POV KATE

— ¡Papá, ¿Ya viste la mierda que publicó Hyde?!— Estoy furiosa, y estaré peor si me entero que mi padre sabía y estuvo de acuerdo con esto.

Le tiendo el periódico a mi padre.

— ¿Que esto?— Me pregunta sorprendido al ver el título y la imagen.

LA VERDADERA FUTURA SEÑORA GREY.

Con enormes letras en el título y una foto de Anastasia subiendo en unos de los Audi de Christian.

— Dime qué tú no sabía nada de esto— por favor papá, estaré muy decepcionada de ti.

— Por supuesto que no— afirma y me siento más aliviada — esto no traerá muchos problemas con Christian.

— Ya lo creo... Ahí están difamando a Anastasia... Por Dios, dicen que bailaba en un club nocturno, que no sabe quién es el padre de su hijo, y que embauco a Christian. Todo esto son sólo calumnias... Yo sé perfectamente que mienten.

No quiero ni imaginar cómo se sentirá Ana, cuando lea ésta mierda.

— ¿Quien escribió esto?

— No lo sé, pero es obvio que Hyde está detrás de esto— le dije que debía despedir a ese idiota.

Su celular empieza vibrar. Él lo toma de la mesita del café.

— Es Christian Grey— me dice al ver el identificador— ¿Que le digo?

— No sé, la culpa es tuya por no escucharme... Obviamente que Christian no dejará pasar esto.

— Necesito tu ayuda no tus recriminaciones — espeta.

— Contéstale.

Él contesta la llamada.

— Buenos días Christian— dice tímidamente.

Christian es capaz de dejarlo en la ruina con tal de hacerle pagar el daño que le han hecho a Ana

Eamon pone el celular en alta voz.

— ¿"Buenos días" Eamon?— Grey está furioso y no lo culpo — ¿Me estás jodiendo?

— No.

— ¿Sé puede saber que significa esa mierda que ha publicado tu periodico?

— Yo acabo de enterarme— mi padre está asustado.

— ¡¿Que?! !¿Me estás diciendo que tú no sabes que se publica en tu maldito periódico?!— Mierda, está gritando.

— Aunque no me crea, no estoy pendiente que se publica y que no, para eso tengo gente capacitada para que haga su trabajo.— Eamon alza la voz

— ¿Gente capacitada? ¡Capacitada para mentir, pero esto no se quedará así... No veremos las caras en la corte!—

Ante que Eamon diga una estupidez y haga que perdamos el Seattle Time, le arrebato su celular.

— Hola Christian, te habla Katherine Kavanagh, quiero que sepas que mi padre no es responsable de la publicación, él sólo confío la edición del Seattle Time a un imbécil y ahora no ha metido en problemas.

— ¿Pretende que te crea? No me quieras ver la cara... Pagarán lo que han hecho.

— Entiendo tu rabia, y créeme yo estoy igual, pero por favor hablemos... Lleguemos a un acuerdo— no quiero que lleguen a la corte, mi padre no tiene opción de ganar el juicio, además no quiero más problema, Elliot me ha perdonado y no quiero cometer más errores.

— ¿Me estás hablando enserio Kavanagh?

— Si, yo conozco tu historia con Ana, si me lo permites déjame a mi enmendar el error que ha cometido el editor, lo haré... Pero te pido que no hagas nada en contra de mi padre, en lo único que él tiene culpa es en lo confíado que es.

Eamon me fulmina con la mirada.

— ¿Enserio piensa que confiaré en tí?— Mierda

— Hazlo por Elliot— odio hacer esto, pero es mi única opción — a él le daría mucha tristeza viéndonos pelear en los tribunales y todo por culpa de un imbécil.

— No intentes manipularme...

— Por favor— lo interrumpo con tono de súplica.

— Quiero la cabeza del responsable de las calumnias en contra de mi mujer.

— Está bien... Gracias por recapacitar.

— No lo hago por ti o tú padre, lo hago por el tonto de mi hermano que se le ocurrió enamorarse de tí— un golpe directo a la yugular.

Mi padre me quita el celular.

— Hay algo que debes saber— le dice — esto no es sólo culpa de Jack Hyde, el día de ayer fui a comer en uno de los clubes más exclusivo de Seattle y sin querer escuché a las amigas de tu madre planeando esto.

— ¡¿Que?!— Grey está tan sorprendido como yo.

¿Las amigas de mi suegra?

— Tal y cómo lo escucha.

— Ya saben lo que deben hacer... Yo me encargaré de esas ratas... Supongo que eran Ashley, Pamela y Janine.

— Si, eran de ellas.

***

Media hora después estamos en las dependencias del Seattle Time.

— ¡Jack!— Grita Eamon.

— Aquí estoy jefecito— responde el lamebotas saliendo de su despacho.

— Contigo quiero hablar... ¿Que significa todo esto?—

Eamon le tira en el pecho a Jack el periódico.

— Es una bomba ¿Verdad?— Dice el maldito orgulloso de lo que ha hecho. — No sabe lo que hubiera dado por ver la cara del hijo de puta de Grey, cuando vio esto.

— Sabes Jack, yo te puse de editor de éste periodico porqué creí que tú eras capaz, pero claramente me equivoqué— le dice mi padre al imbécil de Hyde.

Él idiota palidecer.

Se acabaron tus días en el Seattle Time, imbécil.

— ¿De qué hablas?

— Quiero que me entregues tu renuncia.

— ¡¿Que?!— El imbécil no lo puede creer y yo no podría estar más orgullosa de mi padre, está haciendo lo que debió hacer hace mucho tiempo.

— Haz lo que te he pedido, tengo cosas más importantes que hacer — dice mi padre pasando por su lado

— Usted no me puede hacer esto...

— Claro que puede— le digo

— ¡Esto es culpa tuya!— intenta acercarse con clara intensión de hacerme daño

— ¿Que crees que haces?— Le dice mi padre en voz baja pero furiosa mientras le sostiene la mano con la que pretendía golpearme — Vete de aquí por las buenas, porque por las malas será mucho peor para tí.— Añade Eamon con tono amenazante.

— Ésto no fue mi idea, ayer recibí un llamado de alguien cercano a la familia Grey— trata de justificarse.

— Vete de aquí... Ya oíste a mi padre— le digo.

— Tienes media hora para sacar tus cosas y entregarme tu renuncia— espeta mi padre — Ven Katherine, quiero hablar algo contigo— nos vamos a la sala de juntas.

— ¿Crees que Jack querrá irse por las buenas?

— Si quiere una buena indemnización , lo hará.

— Que quería decirme— le digo

— Quiero que te hagas cargo de la edición del periódico— ¡oh por Dios!

— ¡¿Enserio?!—

— Si, creo que estás a la altura—

¡Siiiiii!

Mi primera publicación será una disculpa hacia Anastasia.

  POV CHRISTIAN

Maldita sea, el nudo de mi corbata no queda bien. Joder estoy nervioso. Hoy por fin me caso con Anastasia, todo sería perfecto si no fuese por la miseria de la gente estúpida que siempre está jodiendo.

Él día de ayer exploté de ira al ver todas las mentiras en contra de Ana que publicó el Seattle Time. De inmediato llamé por teléfono a Eamon, y le exigí la cabeza del responsable, pero lo que hizo explotar fue saber que esas malditas amigas de Grace estaban detrás de esto.

Ordené a Ross, que consolide las acciones que tenía el esposo de Janine y Ashley para luego consolidarlo dentro de Grey Enterprises Holdings, Inc y después despida a toda la junta. A Pamela me encargaré de hacerle quebrar su maldita librería. No debieron meterse con mi mujer.

— ¿Estás seguro de querer hacer esto?— Me interrumpe el tonto de mi hermano

— ¿Que haces aquí?¿Ya llegó Ana?

Por fin el nudo de mi corbata plateada –que me regaló Ana por mi cumpleaños– queda perfecto.

— Venía darte la opción de huir... Tengo un coche esperando por ti— dice seriamente .

¿Está loco?

— ¡¿Estás loco?!¡¿Enserio piensas que abandonaré a Ana?!— Una estupidez más hermano mayor y te saco a patada de aquí

— No... Sólo era broma— estalla en una carcajada.

No quiero estropear mi traje, si no te daba un golpe por imbécil.

— Eres un idiota ¿Lo sabías?—

— Ok, no pretendo hacerte enojar, quería mostrarte esto.

Me tiende el Seattle Time.

DISCULPA ANASTASIA

Dice el titular

Errar es humano, pero hay veces que más que errar es envidiar, y eso fue lo que sucedió con Anastasia Steele, una humilde chica que conquistó el corazón de Christian Grey, el soltero más codiciado de Seattle. Ella ha Sido víctima de envidia, calumnias por parte de mujeres que pretendían robarse el corazón de Christian Grey, pero él fue un hombre astuto y supo que Anastasia no estaba con él por interés de su dinero. Ella sé enamoró del hombre, no del empresario, a diferencia de las otras mujeres que estaban detrás de Christian Grey.

Reconozco que Kate, ha hecho un gran trabajo, pero aún no me quita la rabia que tuve ayer, por suerte Ana, no leyó el periódico.

— Sigue leyendo— me dice Elliot

— No tengo tiempo, ya debo salir a esperar a mi novia.

— Uy hermanito menor, estás ansioso... Pareces que tú fueses la novia— el tonto de mi hermano sigue burlándose de mí.

— Elliot, estás buscándote un buen golpe en tu rostro.

Él idiota solo se ríe.

— Aún te queda tiempo, la ceremonia será en media hora más... Te dejo el periódico para que lo leas.

Elliot sale de la habitación y yo estoy tentado en llamar a Ana.

La llamaré, quiero saber si ya viene en camino. Marco su número pero me decepciono al oír la voz de Olivia.

— Buenas tardes Olivia ¿Está todo bien?

— Sí.

— ¿Y Ana?

— Está terminando de vestir a Teddy— sonrío, ya quiero ver qué ropita le puso Ana a mi campeón.

— ¿Crees que pueda hablar con ella?— Estoy ansioso

— No lo creo señor Grey, ella no se ha puesto el vestido de novia todavía y si habla con usted se demorará más.

¿Pero que mierda?¡¿Cómo que no se ha vestido todavía?!

— ¿Estás diciéndome que Ana aún no está lista?—

— Sólo falta el vestido de novia, ya está peinada y maquillada— ¡Eso no me relaja!

— Puedes decirle que se apresure... Si no yo mismo iré a ponerle su vestido— más bien se vas a quitar Grey.

Si, quiero ver qué llevará debajo del vestido. Una erección en estos momentos no es adecuado.

— Está bien, pero usted no esté llamando, por qué perderemos tiempo en responderle — ¿Enserio está muchacha insolente me está hablando así?

Necesito una trago.

Corto la llamada y salgo muy molesto de la habitación.

— Oh aquí estabas— me dice el abuelo cuando nos encontramos en el corredor.

— Iba por un trago— le digo

Necesito calmar mi enojo.

— Estás tenso ¿Que te sucede?

— Olivia me dijo que Ana no se ha puesto el vestido todavía...

— ¿Eso te tiene molesto?— Me dice con tono burlesco.

— Claro.

— Necesita un trago, ven vamos a mi despacho... Ahí tengo una botella de whisky añejo, justo para una ocasión especial.

— Yo también quiero whisky viejo— nos interrumpe Elliot — los invitados ya están llegando— añade

— Vamos por ese trago— le digo al abuelo... Ahora no me apetece hablar con nadie

— ¿Quien llegó?— Pregunta mi abuelo

— Ross y When. Y creo y va llegando el doctor Flynn y su familia.

Después de bebernos un vaso de whisky salgo al jardín.

Mía y Olivia hicieron un gran trabajo, el jardín del abuelo está hermoso, el camino por dónde entrará Ana, está decorado con arreglos de rosas blancas.

— Señor Grey— me dice Jason

Me volteo.

Carla y creo que su es su esposo que la acompañan, acaban de llegar.

— Señora Adams— me acerco a ellos.

— Buenas tardes Christian— Carla me tiende la mano y yo le tomo de inmediato.

— ¿Llegó bien? — Mandé a Jason por ellos al aeropuerto

— Si, le presento a mi esposo Robbin Adams.

— Un gusto en conocerlo señor Adams— tiendo mi mano.

— El gusto es mío señor Grey— estrechamos nuestras manos.

— Busquen sus lugares, Ana aún no ha llegado—

— Gracias— me dice Carla y se van a buscar sus asientos.

Ya ha llegado Gail, Claude Bastilla, Flynn y su familia, Ross, y su pareja.

— ¡Hermano!— Es Mía

Detrás de mi hermana están mis padres y los Kavanagh.

Joder, no quería esa familia en mi boda, pero como el idiota de Elliot está emparejado con Katherine, tendré que soportarlo.

— Mamá— le digo a Grace sorprendido, pensé que no vendría

— Hola hijo— se acerca y me besa mis mejillas.

— Pensé que no vendrías— le digo

— Te equivocaste, aunque no estoy de acuerdo con ésto, tendrás mi apoyo incondicional.

— ¿Con que no estás de acuerdo?— Le pregunto molesto

— Con qué la boda se realice aquí... Tú sabes lo que yo quería.

Suelto un suspiro, no tengo tiempo de discutir con ella.

— Ve a sentarte.

Los Kavanagh me saludan, al igual que mi padre.

Todo están en sus asientos, el reverendo está listo para empezar la ceremonia y yo ya estoy parado adelante esperando por mi mujer, pero ella brilla por su ausencia. Estoy muy nervioso ¿Por qué estás demorando Ana?

De repente una oleada de alivio recorre mi cuerpo al escuchar la música. Y ahí está ella vestida con un sencillo pero hermoso vestido de novia. Su pelo recogido, y rizado con un lindo adorno.
  

Al lado de ella y sosteniendo su manito está nuestro hijo con un mini trajecito plateado. No puedo evitar sentirme orgulloso.

— Wow... Ana se ve hermosa— me comenta Elliot.

— Ella es hermosa— le digo sonriente.

Siento el corazón hinchado de orgullo y felicidad.