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Capítulo 96

POV CHRISTIAN

¿Cómo se le dice adiós al hombre que te acogió desde el momento en que te conoció? El hombre que nunca me juzgó, el hombre que siempre me entendió. El hombre que me dió un amor incondicional a pesar de no tener la misma sangre, a pesar de no ser hijo biológico de su hija, a pesar de ser un monstruo.

Que difícil es ésta situación, no estaba preparado para perderlo. No estaba preparado para decirte Adiós abuelo.

Una enorme tristeza es la que me embarga. Su ausencia será horrible. Extrañaré sus conversaciones, sus consejos, sus modos de hacer las cosas. Gracias a él pude acercarme a mi hijo, fue el quién me impulsó hacerlo. Él me animó a pedirle matrimonio a mi esposa. El tenía mucha confianza en mi. Confianza que yo no veía.

Ay abuelo no te imaginas cuánto te extranaré o tal vez si lo sabes en dondequiera que estés. Mi consuelo es saber que no padeciste, te enfermaste y falleciste, no estuviste días, semanas postrado en una cama sufriendo, no quedaste en estado vegetal. Supongo que no sufriste porque eras un hombre demasiado bueno.

Estamos reunidos la familia y algunos amigos de los Grey para decirle adiós a mi abuelo.

Mi madre está hablando pero su llanto no le permite dar su discurso. Ella inspira profundamente y trata de continuar.

— Theodore Trevelyan fue un excelente padre, suegro, abuelo y bisabuelo... Para él nunca existió la palabra imposible. Era dueño de un gran corazón... Él me enseñó que lo mejor del ser humano es él amor, la compasión y la bondad. Siempre fue un hombre desinteresado. Mi padre junto a mi madre fueron los mejores abuelos para mis hijos. —

Grace se calla por un momento pero continúa mientras yo trato de ahogar el llanto aferrándome en el pequeño cuerpo de mi hijo que está en mi regazo.

— Para mi es muy difícil decirle adiós, sabía que él partiría a reunirse con mi madre, pero no pensé que fuese tan pronto—

Siento la mano de mi esposa encima de la mía. Volteo mi cabeza para mirarla, a pesar de verse triste no deja de ser hermosa. Agradezco que ella esté conmigo, sin ella y mi hijo Teddy, no sé cómo lo hubiese hecho para sobrellevar éste horrible dolor.

— Papá, sé que de alguna forma estás aquí, yo sólo te pido que me perdones, te prometo que trataré de ser mejor ser humano... Te amo Theodore Trevelyan.

Teddy me mira y un acto de amor o inocencia – no sé– pero él seca una lágrima que rodaba por mi mejilla. Yo le doy un beso en su cabecita.

Mi madre se sienta al lado de mi padre quien lo abraza y besa su mejilla.

Es mi turno de decirle adiós a éste gran hombre. Sin soltar a mi hijo me pongo de pie. Quise escribir un discurso pero Ana me dijo que para despedir un ser querido no es necesario plasmar las palabras en una hoja de papel, que hay que dejar el corazón que hable y eso es lo que haré en estos momentos.

— Quiero agradecer a cada uno de ustedes por acompañarnos en estos momentos tan difíciles— digo e inspiro profundamente— cómo lo dijo mi madre, Theodore Trevelyan fue el mejor abuelo que mis hermanos y yo tuvimos — Observo a Elliot que llora en silencio mientras Kate lo consuela — el desde que llegamos a su vida nos acogió como sus verdaderos nietos, a él no le importó que fuéramos adoptados, siempre nos demostró amor a los tres por igual... Él era un hombre muy especial y sabio, siempre tenía la palabra correcta aunque no siempre le hicimos caso. Fue un abuelo consentidor, cómplice, amoroso. Yo sólo tengo palabras de agradecimiento con éste maravilloso hombre— Teddy rodea mi cuello con sus pequeños brazos— aunque me hubiera gustado que conozca a tu bisnieto o bisnieta que viene en camino, pero lamentablemente el destino no quiso... — Tengo un nudo en la garganta y una fuerte opresión en el pecho.— Fueron tanto los buenos momentos que vivimos juntos. Me hace muy feliz saber que fuiste feliz con mi hijo, que coincidentemente lleva tu mismo nombre Theodore.

— ¿Que quieres papi?— Responde mi hijo provocando una que otra sonrisa

— Nada cariño.

Sé que él no comprende todavía.

— Se te iluminaban los ojos cuando jugabas con mi niño, tu expresión de felicidad fue tan bonita cuando te dije que sería padre por segunda vez— una lágrima sin que pueda detenerla cae por mi mejilla— gracias abuelo... Gracias por tanto amor— añado con voz ahogada.

Los demás aplauden y yo regreso a mi asiento.

El reverendo empieza hablar nuevamente.

Hasta siempre abuelo Theodore... Mientras tenga memoria siempre estará en ella. Gracias por todo.

     ***

Después de los funerales hemos regresado a la casa de mi abuelo. Mientras recorro la casa los recuerdos invaden mi mente.

Estoy parado en su dormitorio. Se siente tan vacío.

— Estabas aquí... ¿Estás bien?— Es Grace

Inspiro profundamente.

— Me hará mucha falta— respondo acercándome a la mesita de noche y tomo un retrato de ella.

El retrato es una foto familiar, dónde está el abuelo junto a mi abuela. Mi abuela tiene a Mía en su regazo, y al lado del abuelo estoy yo y Elliot. Todavía éramos unos niños cuando nos hicieron ésta foto.

— Lo sé—

Mi madre se abraza a si misma. Ambos miramos el entorno

— ¿Que harás con ésta casa?— Dime qué no planeas echarla abajo.

— No lo sé, quiero esperar a la lectura de su testamento antes de tomar cualquier situación.

— Sólo dime qué no echarás ésta casa abajo... Él amaba ésta casa.

— Si lo sé, recuerda que nunca quiso irse a vivir conmigo cuando intenté llevarlo.

Dejo el retrato en dónde estaba.

— Pensé que tus amigas vendrían acompañarte— murmuro. No ví ninguna de las víboras.

Grace suelta un suspiro

— Hace unos meses atrás apareció Ashley y Janine reclamándome porque tú tomaste represalias y no quisiste hacer negocios con sus esposos... Me reclamaron que les arruinaste la vida.

—Yo no les arruiné la vida, fueron ellas con sus actos, arrogancia y prepotencia.

— Eso les dije cuando Ashley me gritó que su esposo lo había dejado.

— No hablemos de cosas desagradables— le digo

— Tu quisiste saber— se queja— salgamos de aquí... Ana, Mía y Olivia están terminando la cena.

Salimos de la habitación de mi abuelo y regresamos al salón.

Observo a Ted jugando con Ray y Carrick.

      ***

Ya ha pasado una semana desde el fallecimiento de mi abuelo... Por mi esposa y mis hijos he continuado con mi vida y mi trabajo aún así la tristeza me sigue acompañando. Ana me dice que es demasiado pronto todavía para que el dolor se vaya.

Ahora hemos regresado a casa del abuelo porque mi padre – como abogado de mi abuelo– dará lectura al testamento.

— ¿A quien esperamos?— Pregunta Elliot

Estamos en el estudio del abuelo.

— Estamos esperando a Olivia— responde mi madre.

Olivia está viviendo con Ray desde que murió el abuelo.

— ¿Les avisaron la hora exacta?— Añade Mía.

— Si.

Un golpecito se escucha en la puerta.

— Pase — dice mi padre.

La puerta se abre y aparece Olivia.

— Buenos días a todos— nos dice.

— Buenos días.

Tras los saludos mi padre se dispone a leer el testamento de Theodore Trevelyan.

— Yo Theodore Trevelyan, con residencia en Montesano y en pleno uso de mis facultades mentales reparto mis bienes materiales en la siguiente forma: A mi hija Grace Trevelyan, le heredo las joyas que algunas vez pertenecieron a mi madre y luego a mi esposa.

— Ay papá— exclama mi madre.

— A mi nieto Elliot, le heredo mi reloj de oro, y tres par de gemelos de oro.

— Gracias abuelo— Susurra Elliot con voz ahogada.

— A mi nieta Mía le heredo el recetario de su abuela, Los aretes favorito de tu abuela y un collar que te compré hace mucho tiempo y nunca te lo entregué.

— Ay abuelito— dice Mía limpiando sus lágrimas.

— A mi nieto Christian... ¿Que puedo heredarte si lo tienes todo? A ti puedo heredarte las alianza de bodas que usamos tú abuela y yo durante años y el anillo de compromiso que le regalé a tu abuela... Esas tres cosas siempre fueron mis bienes más valioso... No sólo por su costo si no por su significado. Esos anillos representan el amor incondicional y verdadero que sentimos tu abuela y yo... Ahora te lo dejo a ti como símbolo del amor... Sé que tú y tu esposa Anastasia serán tan felices como lo fui yo junto a mi amada esposa.

No digo nada, la emoción es muy grande.

Trataré de seguir todos tus consejos abuelos. Gracias.

— A mi bisnieto Theodore— continúa mi padre — le dejo una cuenta bancaria y mi instrumento favorito... Un viejo piano de cola.

— Él pensó en todo— dice mi madre

Ted está con Ana en casa de Ray.

— Y finalmente le heredo mi casa a Olivia, ella más que la mujer que me cuidó fue mi amiga... Gracias por tu compañía querida amiga Olivia.

— ¿Quiere decir que soy la dueña de esta casa?— Susurra Olivia conmocionada

— Así es... El abuelo te lo heredó a tí— le responde mi padre.

— No... Yo no puedo aceptarlo... Es demasiado.

— Olivia acéptalo... Tómalo como un regalo de parte de mi padre— añade Grace.

— Pero...

— Nada de peros Olivia... Ésta casa es tuya— espeta Elliot.

— Por favor acepta— le ruego

— No sé que decir— Susurra emocionada

— No digas nada y ven a vivir... Así te puedo visitar— Murmura Mía.

Fuiste muy sabio Theodore Trevelyan. Tu legado de amor seguirá en nosotros.


Cómo sabrán algunas lectoras, hace poco que también estoy en Booknet, por si les interesa estoy como L– G. Ahí estoy publicando Inocencia Robada (versión original) y ahora les presento a su protagonista: Christopher Ross.

  

   

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