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El día "triste" con esas nubes grisáceas enormes, y el viento que podía colarse a través de sus abrigos, solo podían indicar una cosa: una bonita tormenta se avecina.

Myoui Mina es fanática de las tormentas. Pero para ella, hubiera sido un momento perfecto si tuviera un sabroso café extragrande en sus delicadas y suaves manos, mientras su vista y atención se la robaría la televisión con su serie de netflix favorita. Obviamente, no podríamos olvidar la cama con sus noventa cobijas.

Eso lo podría estar haciendo, si no tuviera la obligación de ir al colegio.

Pero para su desgracia, estaba sentada en el pupitre masticando la punta del lápiz por el aburrimiento; sabiendo qué, pronto se le podría romper debido a las constantes mordeduras fuertes que recibía el pobre útil escolar, entre tanto, su vista estaba concentrada en la ventana, donde ya podía apreciar como las gotas de lluvia resbalan por el vidrio con plena lentitud.

El salón de clases estaba vacío ya que era horario de receso. Gracias a ello, todos sus compañeros charlarían y harían tonterías por los pasillos. No estaba permitido estar en aulas cuando era la hora del descanso, aun así, Mina era la excepción porque tenía un gran yeso en su pierna derecha. Si bien podía caminar, la excusa que le comunicaba a los docentes era que le dolía su extremidad al hacer dicha acción.

La única que sabía la verdad de esa gran "adolorida" mentira era su mejor amiga, Son Chae Young. Quién tenía bien en claro que Mina haría cualquier cosa (hasta sacar provecho a sus lesiones) para tener cinco minutos de paz. En realidad, la joven Chaeng sabía mucho más sobre la chica japonesa: sus horarios; estados de ánimos; citas; gustos; y hasta del gran poder de Myoui.

Y mira que esto último no se lo ha contado a nadie. Solo a ella.

Es que Son Chae Young le transmite seguridad, le agrada... y demasiado. Por algo es su única mejor amiga. Lo que pasa es que la menor del dúo no era como las demás. Si bien es algo popular, con una mente brillante, y demasiado guapa; no es como todas las otras que encajaban con las mismas cualidades. Sin olvidar qué, desde pequeña siempre estuvo a su lado.

Myoui todavía recuerda cuando a la edad de diez años se encontraba llorando arriba de la casa del árbol. Y luego de unos minutos apareció una Chae Young de ocho años, subiendo por la escalera de cuerdas; al mismísimo rescate, muy preocupada por su vecina. Pues, el llanto de esta se podía escuchar desde su patio. Al preguntarle que le había pasado, Mina le había respondido que veía hilos extraños que salían de los meñiques de las personas. Muchos conectaban con otros hilos, pero algunos estaban cortados; eran hilos pequeños amarrados al dedo chiquito de los humanos sin ninguna dirección. Y eso pasó, cuando vio los del hermano y de su cuñada.

No lo había querido hacer, Mina en ese momento no sabía que podía ver esos hilos conectores si se ponía a analizar a la persona. Por eso mismo, esa mañana, cuando había venido su hermano mayor a presentar a su novia a la familia, la pequeña se había puesto a analizar a la muchacha de abajo para arriba.

Y fue ahí...

Había visto ese maldito hilo rojo.

El de ella estaba cortado.

Pero cuando decidió por simple curiosidad analizar a su hermano, para ver si también le aparecía ese cordoncito, pudo ver que el de él era demasiado largo. Tan largo, que el otro extremo pasaba por debajo de la puerta.

Chae Young, al ser tan pequeña, no captaba bien que era lo que escuchaba, aun así al escuchar todo con mucha atención. Lo único que le pudo dar fue un abrazo y el dedo meñique para hacer la promesa de no contarle a nadie del poder que poseía su vecina.

Y Mina, sin ver el dedo de la contraria (por las dudas de ver accidentalmente el hilo de Chaeng) accedió a seguir con el proceso de la promesa.

— ¿El hilo rojo de Matías es difícil de ver? — Escuchó por detrás, haciéndola salir instantáneamente de sus pensamientos. Al ver nuevamente a la ventana, pero esta vez sin irse de trance, notó que su mirada parecía dirigirse al muchacho argentino que estaba sentado en un banco del patio, mojándose solo, como un loco.

— ¿El estudiante de intercambio? No. Ninguno me es difícil de ver, Chae Young. — Le respondió con un tono de digna soberbia.

La contestación de la mayor, llena de orgullo y superioridad, hizo que la joven coreana estirará la comisura de su boca, mientras asentía con la cabeza. — Bien, chica única. Cambiando un poco el tema... — Mina le echó una mirada a Chae Young. — ...¿Realmente no quisieras saber tu propio destino amoroso, teniendo ese poder?

— Ya te he dicho que no, me gustaría los obstáculos de por medio. Quiero decir, podría estar con muchas chicas antes de encontrar el otro extremo de mi hilo.

— Ya. ~ Prefieres explorar.

— Ajá... — Mina podría ser todo, menos estúpida. Sabía perfectamente para donde quería llegar Chae Young. Así que se lamió sus labios resecos y prosiguió —: ...Y también que mis seres queridos lo hagan. Nada es fácil en esta vida, y para ti es lo mismo. Encuentra por ti misma la otra extremidad.

Chae Young aguantó la risa. ¿Cómo sabía de que ella le iba a pedir ese favor?, a veces —por no decir siempre— su mejor amiga la sorprendía demasiado.

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¡TA-DAH! No tienen que esperar a que actualice esto (Esto no se lo esperaban de mi parte, ¿Cierto?). Al tiempito de subir el primer capitulo, subiré el otro.