—Cuando Honrixs volvió a casa, ya tenía puesta aquella máscara y su padre había quitado todos los espejos, para que así, fuera más soportable la vida de él. —contó Karlota tras un suspiro— es una pena, él era un chico muy apuesto, las mujeres del vecindario de morían por él, pero después del accidente, todos sus amigos y pretendientes, desaparecieron.

—Eso es tonto, la apariencia no lo es todo en la vida. —dije con frustración.

—Despues de que pasaron los años, el señor Walrider obligó a Honrixs a casarse, creyendo que no podría hacerlo por su aspecto —informó Karlota—, pero llegaste tú, demostrando todo lo contrario.

Después de aquella charla, salí de la tina, pues el agua ya estaba fría y mis dedos empezaban a arrugarse, demostrando todo el tiempo que había permanecido en el agua, la señora Karlota me había ayudado a arreglarme, mientras me contaba los últimos detalles, como el hecho de que el señor Walrider nunca llevó a Honrixs al entierro de su novia y de su madre, incluso habían rumores de que sus cuerpos jamás fueron encontrados, pero era una tontería, pues nadie podía sobrevivir ante aquella tragedia.

La noche al fin había llegado y junto con ella, una tormenta, afuera de mi ventana parecía un diluvio, los rayos y truenos hacían que todo fuera más escalofriante. Mientras observaba todo, la energía en la casa se había ido, haciendo que todo quedara en plena oscuridad, traté de caminar hacia mi cama, pero al dar media vuelta, observé una figura en la puerta, la cual salió con rapidez al darse cuenta que la había descubierto, al ver aquella escena, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y sin pensarlo dos veces, decidí investigar de qué se trataba.

Salí de mi habitación, en plena oscuridad, observando los pasillos solitarios y tenebrosos, haciéndome dudar sobre mi persecución. Suspiré frustrada y seguí caminando hacia donde creía que se había ido aquella sombra, esperando no encontrarme nada extraño, pero casi muero al sentir una mano posarse en mi hombro, haciendo que pegara un grito y saliera corriendo, pero debido a mi torpeza, no llegué muy lejos y caí al suelo después de tropezarme con mis mismos pies.

—Soy muy torpe para estas cosas. —suspiré mientras tocaba mi pie lastimado.

—Realmente eres una tonta. —susurró una voz conocida— ¿Estás bien?

—¿Honrixs? —pregunté sin poder distinguir bien su rostro, pero de algo estaba segura, no llevaba aquella mascara.

—No tonta, soy un fantasma. —murmuró fastidiado— ¿Qué estabas haciendo plena oscuridad? Es muy peligroso caminar así.

—Solo caminaba por ahí. —respondí, diciendo la excusa más estúpida.

—¿Puedes caminar? —curioseó, rápidamente traté de levantarme, pero mi pie dolía un poco.

—No, me duele el pie.

—Bien, yo te llevaré de vuelta a la cama.

Honrixs tomó mis piernas y me cargó entre sus brazos, para luego empezar a caminar lentamente hacia la habitación, pues no quería tropezar con las miles de cosas que tenía como decoración a lo largo del pasillo, pues según él, cada una de esas cosas, podían valer millones y ni siquiera en toda mi vida, podría pagar al menos una de ellas.

Después de unos minutos, al fin habíamos llegado a la habitación, rápidamente Honrixs me llevó hasta la cama, donde me acosté de inmediato, siendo arropada por él, la verdad, era la primera vez que Honrixs se portaba así conmigo y sinceramente me gustaba mucho estaba versión de él. Luego de hacer todo eso, Honrixs me deseó una feliz noche y empezó a irse, pero antes de que pudiera hacerlo, tome su muñeca, impidiendo que se fuera.

—¿Qué haces? —susurró.

—¿Podrías dormir conmigo esta noche? —cuestioné nerviosa—. Realmente no quiero dormir sola.

—Vamos Manday, ya no tienes dos años. —dijo en forma de burla.

—Por favor. —supliqué.

Realmente no quería dormir sola, la noche estaba fría y oscura, no había energía, ni siquiera estaba la luna para darme un poco de luz, además, aquella sombra me tenía inquieta y estaba cien por ciento segura, de que no era Honrixs, pues aquella figura, era delgada y más baja que él, así que sea como sea, no quería dormir sola, incluso si tuviera que bajar a dormir con Karlota, lo haría.

Honrixs suspiró con pesadez y después de mil intentos, accedió, yo estaba feliz y aliviada, pues estaba casi segura que podría dormir cálidamente una vez que no estuviera sola, además, el cuerpo de Honrixs, me daría el calor suficiente para sobrevivir a esta helada. Habían pasado algunas horas y seguía sin conciliar el sueño, a pesar de estar con Honrixs, seguía inquieta por aquella sombra y los rayos que caían, hacían que me asustara aún más, suspiré cansada y frustrada, luego di media vuelta en la cama, quedando frente a frente con Honrixs.

No pude evitar sentir cosquilleos en el estómago al tenerlo tan cerca de mí, a pesar de que no podía ver su rostro, aún podía observar la silueta de su cuerpo. Sin darme cuenta, empecé a acariciar sus brazos por encima de su camisa, luego subí hasta su cabello, el cual era suave y olía muy bien, después bajé hasta su rostro, traté de acariciarlo, pero su mano sostuvo la mía de inmediato.

—¿Qué crees que estás haciendo? —murmuró con su voz ronca, al parecer lo había despertado.

—Solo quería tocar tu rostro. —dije sin más— realmente no me interesan tus cicatrices, eres lindo como eres.

—¿Quién te contó sobre...? Karlota. —suspiró— ¿Estás segura que quieres hacerlo?

—Sí. —afirmé con seguridad.

Honrixs fue el encargado de llevar mi mano hacia su rostro, podía sentir su mano temblar mientras colocaba la mía, después de hacerlo, empecé a acariciar cada rincón de éste, sintiéndome extrañada por lo que sentía, pues el rostro de Honrixs se sentía suave y cálido, como si no tuviera ninguna imperfección o quemadura, quería decirle esto de inmediato, pero me desconcentré al sentir sus labios bajo la yema de mis dedos, eran suaves y carnosos, impidiéndome que pensara con claridad.

Rápidamente y sin pensarlo dos veces, me acerqué a él, dejando un beso fugaz sobre sus labios, después, volví a hacer lo mismo, haciendo que Honrixs quedara sorprendido por mis repentinos movimientos. Honrixs rápidamente me tomó por detrás de mi cabeza, haciendo que me acercara él, para luego unir nuestros labios en un beso desesperado y apasionado, podía sentir como sus dedos se entrelazaban en mi cabello, haciendo que fuera imposible para mi moverme.

Mis manos empezaron a viajar nuevamente por su rostro, haciendo que se inmutara al sentir mi tacto, pero después de un momento, dejó de concentrarse en eso y siguió disfrutando del momento. El beso cada vez era más salvaje, incluso podía sentir mis labios hinchados y calientes, nuestras respiraciones empezaban a descontrolarse, haciendo que el momento se volviera más lujurioso, pero de la nada, Honrixs se alejó de mí, dejando un vacío en mis labios.

—¿Esto está bien? —preguntó— porque si seguimos así, no podré detenerme y haré que todos en la casa de escuchen gritar.

—No quiero que te detengas. —respondí cegada por el deseo— dijiste que sería como si fuera una esposa de verdad.

Rápidamente me subí en el regazo de Honrixs, para luego quitar mi blusa y empezar a besarlo nuevamente mientras desabrochaba los botones de su camisa. Honrixs me tomó de mis glúteos con ambas manos, para luego empezar a moverme por encima de su pantalon, estimulando su miembro con nuestro roce. Una vez que terminé con sus botones, Honrixs se sentó en la cama, haciendo que fuera más fácil para mí quitar su camisa, luego empezó a desabrochar sus pantalones, mientras yo acariciaba su espalda con delicadeza, sintiendo su sudor sobre ésta, después, de un solo movimiento, Honrixs me posicionó en la cama boca abajo, quitando su pantalón con desesperación, para después quitar mis short de pijama, dejándome completamente desnuda ante él.

—¿Estás segura? Aún puedes detenerme. —susurró mientras golpeaba mis glúteos con sus manos.

—Solo hazlo. —murmuré con mi cabeza entre la almohada.

Honrixs se posicionó entre mis piernas y de un solo movimiento entró en mí, haciendo que jadeara de dolor y de placer, rápidamente empezó a moverse en mi interior, haciendo que cogiera las sábanas entre mis manos, para tratar de hacer el menor ruido posible, pero era imposible, podía sentir como el miembro de Honrixs escarbaba hasta lo más profundo de mí, como si quisiera partirme en dos.

Las manos de Honrixs tomaron mis dos piernas, para luego alzarlas, haciendo que quedará arrodillada, para así tener un mejor acceso a mi entrada. Honrixs tomó mi cadera con firmeza y empezó su vaivén de afuera hacia adentro y viceversa, podía sentir como mi entrada se contraía cada que éste llegaba hasta lo más profundo haciendo que gimiera desgarradora mente, incluso, podía sentir mis lagrimas bajar por mis mejillas, mientras mis manos seguían aferradas a la sábana.

—Espera... —jadee— ya no aguanto más.

—Te dije que una vez que empezara, ya no podría detenerme. —musitó.

Honrixs tomó mi cuerpo y lo volteó de un solo movimiento, luego nuevamente empezó a penetrarme mientras besaba mi cuello desesperadamente, incluso podía sentir sus mordidas y chupetones, yo me aferraba a su espalda, enterrando mis uñas en ésta, haciendo que Honrixs jadeara. Sus movimientos cada vez eran más violentos, haciendo que sintiera como si fuera a explotar en cualquier momento, incluso, mi espalda empezaba a arquearse sin saber que hacer, pues estaba llegando a mi punto más alto.

—Quiero que sepas, que ahora eres mía y solo yo puedo ponerte en esta situación.