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♡Capítulo Único♡

—Es hora de ir a la cama —dijo la anciana mientras apartaba las cobijas para que el pequeño castañito se metiera entre ellas —Vamos Jin, que se hace tarde y mañana tienes escuela.

—Voy abue —grito el menor desde el otro lado de la habitación —. ¿Habrá cuento para dormir? —dijo con emoción que en su mirada mientras salía del cuarto de baño.

—Claro que si pequeño, anda ven aquí —la anciana palpo la cama e invitó al niño a acostarse.

Jin rápidamente salto en la cama y se cobijo, mirando fijamente a su abuela mientras esperaba que la historia comenzará.

—"Cuenta la leyenda que existe un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias—dijo la señora de cabello cano mientras miraba los ojitos del menor brillar de emoción—. Este hilo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper."

—¿Cómo puedo saber quién es la persona que está destinada para mí abuela? —pregunto el pequeño mientras abrazaba su pequeño peluche en forma de nube.

—Lo sabrás hijo, siempre lo sabrás.

—Pero ¿cómo? —volvio a insistir el menor —¿Qué pasa si nunca lo encuentro?, ¿Si nuestro hilo se enreda o estira tanto que no puedo encontrarlo?

—Dice la leyenda que no importa el tiempo, lugar o circunstancia lo encontrarás hijo. El destino así los ha unido y los hará encontrarse, tal vez ya lo has conocido y aún no lo sabes.

—Por eso quiero saber cómo puedo encontrarlo, no quiero que nuestro hilo se enrede o estire mucho, quiero conocer a mi pareja destinada pronto.

—No seas desesperado Jinnie, algún día llegará, y tú sabrás reconocerlo, o el te reconocerá a ti, o simplemente sus almas sentirán la conexión y toda la magia sucederá, siempre es de distinta manera.

—¿Cómo encontraste al abuelo?

La anciana suspiro y sonrió con nostalgia —Tu abuelo me encontró a mi. Simplemente un día en aquella plaza se acercó a mí y me dijo algo como: "se que puedes sentirlo tanto como yo". Gire mi rostro y lo mire sorprendida, la conexión que sentía con el era enorme, alguna clase de cosquilleo en las plantas de los pies y unas ganas inmensas de que nunca se fuera. Así fue como nos encontramos. Tu madre y tu padre se encontraron de otra manera, y cada persona ha encontrado a su predestinado con el tiempo y en diferentes circunstancias. Algunos incluso ya están casados cuando el destino decide ponerles a su pareja destinada en el camino. Y es así, el destino juega con las personas hasta que las une, así funciona esto.

El niño asintió y un bostezo escapo de sus labios, apretó más su pequeño peluche —Espero no estar casado cuando mi pareja destinada aparezca —rio bajito y cayó en el mundo de los sueños.

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—Existe un hilo rojo que une a las personas con su otra mitad, este hilo puede estirarse, contraerse o enredarse, pero nunca se podrá romper.

—¿Eso es real omma?

—Claro que si mi amor, ese hilo existe, y aunque es invisible, tu sabrás cuando tú predestinado llegue, así pasen muchos años, así conozcas o salgas con más gente tu corazón siempre reconocerá a esa persona.

—Woooah, eso suena muy bonito omma, pero... ¿Y si no encuentro a esa persona?

—La encontrarás cariño, ya verás que lo harás —la señora Min sonrió y acobijo a su pequeño, dejo un beso sobre su frente y camino hasta la puerta de la habitación —Podrán pasar muchos años cariño, pero encontrarás a esa persona especial, y cuando eso pase algo hará que te des cuenta de que es esa persona la que tanto buscabas —sonrió por última vez antes de cerrar la puerta.

El pequeño sobre la cama sonrió y abrazo su peluchito mientras sus ojitos se cerraban lentamente y caía en el mundo de los sueños.

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Los años pasaron y SeokJin se convirtió en un hermoso chico de cabellos castaños y hermosos rasgos, durante su niñez había mantenido la esperanza de encontrar a su persona especial, y en cuanto entró en la adolescencia comenzó a tener extraños sueños donde veía a un chico de espaldas. En sus sueños nunca escucho al chico hablar, nunca vio su rostro, nunca supo su nombre, pero algo le decía que esa persona seria importante en su vida, algo le decía que el destino le estaba mandando señales de su persona especial, pero el destino no era tan bondadoso y por ello sólo lo dejaba ver la espalda de aquella persona.
El chico de sus sueños tenía una estatura baja, tal vez algunos centímetros menos que él, sus cabellos eran negros, en otra ocasión fueron de un menta muy bonito y en otra fueron de una tonalidad rojiza, al parecer su pareja destinada gustaba de teñirse el cabello, cuando él en ninguna ocasión cambio su tono castaño oscuro, el chico era delgado y de una piel demasiado blanca, ya que en varias ocasiones había visto los brazos del chico. En sus sueños Jin siempre quiso acercarse al chico sin nombre pero siempre que estaba por llegar a él por alguna u otra razón despertaba y nunca podía ver el rostro del contrario.

A sus 17 años de edad SeokJin comenzaba a perder la esperanza, el tiempo seguía corriendo y el seguía sin encontrar a esa persona, a pesar de que todas las noches soñaba con él, en los últimos días había comenzado a ver a ese chico acompañado de otra persona, otro chico de una estatura más bajita y ambos se tomaban de la mano, e incluso en una ocasión vio al chico bajito besar la mejilla de su chico.

El dolor se acumulaba en el pecho de SeokJin al caer en cuenta que su pareja destinada tenía a alguien más a su lado y no lo estaba esperando como él lo hacía.
Con esta mentalidad SeokJin comenzó a conocer personas, teniendo citas con chicas y chicos de su instituto e incluso con personas de otras escuelas, ya que el chico al ser muy lindo tenía muchos pretendientes, pero en su incansable búsqueda nunca encontró a la persona que él quería encontrar.

Y así pasó el tiempo, y SeokJin nunca encontró a su predestinado, el destino era cruel, y nunca le permitió ver a esa persona, y a pesar de dejarle ver cómo era—al menos de espaldas—nunca le dió algún indicio de donde se encontraba esa persona.

Al pasar de los años SeokJin se convirtió en un diseñador de interiores, sus proyectos ganaron un pequeño reconocimiento en la empresa en la que trabajaba y decidieron enviarlo a Daegu con el fin de mejorar la producción en aquella empresa. El joven acepto el empleo y viajó hasta aquella ciudad, su primer empleo consistía en remodelar las instalaciones de la misma empresa y una vez que está estuvo terminada fue contratado para redecorar una casa de un importante empresario de la ciudad: el señor Min; SeokJin acepto y se trasladó hasta la enorme casa y se encargó de redecorar todo el lugar. El señor Min se quedó tan satisfecho con el trabajo del menor que le pidió encargarse del diseño de la casa que le regalarían a su hijo menor que estaba por contraer matrimonio y llevaría a su esposa a vivir a aquel lugar.
Una extraña opresión se plantó en el pecho del menor al escuchar aquello pero acepto la propuesta.
La casa del joven Min había quedado hermosa, y SeokJin se quedó satisfecho con su trabajo pero algo le incomodaba al estar en aquella casa.

Cierto día el menor caminaba por una transitada calle del centro de aquella ciudad, las personas chocaban entre sí y sin disculparse con los demás seguían su camino. Todo era tan distinto a su ciudad, y sentía nostalgia al estar lejos de casa, el menor se encontraba tan distraído que chocó de golpe contra otra persona, el castaño dio algunos pasos hacia atrás y cuando giro su cabeza para disculparse con la persona con la que había chocado, esta ya se encontraba alejándose entre la multitud. El corazón de SeokJin comenzó a latir de forma acelerada en su pecho al ver la espalda de aquel chico con el que había chocado, sus cabellos habían vuelto a ser negros y su piel seguía igual de palida que en sus sueños, de hecho todo el seguía igual, lo único que era distinto era su cabello, y nadamas.
Jin comenzó a avanzar lo más rápido que podía entre las personas para tratar de alcanzar a aquella persona pero la ola de gente que venía hacia él era demasiada, logrando asi que sólo logrará a ver la cabellera azabache alejarse más de él.

La tristeza inundó el pecho del menor al ver como el destino había jugado de aquella manera con él, poniéndole de frente a su persona especial y alejandola de el con la misma rapidez con la que lo puso en su camino aquel día.

Al pasar de los días SeokJin revivió su esperanza al saber que su pareja destinada se encontraba en aquel lugar, mágicamente los sueños habían desaparecido desde que el había llegado a Daegu, por ello el menor no sabía si aquella persona estaba con alguien más en ese momento o se encontraba sólo.
Pero tení la ligera esperanza de que si el destino los había cruzado al fin era sólo por una razón: su encuentro destinado estaba cerca, o al menor eso creía el menor y con aquella esperanza salió todas las tardes del trabajo y vago por distintas partes de la ciudad con la esperanza de volver a encontrar a esa persona.

Restaurantes, discotecas, cines, plazas, centros comerciales, mercados, y así seguía la lista de los sitios a los que había ido el menor con el fin de encontrarse a esa persona y nada.
Definitivamente el destino era cruel y estaba jugando con ellos.

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Aquella tarde el viento soplaba las hojas de los árboles, las flores de cerezo llenaban de color el lugar y SeokJin se encontraba caminando por aquella plaza. La campaña de la iglesia que estaba cerca comenzó a sonar indicando que la misa iba a comenzar, el menor nunca había sido muy creyente, pero por alguna extraña razón se acercó a aquel lugar, como si alguna clase de magnetismo lo hablará hasta el lugar.
Cuando llegó a la puerta de la iglesia pudo ver que dentro se llevaba a cabo una ceremonia: una boda. El menor miro con detenimiento la espalda de la novia, su vestido era blanco y con encaje, la cola del vestido era realmente larga y un velo se encontraba sostenido a su cabello con una bonita peineta, el menor pensó que aquella chica debía de estar muy contenta, al tener un vestido bonito y poder estar en esa situación con su persona especial. La vista de SeokJin fue hasta el novio y su respiración se atoró, su espalda, sus cabellos, SeokJin nunca los olvidaría y aquella tez pálida de su rostro cuando miro hacia la novia, definitivamente era él: su pareja destinada estaba casándose con alguien más.
Sin saber bien qué lo impulso el menor comenzó a caminar por el pasillo que llevaba hacia el altar, sus mejillas se sentían húmedas pero no prestó atención, mientras avanzaba hacia la pareja la gente lo miraba con interés y curiosidad, unos cuantos cuchicheaban sobre de quien podría tratarse, pero para él todos los sonidos eran nulos, sólo podía concentrarse en aquella espalda que tantas veces había visto en sus sueños.

El padre levantó la vista y lo miro con curiosidad al ver que lloraba y que estaba a sólo unos pasos de la pareja, ambos se giraron en cuanto el padre hablo y miraron al joven de mejillas húmedas frente a ellos sin saber de quién se trataba.

—¿Estas bien hijo? —pregunto el cura mirando con preocupación a SeokJin

El menor no dijo nada y miro al novio, quien sólo fruncio el ceño y giro para ver a la novia, pensando que el chico frente a él era uno de sus ex novios.

—No, tu no me conoces —dijo entre llantos

El pelinegro lo miro sin comprender y negó con molestia.

—Estas loco amigo, sal de aquí que estás retrasando la ceremonia.

—No me conoces

—No tengo idea de que hablas, pero sal de aquí mientras lo estoy pidiendo de buena manera.

Más lágrimas escaparon de sus ojos y pudo ver cierta culpabilidad y tristeza en los ojos del pelinegro, pero no cambio su parecer, SeokJin suspiro y se giró sobre sus talones, miro a algunas personas que se encontraban en las bancas y al ver sus rostros de burla y confusión salió corriendo del lugar.

El pelinegro miro de reojo como aquel joven corría fuera de la iglesia y entonces algo dentro de él se partió, su corazón latía a una velocidad impresionante y se giró completamente cuando el joven se perdió de la vista.
Esos cabellos castaños, esa amplia espalda y esa altura le eran demasiado familiares, y entonces llevo su mano hasta su mejilla al darse cuenta que está estaba húmeda.

—Yoongi, ¿estas bien cariño? —dijo la joven a su lado con preocupación mientras tocaba su hombro.

—Él, él...

—¿Él?, ¿quién es él?

—Lo siento —dijo mirando a la chica y después al cura —Lo siento —nego con la cabeza y salió corriendo por donde aquel chico se había ido.

Todos los presentes soltaron una exclamación ahogada y la chica en el altar gritaba su nombre, pero el sólo tenía un objetivo en mente: alcanzar a aquel chico antes de que fuera demasiado tarde.

La noche cayó en aquel lugar y Yoongi seguía sin encontrar a aquel chico, cansado y sin esperanza el pelinegro se recargo en una de los árboles de la plaza cuando escucho un pequeño llanto, se puso de pie y camino hasta aquel lugar de donde había provenido el llanto, su corazón se partió en millones de partículas al ver a él castaño abrazando sus rodillas y llorando sin control con el rostro oculto entre sus brazos, poco a poco el pelinegro se arrodilló junto al menor y pasó su brazo por el bombeo del castaño. Jin inmediatamente levantó su rostro y miro a Yoongi sin poder creer que estuviera ahí a su lado.

—Perdóname, perdóname por no haberte reconocido antes, yo... Perdón. —las lágrimas no tardaron en aparecer y abrazo con fuerza al castaño, su pecho dolía y sabía perfectamente como debía de sentirse el contrario.

—¿Sa-sabes quien soy? —pregunto el castaño con un ligero toque de esperanza.

—Si, yo no lo averigüe hasta que saliste corriendo y pude verte de espaldas, y supe que eras tú.

—¿De espaldas?, ¿Acaso tu...

—Yo soñaba contigo, o bueno, contigo de espaldas, nunca había visto tu rostro y por eso yo...

—Lo se, por eso no me reconociste... Me pasó lo mismo que a tí, nunca pude ver tu rostro.

—¿Quieres decir que tu también soñabas conmigo?

—Sí...

—Wow... Esto es... Extraño.

—Lo se, pero tú... Tu te estabas casando, ¿qué haces aquí?

—No pude casarme en cuanto te ví irte, en cuanto te reconocí, yo no podía dejarte ir...

Jin sonrió con tristeza y abrazo el cuerpo de Yoongi.

—Si tu soñabas conmigo, y sabías que había alguien destinado para ti... ¿Por qué te ibas a casar?, ¿por qué no esperaste por mi?

—Esta boda no fue planeada por mi, mi padre organizó todo para unir su empresa con el padre de esa chica.

—No sólo hablo de esa chica... —Jin jugueteo con sus manos mientras Yoongi fruncia el ceño —Ha-hablo de un chico de cabello negro y más bajito que tu.

—¿Jimin?

—No se como se llame —dijo Jin en tono molesto

Yoongi sonrió y saco su cartera, le enseñó una pequeña fotografía de el y el tal Jimin que tenía en su cartera. Jin sonrió molestia y tristeza al ver aquella fotografía en la cartera de el chico pálido.

—El —dijo Yoongi señalando al chico bajito que Jin había visto en sus sueños tomar la mano de su chico —Es mi hermano menor, su nombre es Jimin y es un poco demasiado meloso, aunque no se porque lo hayas visto en tus sueños.

Jin sonrió sus mejillas enrojecer y agradeció la poca luz para que el pelinegro no notará su sonrojo —¿Es tu hermano?

—Si —dijo Yoongi mientras asentía

—Oh —dijo Jin mientras mordía su labio —No lo sabía.

—No había manera de cómo lo supieras, al parecer el señor destino quería hacerte pensar otras cosas

Jin asintió y miro el rostro del chico frente a él, recordando algo muy importante.

—Yo ahora conozco tu rostro —dijo tocando la mejilla del pelinegro —He escuchado tu voz —poso su índice sobre los labios del contrario —Pero aún no se tu nombre —lo miro a los ojos y río bajito.

—Me llamo Yoongi, Min Yoongi

Jin recordó inmediatamente el apellido del señor con el cual había trabajado con anterioridad y pensó que definitivamente el destino gustaba de jugar con ellos.

—Y tu nombre ¿Cuál es?

—Jin, Kim SeokJin

—Bueno Kim SeokJin, un gusto conocerte al fin —tomo el rostro del contrario entre sus manos y lentamente se acerco a él, para después posar sus labios sobre los contrarios y besar con suavidad estos.

Jin correspondió a aquel beso y se abrazo al cuerpo de Yoongi. Por fin después de tanto tiempo buscando lo había encontrado.

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SeokJin se encontraba terminando de arreglar los últimos preparativos cuando la puerta fue abierta, rápidamente se sacó el delantal y lo lanzó a la cocina.

—Bienvenido a casa cariño

Yoongi sonrió al ver a su esposo con aquella camisa que le había regalado hacia algunos días y su radiante sonrisa. Se acercó hacia el y besó sus labios con dulzura y disfruto del sabor a fresas que tenían los labios del castaño.

—Feliz aniversario para ti también amor —dijo extendiendo una pequeña cajita hacia su esposo.

Los ojos de SeokJin brillaron se emoción y le extendió la bolsa de regalo que había comprado aquella mañana.
Las lágrimas llenaron los ojos de Jin al ver el interior de la cajita, dos collares se encontraban en su interior y se lanzó a abrazar a su esposo al caer en cuenta de cuáles eran aquellos collares. Hacia algunos meses habían ido al centro comercial y Jin se había quedado mirando al escaparate de la joyería y había visto esos collares con la ilusión de comprarlos para utilizarlos el y Yoongi, pero sabía que su esposo no gustaba mucho de esa clase de cosas y habia desechado eso como un posible regalo.

—Hace tiempo te ví observando esos collares y no pude evitar comprarlos cariño —dijo el pelinegro con una radiante sonrisa —Ven aquí príncipe —tomo uno de los collares y lo coloco sobre el cuello de su amado —Perfecto —dejo un beso sobre los labios ajenos y dejo que Jin le colocará su collar.

Sonrió y después prestó atención a la bolsita que Jin le había entregado, retiro el papel que escondía lo que había debajo, lágrimas llenaron sus ojos y se lanzó a abrazar a SeokJin, besando cada centímetro del rostro del castaño para después besar sus labios.

—¿En verdad?

—Si —dijo Jin con una sonrisa y asintiendo con emoción.

—No lo puedo creer Jin, yo... Dios te amo

Se agachó y besó la pancita de su esposo, ya que le había dado el mejor regalo de todos, Jin le había dado la noticia de que serían padres por tercera ocasión y Yoongi no cabía de la emoción.
Tomo la bolsita entre sus manos y saco el par de zapatitos que había dentro de la bolsa y debajo pudo ver el ultrasonido de su esposo.

—Soy tan feliz —dijo el pelinegro mientras acariciaba la pequeña fotografía, Jin observaba a su esposo con amor y suspiro feliz ante su reacción.

—Vamos a comer cariño, debes estar hambriento —dijo Jin

Yoongi sonrió y negó con la cabeza —No cariño, aquí el hambriento has de ser tu, anda.

Jin soltó una risita y se sentó para observar a su esposo sentarse frente a él. La cena transcurrió con tranquilidad y entre recuerdos de sus citas cuando se encontraron, la primera vez que Jin quedó embarazado y como habían vivido aquella maravillosa experiencia, llegando a las lágrimas al recordar el momento en que tuvieron a su bebé entre brazos, y recordando cuando el segundo pequeño había nacido. Ahora estaban esperando por su tercer bebé y ambos se sentían tan enamorados y felices como la primera vez.

—Por cierto amor —dijo Yoongi mientras colocaba el último plato limpio sobre los demás en el estante —¿Con quien dejaste a los niños?

Jin río ante aquello y Yoongi supo la respuesta antes de que Jin la dijera —Con Jimin, el se ofreció a cuidarlos junto con Tae

—Oh Dios, que será de mis pobres hijos en compañía de esos dos, creo que Nam y Kookie han de estar cuidando de esos dos en lugar de que Tae y Jimin los cuiden a ellos.

Jin río ante las palabras de su esposo y pensó en aquella escena que tantas veces había visto, sus pequeños correteando por la casa de su cuñado y jugando a las escondidillas o algunas guerrillas con los mayores.

—Bueno —Yoongi envolvió sus brazos en la cintura de su esposo y sonrió pícaro —Aun podemos disfrutar de algunas horas solitos tu y yo

—No estamos solos recuerda cariño

—Cierto —sonrió el pelinegro. —Cariño, disculpa las molestias pero Papi y yo tenemos algunos asuntos que arreglar. —dijo el pelinegro mientras acariciaba los glúteos de su esposo.

—¡Yoon! —dijo Jin colorado al ver las intenciones de su esposo.

—El médico dijo que estaba bien mientras tuviéramos cuidado —paso su lengua por el cuello del castaño y sonrió al ver el collar

—Te aprovechas sólo por que mis hormonas están alteradas. —dijo SeokJin mientras gemía al sentir las manos de su esposo acariciar su vientre —Yoon, te amo.

—Yo te amo mucho más mi príncipe —recosto a SeokJin sobre la cama y poco a poco la ropa fue sobrando.

Entre gemidos, caricias y palabras de amor ambos sellaron de nuevo su unión, cuidando ante todo no ser demasiado bruscos para evitar lastimar a su bebé en camino.

❀~✿~❀~✿ F I N ❀~✿~❀~✿

Espero les haya gustado esta pequeña historia mis amores.

Este es mi primer one shot así que no se que tal haya quedado 😅😂❤️ lo hice con mucho amor para ustedes y espero haber logrado mi cometido ✨❤️

Las amo mucho y les mandó millones de besitos 😘😘😘

Pd: he vuelto a recibir esta historia debido a que me borraron mi anterior cuenta, gracias a las que me siguen apoyando.. las amo 😭💕

✿Kim☆Palomita✿

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