Capítulo n°25: "Lo que está empezando".
Willom.
Estoy segura que nunca vi unos orbes tan lindos en mi vida. Estaba claro que su heterocromía era su mejor dote para conquistar porque son únicos e irresistible.
Tanto que me obsesione con él hasta tenerlo en mis brazos.
Uno verde como zafiro y uno azul como el mar, detallo sus ojos tampoco podía resistirme a semejante tentación, sus labios que no dejaban de besarme impedían que me concentrara en otra cosa que no sea su cuerpo.
-Aedus... - intentaba quitármelo de encima, pero es fuerte y sujetaba mis manos para que no le estorbara - Aedus quiero ir a comer ¿sí?
El muy sínico sonría contra mi piel desnuda que no se cansaba de besarla cuando ya la había saboreado. Sin embargo, hablaba en serio.
-Puedes comerme a mi otra vez, si quieres - apoyado con ambas manos en la cama levanto el mentón para mirarme directamente a los ojos - Disfrutaremos los días que nos quedan aquí.
-Pensé que ya ibas a regresar - dije. Su padre y la empresa también son un tema sensible, acomodándose a mi lado suspiró - Debes tener mucho trabajo atrasado en la empresa.
-Eso no me importa. Ojalá esto le sirva de escarmiento a mi padre para que así me dejara en paz.
- ¿Tan mal te llevas con él? - pregunte sin miedo a que se enojara.
-No tienes idea la persona de mierda que resulto ser - masculla con voz arisca cargada de mal humor - Solo de pensar todo lo que sufrió mi madre a su lado me dan ganas de tirarlo por un precipicio.
Claramente no entendía porque hablaba de ese modo, pero me daba una idea que algo grave debió suceder para que se exprese de esa forma. Por primera vez dejaba ver esa rabia contenida en palabras y no siendo la muralla China difícil de escalar.
-Aedus, aunque no tengo conocimiento de lo que sucedió es tu padre, todos cometemos errores, pero saber reconocer que se equivocó será clave para perdonarlo ¿Piensas igual?
Niega frenéticamente mientras busca su bóxer para ponerse. Evidentemente mi tacto para tratar el tema lo altero, Aedus es una bomba explosiva. Ojalá con el tiempo se calme porque ese rencor acumulado lo hará cometer una locura.
- ¿Por qué te vas? - no pregunto directamente le grito, ya que, se enojó yéndose a bañar.
Lo seguí hasta el baño con propósito de que me escuchara, pero esas no eran sus intenciones.
La alcachofa la dejo abierta, el repiqueteo del agua en el piso se oía y detrás de la mampara no había señales de él. Girando sobre el piso resbaloso vi cuando soltó la puerta para dejarse ver.
Esa sonrisa lasciva de costado lo delataba. Con apresuradas zancadas me alzo en volantas para meternos en el agua y otra sección privada de sexo comenzaría.
++++++++++++++++++
Aedus.
Esta chica de piel chocolate claro me hacía sentir como un niño. Jamás imagine estar perdiendo el miedo con alguien, menos con ella que apareció de la nada.
Aunque todavía me sigue intrigando una cosa ¿Qué hacia ese día en la conferencia? ¿Sino era una reportera a que fue?
Por el momento me conformare el tenerla a mi lado, pero espero obtener esa respuesta de sus labios muy pronto.
Apresurado movía mis pies al baño cuando grito. Ya no quería seguir hablando de mi padre, es un tema que no se dominar al enojarme, pero es la primera vez que hablo de él y justamente ese alguien no es Aiden.
- ¿Por qué te vas? - escucho su voz a lo lejos.
Abrí la alcachofa dejando correr el agua. Escondiéndome detrás de la puerta vi a Willom buscarme por el amplio espacio del baño. Revisaba la mampara de vidrio y al ver que no me encontraba giro sobre su eje.
Solté de golpe la puerta para cerrarla. Es increíble que aun habiéndola hecho mía hace unos instantes todavía siga deseoso de ella y aprovechare al máximo estos días junto a ella.
Alzándola en volantas hice que se aferrara a mi cintura con sus piernas para dejar que el agua nos empape. No podía dejar de mirarla y ella tampoco. Disfrutábamos de nuestra burbuja pretendiendo que no se rompiera, pero eso sería imposible cuando tienes obligaciones que te esperan.
Sin embargo, ella y yo deseábamos lo mismo. Comernos con la mirada, a besos y sentirnos completos por un breve momento.
Porque eso es la vida, saborear los momentos que no se vuelve a manifestar, mucho menos si se trata de la persona que empieza a poner tu mundo patas para arriba.
Cierra sus ojos al sentir las gotas descender por su cuerpo. Delineo la curvatura de sus hombros con el pulgar, sus ojos se dilatan con un simple toque volviéndose ardiente, ansiosa y por instinto muerdo mi labio inferior.
-Aedus...
Susurra, pero la callo poniendo mi dedo índice entre sus deliciosos labios. Entrecierra sus ojos comenzando a respirar pausadamente, sé que muere por mis besos, yo tengo otra intención. Hacerla sufrir hasta que suplique.
- ¿Lo deseas tanto como yo, Willom? - interrogue seductoramente descendiendo mi dedo por la clavícula después a sus pechos - Dilo, ¿a que estas dispuesta jugar?
Tragaba en seco luchando con tener un autocontrol que poco a poco se va disipando cuando pellizco sus pezones. Jadea tan bajo sujetándose de mi abdomen para no flaquear.
-Quiero escucharte, Willom - volví a presionarla.
El agua no se detenía, su ansiedad aumentaba y su mano acariciaba mi piel con movimientos torpes.
-Mmmm - murmuro al sentir mi dedo abriéndose paso entre sus pliegues - Lo de...deseo tanto...como... tu...
Sonreí satisfecho con su respuesta. Estimulando su clítoris fui introduciendo un dedo luego otro, Willom ahogo un grito y aferrándose a mi mano siguió mis movimientos. Ataque su boca con voracidad.
Luchaba por no gemir, pero le era imposible. Movía mis dedos en círculos también de fuera hacia dentro tantas veces que no la deje alcanzar su orgasmo.
-Aedus... - sus ojos se abrieron al sentirse vacía - ¿Por qué te detienes? - pregunta con la respiración sumamente agitada.
-Quiero que te des la vuelta y te pegues a la pared - ordene guiándola como quería que se pusiera.
Apoyando sus manos en las frías baldosas, estruje sus pechos y pegándola más a mi erección ansioso por sentirla. Volví a acariciar su botón rosa arrancándole un gemido seguido de una nalgada que resonó en el interior.
Hice que empinara su cola irguiendo su espalda la penetre de una sola estocada.
-Ahhh... - fue lo único que salió de su boca.
Empecé a moverme a un ritmo lento haciéndola desesperar para que aumentara la velocidad, pero quería que ella lo pidiera.
- ¿Cómo lo quieres? - articule con voz jadeante - ¿Duro o lento?
-Duro...
Volví a moverme aumentando mis embestidas. Adentro afuera, una, dos, tres y tantas veces hasta que ella pronuncio mi nombre.
-Aedus... estoy a punto...
Penetrándola de forma frenética solamente se oían el choque de nuestros cuerpos y sus gemidos. Desvaciándome todo llego al éxtasis quedándome dentro de ella por unos segundos.
Esa calma que siente mi caos al tenerla a mi merced es única. Besando su cuello salgo de su interior y girándola quedamos frente a frente.
Intentamos recuperar el aliento así en la misma posición sin movernos. Creo que el paraíso no tiene comparación al sentirme tan completo al besarla.
Willom toma la iniciativa. Tomando el bote de shampoo, echa un poco en su mano y pasándoselo por su cabello comienza a lavárselo. Luego pasa al mío, aunque debe ponerse de puntillas.
Claramente ninguno de los dos es capaz de decir nada, pero lejos de incomodar es increíble la sensación de paz que transmite su sonrisa. Pasándome una esponja refriega cada parte, sin embargo, al llegar a mi miembro que volvió a estar erecto por su tacto se ruboriza.
-Es mi turno - anuncio quitándole la esponja.
Primero jabono su espalda deteniéndome para darle una especial atención a sus pechos de un tamaño normal, pero que me vuelven loco solo tocarlos. Continuo por la parte baja y ella no me deja terminar.
-Aedus así nunca saldremos de este baño - sonrió con malicia y Willom se pune seria - Ya no es un juego.
- ¿Qué no te gusto?
-Claro que me gusto, aunque no podemos pasarnos encerrados todo el día en una habitación de un hotel ¿sí?
-Obvio que sí. - esquivo su mano a tiempo - Oye solo bromeaba. Por supuesto quiero complacerte en todo - le di un guiño de ojo y entorno sus ojos.
- ¿Podemos ir a conocer el lugar?
-Está bien iremos después de recuperar energías.
Se le dificultaba ocultar su risa ya que mis insinuaciones le causaban gracia, pero Willom quería mantener la cordura o eso intentaba. Cosa que no le salía.
Luego de un eterno baño, donde, casi vuelvo a follarme a Willom decidimos pedir comida para ir a conocer el sitio ya bien alimentados. Tenerla cerca se me hacía imposible resistirme al deseo.
Con solo verla provocaba que mi corazón saltara en paracaídas hacia el precipicio, en verdad lo hacía, sin embargo, intentarlo es mejor que arrepentirse en un futuro.
Sé que no soy la mejor persona. He tenido y aun los tengo, muchos problemas. En principal conmigo mismo.
Al conocer la traición de Justin mi mundo se volvió difuso, se hizo añicos un órgano llamado corazón también perdí la confianza en cualquier persona extraña. Me ha costado mucho recuperarme todavía sigue siendo difícil olvidar porque el pasado es una deuda sin saldar.
-Ey chico distraído ¿a dónde estás viajando sin mí? - su voz dulce pincha mis pensamientos trayéndome de nuevo a esta habitación.
-Algún día iremos a marte, te lo prometo - suelta carcajadas por mi respuesta - Hablo en serio. O qué tal si vamos a la luna, de paso nos deleitamos con las estrellas y el universo será testigo de nosotros.
- ¡Que poeta Aedus Lennox Taylor!
-Está bien buscare una compañera que si quiera ir a la luna - bromeo mordiendo mi Fish and chips - Esto es delicioso.
- ¿Tan como yo? - cuestiona con mirada maliciosa.
-No, nada es tan rico como tú - y otra vez aparece ese rubor que tiñe sus mejillas - Vamos o te juro que no saldremos más de aquí.
-Si es mejor, aunque volverte a comer no sería una mala idea.
Me estaba provocando y eso me ponía caliente, sin embargo, contuve las ganas encaminándome hacia la puerta.
-En verdad, Willom no sabes lo que estas pidiendo - insinué abriéndole la puerta cuando ella tomaba sus cosas sonriéndome al agacharse, el vestido se le sube y deja al descubierto sus nalgas.
Resoplé y di media vuelta caminando hacia el ascensor. Prácticamente Willom quería darme un paro cardiaco al mostrarse en esa posición. Tomados de la mano caminábamos hacia la playa.
- ¿Qué no iríamos a conocer la ciudad?
-Ahhh creo que es mejor quedarnos cerca - respondí con una sonrisa cómplice - Sino perderé toda clase de modales en un lugar público por tu vestido tan provocativo.
Abrió la boca deteniéndose y soltándose de mi mano. Se quedó sin palabras, aunque que respondiera con otra insinuación sí.
-Te recuerdo que sos mi novio no mi dueño, Aedus.
-Lo sé - solté una carcajada, ella me dio un pequeño golpe en mi pecho - No hablaba en serio, sin embargo, no me hare cargo si sucede algo.
- ¡Ya! ¿Desde cuándo te has convertido en un adicto a mi piel?
-Desde la primera vez que te tuve entre mis brazos - reconocí atrapándola entre ellos para besarla - Después...Hace tiempo que nada se sentía igual todo se había vuelto tan oscuro que...cuesta creer que es real.
Sus ojos estaban húmedos al parpadear se transformaron en una mirada cariñosa, comprensiva y a la vez dulce.
-Pues créetelo porque es real - su voz quebrada hizo que disfrutara de sus brazos alrededor de mi cintura.
Así pasamos unos minutos abrazados sin importar que el tiempo se escapaba de nuestras manos. El sol comenzaba a guardar sus rayos para el día siguiente, pero yo tenía mi sol que me alumbraría por estos días, aquí en Whitby".
Willom es lo más parecido al amor que alguna vez sentí, sin embargo, esa vez no cuenta porque me hicieron mierda. Además de que perdí la mejor amistad que tuve en mi vida también quedé navegando en una tormenta, que ya empieza a ver la luz.
- ¡Pastelito de chocolate!
Enrolle un rizo entre mis dedos, su cabeza recostada cerca de mi hombro y su aliento chocando contra mi piel es la mejor sensación que sintió mi corazón.
¡Que dure para siempre!
Pero eso solamente depende de los dos. Aunque tengo que poner de mi parte para no arruinar lo que está empezando.
Debíamos darnos prisa sino nos cogería la noche y dudo que bajo la oscura noche se vea algo. Pero dudo que Willom deje de insistir. Sus tácticas para convencerme siempre funcionaran mientras sea sincera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro