Capítulo 70
POV KATE
Miro por la ventana y veo caminar sobre la acera a una chica morena... Me recuerda a Anastasia.
Fui una terrible amiga.
Yo fui quién la presionó para irse de juerga, la que de alguna manera se burlaba de ella por su forma de ser, por su carácter pasivo y casi manso y tal vez yo era responsable de ella esa noche...
Fue mi culpa que se fuera con un «desconocido» y después de eso, quedará embarazada. Y que pequeño es el mundo. Ese «desconocido» resultó ser Christian Grey, mi cuñado.
El verla de nuevo anoche, de la mano de Christian, tan tranquila y segura de si misma, con su pequeño entre sus brazos y tal vez más guapa de lo que ya era cuando estudiábamos juntas en Vancouver; me hizo darme cuenta el gran error que cometí al darle la espalda, todo para evitar que mis padres supieran que lo que tengo de periodista, lo tenía de libertina en esos días.
Aún recuerdo cómo fue mi reacción cuando me dijo que por hacerme caso es que quedó embarazada, y si, era mi culpa. De haberla acompañado esa ocasión, de no haberla dejado sola por ir a tirar con mi ligue de turno Anastasia habría logrado graduarse, tener un trabajo y tal vez continuaría teniendo el apoyo de todos a su alrededor...
Si, supe bien que poco después de dejar la universidad volvió a Montesano y su madre también le dió la espalda.
Elliot me preguntó de dónde o cómo es que conozco a Anastasia con más detalles y no tuve cara para decirle la verdad. Sostuve lo que Anastasia dijo que solamente coincidimos en la universidad y ya.
No la culpo, de verdad que no... Soy un ser humano despreciable. Fui egoísta, cruel y una auténtica perra con la única persona que me ofreció su sincera amistad, todo por mantener un status que realmente nunca existió.
Traté de mantener mi curiosidad a raya cuando le pregunté a Elliot cosas de ella. Pero no es tonto. Me di cuenta de las verdades a medias que me decía al contarme que la conoció en casa de su abuelo y que su hermano desde el principio ha mantenido su situación casi en secreto por que tienden a ser bastante ruidosos y algo impertinentes, que Ana se quedó en Montesano con su padre y que su sobrino es «especial».
Quiero recuperar a mi amiga, que todo sea como antes, pero la frialdad con la que me miraba, la indiferencia con la que se refirió a nuestra amistad pasada me dió a entender que le dolió mucho que la dejara. En su lugar yo habría dicho o hecho lo mismo o algo peor. Así que no la culpo.
Ver a su bebé, tan hermoso, sano, tan feliz, y ver que ella se reencontró con el chico de esa noche me hizo también darme cuenta de algo que pudo haber sido divertido, intenso y muy preciado. Por mi estúpido egoísmo, me perdí de lo que pudo ser un gran paso en nuestra amistad y el conocer y aprender otra forma de amar...
¿Qué podré hacer para acercarme a ella?
- ¿Todo bien?- Elliot me arranca de mis pensamientos.
- Si... ¿Por qué lo preguntas?-
- Estás muy pensativa, no has dicho ni una palabra desde que salimos de casa de mis padres.
- Estoy cansada Elliot. ¿Recuerdas que no me dejaste dormir?- No quiero que te des cuenta de la mujer que va a tu lado.
- Si, también recuerdo como gritabas de placer- me dice con tono burlón.
Ay Elliot, sé que te perderé cuando te enteres de lo que hice con tu cuñada.
POV CHRISTIAN
- Estoy embarazada- me dice Anastasia de golpe
- ¿Que?- El mundo empieza tambalearse delante de mí.
- Tendremos otro bebé- añade mientras yo siento todo mi cuerpo enfriarse.
Me dejo caer en el sofá, consternado por lo que Anastasia acaba de decir.
Embarazada. No lo ví venir.
Está embarazada...
Mi ritmo cardíaco empieza acelerarse.
Embarazada.
Esto tiene que ser una broma. Una de muy mal gusto.
¡Está embarazada!
- Dime que estás bromeando- mi tono de voz es apenas audible
- No.
¿Que voy hacer yo con un bebé? Ted, ya tenía dos años cuando lo conocí, pero ¿Un bebé recién nacido? No sé nada de bebés, y embarazos. Esto es una locura. Tiene que ser una broma.
- Lo... Lo siento- susurra Anastasia
No digo nada.
¡Maldición! ¡Un bebé!
¿Cómo voy a conseguir ser buen padre? Tengo cincuenta jodidas sombras. No puedo con esto. No puedo hacerlo.
- Dime algo por favor- me pide Anastasia
- ¡¿Que quieres que te digas?! ¡Estás embarazada!
De repente me siento furioso con Anastasia, conmigo mismo. Cómo mierda fuí tan estúpido.
Anastasia me mira asustada.
¿Es que acaso no ve que esto está mal? Recién me vengo adaptando a Theodore. ¡Joder!
- Yo...
- No digas nada- me levanto del sofá y me voy a mi despacho dejando sola a Anastasia en el salón.
Un embarazo.
Otro bebé.
Pensé que pasaría mucho tiempo para que me plantee la posibilidad de tener otro bebé. Esto es muy repentino. No sé cómo hacerle frente.
Tal vez necesito hablar con mi loquero. Lo llamaría pero hoy es domingo.
Suspiro. Soy un retorcido con una alma oscura, aún así puedo ser cariñoso con mi hijo ¿O es él quien me hace ser cariñoso? Tal vez es una combinación de ambos.
Me siento en el sillón y abro mi Mac.
En el buscador introduzco la palabra embarazo.
Leo y leo toda información acerca de embarazo.
El teléfono de mi despacho suena de repente, pero no tomo la llamada, tengo algo mucho más importante que hacer como para contestar una estúpida llamada telefónica.
Un golpecito en la puerta me obliga apartar mis ojos del ordenador.
- ¡¿Qué?!- Respondo de muy mal humor.
La puerta se abre y aparece Anastasia.
- Venía informarte que Ted y yo nos regresamos a Montesano.- Me dice tímidamente.
- ¿Ahora? Es demasiado tarde.
- No importa que sea tarde, mi hijo y yo debemos salir ahora de éste lugar
Ella está siendo muy frío. Su comportamiento me molesta
- ¿De qué va esto?
- Adiós Christian- dice con tristeza y cierra la puerta.
¿Adiós? Se escuchó cómo si se estuviera despidiéndose para siempre.
«Adios Christian»
Tengo la sensación que estoy perdiendo lo más valioso de mi vida.
¡Reacciona imbécil! ¡Los verdaderos motivos de tú vida se están yendo y posiblemente para siempre! ¡Has algo, no sea un maldito cobarde!
Tengo un lío en la cabeza. Pero de algo estoy seguro.
Me pongo de pie y voy tras ellos.
Al no encontrar a Ted y Anastasia en todo el apartamento entro desesperado al ascensor y oprimo el botón.
Llego al vestíbulo del edificio y salgo corriendo hacia la calle.
- ¡Ana! - Grito al verla que está subiendo a un taxi
- Christian- responde sorprendida
A grandes zancadas llego al taxi
- ¡Papi!- Grita mi hijo dentro del taxi
- ¿Que quieres Christian?- Me pregunta mi Anastasia con tono duro y triste
- A ti.
Ella va hablar pero no la dejo. Soy yo el que debe hablar.
- Sé que me he portado cómo un imbécil contigo, pero por favor no te vayas...
- Así no funciona esto Christian. Yo no necesito un tonto adolescente a mi lado que no sabe que es lo que quiere en la vida.
- Sé perfectamente lo que quiero. Yo los quiero a ustedes- menudo discurso, pero ella no te perdonará. Le fallaste.
Estoy desesperado. Si pierdo a mi nena, nada tendrá sentido en mi vida.
- Señora ¿Se subirá al taxi?- Pregunta el estúpido del taxista.
- No lo hará ... Es más, mi hijo tiene que bajarse de su taxi- respondo
- Mi hijo y yo nos vamos a Montesano.- Espeta Anastasia.
- No lo harán. Debemos hablar.
- Creo que me quedó claro tú posición... Tú y yo no tenemos nada que hablar.
- Ana, por favor- insisto
Por favor nena, no me hagas esto. Quédate por favor. Estoy asustado por el bebé, pero perderte me aterra.
- ¡Papi!
Abro la puerta del taxi y tomo en brazos a mi hijo.
- ¡Papi!
- Ted, te quedarás conmigo ¿Verdad?
- ¡Siiiiii!- Chilla entusiasmado.
Lo ves Ana, Ted si se quedará conmigo y tú también
- ¿Que hará señora?- Insiste el tonto del taxista.
- Ella se queda- respondo
- Cómo quieran
El taxista abre el portaequipaje y saca un bolso con las pertenencias de Ana.
- No te saldrás con la tuya- me dice Anastasia seriamente.
- Ya lo hice.
- Si cambia de opinión, me llama- el taxista le entrega una pequeña tarjeta con su número de teléfono.
- No cambiará de opinión- te convenceré nena, ya verás que sí.
¿Y el bebé, Grey?
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