debe ser un volcán, ya que, el hijo lo hizo quedar en ridículo frente a todos. Y para esta hora ya debe ser la comidilla de la prensa.
Por primera vez me siento pleno, feliz, pero la chica a mi lado no parece encantarle la idea de casarnos.
─Esto...mmm...como decirlo. - se muerde sus uñas. ─ ¿El compromiso es real o solamente fue para quitarle poder sobre ti, a tu padre?
─Las dos cosas.
Suelto sin pensarlo porque es la verdad.
─Pero no le pediste mi mano a mis padres. ─ dice poniéndose de costado para mirarme y se muerde el interior de su mejilla, signo de nerviosismo por lo que dirá. ─ Pensé que era una farsa para convencerlo de que no puede mandar en tu vida, Aedus.
Y nunca lo hará.
─En un principio sí, pero cambié de opinión cuando vi tus lágrimas o estabas fingiendo porque de ser así, eres una buena actriz.
Ríe dándome un suave golpe en el hombro.
─Me lo imagine de una forma totalmente diferente, sabes.
─ ¿Cómo? Cuéntamelo.
Willom relata su soñada boda en una playa, su padre llevándola por un sendero decorado de flores y un arco de globos, mientras el viento juega con su pelo; las damas de honor llevarían vestido lila y yo en un traje color blanco para hacer juego con su atuendo. No fui nada romántico en comparación con lo que quería. Su emoción en cada palabra regocija mi alma de ternura, acaricio su rostro y ella entrelaza su mano con la mía observando el anillo en su dedo.
En media hora llegamos al sitio. No es de los de mi favorito porque tiene una trágica historia, pero es hora de desprenderse del pasado. Avanzar es lo mejor.
─La playa. - Willom baja y suspira entre risas. ─ Olvide tu amor por el agua.
─Tu sabes lo que me gusta, aunque yo se poco de ti.
─ ¿A qué viene eso? ─ pregunta seria.
─Que conozco tus pasatiempos favoritos.
─Aparte de ti, la pintura.
Si no estuviera oscuro apostaría a que sus mejillas tienen un poco de color, más del habitual. Pero no llego a comprobar mi teoría.
Saco del auto una manta, una botella de vino y chocolates.
─Sabes improvisar muy bien, Aedus Lennox. ─ suelta arrebatándome la caja de chocolates, sin embargo, logro esquivarla y adelantarme.
─Apúrate o te perderás.
Comencé a descender por la escalinata de piedras, Willom encendió la linterna de su celular para alumbrar mejor. Había olvidado por completo como se veía.
El ruido de las olas, la desolación y la noche iluminada por las estrellas hacían el cuadro perfecto para detenerse a pensar. Amaba venir a disfrutar la calma, fue la misma que se transformó en una dolorosa pesadilla. Ni siquiera me di cuenta cuando acabo.
─Aedus.
Voltee buscándola. Sus pies se hundían en la arena dificultándole avanzar, retrocedí para ayudarla. Tenerla conmigo, verla sonreír le dieron motivos suficientes a mi corazón para creer.
Extendí la manta en la arena para sentarnos uno cerca del otro. Willom apago la luz porque no la necesitábamos, ya que, la luna hacia su papel. Iluminar.
─No es muy tarde para estar sentados en medio de la playa sin nadie a nuestro alrededor, Aedus.
─ ¿Tienes miedo?
─No. ─ lo pensó un minuto. ─ Me retrató si tengo un poco de miedo.
Solté una carcajada, pero no le hizo gracia. Puse mi mano en su espalda y acercándome bese su mejilla para tranquilizarla. Olía su aroma tan delicado como su sonrisa y procedí a desenvolver los chocolates.
─Willom no nos quedaremos mucho ¿sí? Hace bastante...digamos que años de no venir precisamente a esta playa. La consideraba mi favorita... ─ hago una pausa para comer la mitad del chocolate y dársela, la otra mitad en su boca.
─Mmmm delicioso. ─ su sonrisa es la expresión más sincera en una persona.
La calma nos envolvía, el velo de la noche nos arropaba y su compañía hace acelerar mi ritmo cardíaco, aunque lo que contare será un golpe doloroso, pero la tengo a ella para sostenerme.
─Continua con lo que ibas a decirme. ─ pide devorándose otro chocolate.
Se chupa los dedos y saborea el chocolate.
─ ¿Qué?
─Te ves apetecible. ─ se tensa mirando en ambas direcciones.
─Ni se te ocurra pensar que tendremos sexo aquí. No he olvidado las fotos, Aedus.
─Aunque quisiera no es esa mi intención.
Acaricio su mejilla y ella se aparta el cabello revuelto por la suave brisa que ha empezado a correr. Conecto con sus ojos atrayéndola para besarla.
Los cierra esperando el impacto. Colocando mi mano al lado de su oreja y la otra, apoyada en su muslo abro mis labios para sentir su sabor. Sabe a un exquisito chocolate mezclado con vino dulce, muevo mi lengua por su paladar, Willom se pega a mi buscando profundidad. Impulsándome hacia atrás, yo quedo acostado y ella se sube sin cortar el beso.
Si continuamos besándonos como si quisiéramos comernos las almas acabaremos por desnudarnos. El calor ya consume cada extremidad de mi cuerpo y supongo, también a Willom porque busca fricción restregándose contra mi erección, mis pantalones aprietan viéndome en la obligación de detenerla.
─ ¿Willom? - hablo pegada a su boca. ─ Willom sino te detienes cometeremos la misma locura en la playa de Whthby y seguro Connor mando a seguirnos.
Hablo conteniendo la respiración. Ella se aparta emitiendo un gruñido.
─Solo no quiero aparecer mañana en las portadas de todos los diarios de Londres, por eso lo hago.
Y me quedo claro.
Me reincorporo algo acalorado y con el bulto palpitante contra la tela doliéndome hasta el alma. Willom se arregla su vestido, bebe un trago y no puede ocultar su frustración.
─Te contare el motivo por el que te traje precisamente a esta playa. ─ cruzando sus piernas se pena a mí para recostarse en mi hombro. ─Aiden y yo hemos encontrado por casualidad este lugar, apartado del ruido de la ciudad y era el sitio perfecto para nadar. ─ sus orbes cafés se oscurecían por su propia sombra. ─ A mis 12 años invite a papá porque tendríamos una competencia de natación también para que conociera mis lugares preferidos, pero nunca vino. Alvin lo remplazo y perdí la competencia, Aiden, el abuelo y mi hermano fueron los únicos aplaudiéndome aun cuando yo no tenía ánimos ni de sonreír.
>Todos los años regresábamos con Aiden ─ miraba el reflejo de la luna sobre el agua, ya que me resultaba imposible mirarla, sin embargo, sentía su atención puesta en mis palabras. ─ Lo que más me dolió fue el desinterés de mi padre, pero ese no fue el peor dolor experimentado en mi vida. Ella apareció un día cualquiera robándome la sonrisa incluso arrebatándome la alegría. ─ trague grueso y sujete su mano para no darme por vencido. Necesitaba sacar lo que guardaba en mi alma con tanto rencor. ─ Al principio, nos hicimos amigos inseparables. Aiden sentía celos de ella y...Justin se unió a nuestro grupo con una sínica excusa, quería ser nuestro amigo. Todo iba bien, sin embargo, Alvin desconfiaba de ella decía que era falsa, mentirosa e insinuó su traición con Justin, aunque jamás lo creí. ─ dejo ir una risa sin ganas.
Ironías de la vida.
─Por eso es tu conflicto con Justin, por esa chica.
─Si, nunca pude perdonarlos.
─ ¿Cómo se llama?
Su mentón se apoyaba sobre mi brazo mirándome con ternura y dolor.
─Algún día te lo diré. ─ dije. ─ Exactamente no sé cuándo empezó su relación para destruirme, pero si sus muestras de cariño me dieron pie para sospechar y como siempre yo creí sus mentiras porque estaba enamorado por primera vez. Volaba en las nubes si tomaba su mano, sonreía demasiado bien para ocultar su engaño y aterrice de golpe un día, en las vacaciones antes de regresar a la universidad fuimos una semana a la casa del abuelo en Liverpool. Ella se veía nerviosa, inquieta, algo le preocupaba y no quería decirlo. Una noche fue suficiente para escuchar y ver su traición, Justin llego de improviso, claro que era rarísimo su presencia porque lucia enojado, furioso y el mismo nivel de nerviosismo de su cómplice.
El aire parecía faltarme, por lo que, nuevamente hice una breve pausa.
─Alvin llamo no sé cuántas veces alterado por no saber de mí. Me pidió regresar o que le diera la ubicación para ir a rescatarme. No comprendía sus palabras a medias y no tuvo otro remedio que decirme lo que había descubierto. Justin se quedó con nosotros con la excusa de su llanta ponchada y mi confianza ciega me jugo en contra. Ella había vertido en mi vaso una sustancia, yo fingí bebérmelo porque tiré el contenido de mi vaso volviéndolo a llenar; aun con la confirmación de mi hermano me negaba a creer. Entonces, esa noche desperté y ella no se encontraba en mi cama. El silencio de la estancia espeluzaba el cuerpo al ir por un vaso de agua, pero me mentía a mí mismo. Los gritos confirmaron lo que temía.
>Pasé días enteros y noches preguntándome ¿Por qué fui su experimento más cruel? Quizás el amor que yo sentía por ella le daba cierta tranquilidad de no tener dudas, pero ate los cabos rápidamente cuando los oí pelear como una pareja. Peleaba conmigo sin justificación y yo creyendo estar viviendo el mejor cuento de hadas, descubrir que Alvin tenía razón abrió una profunda herida en mi pecho...
─Puedes detenerte, Aedus... ─ sus hermosas lumbreras se empañaron al igual que los míos, curvo su labio en una tierna sonrisa y a la vez triste. ─Las personas malas no tienen escrúpulos harán daño, aunque sepan que no está bien y no es tu culpa.
─La culpa es un síntoma del dolor. Ojalá en ese tiempo lo hubiera entendido... ─ mi pecho duele, no tanto como esa vez. El recuerdo es doloroso. ─ sentía el mundo encima de mí, me derrumbe en cuestión de segundos y tarde en levantarme. Mamá ya no sabía cómo sacarme de la depresión, Alvin y Aiden me obligaban a ir con ellos a donde fuera sobre todo...después de...
─No me imagino tu dolor, cariño.
Sus manos fueron abrazando a mi cintura mientras yo la envolvía con los míos, fundiéndonos en un abrazo. En mi garganta se atoro un nudo, el cual no podía soltar porque estaba desbloqueando recuerdos de años haciéndome daño y me negaba a repasar en mi mente lo sucedido debido al dolor desgarrador matándome.
─Connor al saber lo ocurrido cargo toda la culpa en mis hombros cuando ya no podía más orillándome al precipicio ─ su cuerpo se pone tenso imaginándose lo peor. ─ Alvin impidió que cometiera una locura llevándome con mi abuelo y así mantenerme lejos de mi padre. A él lo único que le interesaba eran los lazos con la familia de esa chica para ser poderoso, pero arruine sus planes como siempre.
Sorbía la nariz secando el rastro del agua en mis mejillas. Willom se irguió y con su tacto caliente busco mi rostro fijando su mirada en mí, pegue mi frente a la suya sintiéndome totalmente desprendido de un secreto que ya no tiene por qué seguir arruinándome la vida.
─Ellos se pierden ser parte de tu vida. Y debemos aceptar que no todos sienten lo mismo, aunque no es justificable el daño cuando saben cómo cambiar para no seguir lastimando. No lo harán, nunca.
Asentí besando sus carnosos labios y envolviendo uno de mis dedos en su cabello revuelto por la ventisca.
─Al reclamarle a Justin su traición, él se río en mi cara por ser tan tonto al creer en ella y pensé estar viviendo la mejor experiencia de amor. Jamás espere su perdón, pero sí que tuviera dignidad porque ellos hablaban de un viaje. Ella pretendía abandonarme y Justin no aceptaba que se fuera sin él. Todo estaba fríamente calculado, pero no contaba con que su plan fallara. Entré y se paralizaron, la chica se hizo a un lado y yo encaré al que decía ser mi mejor amigo; su desprecio se notaba en cada una de sus palabras, aunque sufría por ella. Al discutir él saco un arma y disparo...vi como su cuerpo se desplomaba en la puerta bañada en sangre.
>Justin huyo como un verdadero cobarde. Yo en shock no podía ayudarla fue entonces..., llegaron Alvin y Aiden, ellos llamaron a la ambulancia y como siempre mi padre se encargó de la prensa. Nunca tuve el valor suficiente para saber de ella tampoco me busco. Mi corazón mantenía una esperanza nula de escuchar "perdón no quise lastimarte" cosa que no sucedió. Ella desapareció y yo continúe mi vida con mucha amargura, dolor, resentimiento de haber dejado entrar a dos personas ruines en mi vida.
─ ¿Este lugar te recuerda a ella? ─ pregunto en un sollozo.
─Si porque aquí tropecé con ella o fue premeditado...no lo sé. Sin embargo, hoy va a ser mi lugar preferido por ti ─ sus labios se van curvando poco a poco en una hermosa sonrisa igual a su mirada brillosa que tanto me encanta en Willom. ─ A partir de ahora será nuestro lugar favorito, cambie el dolor por una nueva oportunidad que no busque y apareció sola.
─Dejar ir aquello que no nos hace bien es lo mejor. Soltar la carga alivia el andar y es un nuevo comienzo. Gracias por compartir tu pasado conmigo.
─Gracias a ti por llegar.
Colocándose con ambas piernas sobre mi regazo inicia un beso al que no puedo resistirme. Su boca consumía la mía, apretaba sus nalgas y un gemido escapo de sus labios. Tiraba de mi cabello hacia atrás mordiendo. Su fuego abrazador me calentaba, cosa que me hacían endurecer debajo de ella y si no paraba acabaríamos desnudos una vez más.
Willom subió mis manos a sus pechos para tocarlos. Me gustaba su lado perverso cuando quería algo, los apretaba y su espalda se curvaba pretendiendo otra cosa. En la misma posición ella llevo sus manos a mi pantalón, masajea encima de la tela mientras mordía sus espectaculares tetas.
Su excitación la volvían atrevida y eso me volvía loco. Su tacto caliente sobre mi piel erizaba cada vello ansioso por sentirla.
─ ¿En serio quieres aquí? - quise saber porque ya no había dudas en su mirar.
─Otra vez.
Dejo en libertad mi miembro palpitante y ella lo guio a su entrada mojada, refalosa, introduciéndose poco a poco. Por el reflejo de la luna veía sus gestos de puro placer cerrando sus ojos y comenzando a moverse.
Besaba sus labios con una ferocidad ansiosa. Mis manos se deslizaban por su cuerpo cubierto por tela mientras rebotando encima mío. El sudor perlaba su frente y a mí, todo el cuerpo. Su vagina apretaba mi pene, sus paredes se contraían y una sensación de satisfacción se arremolinaba en mi zona baja.
Willom estaba a nada de encontrar la liberación yo también por eso aferre mis manos a sus caderas para aumentar el ritmo de sus movimientos. Segundos más tardes acabamos los dos bañados en sudor y sintiéndonos plenos por querernos.
─Definitivamente si será mi sitio favorito.
Le hago saber con la respiración a mil. Cambie mis viejos recuerdos por nuevos porque con ella estoy a salvo.
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