POV ANASTASIA

— Ha Sido un día raro ¿No crees ?— Me dice Christian cuando llegamos a su ático.

Incómodo diría yo. Sólo aguanté estar en esa casa porque no quise incomodar a Christian, pero no fue nada fácil. Me encontré con Katherine Kavanagh, después de tres años de no vernos. Ella está igual de hermosa que siempre. En nuestra época de universidad, ella siempre llamó la atención por su belleza, elegancia, presencia. Y a mi prácticamente no me veían, sólo era Katherine Kavanagh. Por otro lado estuvo mi enfrentamiento con Elena, Grace, enterándose de la verdad y como guinda del pastel, mi suegra y cuñada queriendo organizar mi boda por todo lo alto ¡Por Dios, yo no quiero una lujosa y extravagante boda! Yo solo deseo casarme en presencia de la familia y amigos íntimos.

— Creo que si— él está de buen humor, no quiero amargarle el día con mis quejas.

Christian deja a nuestro hijo en el suelo.

— Mami ... Peppa—

— ¿Quieres ver la cerdita Peppa?— Le pregunta Christian

Wow, no respondió con ningún impropio como solía hacerlo

— ¡Siiiiii!— Grita nuestro hijo

— Te llevaré a la sala de televisión.

Christian toma de la manito a nuestro hijo.

— Ted¿No quieres algo para comer?— Comimos en casa de los Grey.

— Nop.

— ¿Frutas?—

No responde, desaparece con Christian hacia la sala de televisión.

Un minuto después aparece mi prometido.

— Ted ha quedado viendo Dora la exploradora— me dice sonriente

— Creí que quería ver a Peppa pig.

El se acerca a mi.

— No, prefirió Dora.

— Ya veo.

Rodea mi cintura con el brazo y me atrae hacia él.

— En media hora más estará aquí la ginecóloga— besa mi cuello— quiero estar dentro de ti— mi vientre se contrae deliciosamente.

— ¿Y quién cuida a Ted?

— Estará bien. Ven vamos a la cama.

Su tono de voz no acepta un no cómo respuesta y yo también lo deseo.

    ****

Estoy en la sala muy nerviosa.

— Buenas tardes señor Grey— dice una mujer alta,  muy guapa de unos cuarenta y un poco más. Lleva el pelo recogido en una coleta alta, en forma de cola de caballo.

— Buenas tardes doctora Green— Responde mi novio mientras extiende la mano para saludar a la doctora— le agradezco que haya venido un domingo por la tarde— añade

— Gracias a usted, por compensarmelo muy bien.

— Usted es la señorita Steele— me tiende la mano

— Si...un gusto en conocerla señora Green— Nos damos la mano

Es una mujer muy seria, a leguas se nota que es muy profesional.

— Supongo que no dejará a solas señor Grey—

— Acompáñenme al piso de arriba.

La doctora y yo subimos la escalera. Christian nos guía hasta quedar enfrente de una puerta.

— Aquí estarán tranquilas— nos dice

— Se lo agradezco señor Grey— musita la doctora.

Christian abre la puerta y deja que entre la doctora.

— Nos vemos luego nena— me dice y me da un casto beso en la comisura del labio.

Christian se va y yo nerviosa entro a la habitación.

Es una habitación con paredes de color blanco, una cama grande, un tocador también blanco.

— El señor Grey me ha pedido que la atienda ¿Que puedo hacer por usted?

— Christian, no quiere seguir usando protección y quiere que sea yo quien me cuide— le digo sonrojada.

— ¿Él ha usado condones todas las veces que han estado juntos, o ha eyaculado afuera?

Trago saliva mientras siento como toda la sangre abandona mi rostro.

— Hemos tenido sexo en dos ocasiones y él no se cuidó—

Mi ritmo cardíaco empieza acelerarse.

— Vamos a salir de dudas ahora mismo— me dice eficiente mientras yo siento que las paredes se mueven. — Podrías estar embarazada— añade sin rodeos

¡No!¡Por favor no! Es muy pronto todavía.

— El señor Grey, me comentó que tienen un hijo— sólo respondo con un asentamiento de cabeza. Creo que me voy a desmayar. No puedo ni hablar.

¿Cómo lo tomará Christian, si estoy embarazada nuevamente?

— Toma, orina aquí por favor.

Tomo el pequeño recipiente dócilmente.

Otro bebé...

Salgo de la habitación y me voy al baño.

Regreso con el recipiente, y le entrego la muestra a la doctora.

La doctora Green introduce un bastoncito blanco en el líquido.

El corazón late desenfrenado. Mientras mis manos empiezan a sudar.

— ¿Cuando tuviste tú último periodo?— Me pregunta

— El mes anterior.— Antes que empezara tener sexo con Christian. Pero ahora eso no importa, estoy de pie con el corazón estrangulandome en el pecho y esperando que me diga que no estoy embarazada.

— ¿Habías tomado algún anticonceptivo anteriormente?

— Nunca he tomado anticonceptivos— ¡Por qué hace muy poco inicié mi vida sexual!

— Ya veo. Deduzco que tuviste tú primera vez con el señor Grey y te quedaste embarazada.

— Así es ... Él ha Sido el único hombre en mi vida— ojalá y lo siga siendo

Ella me mira con algo de ternura.

Saca el bastoncito y lo examina.

— No sé si sea una buena o una mala noticia, pero estás embarazada.

Me dejo caer en la orilla de la cama. Estoy realmente sorprendida.

¡¿Que quería que suceda, si dejaste que en tú novio se corra en tú interior en donde ocasiones?!

— Veo que la noticia te ha pillado desprevenida— me dice

— Estoy ... Sorprendida, no lo esperaba— Ay Dios... Yo no quería que esto suceda todavía.

— Anastasia, sé qué eres muy jovencita y ya eres madre, pero si no quieres tenerlo puedes...

— Lo tendré— interrumpo lo que iba decir, por qué sé perfectamente lo que se refería

— Está bien, cómo verás no te daré ningún anticonceptivo.

— Lo sé.

— Ya debo irme... ¿Bajas conmigo?

— Si— me pongo de pie.

No sé si es por los nervios o es que ya estoy con los síntomas del embarazo, pero siento ganas de vomitar.

— Si quieres puedes ir a mi consulta, para saber cuánto tiempo tienes de embarazo—

— Si, lo haré...—

— El señor Grey, tiene el número de la consulta y mi número personal.

— Ok.

Bajamos las escaleras y Christian está hablando por teléfono.

— Si Ross— dice— ya debo colgar— añade al vernos

El cuelga y deja su celular en el sofá.

— ¿Ya han terminado?— Me pregunta cuando se acerca

— Si...¿Ted?—

— Sigue viendo sus dibujos

— Ah...

Finjo tranquilidad, pero la realidad es que estoy hecha una bola de nervios

— Señor Grey, tiene una novia muy hermosa... Cuídela— responde la doctora dejándonos pasmado a Christian y a mi.

— Lo hago— masculla él recomponiendose y le tiende la mano

— Le enviaré la factura—  responde ella y le estrecha la mano.

— Está bien, la acompaño al ascensor—

— Hasta luego Anastasia.

— Hasta luego.

Christian acompaña a la doctora hacia el ascensor y yo me quedo parada pensando en como decirle a Christian que tendremos otro hijo.

— ¿Por cuál método te has decidido?— Me pregunta Christian cuando regresa a mi.

Por ninguna por qué no será necesario. Estoy embarazada.

— Tengo que decirte algo, y no sé cómo lo vas a tomar.

— ¿Que es?— Se dirige al sofá y yo lo sigo

— Christian, la doctora me dijo que...

— ¿Estás enferma?— Me interrumpe ansioso

— No.

— ¿Entonces?

Inspiro hondo.

Debo decírselo ahora, después ya no tendré el valor.

— Estoy embarazada.