La luz de la luna que se reflejaba en el mar, era sencillamente hermosa, daba una sensación de tranquilidad y paz, era justo lo que estaba buscando en este momento, también el sonido de las olas era relajante, en pocas palabras, todo aquí me causaba paz mental y eso era lo que todos buscamos encontrar. Mientras seguía admirando la noche, sentí como la mano de Honrixs agarró uno de mis pechos, haciéndome jadear de inmediato, luego sentí su cuerpo pegarse al mío, tanto así, que podía sentir todo de su cuerpo desnudo.

Nos quedamos estáticos por un rato, sin decir nada o hacer algo, solo nos quedamos allí, admirando todo nuestro alrededor, realmente todo era hermoso y sencillamente, tenía miedo de que todo esto fuera un sueño efímero y que en algún momento, tuviera que despertar ¿Cómo seguiría mi vida sin Honrixs? Después de todo, él era todo lo que conocía, él había sido mi única felicidad después de salir de aquel infierno, sinceramente tenía miedo, mucho miedo.

—¿Quieres jugar? —susurró en mi oído sacándome de mis pensamientos.

—¿Jugar qué? —pregunté sin quitar mi vista de la luna.

—¿Cuáles son tus puntos débiles, Mandalay? —cuestionó rozando con sus dedos mi entrepierna, haciéndome gemir—. Creo que he encontrado uno ¿Cuáles crees que son los míos?

Di media vuelta, encontrándome con aquellos ojos negros y brillantes, los cuales me miraban como si fuera su presa a la que está intentando cazar. Mientras lo miraba, empecé a tocar varias partes de su cuerpo; detrás de las orejas, su cuello, su pecho y su abdomen, partes que yo consideraba sensibles para los hombres, pero aunque había atinado en algunas, Honrixs quería que siguiera descubriendo las demás, así que sin pensarlo dos veces, tomé aire y me sumergí en el agua, para luego darle una lamida a su pene erecto, haciendo que su cuerpo se estremeciera.

Después de dar unas lamidas más, salí del agua mirando nuevamente Honrixs, el cual tenía su boca semi abierta, sus ojos demostraban sorpresa y satisfacción, como si lo que había hecho, lo hubiera tomado desprevenido, pero a la vez, le encantó. Después de eso, Honrixs tomó mi rostro con ambas manos para luego empezar a besarme dulcemente, la verdad, era la primera vez que recibía un beso de esa manera, el cual era dulce, delicado, suave y con una pista de necesidad, lo que hacía del beso, algo perfecto.

-Me encantas. -confesó mientras dejaba de besarme por un instante- hay algo en ti que sencillamente me hace enloquecer.

—Honrixs... —gemí entre sus labios.

—Quiero que seas mía para siempre.

Honrixs tomó mis piernas y las envolvió al rededor de su cintura, mientras yo me aferraba de su cuello, luego volvió a besarme de la misma, aquella manera que había descubierto como si favorita, porque sentía que Honrixs me veía como algo más que algo sexual. Mientras me aferraba a su cuello, haciendo que me fuera más fácil mantener el equilibrio, Honrixs acomodó su miembro debajo de mí, introduciéndose lentamente en mí, haciendo que mis ojos se cerraran de golpe, mientras sentía como este me llenaba por completo.

Honrixs tomó mi cadera y empezó a moverme de arriba abajo, lento y suave, mientras besaba mi cuello con cautela, como si fuera una porcelana la cual se podría quebrar con cualquier golpe brusco. Las manos de Honrixs se aferraba fuertemente a mi cadera, dejando leves marcas rojas, las cuales se hacían por el frío y la presión. Luego de un rato en aquella posición, Honrixs empezó a salir del agua, sin dejar de besarme o salir de mí, después acomodo rápidamente una toalla en la arena y me recostó con suavidad mientras seguía moviéndose lentamente en mi interior.

—Más rápido. —pedí empezando a sentirme más excitada.

—¿Quieres que te lo haga más rápido? —preguntó con una sonrisa leve.

—Por favor. —supliqué mientras aferraba mis piernas al rededor de su torso.

—Tus deseos son órdenes para mí.

Después de eso, Honrixs empezó a moverse más rápido, pero no lo suficiente como para lastimarme, aún seguía conservando aquella fragilidad y suavidad, haciendo que el romance no se viera afectado por el deseo o la lujuria. Honrixs me levantó e hizo que me sentara encima de él, mientras acariciaba mi espalda y besaba mi clavícula, la cual estaba húmeda por el agua y el sudor.

Rápidamente estiré mis piernas a cada lado de su cuerpo, haciendo que su miembro estuviera más profundo dentro de mí, luego acomodé mis manos encima de su piernas, las cuales serían el soporte para empezar a brincar encima de él. Después de tener todo listo, empecé a moverme de arriba a bajo encima de él, sin hacer movimientos bruscos, pues al igual que él, yo también quería tratalo dulcemente esta noche. Mientras me movía sin parar, Honrixs puso una mano en mi cintura otra en la arena, para así empezar a moverse al compas de mí, haciendo que el sonido de nuestros cuerpos chocando, se escuchara por todas partes.

—Honrixs... —gemí mientras me acostaba para atrás y flexionaba un poco mis piernas, para luego empezar a moverme rápidamente— ya no aguanto más.

—¡Ah! ¡Mandalay! Espera. —jadeó mientras hacia sus manos puño— si sigues así no podré controlarme.

—¡Ah! Por favor, sigue. —pedí completamente cegada, mientras sentía mi próximo orgasmo.

Honrixs no aguantó más, me tomo de la cintura e hizo que me acostara boca abajo, luego levantó mis caderas haciendo que quedara en cuatro, después se introdujo en mí con brusquedad, mientras me tomaba del cabello y empezaba a darme suaves nalgadas. Honrixs seguía moviéndose rápidamente, haciendo que llegara a mi clímax de inmediato y después de unos segundos, Honrixs hizo lo mismo, para luego caer a mi lado completamente exhausto.

—Veo que te gusta que te maltraten.