Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 65

     POV  ANASTASIA

Abro la puerta del dormitorio de Mia y cierro la puerta con cuidado para no hacer ningún ruido.  Me acerco a la cama. Ted, duerme profundamente, y me alegro que así sea. Él no tuvo que presenciar nada.

Me dejo caer encima de la enorme cama, mirando el techo. Me giro de lado y abrazo a mi pequeño. Él es mi fortaleza, por mi bebé soy capaz de todo.

De repente me pregunto: ¿Que estoy haciendo aquí? Tal vez esa mujer tiene razón.

¡No no no!

Me niego a creer que Elena tiene razón, Ted y yo hacemos felices a Christian, él nos ama y nosotros a él. Esa bruja está equivocada, Christian será feliz con nosotros. Él nos ha dicho que nos quiere a su lado, y yo le creo.

— Anastasia...

Abro los ojos de inmediato.

— ¿Qué ocurre?— Es Christian, él está sentado en la orilla de la cama. Tiene el pelo revuelto y la cara pálida.

— Te quedaste dormida.

— Mierda— me incorporo hasta quedar sentada y me frotó la cara con ambas manos— creo que debemos irnos.

— Tranquila— me toma por los hombros— es tarde, tendremos que quedarnos aquí.

— ¿Tú madre no se molestará?— pregunto un poco avergonzada.

No quiero causar molestias.

— No. ¿Te parece bien si vamos a mi antigua habitación? Ahí estaremos más cómodos.

— ¿Todo bien?— le pregunto y me acerco más a él y tomo su mano.

Quiero saber cómo le fue con Grace, ella se veía furiosa y con justa razón. Pero Christian también es muy valiente por defender lo que quiere y hacerse responsable de sus actos. Solo espero que su madre no haya sido muy dura con él.

— No, mi madre está furiosa...

— ¿La puedes culpar por eso?— le interrumpo.

Cómo madre entiendo que esté furiosa con Christian, fueron años de mentiras. Yo en su lugar estaría igual o peor.

— No, pero aún así hubiese dado lo que fuera por evitarle una decepción como la que debió sentir. Soy un pésimo hijo, Ana. Al ver a mi madre tan furiosa y herida, me di cuenta del daño que le he causado.

— Ven— rodeo su cuello con un brazo y con mi otra mano froto su brazo— no eres culpable de nada, si hay que culpar a alguien esa es Elena, ella era la adulta y sabía lo que hacía.

Le doy un beso en la cabeza y el se aparta de mí y suspira.

— Yo sabía lo que hacía.

— No, Christian. Tú eras un adolescente con problemas y esa mujer se aprovechó de tu vulnerabilidad. No te culpes por favor.

Se pone de pie y va hacia la ventana.

— El lunes voy a liquidar todo. Le venderé mi parte del salón de belleza, ya no la quiero ver más.

— Te diría que lo siento, pero estaría mintiendo— él sonríe al escucharme.

— Sé que tú nunca me has mentido. Pero ahora que recuerdo, me debes una respuesta— cambia bruscamente la conversación y se acerca de nuevo a mi.

— ¿Una respuesta?— De qué...

Se perfectamente a lo que se refiere, ¿A quién voy a engañar?

— No se haga la desentendida, señorita Steele, usted sabe de lo que estoy hablando. — Noto ansiedad en el tono de voz.

Vamos Ana, dile ya, no hagas sufrir al hombre. Te ama y te lo ha demostrado.

— Ok, te daré una respuesta— me pongo de pie y exhalo para tomar valor, y porque no, darle dramatismo a la situación.

— ¿Ya me tienes una respuesta?— ahora se escucha más ansioso y al mirarlo, veo que lo está.

— Si.

Le miro con cara de póker y trato de mantenerme seria, aunque no sé si lo estoy logrando.

— ¿Ya, cuál es?— Mi probre muchacho de ojos grises está al borde de la desesperación y se pasa las manos sobre su alborotado cabello cobrizo para demostrarlo.

— Acepto— le respondo manteniendo el gesto serio, pero no puedo más al ver su cara.

Abre los ojos como platos, se pone de pie de un salto y me mira asombrado.

— ¡¿Que has dicho?!

— Silencio, despertarás a Ted— le respondo con voz baja, aunque también estoy tan emocionada como él.

— ¿Estás hablando enserio?— Susurra incrédulo.

Yo asiento ruborizada. Él me mira con sus hermosos ojos grises. Esos ojos que están brillando de amor. Amor por mi, él me ama no tengo ninguna duda.

— Si.

— Dilo—me ordena en voz baja.

— Si, me quiero casar contigo, quiero pasar el resto de mi vida contigo.

— ¡Oh, Anastasia!— Chilla y se abalanza encima de mi obligándome a tumbar en la cama y él queda encima mío.

Me besa por la mejilla, los ojos, la frente, la nariz y los labios.

— No te imaginas lo feliz que me has hecho— susurra emocionado.

Me felicito a mi misma por hacerlo feliz. Soy una mujer perdidamente enamorada, daría la vida si me lo pidiera en este instante. Me gusta saber que tengo lo que el quiere y necesita, y soy feliz con solo estar a su lado.

Lo amo.

Christian me mira intensamente, una de sus manos empieza descender por mi cuerpo. Se acerca a mi y me da un beso que me enciende la sangre; su lengua insistente, persuasiva... excitante entra en mi boca lentamente y me da y toma de mi todo lo que desea, y que quiero darle...

Abro los ojos un momento y veo que estamos en la habitación de su hermana. No es correcto.

Será mejor detenernos ahora.

— Christian— susurro excitada. — Detente... despertaremos a Ted— murmuro entre sus besos.

— Me emocioné— susurra contra mis labios y sonríe tímidamente.

El se aparta y ambos nos sentamos en la orilla de la cama y yo hago lo mismo. Joder, he quedado excitada, pero en esta casa no haremos nada. No es correcto.

— Vamos a mi antiguo cuarto— ordena y me toma de la mano para tirar de mi y levantarme de la cama.

— Toma a Ted con cuidado para que no se despierte. Vamos— le ordeno y tomo la maleta de Ted. 

— En mi cabeza había planeado otra cosa— me comenta con fingida frustración mientras toma a nuestro hijo entre sus brazos.

— Olvídalo, no haremos nada en esta casa— le respondo con voz seria. En esto sí no pienso ceder.

— ¿Por qué? Quiero celebrar que aceptaste casarte conmigo... No te puedes negar— casi está suplicándome al llegar a la puerta de su habitación.

— Aunque supliques la respuesta es no.

— ¿Por qué no?— Insiste y parece un niño pidiendo un juguete.

— No es correcto. Es la casa de tus padres.

— Puedo persuadirte... — dice divertido.

Su humor cambió bruscamente. Está contento. Yo también lo estoy. Quiero hacerlo feliz. Siempre.

—No.

—Síiiiiiii— responde juguetón después de dejar a Ted sobre la cama.

—¡He dicho que no!— exclamo fingiendo desesperación.

De pronto su mirada cambia y se hace sensual y peligrosa.

—Dices que no porque estamos en casa de mis padres, ¿no es así?

—Si, así es— afirmo.

En ese instante se acerca a mi y me toma de la mano para llevarme fuera de la habitación.

—¿Qué? Christian...

—Te llevaré a un lugar que no es dentro de la casa y así verás que no faltarás al respeto a mis padres, y yo tendré mi celebración, y ambos estaremos contentos.

Me excito al escucharlo y sin más me dejó llevar por él.

En el salón sólo está la familia, Grace está cantando a todo pulmón mientras Carrick y Mía gritan y aplauden como si se tratara de una artista, Elliot está bebiendo una cerveza, y Kate está sentada en unos de los sofá.

— Salgamos antes que se percaten— dice Christian.

Me pregunto adónde quiere llevarme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro