Capítulo 80
POV CHRISTIAN
— ¡Papi!— Grita con verdadera euforia mi hijo al verme llegar a casa
— ¡Ted!—
Sonrío de felicidad mientras me inclino hasta quedar a la altura de mi hijo. Abro los brazos, y el salta sobre mi obligandome a que caiga en el suelo, con él en mis brazos. Ted suelta una carcajada.
— Wow ¿Te alegras de verme?— Digo mientras me siento en el suelo.
— ¡Siiiiii!— Es recibimiento es emocionante.
Estuve casi todo el día en mi oficina y yo también lo extrañé mucho.
Mi hijo se sienta encima de mis piernas.
— ¿Que hiciste durante el día?— Le pregunto.
Ante que mi hijo responda, yo alzo la mirada y veo a mi nena sonriente.
— Todo el día preguntó por ti— me dice ella.
— ¿Así?— Le doy un beso en el pelo a mi pequeño y nos levantamos del suelo.
— Papi, yo quelo... Ver Peppa pig— me dice mi niño— mi nena niega con la cabeza.
Ana no quiere que Ted vea demasiada televisión, yo estoy de acuerdo.
— Mmm, ¿Que tal si coloreamos un libro? O tal vez jugamos.
— ¡Siiiiii!
Me acerco a mi novia y le doy un casto beso.
— ¿Que tal estuvo tú día?— Le pregunto, quiero saber su opinión con respecto a los preparativos de la boda que está organizando mi madre
— Estuvo bien... Fuimos a ver vestidos de novias, y creo que tú madre se inclinó por uno que tenía casi listo la señora Kavanagh— no está emocionada, pero tampoco está molesta
— ¿A ti que te pareció el vestido?— Dejo a Ted en el suelo — eres tú la que vas usar el vestido, no mi madre.
— Está bonito... Aunque creo que es demasiado ostentoso— sonríe
La rodeo por la cintura con mi brazo.
— Nena, si no te gusta el vestido, elige otro.
— Está bonito el vestido... Dejémoslo asi— rodea mi cuello con los brazos— no quiero hablar, mejor cuéntame de tú día.
— ¡Papi!— Mi hijo reclama mi atención.
Me aparto de mi mujer y pongo toda mi atención hacia mi niño.
***
Coloreamos un libro de dibujos con Ted, cenamos tranquilamente. Ahora estoy en mi despacho, específicamente estoy viendo un catálogo de casas por internet. Mi familia se agrandará con la llegada del bebé, y necesitamos más espacio.
Las casas que he visto son grandes, pero hay una que ha llamado mi atención.
Alguien llama en la puerta.
— Pase—
Levanto la vista. Es Ana.
— Ted, se ha dormido... Quería saber si te apetecía algo de beber... ¿Un té... Tal vez?— Sonrío como bobo. Está mujer me tiene loco.
Cierro el Mac, ya mañana me pondré en contacto con la agente inmobiliario.
— Ven—
Ella camina hasta quedar enfrente de mi. Tiro de ella y la acomodo en mi regazo.
— ¿Que tal estuvo tú día? Y por favor dime lo que sientes.
— Ya te dije... Estuvo bien— sé que no está siendo honesta
— ¿Segura?—
Ella me acaricia la mejilla, rozando el bello que empieza asomar.
— La barba te crece demasiado rápido— ay Ana, deja de desviar la atención, sé que no quieres decirme que te incomoda que mi madre elija el vestido por tí.
— Ana— me gusta disfrutar del toque de sus dedos, pero ahora mismo quiero saber cómo se siente.
— Estoy bien, ya te lo he dicho— no se escucha convencida, pero por ahora lo dejaré pasar. — Sólo que cuando salimos de la boutique, nos sacaron fotografía.
— Seguramente fue algún paparazzi— tendré que ponerle un guardaespaldas— ya están hablando de nuestro compromiso en la prensa, de hecho hoy leí un artículo escrito por mi cuñada.
— ¿Un artículo de Katerine?— Asiento— ¿Y que decía?
Le digo lo que leí.
— Estoy sorprendida... No pensé que Kate escribiera algo así— de repente recuerdo que tenía que preguntarle acerca de su relación con Katherine Kavanagh.
— Ustedes fueron compañeras de universidad ¿Verdad?— Ana suelta un suspiro.
— Éramos amigas— dice dejándome atónita ¿Por qué se comportó tan fría con Katherine si eran amigas?— Pero nuestra amistad se acabó cuando le comenté que estaba embarazada... Ella me dió la espalda — ¡¿Que mierda está diciendo?!
Katherine no la apoyó como lo haría una amiga de verdad, si no que le dió la espalda. Estoy asombrado. ¿Que clase de amiga hace algo así?
— No puedo creerlo... ¡¿Cómo pudo hacerte algo así?! Es una maldita perra.
¡Maldita Katherine!
— Que más da ... Todos lo hicieron, excepto mi padre, él fue el único que estuvo conmigo. — Dice quitándole importancia, pero yo estoy demasiado molesto.
Me pregunto si Elliot sabe esto. No quiero a esa mujer cerca de Ana, tuvo su oportunidad y no supo valorar a mi nena. No merecía que todo el mundo le de la espalda, mi nena pasó por mucho, me imagino cuánto debió sufrir por culpa de esas personas que no estuvieron con ella, y yo soy una de esas personas, pero yo no supe por culpa de Elena.
— Pero acabas de decirme que era tú amiga... —
— Era, ya no...— me interrumpe
— Aún así...— ella pone el pulgar en mi labio.
— No quiero hablar de ella, por favor—
Ella empieza tocar mi labio inferior con el dedo. Su tacto hace que mi enojo se esfume
— tus labios son muy suaves — susurra y sigue tocando mi labio, sin apartar los ojos de los míos.
Tiene las pupilas dilatadas, su dedo traza una línea desde el labio y desciende por la barbilla, y continúa por mi cuello. El pantalón empieza estorbar.
— ¿Quieres aquí?— Asiente con la cabeza.
Sin esperar más aparto de un manotazo todo lo que hay en el escritorio excepto el Mac, los papeles y lápices, teléfono caen al piso. Me pongo de pie y levanto a Ana, hasta dejarla sentada en el escritorio. Lo bueno es que lleva un vestido de flores azules
Busco la cremallera del vestido y lo bajo.
Beso sus deliciosos labios, su cuello, mordisqueo el lóbulo de su oreja.
— ¡Ah!— Gime y me pongo más duro aún.
Saco el vestido por la cabeza, y la tumbo en el escritorio. Rápidamente quito sus bragas. Introduzco mi dedo en su interior.
— Estás lista para mi—
Bajo la cremallera de mi pantalla y saco mi erecto miembro al aire. En un movimiento rápido me introduzco en ella.
Dios...Que sensación.
POV. ANASTASIA
Hace dos días atrás que fuí a ver vestidos de novias en compañía de Grace, hoy nuevamente he venido a la boutique de la señora Kavanagh, y me sorprendo que Grace no ha venido sola, si no que han venido tres señoras más.
¿Podría ser más incómodo? Debería estar con Olivia y mi padre escogiendo el vestido y no con estas desconocidas.
— Anastasia, ¿Cómo estás?— Dice Grace cuando nos saludamos
— Bien... ¿Y usted?— hasta el momento estaba bien
— Muy bien... Ellas son mis amigas Janine, Pamela y Ashley.
— Anastasia Steele. Un gusto en conocerlas— las damas me miran de pies a cabeza antes de saludarme.
¿Todo la preparación del matrimonio será así?
— El gusto es nuestro— dice Pamela con fingida amabilidad.
Yo al igual que ellas finjo una sonrisa.
— Las estaba esperando — dice la señora Kavanagh
Grace y sus amigas saludan a la señora Kavanagh, y al final lo hago yo.
— ¿Tienes listo el vestido? Mis amigas estaban ansiosas por ver el vestido.
— ¿Es verdad que el vestido iba hacer para la hija del gobernador? ¿La que decidió no casarse?— Dice Ashley
¿Que?¿Cómo es que no sabía eso yo?
— Así es, pero creo que será Anastasia quien lucirá el vestido— responde la señora Kavanagh— Vengan a verlo
Nos lleva hasta una habitación donde está el dichoso vestido.
El vestido en si es precioso pero es demasiado. Es abrumador.
Yo quisiera algo más sencillo.
— ¿Anastasia puede probarselo?— Pregunta Grace
— Por supuesto.
Dejo mi bolso en una pequeña mesita, Janine observa mi bolso
— ¿Es una Chanel o Gucci?— Pregunta con un deje burlón
— No señora—
— ¿Y la ropa que traes puesta es...?
— No— no dejo que termine su pregunta.
Claramente ella sabe que mi sencillo jeans y blusa no son de diseñadores.
— Apresúrate Ana, tienes que probarte el vestido— me exige Grace
Es sólo por Christian que aguanto esto. No quiero que él discuta con su madre por mi culpa.
Suelto un suspiro y obedezco.
***
Minutos después siento que no puedo respirar. El vestido me aprieta.
— Tendrás que bajar unos kilos — me dice la señora Kavanagh
¡¿Bajar unos kilos?! ¡Estoy embarazada señora!
— ¿Sucede algo?— Irrumpe Grace y sus amigas
— Está niña tendrá que bajar por lo menos cinco kilos, sino, no podrá usar el vestido—
— Por Dios, Ana, ¿Has engordado?— Quisiera mandarla a la mierda a todas — Tendrás que ponerte a dieta— ¡Cállate Grace, estoy embarazada de tu nieto o nieta! Será imposible bajar de peso.
— Definitivamente, Christian no la querrá gorda— añade Ashley.
¡Déjenme en paz! No las soporto.
— Vamos a sacarte el vestido—
El vestido es para una modelo con bullimia, no para mí.
Ya me he quitado el vestido pero no me he podido deshacer de mi suegra y sus amigas insoportables
— el alcalde dará una fiesta ¿Asistirán Christian y tú?— Me pregunta Janine
— No señora— sólo me limito en decir, si señora o no señora. No sé cuánto tiempo pueda pasar antes que pierda la paciencia
— La fiesta es exclusivamente para gente del más alto nivel, gente con clase— murmura Pamela.
— Por supuesto que mis hijos asistirán— murmura Grace
Ok Ana, ya las has aguantado lo suficiente.
— Iré al baño — me excuso
Dios, son unas verdaderas grano en el culo.
Me alejo, pero antes que vaya demasiado lejos, ya las escucho murmurar de mi
— Lamento decírtelo Grace, pero tú nuera es una mala educada — es Ashley quien habla— es obvio que no tiene clase ¿Viste la ropa que está usando?
— ¿Y su bolso? Es obvio que lo compró en Walmart .— Añade Janine
— ¿Enserio dejará que tú hijo se case con esa mujer? — Dice Pamela
— No es la nuera que hubiese querido para mi hijo, pero él ya decidió... ¿Que se supone que debo hacer? Además tienen un hijo. — Responde Grace a modo de explicación
— A mi me daría terror emparentarme con alguien como ella—
Me voy al baño. Por primera vez me pongo a pensar si estoy haciendo lo correcto.
Yo no quiero convertirme en alguien como esas mujeres. Son horrendas.
Trato de no llorar pero es imposible. Me prometí que pondría todo de mi parte para llevarme bien con la familia de Christian, especialmente con Grace, pero ya no sé.
— ¿Estás bien?
— Kate— ¿Que hace ella aquí?
— Disculpa, te ví entrar al baño y te seguí... Quiero hablar contigo, por favor no te niegues.
Rápidamente limpio mis lágrimas. Ya suficiente humillación he tenido por este día.
— Ana, por favor. Escúchame.
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