Capítulo 13 "Paparazzis"
Tenía varias dudas desde que había llegado a la casa de Honrixs: La primera era muy simple, pero con una respuesta perdida y era la razón por la que Honrixs no se había comprometido con Bin, pues realmente el cuento de Felix no me lo había creído, ya que Honrixs había dicho que no se casaba por algo moroso, solo por interés y fácilmente Bin le hubiera podido ayudar, aunque no sintiera nada por ella. La segunda y más importante, era sobre el rostro de Honrixs, tenía mucha curiosidad por saber lo que ocultaba bajo esa máscara y la razón que lo había llevado a querer ocultar su rostro.
Tenía incluso más dudas, pero esas eran las que más me atormentaban y las que no me dejaban dormir de noche, quería averiguar todo de una vez por todas, por suerte, tenía a la persona indicada para preguntarle sobre este tema. Karlota era una anciana, la cual llevaba muchos años trabajando en este lugar o al menos era lo que me habían contado, ella era la encargada del personal, la que observaba que las empleadas hicieran su trabajo y todo en la casa.
—Señora Karlota. —llamé en voz baja al entrar en la cocina.
—Señorita Mándalay, no debería andar sola por la casa, su pie aún necesita reposo. —dijo con voz preocupada— ¿Qué se le ofrece? ¿Tiene hambre? ¿Quiere que le preparen algo de comer?
—Gracias, pero realmente quería preguntarle algo. —susurré para que las empleadas cercanas no escucharan nada.
—¡Por supuesto! —exclamó— niñas por favor salgas. —dijo refiriéndose a las demás empleadas, las cuales rápidamente obedecieron a la anciana.
—¿Cuanto llevas trabajando aquí? —pregunté para asegurarme de que ella supiera la historia completa.
—Desde que el joven Honrixs nació. —respondió sin más.
Esa era la respuesta que necesitaba, pues eso significaba que la anciana había estado con Honrixs durante toda su vida, por lo tanto, sabría muy bien la razón por la que Honrixs tenía aquella máscara. Estaba ansiosa y nerviosa por saber la verdad, pero cuando estaba apunto de hacer la gran pregunta, Honrixs entró por la puerta de la cocina, haciendo que me fuera imposible preguntar, realmente me sentía decepcionada, pues estaba segura que Karlota me hubiera respondido sin pelos en la lengua.
—¿Quieres salir? —preguntó de la nada.
—¿Salir? ¿A donde? —cuestioné sin entender.
—A cine. —respondió— mi padre necesita que las personas sepan que estoy en una relación, así que saldremos, nos tomarán fotos y volveremos a casa.
—Yo... —estaba a punto de negarme, pero Honrixs me obligó.
En un solo instante, había pasado de estar a un solo paso de descubrir la verdad, a estar organizandome para una cita falsa. La chica que me había ayudado la última vez, nuevamente estaba aquí, ayudándome a vestir, a peinar y maquillarme, pues Honrixs quería nuevamente llamar la atención junto a mi lado. Ahora llevaba una falda corta, negra de cuero, una camisa casi que trasparente, unos tacones más bajos, haciendo que mi pie no doliera casi y mi cabello suelto en ondas.
Cada que me miraba al espejo, vestida así, mi autoestima se elevaba por el cielo, pues me veía hermosa, elegante e inteligente, nada comparado a la vagabunda que se prostituía por unas cuantas monedas. Habían pasado algunas horas y por fin estaba lista para salir a la cita falsa junto a mi prometido falso, bajé las escaleras y Honrixs ya me estaba esperando, rápidamente tomé su brazo y nos dispusimos a salir, nuevamente no había recibido ningún cumplido de su parte, pero debía entender que era lo normal.
—Sonrie. —susurró en mi oído.
—¿Por qué? —cuestioné.
Al abrir la puerta, los paparazzis nos invadieron de inmediato, haciendo que los flash de las cámaras me dieran justo en los ojos. Al principio se me dificultó caminar y ver por las luces y las personas, pero gracias a Honrixs, pude aprender a conllevar la situación. Honrixs y yo empezamos a caminar lejos de la multitud, mientras que los paparazzis nos preguntaban cosas, donde nos habíamos conocido, cuanto llevábamos juntos y muchas cosas, pero hubo una pregunta la cual molesto realmente a Honrixs, ya que no sabíamos como si había filtrado la información de que yo había sido una prostituta.
Los paparazzis empezaron a preguntar sobre eso, si era verdad, si realmente estábamos comprometidos y la razón por la que el hijo de un hombre tan adinerado como el señor Walrider, había terminado comprometido con una cualquiera como yo, esas y más cosas fueron las preguntas que le llamaban justo a la úlcera de Honrixs, pues la manera en la que estaba apretando mi mano y la manera en como estaba tensando la mandíbula, me daba a entender que estaba completamente enojado.
—Joven Honrixs por favor, responda nuestras dudas. —dijo uno de los paparazzis.
—¿Quién les dijo eso? —preguntó Honrixs con su voz más ronca de lo normal.
—Fue la señora Bin. —dijo otro paparazzi— ¿Es verdad que usted la dejo para comprometerse con una prostituta?
—Todo es falso.
Fue lo único que dijo Honrixs para luego subirse al auto junto conmigo, al parecer la idea de su padre no había resultado tan bien. Habían pasado algunas horas desde aquel accidente, Honrixs ya estaba un poco más calmado, mientras que yo eligia una película en la tablet de él, pues así sería más fácil solo llegar, comprar algo de comer y ver la película, mientras que hacía eso, no pude evitar curiosear sobre una notificación que le había llegado a Honrixs, la cual trataba sobre el escándalo de hace un rato.
"Honrixs Walrider, único hijo del señor Malcolm Walrider, ha decidido empezar su vida amorosa con una de las prostitutas del mencionado barrio peligroso, donde hace algunos meses, hubieron varios asesinatos de los hombres que frecuentaban ese lugar" La noticia había salido hace muy poco, pero se había extendido como pólvora, además decían cosas que de cierto modo no eran ciertas, como el hecho de que Honrixs había dejado a Bin por esto o que yo estaba detrás de la herencia de él.
—Honrixs. —murmuré su nombre.
—¿Qué?
—Tienes que ver esto. —dije entregándole la tablet.
—¡Mierda! —gritó—. Voy a matarte Bin.
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