Realmente no sabía que me parecía más extraño, si el hecho de haber tenido relaciones sexuales en medio de una sala de cine, con miles de personas curiosas o el hecho de que Honrixs tuviera una cajita con una pastilla para evitar embarazos, pero bueno, realmente no debería de parecerme extraño, pues en el contrato especificaba muy bien, que claramente iba a necesitar esa pastilla, lo que Honrixs no sabía, era que yo planificaba ¿Acaso cree que una prostituta no debería cuidarse? Definitivamente la vida que llevaba, no era para darle vida a un bebé.

Mientras estaba pensando en todo, sentí como Honrixs me abrazó e hizo que me agachara, sintiendo así, como un disparo pasó por encima de nuestras cabezas, rápidamente salí de mis pensamientos y di media vuelta, encontrándome con un tipo alto, de piel negra, musculoso y con un pasamontañas, el cual cubría por completo su rostro, solo dejándome ver sus ojos inexpresivos. Honrixs se apresuró a sacar su arma, pero al tocar sus bolsillos, su ropa y demás cosas, se dio cuenta que no la traía, que probablemente se había caído durante nuestro momento íntimo.

—Quitate pequeño, este problema no es contigo. —dijo el hombre apuntando su arma nuevamente a mi cabeza— me contrataron para matarla a ella, no te lo tomes personal.

—Debo hacerlo, es mi prometida a la que quieres matar. —musitó con su voz tan característica.

—Te lo diré una vez más ¡Quítate! —exclamó mientras ponía su dedo en el gatillo.

Mientras el hombre seguía insistiendo en apartar a Honrixs y mientras Honrixs seguía insistiendo en no irse porque era su prometida, yo estaba allí, observando como dos personas se peleaban por mi vida, realmente mi vida era una telenovela y yo era la pobre víctima a la que siempre le pasaban las peores cosas. Después de que el hombre se dio cuenta que Honrixs no me iba a dejar, se dispuso a apuntar a la cabeza de Honrixs, pues según él, así sería la única manera en que podría hacer su trabajo, pero en ese instante, llegaron los guardias del cine, atrayendo la atención de aquel hombre, el momento perfecto para que Honrixs lo tomara por la espalda.

Honrixs luchó un rato con el hombre, pero éste, sin temor alguno, le disparó a los guardias y luego le pegó un codazo a Honrixs en el estómago haciendo que esté cayera al suelo del dolor. Aquel hombre empezaba a acercarse lentamente, haciendo mi muerte más espeluznante, pero cuando estaba a pocos centímetros de mí, Honrixs se levantó del suelo y lo abrazó, haciendo que le fuera imposible al hombre mover sus brazos, en ese preciso momento pude divisar una navaja en el bolsillo del pantalón del tipo y sin pensarlo dos veces, lo saqué y de un solo movimiento corte su garganta lo más profundo que pude, salpicando mi ropa con su sangre.

—Eres realmente peligrosa. —susurró Honrixs mientras acariciaba mi rostro— ¿Estás bien?

—S-sí, creo que sí. —dije tratando de salir del shock.

—Mandalay —murmuró Honrixs atrayéndome a sus brazos—. Eres débil, pero a la vez, eres muy fuerte cuando lo necesitas.

Mi respiración empezaba a entre cortarse, mis manos sudaban y mi corazón se aceleraba ¿Qué le estaba ocurriendo a Honrixs? Realmente no era un tipo que solía completarse de esa manera ¿Acaso era por lo que acababa de pasar entre nosotros? No lo sabía. Honrixs empezó a caminar fuera del cine, sin querer soltarme, realmente era incómodo caminar así, pero no importaba, quería tenerlo así por un rato más, pero cuando más cómoda estaba, Honrixs me soltó de la nada dejándome con mil preguntas en la cabeza.

—¿Acaso eres tonta Mandalay? —preguntó con enojo—. Había una cámara giratoria, cuando te abracé, la cámara nos estaba apuntando.

—¿Qué? —susurré sin entender— ¿Una cámara?

—Realmente eres tonta. —suspiró para luego entrar en el auto.

El resto del viaje fue silencioso, Honrixs no dijo ni una sola palabra, ni siquiera se atrevió a mirarme ¿Acaso había hecho algo mal? Suspiré frustrada mientras movía mi cabeza en negación, pues realmente no debía importarme si había hecho algo malo o si él estaba molesto conmigo, debía meterme en el papel que me habían otorgado, una esposa falsa contratada para obtener una herencia, solo con el fin de ganar un poco de dinero y cambiar mi vida. Después de unos horas al fin habíamos llegado, Honrixs fue el primero en bajarse y meterse en la casa, mientras yo apenas empezaba a quitarme el cinturón de seguridad, realmente todo esto era un pesadilla.

Una vez que salí del auto, me dispuse a ir a mi habitación, donde empecé a organizar todo para darme un largo baño, pues debía quitarme las manchas de sangre que tenía en mi cuerpo rostro. Empecé a quitarme la ropa, luego cerré la llave de la tina la cual ya estaba llena y con los jabones necesarios, después me metí en ella, sintiendo como el agua caliente empezaba a masajear mi cuerpo, quitando las dolencias y fatigas del día. Pasaron unos cuantos minutos, mis ojos estaba cerrados y adormecidos, pero el sonido de puerta hizo que me despertara de golpe.

—Discúlpeme señorita Mándalay, no fue mi intención asustarla. —dijo la anciana.

—Señora Karlota. —susurré mientras observaba su acercamiento.

—Creí que de pronto necesitaba ayuda —musitó—. Ayuda para entender el pasado. Tiene curiosidad por saber el origen de la máscara del joven Honrixs ¿No es así?

—¿Cómo supo usted eso? —Cuestioné sorprendida.

—No puedes engañar a una vieja como yo. —declaró.

—¿Puede contarme la razón de la máscara? —consulté.

—Bien, viajes unos cuantos años atrás.

Les dejaré la curiosidad unos días más jajajjaj
😈😈

Dejen sus teorías sobre la máscara de Honrixs.

¿Quién creen que se esconda bajo esa mascara?