Capítulo 4 "Comienzo"
Habían múltiples maneras de despertar y empezar la mañana, pero al parecer ninguna de las maneras buenas estaban a mi favor, ya que casi siempre solía despertar con un dolor de cabeza, sin saber dónde me encontraba y con malestar, al parecer ésta no era la excepción. Abrí los ojos con dificultad, sentía mi cuerpo adormilado y adolorido, seguramente por la sustancia que me habían aplicado para dormirme, pero aún así, pude sentarme en la cama para luego observar el lugar, que ante mis ojos, era una palacio.
El dormitorio era grande y espacioso, la cama era suave, esponjosa y podrían caber hasta cinco personas en ella, al lado había un gran armario, el cual contenido ropa de marca, zapatos y bolsos, lo sabía por lo poco que se podía observar por la rendija de la puerta semi abierta, más al fondo se encontraba el baño, al lado estaban los grandes ventanales cubiertos por pesadas cortinas, las cuales impedían entrar la luz del sol. Seguí observando entusiasma, hasta que mis ojos se encontraron con los de un chico, el cual estaba sentado en una silla tipo sofá, mirándome fijamente, pero lo que más me sorprendió, fue la máscara que llevaba puesta.
—¿Quién eres? —pregunté de inmediato.
—Las preguntas las hago yo. —respondió con voz gruesa.
Inmediatamente me quedé callada, su voz era suave y dócil, pero el tono con el que salía cada palabra, era fuerte y grave, lo cual significaba que tenía altos niveles de testosterona. En pocas palabras, era ese tipo de hombres a la que las niñas le decían, pegame, embarazame y déjame, era gracioso, pero de cierto modo es verdad. Dejé atrás las risas mentales y decidí concentrarme en lo que estaba pasando, realmente no sabía dónde estaba, ni como había llegado allí, así que decidí preguntar de una vez por todas, pero cuando iba a hacerlo, el chico se levantó de su asiento y pronunció unas pocas palabras.
—Acompañame. —susurró. Decidí seguir sus órdenes, pero al tratar de levantarme me di cuenta de algo.
—No puedo. —murmuré con suavidad.
—¿Por qué no? —indagó.
—E-estoy desnuda. —respondí.
Pude notar como su cuerpo se tenso de inmediato, luego apartado su mirada de mí y mando a llamar a unas sirvientas, las cuales estaban vestidas con los uniformes típicos de ayudantes. Eran mujeres de mediana edad, no eran ni muy viejas, ni muy jóvenes, pero a leguas se podía notar el respeto que le tenían al chico y también se podía notar que estaban a su entera disposición. El chico salió de la habitación y cerró la puerta tras él, las mujeres me saludaron y empezaron a buscar ropa en el armario, también organizaron la tina con espuma y perfumes que olían delicioso, al parecer la persona dueña del lugar, era alguien con mucho dinero.
La final acepté bañarme y vestirme, hacía mucho no me daña una ducha de verdad y no tenía intenciones de desperdiciar la oportunidad, sobre la ropa, no quería andar desnuda por todas partes, así que no tenía más remedio que aceptar la que se encontraba allí. Pasaron unas horas y al fin estaba lista, salimos de la habitación y me llevaron al comedor, donde me esperaba un desayuno delicioso y el chico de la máscara, así lo iba a apodar, pues no sabía quién era ni como se llamada.
—Sientate, puedes comer lo que quieras. —informó el chico.
—G-gracias. —agradecí con titubeos, luego lo miré y pregunté— ¿Qué significa todo esto?
—Las preguntas las hago yo ¿Recuerdas? —recordó con cierta molestia.
De cierto modo me molestó su manera de decirlo, empezaba a creer que ese chico era el dueño de todo esto y se creía la mayor cosa solo por poseer altas fortunas. Olvidé por un momento todo y me dispuse a comer todas las delicias servidas en el comedor, el chico seguía mirándome fijamente, observando la manera peculiar en la que disfrutaba cada sabor de la comida, la manera en la que me sorprendía con las cosas de alto valor, la manera en como admiraba todo, sin querer obtenerlo, solo disfrutando sabiendo que nada me pertenecía.
Seguí comiendo por un tiempo más, hasta que el chico chasquió sus dedos llamando al mismo hombre que me había secuestrado, luego se acercó a mí y me entregó unos papeles, rápidamente los tomé y miré al chico de la máscara, el cual me pidió que lo abriera y lo leyera en voz alta, yo dudé por un momento, pero decidí averiguar de una vez por todas lo que estaba pasando, después de todo, ya estaba acostumbrada a los secuestros a cambio de sexo sin compromiso alguno.
—Es un documento —susurré—. Tiene varias páginas y al finalizar hay un espacio para firmar.
—¿Qué dice el documento? —cuestionó el chico.
—Habla sobre un contrato, algo sobre un matrimonio arreglado, del cual ambos saldremos beneficiados. —Leí en voz alta.
—¿Qué más?
—Dice que su padre solo le dará una herencia si se casa, pero como no quiere hacerlo, quiere hacer un casamiento falso. —dije sorprendida— ¿Qué significa todo esto?
—Continua. —mandó con seriedad.
—Dice que aunque sea un matrimonio falso, será tan real como cualquier otro. —murmuré— ¿A qué se refiere?
—Sigue leyendo y de darás cuenta.
—Si firmo el contrato, tendré gran parte de la herencia, pero deberé cumplir mis deberes como esposa... —me quedé callada por un momento y luego continúe— deberé ceder a sus placer y antojos eróticos.
—¿Qué más? —interrogó
—Antojos como hacerlo en cualquier parte de la casa, incluyendo la mesa del comedor. —Leí sonrojada— ¿Sé refiere a esta mesa? —pregunté señalandola con la mano.
—Sí, te haría mía incluso en esta mesa, es más, si aceptas, podemos hacerlo de una vez aquí mismo. —propuso.
—S-seguiré leyendo.
Gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro