Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 93

        POV ANASTASIA

Quiero hacer algo contigo, pero necesito tú consentimo— dice mi marido deteniéndose y dejando ansiosa ¿Por qué se ha detenido?

— ¿Que quieres hacer conmigo?— Le pregunto ansiosa. Tengo la sangre caliente en las venas.

— ¿Confía en mí? — Obviamente que lo hago si estoy confiandole mi vida, mi futuro y mi felicidad.

— Por supuesto y lo sabes— afirmo con pasión.

Se aparta de mi y toma su corbata gris.

¿Que va hacer? Lo miro con curiosidad.

— Buena chica— añade sonriente— esto es para darte placer, no quiero que te asustes— dice de pronto.

— No entiendo ¿Que quieres hacer?— Siento curiosidad.

—Junta las manos por delante por favor—me ordena.

Estoy sentada en la orilla de la cama, completamente desnuda.

Hago lo que me ha pedido.

Mi marido me rodea las muñecas con la corbata y hace un nudo
apretado.

¿Y ahora que?

Me tiende sobre la cama, se tumba a mi lado y me levanta las manos por
encima de la cabeza.

—Deja las manos así. No las muevas. ¿Entendido?

— Vale.

— No te imaginas cuánto te amo— añade y me mira con sus ojos abrasadores.

La intensidad con la que me mira me deja sin aliento. Amo a éste
hombre y daría la vida por él.

— Yo te amo tanto...Tanto.

Me da un beso fugaz.

—Vamos a ver, ¿qué te voy a hacer? —me susurra con voz ronca.

— Demuéstrame cuanto me deseas—

— Claro que lo haré. —Sonríe lentamente; sus labios se curvan en una sonrisa sensual llena de una
promesa lasciva.

— No te muevas.

Me agarra de la barbilla y me la levanta, lo que le da acceso a mi cuello.

Pasa su lengua por mi cuello, el lóbulo de la oreja.

Joder, estoy ardiente de deseo por mi marido.

Baja por mis pechos, mordisqueando y chupando mis pezones, provocándome,  excitándome. Mis pezones se endurecen y se dilatan por su hábil contacto.

¡Oh Christian, lo que me haces!

— Mami— ¡mierda! Ted me arranca abruptamente de mis recuerdos de lo que fue mi luna de miel.

Inevitablemente me sonrojo.

— ¿Que quieres mi amor?

— ¿Papi?

Ted, se ha convertido en un niño de papá éstos últimos cinco meses.

No puedo creer que ya esté casada cinco meses con Christian. Todo ha Sido como un sueño... Un casi perfecto, excepto mi relación con mi suegra... Sigue siendo fría y distante.

— Papi está trabajando pero no tarda en llegar— le digo

Estamos en la sala de televisión, Ted está coloreando un libro y yo estoy leyendo un libro.

Trato de volver a mi lectura, sin éxito, claro... Y veo que Ted se relame los labios.

—Dico pastel...— Murmura mientras ilumina una tarta sobre el papel. — Mi hermanito quiere pastel— señala mi vientre de seis meses de embarazo.

Le pongo atención y lo veo iluminar con detalle una tarta, le da color con crayones cafés y rojos y eso me da una idea para complacer el antojo de mi pequeño y de paso distraerme yo por mis lascivos pensamientos.

—Ted...

—¿Mami?

—¿Me ayudas a hacer un pastel como el de tu libro para cuando vuelva papá?

—¡Si!— chilla emocionado y salta del sillón hacia la cocina.

Me levanto y voy tras él para divertirnos un poco y sorprender a mi esposo. Sé que le fascina el chocolate.

Al entrar a la cocina saca del enorme cajón donde ve que Gail guarda los recetarios un libro de pasteles y orgullosa lo recibo al ver lo inteligente que es mi pequeño.

— Señora Grey ¿Puedo ayudarla?—

— Gail— la reprendo

— Lo siento, Ana ¿Puedo ayudarte en algo?— Me sonrie

Le he pedido en innumerables veces que no me diga señora Grey,  pero ella dice que no se siente cómoda llamándome Ana, además de mi sexy maridito no le gusta, así que quedamos de acuerdo que cuando estemos a solas me llamará Ana y delante de Christian seré la señora Grey.

— Ted y yo haremos un pastel.

Busco en el libro sobre un pastel y afortunadamente encuentro uno como el que coloreaba Ted en su libro de iluminar.

— Si quiere yo lo hago.

— No te preocupes Gail, yo quiero hacerlo.

— Está bien... Iré al supermercado por algunas cosas ¿Quiere que le traiga algo?— Aquí hay de todo.

— No se preocupe.

— Vale... No tardaré.

— Tómate tu tiempo Gail, no hay prisa.

Gail sale de la cocina y yo me concentro en mi hijo.

—¿Qué te parece este pastel, Teddy?

—Dico, mami... Como el de mi libo— señala emocionado y es obvio que este es la única opción para mí pequeño tirano.

Reviso en la nevera que tengamos los ingredientes y voy acomodando todo en la encimera ante la atenta mirada de mi niño.  Me asomo al libro y Ted me señala con seriedad cada cosa que muestran las imágenes y yo se las muestro para que vea que nos saldrá como el de las fotos del libro. Él me sonríe complacido y comienzo a prepararlo.

Mientras derrito el chocolate para la cubierta del pastel mi niño sonríe y se grita su tripa. También mi bebé se mueve y hace que se me antoje, así que reservo un poco en un recipiente para poder comerlo acompañado de frutas.

Cuando ya está listo para hornear, mi pequeño chef sonríe y me ayuda a darle el toque final antes de meterlo al horno.

Esperamos mientras comemos fresas cubiertas con chocolate y dejamos que corra el cronometro. Ted me señala las fresas de las ilustraciones y quiere que reserve unas cuantas para el pastel, le hago caso porque es una excelente idea, y tras el tiempo de cocción y ver qué el bizcocho está listo, lo saco del horno para dejarlo enfriar.

Teddy va a buscar su libro y mientras termina de colorear, le ayudo a iluminar los dibujos de “Minnie Mouse” horneado pasteles y Ted me hace que los dibuje todos de color café.

—De chocolate, mami... Para mí papi— me dice risueño.

—Si, cariño, serán también para papi.

Seguimos iluminando hasta que me aparto para sersiorarme de que el bizcocho está listo para decorar. Veo que Ted se ha quedado dormido en el sofá y tras acomodarlo correctamente para que descanse cómodamente, vuelvo a decorar el pastel tal y como él quería.

Tras cuarenta minutos, está listo el pastel.

Lo rellené de fresas y crema de nata, y la cobertura es completamente de chocolate, con más fresas y nata. Al ver que está listo y deseosa de dormir junto a mi niño, lo llevo a la sala de televisión y nos acomodamos en uno de los mullidos sillones.

—Despierta, amor... Ya estoy en casa— escucho a la vez que siento un suave beso en mi frente y una tierna caricia en mi rostro.

Abro los ojos y veo a mi esposo.

—Hola, cariño, no te escuché llegar. ¿Qué tal tu día?

—Estupendo, ahora que ya estoy con ustedes, amor. ¿Y el de ustedes?

—También fue un buen día— le respondo mientras miramos a Ted despertar.

Al mirar a su padre le sonríe y lo abraza.

—Mami y yo hicimos pastel— dice pero se detiene de pronto Ted.

—Vamos a comer entonces, que ya quiero probarlo— le digo y lo llevó a la cocina.

Después de la comida Ted parece preocupado y triste, hasta que ve a Gail– quién ya ha regresado de sus compras– sacar del refrigerador un precioso pastel como el que vio en la revista.

Me mira emocionado y solo le guiño un ojo.

—Lo decoró Ted con mucho cariño para tí, Christian. Sabe que te encanta el chocolate— miento y mi esposo se da cuenta pero me sigue el juego al ver la enorme sonrisa de nuestro hijo.

—¿De verdad, campeón?

—Si, papi— le dice mi pequeño feliz.

—Me encanta, Ted. Gracias— le da un tierno beso a su hijo y lo abraza.

Tras su hermoso abrazo, Ted se aparta de su padre y se acerca a mi y me abraza con el mismo amor que a su papá.

—Dacias, mami. Te quedó muy rico y como él que dibujé.

—No me agradezcas, cariño— le devuelvo el abrazo y nos volvemos a acomodar para comer pastel.

    ***

Ya hemos comido pastel, Gail está preparando la cena, Christian está jugando con Teddy y yo acaricio mi vientre.

Todavía no sabemos si es niño o niña, no se ha dejado ver, confío que en mi próxima cita se deje ver.

De repente se escucha I Believe in You de IL Divo... Yo misma le puse esa canción como tono, pero suena solo cuando lo llama su familia.

Christian se sienta en el suelo y toma el celular de la mesita de noche.

— Elliot— dice y escucha lo que su hermano le dice — ¡¿Que has dicho?!— Grita asustado y se levanta inmediatamente del suelo.

— ¿Que ocurre?— Pregunto

— Iré de inmediato ¿Están en el hospital de Montesano?— ¿Hospital?¿Montesano?

— ¿Que está ocurriendo Christian?— mi voz suena más fuerte de lo que pretendía.

— Es el abuelo... Le ha dado un infarto— ¡¿Que?! Pero si el fin de semana cuando lo fuimos a ver estaba bien.

Christian cuelga

— Nena debo ir a Montesano, mi abuelo está en el hospital.— Dice preocupado.

— Iré contigo— me levanto del sillón.

— No es necesario.

— Si lo es, y no me detendrás — desde ya te lo advierto Christian

— No Ana, no irás.

— Claro que sí.

Iré si o si.



     

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro