POV ANASTASIA

- Ahora sí, hablemos de la lista de invitados para nuestra boda - me dice Christian.

- ¿Enserio quieres hablar de eso? - Hoy al mediodía tuvimos un duro enfrentamiento con Grace, y francamente fue agotador. No era lo que yo quería, pero no nos dejó otra opción.

- Si ¿Tienes mucha gente a quien invitar?- Prácticamente no tengo a nadie quién invitar.

-No, sólo Ray y Olivia. Ah... Jason y su pequeña hija Sophie.

- ¿No tienes otros parientes o amigos?- Me pregunta mi novio sorprendido.

- No. Creo que Ray, tiene algunos primos y tíos pero hace mucho tiempo que no sé nada de ellos. Creo que viven en los Angeles.

-¿Y tú madre?- me pregunta con aire distraído.

Mierda.

Hace mucho que no sé nada de mi madre, de hecho la última vez que hablamos fue para decirle que estaba embarazada, pero ella no lo tomó bien.

Ella debería estar ayudándome con la boda. Debería, pero no.

Pudo más su vergüenza por que su única hija es madre soltera que su amor de madre. Ese que según dicen es incondicional. Pero, después de ver la reacción de Grace, aparte de la que viví con mi madre, tengo mis dudas.

- Pues, ella está en Savannah- le respondo tratando de disimular mi propia decepción.

Estamos sentados en el enorme sofá de cuero de la sala de televisión. Él hace notas sobre como nos gustaría organizar nuestra boda y yo hago zapping tratando de no pensar en mi madre, o en cualquier persona que me dió la espalda cuando salí embarazada.

-¿No piensas invitarla?-me pregunta a la vez que me quita el control de la pantalla.

- No sé... Hace mucho que no sé nada de ella- aún me duele su reacción cuando le dije que estaba embarazada, pero deduzco que fue una horrible decepción para ella que su hija no haya logrado sus objetivos.

-¿Quieres invitarla?

¿Quiero invitar a mi madre?

Mmm tal vez no debería... Pero no pierdo nada con intentarlo ¿Verdad?

- ¿Crees que es lo correcto?- le miro nerviosa y alicaída.

Es mi madre, pero seguramente sigue furiosa conmigo. No sé si pueda verla de nuevo, no después de las cosas que me dijo.

-¿No la quieres invitar?-

No... O sea, sí... No sé...

- No es eso... Solo me pregunto si es correcto... Tal vez ella sigue furiosa conmigo ¿Que hago?

- Eso es algo que tienes que decidir tú- me acaricia con ternura la mejilla y me da un suave beso en mi entrecejo.

Joder, preparar una boda es demasiado estresante, y en mi caso aguantar a una suegra metiche y sus malditas amigas mal intencionadas es doblemente estresante y para colmo necesito meditar si invitar a mi madre o no.

¿Quién diría que hacer una boda "íntima y pequeña" sería tan complicado?

- Pero dime ¿ qué me aconsejarías?- Ilumíname, Grey. Por favor.

- Yo no quiero que te sientas mal por no invitarla. Sé muy bien que quisieras que ella esté a tu lado ese día. - Vaya consejo que me has dado amorcito.

Uff, tengo mucho que pensar.

- Pero Savannah está muy lejos.

-Eso no es inconveniente. Si deseas partimos mañana temprano hacía Georgia- ¿Así de fácil?

-¿Ir a Savannah?

Ver a mi madre después de tres años. ¿Cómo reaccionará? No lo sabré hasta que lo averigüe.

Iré a Savannah y no me haré ninguna ilusión para no decepcionarme después. Pero Christian tiene razón. Debo resolver mis diferencias con mi madre. Después de todo es mi madre, y nada ni nadie podrá cambiar eso, así que por lo menos yo intentaré buscar una reconciliación aunque tal vez fracase en el intento.

-Sí, al menos que tú no quieras.

- Quiero ir, quiero intentar reconciliarme con mi madre... Después de todo ella me dió la vida.

-Entonces viajaremos en mi jet...

¡¿Tiene un jet?!

¡¿Hasta donde llega su riqueza?!

Joder me voy a casar con unos de los empresarios más ricos de América.

- No le des tantas vueltas a lo que sea que estés pensando- él me abraza.

¡¿Que no le dé vueltas?! Si me acabo de enterar que es propietario de un jet.

- Entonces tienes un barco, un jet, este departamento y acabas de comprar una enorme casa ¿Eres el dueño de alguna otra propiedad, de la que yo no sepa?- No disimulo el asombro que estoy sintiendo.

- Tengo un departamento en New York, pero lo ocupo cuando voy hacer negocios en esa ciudad, tengo otro departamento en florida pero lo utiliza Mía o Elliot, tengo una casa en Aspen- ¡Ay Dios!- y por supuesto el Charlie Tango, mi helicóptero.

¡Joder! Aparte es dueño de no sé cuántos lujosos coches... Y el edificio sede de su empresa es también suyo... Madre mía.

Mis hijos serán muy ricos.

--Tú y nuestros hijos pasarán a ser dueños de todo lo que tengo. Lo que es mio, también será para ti y nuestra familia.

Yo no he hecho nada para merecer ésta riqueza, sólo enamorarme de un hombre rico, aunque no tenía una idea clara de que tan rico podría ser.

Abrumada me pongo de pie y voy hacia la habitación de mi pequeño.

-¿Adónde vas?- me pregunta levantando la vista de sus notas.

- Iré a ver a nuestro hijo- Ted está durmiendo.

- ¿Estás bien?- Obviamente no, si no sé hasta dónde llega tú riqueza y eso puede no ser muy bueno.

Joder, dirán que soy una caza fortunas, si no es que ya lo están diciendo.

-Si- salgo sin mirar atrás y voy a vigilar que Teddy siga durmiendo.

Necesito procesar lo que acaba de decirme y necesito pensar que le diré a Carla cuando nos encontremos de nuevo después de tres años de indiferencia y silencio.

Me voy hasta la habitación de Ted, el duerme plácidamente... Christian lo cansa con sus juegos y me encanta ya mi niño se está olvidando un poco de ver televisión, ya busca divertirse con otra actividades.

Después de unos minutos salgo de la habitación y en la puerta me encuentro con Christian.

- Ted, duerme-me apresuro en decir cómo si me hubiera pillado haciendo alguna travesura.

¿Por qué me siento tímida? ¿Acaso es por qué es inmensamente rico?

-¿Todo bien?- Me pregunta...

"Obviamente todo está bien si me he enterado que seré asquerosamente rica" y yo no he trabajado ni un puto segundo para merecer esa riqueza. "Estoy perfecta."

- Si...

-¿Sabías que eres una pésima mentirosa?- me dice entrecerrando los ojos y con una sonrisa secreta.

¿Tan obvia soy?

- No sé por qué lo dices. - paso al lado de él e intento ir al salón pero mi novio me alcanza tomar con el brazo rodeandome el vientre.

-Te acostumbrarás - me dice.

Me volteo hacia el.

- ¿Me acostumbraré a qué?

-A nuestra riqueza- vaya... "nuestra riqueza".

Tal vez con el tiempo me acostumbre ser rica pero por ahora no lo creo.

Suelto un suspiro y finjo una sonrisa.

-Estás estresada, pero yo tengo un remedio muy bueno para aliviar ese estrés y hacerte olvidar todo - me apega más a él.

- ¿Un remedio?- Mierda, ahora me he puesto nerviosa.

-Si... Aquí y ahora- inclina la cabeza hacia mi cuello y me besa mi cuello provocando que mi vientre se contraiga de inmediato.

- Christian- susurro mientras el empieza darme pequeños besos en mi rostro y mi cuello.

- Ana, ven conmigo.

No me resisto.

Christian me lleva a nuestro dormitorio, desabotona mi blusa mientras me besa los labios. Yo intento quitarle la camisa pero no me lo permite. Me desnuda a la vez que va dejando un delicado y excitante reguero de besos.

Una vez desvestida me tumbo en la cama mientras Christian me besa mis piernas lentamente hasta llegar al vértice de mis muslos, provocando que todo mi cuerpo se caliente.

Yo trato de ahogar mis gemidos cubriendo mi boca con mis manos, pero él al darse cuenta me toma de las manos y las sostiene con fuerza en mis costados a la vez que comienza a torturar mi sexo con su hábil boca.

-Déjame oírte, nena-me dice a la vez que sopla sobre mi clítoris ya sensible y continua con lo que estaba haciendo.

Me aferro con fuerza a la sábana y él suelta mis manos para estimularme también con ellas, y, a la vez que con una pellizca y juguetea con uno de mis pezones, con la otra mano me masturba sin dejar de chupar mi botoncito.

Gimo con fuerza y siento como mi pulso se acelera con cada lenguetazo que da sobre mi sexo y no puedo evitar levantar la cadera y abrir más mis piernas para darle más acceso a mi. Puedo ver cómo sonríe satisfecho y continua, pero me sorprende al detenerse justo cuando siento como mis piernas se tensan y sin dejar de estimularme con sus dedos me toma de una de las manos y me invita a tocarlo.

Yo con torpeza logro desabrochar su pantalón y tiro de la prenda para que Christian también se desnude. Cuando entiende que también deseo hacerlo mío se aparta de mí y se quita la ropa para quedar también desnudo.

Yo me voy acomodando mejor en la cama y veo como se cierne sobre mi y cuando está cubriendo mi cuerpo con el suyo solamente me mira con intensidad y deseo.

-¿Que deseas nena?

-A ti... Solo a ti..

-Nos proponemos complacer.

Me da suaves besos y yo lo sostengo de sus nalgas para hacer que se acerque a mi, y sin penetrarme, comienzo a frotarme contra su cuerpo.

Lo escucho suspirar y yo continuo creando esa suave fricción que nos está elevando hasta el cielo. Cuando de nuevo siento como se acumulan las ansias en ese punto tan sensible, me abre las piernas de un rápido movimiento y certero, entra en mí.

-Mirame, nena- me pide mientras se mueve lentamente.

Le obedezco y tiro de su cabello, lo acaricio, y ambos borramos de nuestra mente cualquier pensamiento que no tenga que ver con nosotros dos...

***

Al día siguiente y alrededor del mediodía estoy literalmente asombrada en la pista viendo el jet de Christian, con GREY ENTERPRISES HOLDINGS, INC. Escrito en el fuselaje con grandes letras azules.

- Wow... Esto es realmente impresionante- le digo con asombro

No es el jet, si no él y todo lo que ha conseguido lo que realmente asombrada.

- Tú jet es muy bonito- le digo

- Nuestro jet- añade él poniendo énfasis en «nuestro» - Ven. Vamos a subir.

Christian toma a nuestro hijo en brazos, después de intercambiar unas palabras con Jason, y subimos la escalerilla.

Estoy nerviosa y abrumada, incluso creo que voy a vomitar y no creo que todavía sean por los síntomas del embarazo, o tal vez si, he estado sacando la cuenta y creo que estoy por cumplir el mes de gestación.

¿Que dirá mi madre cuando nos veamos?